UNA NOCHE SALVAJE (01-09-00)
Capitulo 1: V
Mientras se desvest�a en la soledad de su habitaci�n no pod�a
dejar de pensar en lo bien que se lo hab�a pasado en la fiesta... y en lo mucho
que se hab�a divertido con su novio y con sus amigos. Al quitarse la camiseta
contemplo por primera vez el morado que le estaba floreciendo en su pecho, a
escasos cent�metros del pez�n, y su preciosa boca se torci� en una mueca al
recordar la incre�ble osad�a de aquel mocoso. Aun no pod�a comprender como un
cr�o de solo 13 a�os pod�a ser tan descarado y tan p�caro.
No le entraba en la cabeza que el pu�etero mocoso fuera tan
audaz y se lamento, por en�sima vez, de no haberle visto llegar en esta ocasi�n.
Pues desde que se percato del excesivo inter�s que su cuerpo tenia para el
chaval procuraba mantenerse lo mas alejada posible de este... y de sus largas
manos. Y, aunque no siempre lo lograba, hasta ahora si hab�a conseguido que sus
roces fueran mas o menos permisibles... hasta ahora.
Se hab�a cre�do a salvo rodeada de tantos familiares y amigos
(joder, si hasta su novio estaba en la fiesta) y se hab�a confiado demasiado. El
avispado picaron hab�a sabido esperar hasta que ella estuvo agachada en la
cocina con una bandeja de aperitivos entre sus manos para acercarse por detr�s y
meter audazmente las dos manos por el escote, amasando su sensible piel de
canela con rapidez y ansiedad hasta alcanzar el sensible y grueso pez�n.
Solo se los toqueteo durante unos segundos... pero se le
hicieron eternos. La sorpresa hizo que tardara demasiado en reaccionar y cuando
por fin consigui� soltar la bandeja y enderezarse para darle su merecido el
mocoso ya hu�a hacia el comedor... no sin antes darle un ultimo y bastante
doloroso pellizco de recuerdo, que si bien err� su enorme diana sonrosada si
atino a hacerlo justo al lado, dej�ndole una peque�a marca azulada en su
inmaculada monta�ita de alabastro como recordatorio de la paliza que tenia que
darle en cuanto le pusiera las manos encima.
Lo que no pod�a saber ella mientras se despojaba de sus
braguitas y se pon�a su liviano camisoncito de tirantes era que para el mocoso
eso no hab�a sido el final... sino el inicio de todo lo que pod�a hacer esa
noche si la suerte le acompa�aba. A pesar de dormir en la otra punta de la casa
no dejaba de pensar en las posibilidades que tenia a su alcance. El mas dif�cil
de convencer seria el hermano peque�o, pues a los dos primos se les hacia la
boca agua solo de pensarlo... y �l ya se hab�a preocupado de contarles las
suficientes cosas como para estimular al m�ximo su inter�s.
Aunque no hacia falta demasiado para eso, ya que ambos
estaban cansados de verla exhibir su cuerpo de diosa en las playas y pistas de
baile... luciendo sus altivos pechos y su culito resping�n como si disfrutara
poniendo cardiaco al personal. Y para el avispado chaval fue un juego de ni�os
convencerles de que seria "divertido" hacerle una peque�a visita en su
dormitorio y "vengarse" as� de la diosa de hielo.
El novio no era ning�n problema, pues el tipo estaba roncando
desde hacia ya un buen rato, en parte por el cansancio de bailar tanto rato con
la reina de la fiesta, y en parte por las copas siempre llenas y cargadas al
m�ximo que el espabilado mocoso y sus primos se hab�an encargado de servirle una
detr�s de otra.
Dado que eran tres contra uno al final el hermanito se dejo
convencer... aunque maldita la gracia que le hacia arriesgarse a una bronca de
ella o de sus padres si los pillaban solo por ver algo que estaba aburrido de
contemplar en casa casi todos los d�as. Pues como quiera que su hermana mayor
nunca hab�a ocultado su cuerpo, y adem�s le gustaba vestir con muy poquita ropa,
el espect�culo de su cuerpo desnudo era algo que tenia tan visto como el jarr�n
de la salita o el cuadro del pasillo. Aun as� el tambi�n cogi� una linterna y
les acompa�o... pues quiz�s fuera divertido.
El recorrido sigiloso hasta su habitaci�n fue tan largo como
excitante, pues todo eran murmullos, tropezones y risitas... pero dado que la
habitaci�n de los padres estaba tan alejada como la suya las posibilidades de
que les vieran u oyeran eran muy escasas. Al final tanto "sacrificio" obtuvo su
recompensa y cuando alcanzaron por fin el cuarto de la bella durmiente la
encontraron en una posici�n inmejorable.
Esa noche hacia bastante calor, por lo que dorm�a sin
sabanas, y al girarse de costado su reducido camis�n se hab�a subido tan arriba
que sus larguisimas piernas morenas se ve�an casi por completo. Por la ventana
abierta entraba la claridad suficiente de la luna como para ver su cuerpo, pero
los chicos al escuchar su lenta respiraci�n decidieron que quer�an ver mas,
mucho mas, por lo que encendieron con cuidado sus peque�as linternas y se
acercaron al m�ximo a la cama, para que los delgados haces de luz permitieran
verlo todo con nitidez.
Aprovechando su postura lateral primero le subieron del todo
el camisoncito, dejando sus nalgas al aire, iluminando luego desde detr�s suya
entre sus piernas para ver como destacaba entre los muslos su oscura mata de
pelo... y la sonrosada rajita que trataba de ocultar. Aunque desde su posici�n
privilegiada eso no era posible... pues solo hab�a que seguir el estrecho
sendero que separaba sus p�lidas colinas para encontrar la rosada abertura de
entrada al tesoro prohibido.
Mientras el hermanito y los primos se divert�an con eso el
p�caro cabecilla se dirigi� a la parte de delante y, ni corto ni perezoso, le
bajo el tirante del camis�n... dejando al aire lo que apenas hab�a podido tocar
esa tarde y siempre hab�a deseado ver.
Capitulo 2: 4m/F, IN
En menos de lo que se tarda en decirlo deslizaba sus manos
por el mont�culo divino, usando ambas manos para apretarlo con lujuria, absorto
y maravillado de su dureza y de su generoso volumen. Pero si algo le volv�a loco
ese algo era el oscuro fres�n que coronaba la cima, tan duro y tan grueso que
era una autentica delicia pellizcarlo y retorcerlo entre sus dedos. No pudo
contenerse y, arrodill�ndose frente a ella, se lo introdujo por completo en la
boca... saboreando extasiado el manjar prohibido.
Los otros tres estaban tan absortos en la contemplaci�n de su
conchita que no repararon en los manejos de su compinche hasta que le vieron
arrodillarse... alucinando ante su osad�a y temeridad. Pero como descubrieron
que la bella durmiente tenia un sue�o tan pesado decidieron que era de est�pidos
no aprovechar una oportunidad como esa, por lo que sin decir ni una palabra el
hermano y uno de los primos se dirigieron raudos a ocupar el lugar del amigo. El
otro primo decidi� quedarse all�, pues ahora que hab�a reunido el coraje
suficiente se animo a hacer realidad su fantas�a... y empez� a acariciar su
culito resping�n, sob�ndolo de un extremo al otro con tanta parsimonia como
veneraci�n.
Mientras los otros dos hab�an conseguido separar a su colega
de su sabroso chupete, no sin cierta resistencia, y se apretujaban el uno junto
al otro para repartirse el ansiado bot�n. Aunque ya sabemos que sus pechos son
grandes, no lo son tanto como para acoger a cuatro manos ansiosas, as� que el
hermano y el primo tuvieron que repartirse como buenamente pudieron el pecho de
arriba y el de abajo... intercambi�ndoselos cada dos por tres para acceder al
mas f�cil.
Cuando el p�caro chaval se volvi� a situar atr�s, junto al
primo que segu�a amasando sus nalgas extasiado, decidi� no perder el tiempo
disput�ndole el pandero. Y, sin cortarse un pelo, se dirigi� directamente hacia
el tri�ngulo oscuro que asomaba entre las piernas entreabiertas de la inocente
v�ctima. Al primo se le abrieron los ojos como platos al ver con cuanta
desfachatez met�a el otro sus dedos en un sitio tan intimo. No se conformaba
solo con manosear su conchita con una mano, sino que utilizaba la otra para
iluminar la zona, y ver mejor lo que revisaba.
Capitulo 3: 4m/F, IN
El otro primo, cansado ya de pelearse con el hermanito por la
posesi�n del duro pez�n que tanto parec�a gustarle, le hizo se�as al amigo para
intercambiar los lugares... lo que este acepto de mil amores, pues su almejita
estaba demasiado seca y era muy estrecha para poder meter los dedos dentro como
hab�a pensado, y el tacto de su mata de vello pubico no era tan interesante como
lo que tenia en mente.
El primo pronto comprob� lo que el mocoso hab�a
descubierto... pero �l, muchisimo mas experto y mas paciente, sabia muy bien lo
que deb�a hacer. As� que usando solo las yemas de sus dedos empez� a deslizarlas
arriba y abajo por la suavisima y sensible piel de la entrada, hurgando con
paciencia a la espera de que sus toqueteos obraran por fin el ansiado milagro.
Adem�s, las caricias que su hermano no hab�a dejado de
prodigar a sus prietas nalgas de seguro que ayudar�an en la labor. Este, en sus
deliciosas exploraciones, hab�a hallado la entrada al orificio mas estrecho de
todos, y ya llevaba un ratito jugando a comprobar cuanto mas pod�a meter la
puntita de su dedo �ndice en tan angosto lugar.
Mientras el instigador ya se hab�a situado junto al hermanito
arrodillado. El cual, aferrado al pecho de su hermana mayor con ambas manos,
chupeteaba su duro pez�n con un ansia inusitada. Sus dedos temblorosos
manoseaban de tal forma el divino pecho que casi parec�a que estuviera tocando
un instrumento musical. As� que no perdi� el tiempo tratando de quitarle su
juguete y, poniendo en practica lo que se le hab�a ocurrido mientras hurgaba en
su almejita, le pinzo con mucho cuidado la nariz. Lo justo para que no pudiera
respirar pero que no le doliera.
Como ya supon�a, la chica no se despert� por ello, sino que
se limito a abrir su amplia boquita para respirar por ella, dejando as� v�a
libre para que el tunante pudiera poner en marcha su plan. Fue tan sumamente
r�pido en quitarle los dedos de la nariz y en bajarse las bermudas que para
cuando el hermano se fue a dar cuenta ya le estaba metiendo su dura verga en la
boca entreabierta.
La chica, que ya volv�a a respirar con normalidad por la
nariz, debi� de volver a su mas tierna infancia, pues empez� a succionar el
largo miembro que ocupaba buena parte de su boca como si fuera un chupete.
Haciendo las delicias de su due�o, que se limitaba a balancear suavemente las
caderas adelante y atr�s para que la mamada fuera perfecta.
Los primos, que se hab�an arrodillado detr�s de la chica para
estar mas c�modos, no se percataron de nada y, a diferencia del hermanito,
siguieron con su grata labor. El que hurgaba en su culito estaba fascinado, pues
con paciencia y perseverancia hab�a conseguido introducir su dedo �ndice hasta
la ra�z en su culito, y ahora se divert�a a base de moverlo a un lado y a otro
para disfrutar de su deliciosa estrechez. Pero mucho mas feliz estaba el otro,
que haciendo gala de la misma paciencia que su hermano hab�a logrado que sus
caricias convirtieran una estrecha hendidura seca en un h�medo pasillo que
recorr�an sus dedos a placer, desliz�ndose por el ahora encharcado t�nel con tal
facilidad que hab�a logrado meter en su interior dos y hasta tres dedos cuando
as� lo hab�a querido.
Mientras, por delante, el mocoso hab�a tenido que sujetarse a
los hombros del hermano mientras se corr�a, con una abundancia insospechada, en
el interior de su boquita. Y, o bien la chica era muy glotona, o no era la
primera vez que lo hacia, pues se trago todo el semen que mano de su inagotable
fuente sin que se le escapara ni un solo hilillo fuera. La experiencia hab�a
sido tan incre�ble que el chico aun la tenia tiesa, por lo que si no llega a ser
porque el hermanito insist�a una y otra vez en querer ocupar su lugar, habr�a
podido quedarse dentro hasta lograr una segunda descarga.
Pero su depravada mente pronto decidi� que hab�a formas
mejores de hacerlo. As� que accedi� a las demandas silenciosas del ansioso
hermanito y le permiti� ocupar su lugar, arrodill�ndose el donde hab�a estado el
otro para manosear de nuevo ese pecho incre�ble que tantos sue�os h�medos le
hab�a provocado en el pasado.
El hermanito parec�a haber perdido los papeles, pues en
cuanto logro introducirla en la h�meda boca de la bella durmiente empez� a
agitar sus caderas con una brusquedad que no pod�a sino traerles problemas...
pero que para sus planes venia de maravilla. Solo tuvo que esperar a ver los
s�ntomas evidentes de que el afortunado chico estaba a punto de correrse para
retorcerle el sensible pez�n a la hermana, con tanta sa�a como mala idea,
logrando as� sacarla de su inocente sue�o.
La jovencita, medio dormida, aun no se hab�a hecho cargo de
la situaci�n, ni de las mil sensaciones que la embargaban, cuando su hermanito
empez� a correrse en su boca. Sin razonar la inocente debi� asumir que deb�a ser
un sue�o h�medo o algo as�, pues se lo trago todo con gula mientras el calor de
lo que tenia dentro de su culito y lo que fuera que entraba y sal�a de su
almejita le provocaban un dulce y fugaz orgasmo. Posiblemente fue tan fugaz
porque termino de desvelarse y se dio cuenta de lo an�malo y fuera de lugar de
su situaci�n.
Capitulo 4: 4m/F, IN
Los chicos no hab�an perdido el tiempo, y mientras la chica
aun estaba algo atontolinada se hab�an apresurado a volverla boca arriba,
tap�ndole completamente la cara con su propio camis�n para que no los
reconociera, mir�ndose preocupados unos a otros mientras trataban de decidir que
era lo que pod�an hacer para salir del embrollo en que se habian metido.
El que tenia bien claro lo que tenia que hacer era el
avispado mocoso, que ya se hab�a situado entre sus muslos separados con sus
bermudas bajadas hasta los tobillos. Los primos hab�an hecho un trabajo previo
maravilloso, por lo que la entrada fue como la seda, metiendo su larga verga
hasta los test�culos en el primer empuj�n. Los otros tres pod�an sujetar a la
fierecilla a duras penas, pero eso a �l le tra�a sin cuidado, pues sus empujes
eran cada vez mas fuertes y continuos, y sabia que mientras la tuviera sujeta
por los muslos se encontraba a salvo de sus patadas... adem�s que su agitaci�n
le venia de perlas al espabilado, pues sus movimientos agitados hac�an que la
penetraci�n fuera la leche.
No se sabe si lo que calmo a la chica fue el agotamiento... o
el fuertisimo e inusitado orgasmo que tuvo cuando el chico eyaculo en su
interior. Lo que si es seguro que eso les vino de perlas, pues les permiti�
ponerla de cuatro patas en la cama, con la cabeza clavada en la almohada y el
camis�n envuelto en su cara para que no pudiera verles.
Esta vez, cuando el primo ocupo el lugar del chico, y empez�
a penetrarla fogosamente desde atr�s, casi no tuvieron ni que sujetarla en su
lugar, limit�ndose la victima a gemir calladamente (no se sabe si de queja o de
placer) mientras el chico la pose�a de un modo salvaje. Si para todos fue una
sorpresa ver como empezaba a mover las caderas al comp�s con cierta timidez, aun
lo fue mas cuando la oyeron rugir de gozo en mitad de un tremendo orgasmo
m�ltiple. Este fue tan violento que provoco el orgasmo incontrolado del chico,
el cual aunque hab�a pensado eyacular fuera no pudo evitar que su verga
explotara como un autentico g�iser en las profundidades de su conchita.
Lo cierto en que en ese momento nadie le dio la mas m�nima
importancia a eso, pues mientras el hermanito y el amigo amasaban los
maravillosos pechos que bamboleaban alocados al comp�s de su respiraci�n
agitada, el otro primo se apresuraba a despojarse de sus pantalones para poder
hacer realidad su mas oscura fantas�a. La chica, todav�a bajo los efectos del
inusitado orgasmo, solo pudo jadear mientras se le escapaba una peque�a queja al
sentir como un durisimo chisme se introduc�a por su culito virginal. Hasta la
fecha ella solo hab�a aceptado alg�n que otro dedito de su novio y solo cuando
estaba muy, pero que muy excitada. Por lo que fue la primera sorprendida al ver
con cuanta facilidad se deslizaba por su angosto agujerito la verga invasora.
El primo, ebrio de gozo, en cuanto logro que sus test�culos
acariciaran la suave piel de sus nalgas empez� a menear las caderas con un ritmo
fenetrico... sin poderse creer que POR FIN estuviera sodomizando a una chica...
y que adem�s esa chica fuera su prima. La cual, cuando sinti� que una mano (que
ella no pod�a saber que pertenec�a a su otro primo) se adue�aba de la
supersensible pepita de su cl�toris, masajeandola h�bilmente, volvi� a
experimentar un fuertisimo orgasmo... al que posiblemente ayudo la crueldad con
que su hermanito y su amigo estaban torturando sus sufridos pezones, pellizcando
y retorciendo sus gruesos fresones con lujuria desbocada al o�rla rugir de
placer.
Este ultimo orgasmo fue tan largo que, para cuando acabo,
tambi�n hab�a acabado su primo, el cual hab�a dejado el interior de su culito
bien llenito de semen, d�ndole un par de buenas palmadas justo en el momento en
que eyaculaba y aferr�ndose luego a sus generosas caderas para no caerse encima
suya por la flojera que le entro despu�s.
Pero muchisimo mas agotada estaba la pobrecilla, que para
cuando consigui� recuperar el aliento ya llevaba un buen rato sola en la cama...
dado que sus asaltantes hab�a huido, con tanta prisa como sigilo, sin tenerlas
todas consigo. La chica, tras bajarse a duras penas el camis�n, meti� su manita
entre las temblorosas piernas, notando como resbalaban entre sus dedos los
�ltimos grumos de semen que no hab�a conseguido retener su estrecho t�nel... y
la dejo all�, qued�ndose dormida casi en el acto... con una enigm�tica sonrisa
de felicidad en su hermoso rostro.