Relato: Mi suerte sexual Quiero comenzar explicando que en Chile (desde donde soy) hay ciertas palabras que cambian. Por ejemplo, a lo que se le llama "verga" (pene), en Chile se le llama "pico", a lo que se le llama "co�o" o "chocho", en Chile se le llama "sapo" y a las mujeres lindas se les llama "minas".
Aclarado esto, comienzo diciendo que tengo 26 a�os y que hace cuatro a�os vivo con una mina dos a�os menor que yo. Decir que tiene un cuerpo de diosa, es s�lo quedarse corto con los halagos. Tiene un "pellejo" (cuerpo) que destempla los dientes. Cuando va a la playa, deja la grande en los hombres, quienes literalmente se dan vuelta a mirarle el culo (usa tanga tipo colaless, porque sabe el cuerpazo que tiene). De hecho, ha provocado m�s de un accidente debido a que los choferes se la quedan mirando. Tiene la man�a de usar ropa ajustada que reflejan el tremendo "pellejo" que posee (a ella le encanta "calentar" a los hombres, lo que les provoca andar con el pico parado, cuando la miran).
Hace m�s o menos cinco a�os, cuando yo estaba saliendo de la U (universidad), mi hermana, quien en ese entonces estaba tambi�n en la U, me present� a su amiga (Lorena) que a la postre fue mi novia con el tiempo. Recuerdo que la primera vez que la bes�, fue un d�a que fui a su casa (arrendaba en ese entonces una peque�a casita mientras estudiaba en Vi�a del Mar), a configurar un computador que ten�a (soy asistente t�cnico inform�tico y trabajo en forma independiente). Lo que me llam� la atenci�n en ese entonces, es que ella pose�a un notebook y que perfectamente podr�a haberlo llevado a mi casa para repararlo, pero me pidi� que fuera a su casa. Mientras mi hermana hab�a viajado a la casa de mis "viejos" (padres), en La Serena, durante el fin de semana, as� que yo estaba solo en Valpara�so. Fue cuando Lorena me llam� al celular y me pidi� que nos junt�ramos en el centro de Vi�a del Mar.
Luego de ir a comer y beber algo (era m�s o menos las 8 de la noche y reci�n hab�a salido de la U a las 7). No hab�a comido nada desde el almuerzo hasta ese momento (ella tampoco). De all� nos fuimos a su casa. Estaba en eso, abocado 100% al trabajo, mientras convers�bamos animadamente de cosas triviales, cuando me di cuenta que no usaba calz�n(bragas) y que asomaba una muy peque�a cantidad de vello p�bico. Eso me puso a mil por hora, lo que produjo que el pico se me pusiera duro como fierro. Ella se dio cuenta de mi inc�moda situaci�n y, en vez de disimularlo, abri� un pocos m�s las piernas (usaba una minifalda de mezclilla hiper corta), lo que me dej� a la vista todo su exquisito sapo. No aguant� m�s y le di un beso en los labios, a lo que ella me respondi� placenteramente mientras emit�a unos casi inaudibles quejidos.
De all� en adelante el trabajo de configuraci�n fue completamente olvidado y comenzamos a besarnos cada vez m�s excitados. Luego de eso, mis manos comenzaron a bajar lentamente, hasta encontrarse unos deliciosos senos, los cuales amas� gentilmente sobre la blusa que ten�a puesta. Mis dedos siguieron recorriendo su bell�simo cuerpo, hasta que logr� sacarle la blusa para luego soltarle y retirarle el sost�n (corpi�o) y tocar su exquisito pecho, primero con las manos y despu�s, aventur�ndome m�s, con mi boca y mi lengua, mientras ella se quejaba cada vez m�s (ahora no tan inaudible).
De all� comenc� a tocar sus torneadas piernas y comenc� a subir las manos suavemente mientras lam�a sus pechos.
Despu�s de eso, ella se detuvo y me pidi� que lo hiciera tambi�n.
Muy a mi pesar, me detuve, finalic� de configurarle el notebook (a eso de las 11 de la noche) y luego me retir� a mi casa, mientras intentaba disimular la tremenda roca que ten�a entre las piernas. Decirles que no me hice una paja al llegar a casa ser�a mentirles. Lo hice pensando en Lorena, mientras recordaba la deliciosa sensaci�n de tener sus senos entre mis labios.
(continuar�)...
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Relato: Mi suerte sexual
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