- No se a que hora pensabas llegar
hijo, pero solo puedo ir a 100. - Bueno me daba igual, si llegaba antes
de las 7, así que nos fuimos a la parte de atrás, busqué
el coche, pero entonces vi como el hombre sacaba las llaves y abrió
un camión de 15 metros. Me quedé sorprendido, pero me despedí
de mi novia, y me fui al camión. Arrancamos a las 12 de la noche.
La cabina era amplia, ya que era
un camión moderno. Le intenté dar conversación, pero
pronto caí muerto de sueño. El conductor me dijo que me tumbara
en la cama de atrás que estaría más cómodo,
y así lo hice. Al tumbarme pude oler el típico aroma a macho,
pues tenía una manta de las típicas que se ponen en el suelo
para hacer de todo. Miré al techo y vi un montón de pósters
de tías en pelotas, me imaginé a la cantidad de tías
que se habría follado aquí, y todas las putas que se la habían
chupado. Me calenté rápido, pero como no podía hacerme
una paja me dormí. Al rato, unas dos horas según él,
me levanté y me senté de nuevo a su lado. Comenzamos a hablar,
y al final lleguemos al tema del sexo. Me contaba que le gustaba mucho
que se la chupasen, que llegaba al séptimo cielo. Él me dijo
si me la habían chupado antes. Yo le contesté que no. Se
quedó callado unos segundos, y siguió...
- Pues no veas lo que te pierdes...,
yo si fuese tu haría lo que fuese para que me la chupasen cuanto
antes. - Volvió a quedarse callado un momento y prosiguió:
- Mira, podemos hacer una cosa.
Como por aquí no hay putas, tu me la chupas primero, y después
cuando sepas como hacerlo bien, te la chupo yo para que disfrutes.
Yo dudé unos segundos, pero
le conteste que sí, entonces él buscó un área
de descanso para parar.
Aparcó y se sentó
en el asiento de copiloto, bajándose antes los pantalones y sacó
su enorme verga. Yo comencé a tragar despacio. Cuando no se la había
chupado tres veces, la tenía como el acero. Era una polla grande
y venosa con el prepucio tapado, como a mí me gustan. Yo seguía
lamiendo y veía la cara de placer del conductor. Yo también
la tenía como el hierro. Aguantó más de 15 minutos,
fue una de las mamadas más largas que he hecho hasta ahora. Cuando
se iba a correr me apartó la cara, porque decía que solo
las putas se tragaban la leche. Aun así me echó toda encima
de la camiseta así que dio lo mismo. Al correrse yo seguí
jugando con su polla, así que se le puso dura otra vez y seguí
chupándosela hasta que 5 minutos después se volvió
a correr, esta vez dentro de mi boca. Al final me dijo:
- Te ha gustado eh, putita, pues
solo te queda un pago antes de llegar a casa.
Él no me la chupó
a mí, arrancó el camión y siguió justo a las
puertas de mi ciudad, se metió en un polígono y aparcó
en un sitio apartado. Me cogió la mano y me la metió en su
paquete. Me dijo que como último pago al viaje le debería
hacer una paja. Yo accedí, y comencé a mover la mano de arriba
abajo. Me costó un rato, pero al fin se le puso dura. Yo la meneaba
como si fuese la mía. A veces rápidamente, y cuando parecía
que se venía paraba y lo hacía despacio. El hombre no pudo
aguantar mucho esta vez, y mientras que se la chupaba de nuevo para quedarme
con el regalo, se corrió salvajemente, follando con mi boca, corriéndose
sintiendo los espasmos dentro de mí. Se vistió, arrancó
y me dejo al lado de su casa. Nunca mas he sabido de él, pero lo
que sí recordare será el magnifico viaje que me dio.
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