Relato: Sodomizada sufriendo la mas dulce penetracion

Sodomizada sufriendo la mas dulce penetracion

Desnuda, aun de pie, con la espalda arqueada y las caderas sensualmente elevadas por la altura de mis tacos, ofreciendome totalmente indefensa y sometida a los deseos de mi amante violador.
No tiene apuro, pasa sus rugosas manos por mi piel, tocando y palpando su suavidad; cierro mis ojos y suspiro por sus caricias, con una mano soba una de mis carnosas nalgas y con la otra consigue arrancarme suspiros con la firme presion que ejerce sobre uno de mis pezones.
Su piel aspera de hombre rudo y su olor decididamente masculino mezcla de sudor y de locion corriente me hacen estremecer.
El cuarto sencillo y sin mucha decoracion salvo por el espejo grande delante mio, la cama mal tendida y un cenicero con un cigarro aun encendido, me siento como una puta barata entregada por un sencillo y esto me excita aun mas.
Todo resuma pasion, mis poros humedos, mi piel erizada y ardiente de lujuria, roja de la calentura y sensible a sus dedos, pega su cuerpo al mio, su boca busca la mia y la encuentra, apasionadamente me besa y yo correspondo, su brazo me rodea por la cinturas y su miembro se acomoda entre mis nalgas, su dureza me apasiona y su barba mal afeitada hace un dulce da�o en mis pomulos y mis orejas, continua frotando mis senos y su brazo me aprieta contra el, su verga juega entre mis nalgas sin penetrarme y yo la percibo en toda su longitud, mojandome con sus liquidos y deslizandose sabrosamente, estoy lista para acogerlo pero �l no tiene prisa, quiere enloquecerme de la pasi�n. Pega su pecho lleno de pelos contra mi espalda, siento su hombr�a dominante subyugandome, castigandome por ser tan ardiente, me besa las orejas y yo no creo poder resistir mucho mas, mi sexo rojo y erecto denota el grado de excitacion en que me encuentro, me inclino un poco ofreciendole mi palpitante anillo para que lo tome, le suplico que lo haga y finalmente introduce su virilidad en mi, su musculo se abre espacio entre mis carnes, ingresa lentamente y sin detenerse, hasta el tope de su longitud haciendome sentir una vez mas realizada, llena de �l. Empieza a retirarse y gozosa siento el roce interior de su duro musculo deslizandose hasta que lo retira completamente haciendome suspirar de placer. Sus manos continuan jugando y acariciando mi cuerpo sumiso y entregado, nuestras bocas se encuentran nuevamente y nuestras lenguas luchan freneticamente por el dulce sabor del otro, me empalma nuevamente y otra vez lenta y pausadamente me perfora hasta hacerme sentir los vellos de su sexo en mis nalgas y nuevamente se retira sin prisa, yo trato de detenerlo presionando mi esfinter con todas mis fuerzas pero finalmente escapa de mi y un gemido incontrolado brota de mis labios que �l sabe apagar con sus besos.
Fornica mis nalgas, yo las junto intentando presionar su falo, pero este se mueve a su antojo fuear de mi control, y en uno de estos movimientos encaja en mi hambriento anillo que lo acoge con desesperaci�n, me bombea una, dos, tres veces y se retira de mi interior, me deja angustiada y sufridamente insatisfecha pero inmediatamente me vuelve a penetrar; una, dos, tres veces y se retira de mi, vuelve la angustia y la desesperacion; repite esta operaci�n y yo loca de lujuria lloro y suplico que me coja y me posea.
Me doy vuelta y lo beso, junto mi cuerpo al suyo y nos abrazamos con fuerza, como queriendonos fundir en un solo ser; lo empujo contra la cama y �l se echa boca arriba. Lo admiro con ardor, observo su procaz rigidez puntando el cielo y no me resisto a saborearlo; lo tomo con mis manos y lo acaricio, lo froto con amor, con la lengua saboreo la prominente redondez del rojo glande con intenso sabor a mi; con mis labios aplico tiernos y suaves besos en sus testes y con mis dientes muerdo delicadamente el cuerpo venoso y carnudo de este falo que sabe procurarme extasis y placer llevandome a limites no alcanzados nunca antes.
Finalemente lo introduzco en mi boca y me lo trago sin hipocrecias, como agradeciendole el placer recibido e imaginando el que vendr�. Me lo como entero, lo engullo en su totalidad, no puedo respirar y resisto las arcadas que me provoca, este grueso mastil es mio y lo quiero dentro mio, en lo mas profundo de mi, en mi garganta. Mi amado goza ahora, soy feliz y le dedico un poco mas de tiermpo prodigandome con mis labios y nuevamente con mi garaganta, nuevas arcadas nublan mi cerebro, no estoy mas en mi.

Lo miro, esta gozando con los ojos cerrados y una mueca en sus labios y pienso lascivamente, ahora quien suplica por mas?
Yo, yo quiero mas.
Me acomodo encima suyo, de espaldas a �l, con mi mano guio el mazo de carne a mi ardiente hoyo y me clavo triunfalmente, lo siento dentro mio y esta vez no puede salir, soy yo quien guia las arremetidas, soy yo la que goza impudicamente de su tenaz dureza, soy yo la que comanda el ritmo de las estocadas. Loca de placer, me muevo descontroladamente, vengandome de la angustia de no tenerlo mio, dentro mio, llenandome.

Caigo extenuada en su pecho, el me acoge con sus brazos y me aprisiona, levanta mis piernas y me penetra, ahora el lleva el ritmo, me penetra repetidamente y sin piedad, cada arremetida es como un pu�al clavado en mi deseo, como una lanza que llega hasta mi corazon y lo derrite con el filo de su lujuria. Mi cuerpo no es mas mio, es suyo, es un objeto de placer, me revuelco en �l y el lo manipula a su antojo, estallo en un orgasmo incontrolado, rios de ardiente liquido me ba�an y �l inmutable continua castigandome, me abraza firmemente, me deja sin aire y me bombea sin piedad, un nuevo orgasmo me invade, infinito, estoy en el cielo y casi sin sentido lo siento estallar dentro mio, sublimemente me inunda y yo caigo extenuada, domada y perdida, se desliza fuera y yo sin fuerzas extendida en la cama me siento ir, me abraza esta vez tiernamente. Casi sin fuerzas y la respiracion agitada intento calmarme, me viene un estupor y me quedo dormida a su lado, abrazados y so�ando con los intensos orgasmos alcanzados y con los proximos encuentros que seguro me afligir�.

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Besos

Karina

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