Ten�amos ya seis a�os de casados y todav�a est�bamos sin hijos. Nos casamos en Reynosa y nos fu�mos a vivir a la ciudad de M�xico en donde estuvimos casi cuatro a�os. Yo conclu� mis estudios t�cnicos que ten�a inconclusos mientras trabajaba dando clases en un colegio particular. Hac�a dos a�os y medio que hab�amos regresado a Reynosa.
Despu�s de que durante el primer a�o mi esposa no quedara embarazada, empezamos a investigar el asunto. Primero ella fu� al gin�cologo y de los estudios result� que era perfectamente f�rtil, no ten�a ning�n problema de su aparato reproductor ni en general de su organismo. De esa manera nos venimos a dar cuenta que yo pd�a ser el del problema.
Ambos dese�bamos tener un hijo, as� que cuando supe los resultados de Susy acept� someterme yo tambi�n a estudios m�dicos. Y en efecto, result� que yo era el del problema. No era f�rtil, los an�lisis de laboratorio dieron como resultado un muy bajo conteo de espermatozoides y con baja motilidad. La ilusi�n de tener un hijo tuvo que ser archivada por lo pronto.
En el DF hab�amos conocido otro matrimonio, joven como nosotros, que tampoco pod�a tener familia. Y por coincidencia, el muchacho tambi�n era el inf�rtil, aunque por razones distintas a las m�as. Nos frecuent�bamos y a menudo platic�bamos de nuestro problema.
Cuando ya viv�amos en Reynosa, una vez fu�mos a M�xico y visitamos a nuestros amigos. Y �oh sorpresa!. Ten�an un beb� reci�n nacido. Por supuesto que los felicitamos y les preguntamos que c�mo lo hab�an logrado. En nosotros volvi� a brillar la esperanza.
Fu�, nos dijeron, inseminaci�n artificial. Nos platicaron que se hab�an informado, que hab�an ido a una cl�nica y se hab�an decidido. Como �l no produc�a espermatozoides f�rtiles, por problemas hormonales, el m�todo, en general, consisti� en conseguir un donador que tuviera las m�s parecidas caracter�sticas del esposo e inseminar con su esperma a ella. El proceso fu� caro. Y nos dimos cuenta de que en realidad lo artificial de la inseminaci�n consist�a en evitar el contacto del pene del donador con los genitales de la esposa. Se pagaba para evitar que el donador y la esposa tuvieran relaciones sexuales y para mantener el anonimato. El donador nunca sabr�a a cu�l mujer se insemin� con su esperma y los esposos nunca sabr�an quien fu� el hombre que en realidad fecund� a la esposa.
Cuando se nos aclar� �sto, nos dimos cuenta de que el m�todo de conseguir un donador era lo mejor para nosotros, pero tambi�n nos convencimos que para evitar el problema econ�mico, la inseminaci�n ten�a que ser natural.
S�. Llegamos a la conclusi�n de que para que Susy quedara embarazada, si quer�amos tener un hijo, ten�a que acostarse con otro hombre. Alguien de nuestra absoluta confianza para poder pedirle el favor y para que guardara el secreto o alguien totalmente desconocido de quien luego pudi�semos prescindir sin ning�n problema.
Platicamos varios meses de algunos conocidos, de algunos que ella conoc�a, incluso de alg�n atrevido que alguna vez se le hab�a insinuado. Pero ninguno reun�a los requisitos. Una vez dimos un paso m�s en serio. Nos fuimos de viaje a Playa Careyes. Es un lugar bastante tranquilo y apartado para descansar, hay bastante discreci�n en los alrededores del hotel, los vacacionistas se re�nen en la playa o en la alberca. Esper�bamos que alg�n gal�n empezara a cortejar a Susy. Tambi�n fu�mos en las noches a la disco. Pero nada ocurri�, no lo logramos. Aunque hubo uno que una noche invit� a bailar a mi esposa, ella solo bail� con �l algunas piezas pero no se lo lig�, no la convenci�. Me dijo que no era su tipo.
Un paso m�s lo dimos cuando empezamos a leer los anuncios de la revista Pimienta. Empezamos a seleccionar y cuando tuvimos cinco o seis que a ella le llamaron la atenci�n, les escribi�. Con dos de ellos se estuvo carteando. Un d�a fu�mos a San Luis Potos� para que se encontrara con uno de ellos. Solamente fu� a cenar con �l, pero no se decidi� a ir al hotel. El otro era de San Antonio, Texas. Tambi�n fuimos para all� y tambi�n se entrevist� con �l. Pasearon todo el d�a, pero en la noche lleg� conmigo al hotel donde nos hosped�bamos y dijo que tampoco.
Generalmente, despu�s de empezar a cartearse con alguno de los anuncios, le encontraba muchos defectos. Me d� cuenta de que idealizaba mucho a su pretendiente y cuando �ste le empezaba a insinuar el sexo, lo rechazaba.
Comprend� que as� iba a ir descartando uno por uno a todos los posibles candidatos y no conseguir�amos nada. Siempre que empezaba a acercarse el momento decisivo, Susy empezaba a titubear y a mostrar una gran indecisi�n.
Todo cambi� inesperadamente una noche. A mi esposa y a m� nos gustaba ver revistas calientes de vez en cuando, as� ve�amos Pimienta y le�amos alg�n Hustler o Continental. Tambi�n espor�dicamente pon�amos una pel�cula xxx en la noche para calentarnos y hacer el amor. Nos gustaba preguntarnos mutuamente cu�l hombre o mujer de los que hab�amos visto nos hab�a gustado m�s. Eso nos calentaba bastante y cog�amos bien lujuriosos.
Pues esa noche est�bamos viendo una pel�cula xxx que yo hab�a rentado. Era una pel�cula formada por varios cortos amateurs, no eran artistas profesionales. En una de las partes sali� una pareja en un gimnasio aparentando iniciar all� un flirt. El tipo era blanco algo grueso y no ten�a ning�n atractivo especial al dejarse agasajar por la rubia mientras sosten�a las pesas, ni siquiera cuando por fin la chica lo desnud�. Pero cuando por primera vez sali� en una toma con el pene totalmente erecto, Susy de inmediato y de manera espont�nea se emocion�. No pudo evitar decir. �...�mira!...mmmhhh...papacito...�. A diferencia de casi todos los que sal�an en las pel�culas porno �ste no ten�a circuncisi�n, de lo parada que la ten�a se le hab�a pelado totalmente y estaba mostrando una cabeza muy roja, larga y con punta. Me d� cuenta que ese pene fu� el que m�s le gust� de todos los que salieron en la cinta. Algo empez� a bailotear en mi mente, algo que de pronto no lograba tomar forma pero que estaba all�.
Cuando termin� la pel�cula empezamos a cachondearnos. Para que se pusiera bien caliente, algo que me gustaba mucho, le pregunt�:
-�Cu�l te gust� m�s?-.
-La del de las pesas- me dijo, y remarc�-�La puntiaguda!-.
Y fu� en el preciso instante en que mencion� la palabra �puntiaguda�, cuando abruptamente tom� forma clara lo que momentos antes hab�a empezado a agitarse en mi mente. Como rel�mpago me pasaron las im�genes de los penes que mi esposa escog�a cuando mir�bamos revistas o pel�culas. Entonces me d� cuenta que todas eran del mismo tipo, que todas ten�an m�s o menos forma parecida...s�, �sa era la palabra exacta para describirlas, eran �puntiagudas�. �A mi esposa le llamaba la atenci�n una clase especial de penes!�A mi mujer le gustaban las �puntiagudas�!.
Y entonces record� que las veces que se pon�a m�s caliente despu�s de ver alguna verga en una revista o pel�cula, era precisamente cuando ve�a una de esas. Ahora mismo ya estaba bien caliente, no se aguant� y sola se me hab�a montado, se hab�a ensartado y cog�a violentamente, fuera de control. �C�mo me gustaba que cogiera as�!.
Pero as� como de improviso supe cu�l tipo de vergas le gustaban a Susy, tambi�n de manera relampagueante, desde lo m�s profundo de mis recuerdos, se me represent� la im�gen de aquella vez cuando fu�mos algunos amigos j�venes, todav�a solteros, a ver un show en la zona roja, aqu� en Reynosa, y donde la chica que hac�a las poses jal� a la pista a mi amigo El�as por ser el que m�s esc�ndalo y m�s aplausos le hac�a. Cu�ndo despu�s de revolcarse con �l lo dej� solo en la pista totalmente encuerado, El�as la ten�a bien parada y as� con la picha bien parada se puso a recoger su ropa regada. Y precisamente, as� como se le vi� al de las pesas, exactamente igual la ten�a El�as.
�El�as ten�a la verga tal y como le gustaban a mi esposa!. Ni m�s ni menos.
Y as�, cogiendo, empec� a urdir el plan. Y de inmediato empec� a hecharlo a andar. Cuando terminamos de coger, ya un poco calmados, le dije a Susy
- Te calentaste con la puntiaguda...-
Dej� escapar una risita nerviosa y dijo
- mmhh...S�...estaba bien buena...-
- �Te gustar�a que te inseminaran con una de �sas?- le pregunt�.
- �Con una como �sa?...pues...�claro!...�claro que s�!...-
Momentos despu�s, como al descuido dije: �Yo conozco a alguien que la tiene as�. Ella me pregunt� que qui�n, pero yo cambi� la pl�tica y al poco rato nos dormimos. En la ma�ana platicando, nuevamente le record� la picha de la pel�cula y nuevamente le coment� que yo conoc�a a alguien con una picha as�. Mi intenci�n era despertar su curiosidad para interesarla. Las insinuaciones continuaron y varios d�as despu�s cuando volvimos a coger despu�s de calentarla record�ndole la verga que le hab�a gustado, me pregunt� que qui�n la ten�a as�, que si ella lo conoc�a. Y le dije que s�. Esto la inquiet� a�n m�s y quer�a que se lo djera. Pero yo la hice esperar otros d�as hasta que le dije: �El�as�.
-�Ese?- me dijo.
-S�, El�as la tiene as�, puntiaguda, como a ti te gustan.- Y le platiqu� de la noche aquella de hac�a muchos a�os en la zona.
Di� resultado. Ella se interes� y cu�ndo le pregunt� que si le gustar�a que El�as fuera el que la fecundara, lo acept� encantada, se puso bien caliente y tuvimos que coger all� mismo.
El�as era un candidato perfecto. Era mi amigo de la infancia, nos apreci�bamos mucho y nos ten�amos una gran confianza. Yo no hab�a pensado antes en �l porque vive en Monterrey y no lo ve�a seguido. Pero era casado, lo que nos aseguraba que ten�a experiencia para el coito. Adem�s de que al haber pasado tantas aventuras juntos, yo sab�a que era muy bueno para coger, siempre hab�a dejado satisfechas a sus compa�eras y me constaba que era bien caliente. Ten�a dos hijos, lo que significaba que sus test�culos produc�an espermatozoides f�rtiles. Mi gran amistad con �l desde la infancia me daba la suficiente confianza para intentar solicitarle que fuera nuestro donador de s�men, conmigo era lo suficientemente discreto como para guardar el secreto si se acostaba con mi esposa. Y, tal vez lo m�s importante, a Susy le gustaba su verga. Aunque nunca le hab�a atraido como hombre, al saber de su verga, ahora s� se calentaba pensando en �l.
Empezamos a planear abordarlo. Yo sab�a que el padre de El�as hab�a estado trat�ndose en un hospital en Monterrey y que actualmente estaba en Reynosa bastante mal de diabetes. Como la enfermedad estaba ya muy avanzada, El�as ven�a muy seguido a verlo, casi cada fin de semana. Como ven�a con muy poco tiempo, yo lo ve�a muy de vez en cuando, casi cuando accidentalmente nos encontr�bamos. De manera que me inform� por medio de su mam� cu�ndo vendr�a y le ped� que si llegaba a venir le dijera que yo deseaba platicar con �l. La idea era invitarlo a pasar un rato con nosotros, tal vez cenando o tom�ndonos un caf�.
No pas� mucho tiempo para que tuvieramos noticias de �l. Un fin de semana que vino a ver a su pap�, aprovech� para visitarlo yo tambi�n y para invitar a El�as a nuestra casa. Viv�amos en un peque�o departamento en planta alta.
Estuvimos platicando desde la tarde del domingo hasta casi las doce de la noche, hora en que lo llev� a la central en mi camioneta, pues sal�a para Monterrey para llegar en la ma�ana e irse directamente del autob�s al trabajo. El objeto era que Susy y �l se tomaran m�s confianza, porque se conoc�an casi solo de vista. Hab�a acordado con mi esposa que se vistiera bien atractiva. Y as� lo hizo. Se puso una minifalda y una blusa de escote generoso para causarle buena impresi�n. Las veces que El�as vino a Reynosa durante los siguientes dos meses, estuvo al menos un rato con nosotros. As� se convirti� en un amigo de confianza de mi esposa, ya que m�o lo era desde la infancia.
Para evitar que la amistad se fuera a convertir en un obst�culo con el tiempo, decid� hablar directamente con El�as. Un domingo que estaba en Reynosa y que yo hab�a quedado de darle avent�n a la central de autobuses, lo invit� a tomarse unas cervezas conmigo a un bar, le dije que quer�a hablar con �l de algo muy privado. Le dije eso para ir preparando el terreno. Pues bien, despu�s de comentar con �l el hecho de que Susy y yo no ten�amos hijos, lo puse al corriente de que el problema radicaba en m�. Le platiqu� de los amigos del DF y de lo que nos hab�amos informado acerca del m�todo de inseminaci�n artificial.
Finalmente le dije que quer�amos tener un hijo y que hab�amos decidido que lo mejor era que mi esposa fuera inseminada de manera natural, pero que necesit�bamos alguien de absoluta confianza. Le dije que a Susy y a m� nos gustar�a que fuera �l el donador del s�men. Le ped� que aceptara acostarse con mi esposa para embarazarla. (Esto que acabo de escribir parece muy simplista, pero confieso que en ese momento fu� uno de los tragos mas amargos de mi vida, como ir subiendo al cadalso, aunque en el fondo me excitaba la idea de que mi esposa cogiera con �l).
Acept�. Fu� un gran alivio para m� y tambi�n para Susy cuando se lo comuniqu�. Por lo pronto le dije que ten�amos que hacer algunos arreglos. Lo primero era que deb�amos platicar el compromiso los tres juntos: Susy, �l y yo. Luego, ser�a necesario hacerle unos an�lisis como medida precautoria para asegurarnos de las condiciones de sus genitales. Por �ltimo hab�a que programar las sesiones.
Platicamos los tres juntos el domingo de la siguiente semana y brindamos en un conocido restaurant-bar para sellar nuestro compromiso. Por supuesto, el compromiso era de los tres y cada uno asum�a una parte. Susy aceptaba tener relaciones sexuales con El�as tres diferentes d�as y recibir su esperma dentro de ella. El�as aceptaba tener en la cama a mi esposa en tres d�as diferentes y cog�rsela todas la veces que pudiera en cada uno de �sos d�as eyaculando su esperma dentro de ella con el objeto de embarazarla y aceptaba que el producto de ese embarazo ser�a parte de nuestro matrimonio. Yo por mi parte, aceptaba que mi esposa y El�as tuvieran relaciones sexuales, aceptaba que �l la embarazara con su esperma y reconocer�a el embarazo como producto de mi matrimonio con Susy, el producto ser�a hijo de Susy y m�o.
El�as acept� quedarse con nosotros hasta el lunes en la ma�ana para que se pudieran hacer los an�lisis. Ese lunes, temprano, deber�amos llevar su s�men al laboratorio. Ten�a que masturbarse. Se hizo la pu�eta en el ba�o y eyacul� en un frasquito que nosotros hab�amos preparado para el caso. Lo fu� a dejar a la central de autobuses y antes de irme yo a mi trabajo pas� por el laboratorio a dejar la muestra. Entregu� el frasco a la recepcionista junto con un papelito en donde hab�a escrito mi nombre, el nombre de un m�dico ur�logo y el tipo de an�lisis que ped�a: espermatobioscop�a. Los resultados fueron:
Vol�men=6 cent�metros c�bicos (6 mililitros)
Conteo=150 millones por cent�metro c�bico
Motilidad=alta
Olor=sui generis
Color=gris claro
Consistencia= Viscosa promedio
Cuando se lo mostr� a Susy qued� m�s que satisfecha, comentamos que el embarazo estaba casi asegurado.
Las fechas de las sesiones depend�an de la regla de Susy. Hubi�semos querido que el catorceavo d�a fuera un viernes o un s�bado, pero cuando le baj� result� que el catorceavo d�a era un mi�rcoles. Lo comentamos con El�as y acept� hacer un esfuerzo para venir un d�a entre semana. Fingir�a con su mujer haberse ido de parranda con sus compa�eros de trabajo. De modo que las sesiones de cama entre Susy y �l quedaron as�: la primera encamada ser�a el domingo en la noche, antes de que yo lo fuera a dejarlo a la central de autobuses. La segunda encamada ser�a la noche del mi�rcoles, El�as se regresar�a a Monterrey el jueves muy de ma�ana. La tercera encamada ser�a el s�bado en la noche.
Todo qued� listo. Era cuesti�n de d�as.
Fu� por El�as a la casa de su mam� el domingo en la tarde, supuestamente para darle avent�n a la central a esa hora, pero en realidad nos ir�amos al departamento. Sin embargo, debido a que hab�a familiares de �l de visita, no pudimos salir de all� sino hasta las nueve de la noche. Nos fuimos en mi camioneta con prisa a d�nde viv�amos Susy y yo. La idea original era que sali�ramos juntos a dar la vuelta y que yo los llevar�a al hotel y luego ir�a por ellos. Pero en el camino le hab�a dicho a El�as que ser�a mejor que le prestara mi camioneta para que llevara a mi esposa a un hotel y no perder tiempo. Llegamos y me baj� solo para avisarle a ella. Susy estaba vestida de manera discreta con pantal�n y blusa, zapatos sencillos. Estaba acostada, ya se hab�a desesperado y pens� que no llegar�amos. Le dije: ��Andale, El�as te est� esperando en la camioneta, v�yanse ustedes solos para no perder tiempo!�. Se levant� de un salto y juntos salimos de la vivienda, recorrimos el pasillo exterior y bajamos las oscuras escaleras. Yo baj� con ella para que no fuera a provocar un chimorreo el hecho de que la vieran sola subirse a la camioneta con otro hombre. No hab�a moros en la costa. Eran las nueve y media de la noche cuando mi esposa y El�as arrancaron en la camioneta en busca de un hotel para tener su primera c�pula.
Regres� solo a la casa y nervioso me acost� a esperar. Miles de er�ticas im�genes pasaban por mi mente. Estaba emocionado, pero tambi�n un poco decepcionado de que las cosas hubieran resultado tan precipitadas la primera vez. Tem�a que lo apretado del tiempo les impidiera lograrlo. A las once y media sal� a esperarlos a las escaleras. Era el lugar m�s oscuro y no quer�a que alguien me viera. Tampoco deseaba que alguien viera que Susy llegaba en la camioneta con otra persona, pues yo tendr�a que abordarla despu�s. Pero el edificio estaba solo y en calma.
A las once y cuarenta y cinco lleg� la camioneta. Susy baj� y nos encontramos en la entrada de las escaleras. Al paso le pregunt�: ��Qu� pas�?�ya?�. Y muy quedo, en un susurro, me dijo: �Ya�. Ella subi� rumbo al departamento y yo sub� a la camioneta y arranqu� rumbo a la central para dejar a El�as. Ten�amos apenas quince minutos, el �ltimo autob�s a Monterrey sal�a a las doce. No hablamos durante el camino, pero al llegar quedamos en que yo lo estar�a esperando all� el mi�rcoles para irnos a la casa. No deber�an verlo sus familiares.
Regres� asnsioso por saber m�s detalles de lo ocurrido. Incluso ten�a dudas de que pudieran haber hecho algo en tan poco tiempo pues hab�an salido a las nueve y media a buscar hotel, seguramente tardaron en llegar al menos veinte minutos, estar�an en el cuarto a las diez, tuvieron que desvestirse y luego algo de cachondeo para excitarse. Cuando mucho les qued� una hora y media para el coito. Debieron haber salido, ya vestidos a eso de las once y veinte u once y media del hotel.
Cuando llegu�, Susy ya estaba acostada. No encend� la luz, me desnud� y me acost� a su lado. Estaba despierta.
- �Que pas�? �a poco s� pudieron hacer algo?�te lo hizo?-
- S�, ya me lo hizo-
- �De verdad?�y te inyect�?...�a ver!...- y le toqu� la vulva sobre las pantaletas. Estaba totalmente mojada y viscosa.
-...dos veces...- me dijo.
- ��Qu�!?, �dos veces? �te cogi� dos veces en una hora?...-pregunt� incr�dulo.
- S�, papito, me cogi� dos veces-
- �Ah canijo!...�se ve que te tra�a ganas!...Y ...las dos veces....�te inyect�?...-
- S�, las dos veces....�No�mbre, amor, si vieras los huevotes que tiene!...-
- ...Bueno...�Y lo dem�s?...�su cosa?...�qu� tal?�te gust�?...-
Se me junt� y pegando sus labios a mi o�do me dijo:
- �mmmhhh!...S�...La tiene como t� me dec�as...�la tiene bien buena!...-
- �Te gust�?�te gust� lo que te hizo?...�te gust� c�mo te lo hizo?...-
- �Claro que s�!...me lo hizo bien rico...�me cogi� bien sabroso!...�sabes?...�me vine las dos veces!...�me gusta la verga de El�as!...-
- Bueno, pues si te gust�...�disfr�tala!...acu�rdate que el mi�rcoles te toca cama de nuevo con �l...y el s�bado otra vez cama para que la goces...
Yo estaba bien caliente, ten�a una erecci�n tremenda. Pero El�as hab�a dejado a mi esposa totalmente satisfecha y yo sab�a que ella ten�a que retener lo m�s posible los espermatozoides dentro de su vagina. Tuve que resignarme y me dorm�.
El mi�rcoles, recib� a El�as en la central de autobuses como a las nueve y media de la noche y lo llev� directamente a la casa pues nadie de sus familiares deber�a saber que estaba en Reynosa. Nos pusimos a platicar los tres, a tomarnos unas cervezas que yo hab�a comprado y a jugar a las cartas.
El departamento donde viv�amos ten�a dos piezas y el ba�o. La pieza principal por donde se acced�a la us�bamos como comedor y rec�mara. La cama estaba pegada a la pared del pasillo y a sus pies ten�amos un sof�, en tanto que al fondo estaba la mesa que era donde est�bamos jugando. La otra pieza estaba al fondo, era muy peque�a y era la cocina.
A las once cuarenta y cinco Susy se fu� a acostar. Se desnud� qued�ndose solamente en pantaletas sobre la cama, sin taparse, a la vista de nosotros que casi est�bamos al lado. Pronto, a las doce, le dije a El�as que ser�a bueno que nos acost�ramos. Ya era tarde, mi esposa lo estaba esperando en la cama y era el catorceavo d�a, el d�a m�s f�rtil de ella. Hab�a que aprovechar el tiempo, Susy y El�as ten�an mucho que hacer.
El�as se acost� en la cama con Susy y yo me acost� en el sof�, a los pies de la cama. Los escuch� empezar a cochondearse, sonaron los besos y a la escasa luz que se filtraba a trav�s de la cortina de la ventana v� cuando El�as le baj� los calzones a mi esposa. Se le mont� y empez� a cog�rsela. En la penumbra, solo pod�a distinguir los bultos en movimiento. Pero escuch� claramente gemir a Susy cuando El�as se la meti�.
-...mmmmhhh... aaahhh... mmmhh... as� papacito...m�temela.... aagghhh...-
Y no tardaron en venirse. Primero se vino mi mujer y luego eyacul� El�as. Se la cogi� tres veces esa noche. Ser�an como las dos o dos y media de la madrugada cuando todo qued� en calma y nos dormimos. Lo �ltimo que recuerdo antes de quedar dormido fu� que empezaba a distinguir claramente el olor a sexo, a verga, a panocha y a s�men.
Me despert� un sonido pasaditas las cinco de la ma�ana. Susy se hab�a levantado a orinar. Despu�s se levant� El�as tambi�n a orinar. A las cinco y media, cuando ya estaba claro, nuevamente pude verlos cachonde�ndose para calentarse, lo cual me pareci� excelente ya que estaban aprovechando el tiempo antes de que tuviera que llevar a El�as a la central a las siete.
Ahora, casi a plena luz, v� cuando El�as se enderez� para sub�rsele a mi esposa. Le vi la poderosa verga totalmente parada, totalmente pelona, al aire la roja y puntiaguda cabeza, enhiesta, agresiva. Susy abri� las piernas para recibirlo mostr�ndole la densa mara�a de pelos negros que cubr�a su vulva. El se acomod� encima y pude ver con toda claridad sus enormes huevos colgando, cada uno de ellos m�s grande que los dos m�os juntos. Al tenderse sobre mi esposa en posici�n horizontal la punta qued� apunt�ndole exactamente hacia la vulva. Sin usar sus manos, empez� a picotear y la punta empez� a punzarle la rajada a mi se�ora. La cabeza separ� los pelos y la punta empez� a piquetearle la vulva. Con los piquetes la punta le separ� completamente los grandes labios y se empez� a encajar entre las ninfas separ�ndolas tambi�n. En el proceso, el cl�toris qued� totalmente expuesto. F�cilmente le abri� la panocha y sin dificultad le entr� la larga cabeza.
Mi esposa dobl� las rodillas y las levant� para abrazar con sus piernas a El�as clav�ndole sus talones en las nalgas. El�as empuj�....y �pa�dentro!. Se la meti� toda bien parada. Mi esposa puj� cuando se le fu� y exclam�: �...ayy...papacitoo...que ricoo...�. Se quedaron as�, bien clavados, un momento. Luego empez� a cog�rsela. Primero en forma pausada, luego m�s y m�s de prisa. Yo ten�a una vista panor�mica desde el sof�. La verga entrando y saliendo casi totalmente, los gigantescos tet�culos sangolote�ndose y golpeteando contra las nalgas de mi esposa. V� algo que nunca hab�a visto.
Tuve que reconocer que El�as se estaba cogiendo estupendamente a mi mujer, tuve que reconocer que era muy bueno para cochar, lo estaba viendo. Tambi�n v� que Susy no estaba simplemente dej�ndose coger. Cada vez que El�as lanzaba un estocada, ella tambi�n levantaba sus caderas lanzando su vulva al encuentro de la verga para ensart�rsela completa. La v� cogiendo bien caliente y lujuriosa. Y me sent� orgulloso de ella vi�ndola portarse en la cama como toda una mujer. Me d� cuenta que El�as estaba sintiendo bien buena a mi mujer y eso me llen� de satisfaci�n. Fu� un espect�culo inolvidable.
Se aceleraron las bombeadas, se volvieron algo circulares los movimientos y luego Susy se empez� a venir con fuertes gritos, suspiros y jadeos. Al final, El�as di� una estocada, se la meti� hasta los huevos y se qued� bien tenso presionando fuertemente su pubis contra el de mi esposa. Se le empez� a contraer espasm�dicamente el perineo y el ano y supe que estaba eyaculando sus espermatozoides. Seguramente la punta estaba bien acoplada con el cervix y al menos la mitad de los chorros eran inyectados directamente en la matriz. Eficiencia total.
Se la cogi� otra vez antes de levantarse para prepararse a salir. Esa sesi�n, en total, copul� cinco veces a Susy. Lo llev� a la central un poco antes de las siete y quedamos de vernos nuevamente el s�bado.
El s�bado fu� por El�as a la casa de sus pap�s. Otra vez, se supon�a que era para darle avent�n a la central, pero nos fu�mos a la casa. Eran casi las ocho y tendr�a que salir a Monterrey en el autob�s de las doce. De modo que no hab�a tiempo que perder. De inmediato se empezaron a encuerar. Yo sal� para dejarlos solos a sus anchas, me fu� a una cantina para hacer tiempo. Cuando llegu� por El�as para llevarlo a la central, todav�a le estaba hechando el tercer palo a mi mujer.
Cuando regres� de dejar a El�as, Susy ya estaba dormida. En la ma�ana platicamos.
-�C�mo est�s?�est�s cansada?-
-�Uff!..S�, estoy bien cansada...�me siento bien cogida!...-
Estaba desnuda y mientras hablaba se estaba tocando la panocha con una mano. Se escarb� un poco y se mir� los dedos mojados que al separarlos un poco formaban hilillos de baba.
-Mira-me dijo. Y prob� con la punta de la lengua sus dedos.
Luego acerc� a mi cara su mano y me dijo:
-...Los mecos...�hu�lelos!...al fin que ya son de nosotros...�c�mo huelen?...-
Los ol� y percib� el olor de la esperma.
-Huelen a s�men- le dije- Huelen bien fuerte, ha de ser por los huevotes-
-Dime. �Aceptas que lo que me hech� El�as ya es de nosotros?. Si quedo embarazada, �me prometes que vas a aceptar al hijo como tuyo y m�o?.-
-�Claro!- contest�- Ya hab�amos quedado en eso. Los coitos que tuviste con El�as fueron relaciones maritales nuestras. T� eres mi esposa. Y lo que est� dentro de t�, tambi�n es m�o-.
-Bueno. Quiero que hagas dos cosas para demostr�rmelo. Mira- y se puso la mano un poco abajo del ombligo- Aqu� andan los espermatozoides que me inyect� El�as, los espermatozoides que me est�n fecundando. B�same aqu� para demostrarme que ya quieres a nuestro hijo.-
Por supuesto que yo me inclin� y me puse a besar suavemente el lugar en donde estaba su matriz y dentro de ella los espermatozoides de El�as fecund�ndola. Luego abri� las piernas y me dijo:
- Mira, los mecos que me est�n escurriendo son la prueba de lo que hice en nombre de nuestro matrimonio. Aunque salieron de la verga de El�as, ahora son tuyos y m�os. B�same la panocha para que me des la prueba de que los aceptas.-
Y me coloqu� entre sus piernas abiertas para besarle la mojada vulva y los pegajosos pelos.
En total, El�as se cogi� a mi esposa diez veces para inseminarla. Y la insemin�. Quince d�as despu�s de que no le baj� la regla llev� sus orines al laboratorio para que los analizaran. Cuando me entregaron los resultados, al leer la palabra �positivo�, lo primero que me pas� por la mente fu�, lo confieso: ��Ya se la chingaron!�.
Susy qued� embarazada. El�as la fecund�. Yo no pude coger con ella en mucho tiempo. Durante el embarazo, ella prefiri� coger con El�as en tres ocasiones en que andaba muy urgida.
A los nueve meses, naci� una preciosa ni�a que se parec�a mucho a El�as. Pero era nuestra hija. Ahora ya ha crecido y tiene un hermano y una hermana. Despu�s de todo, El�as se sigui� cogiendo a mi mujer. A ella le gust� la verga de El�as, me lo dijo. Y realmente fu� muy bueno que ella cogiera con �l de vez en cuando. Siempre que se la cog�a, a la semana se empezaba a poner bien caliente conmigo. Y as� llevamos una vida sexual bien activa y muy sana. Todo esto ocurri� hace ya algunos a�os (no pocos).
Los otros dos embarazos dieron lugar a eventos similares y no aportar�a nada nuevo su descripci�n, creo que repetir�a mucho de lo mismo, por eso no se ampl�a el relato. Mail: yogel_1 (arroba) yahoo punto com.
Saludos a Alba y Luis.
FIN
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Relato: Fecundaci�n
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