Relato: Adi�s adolescencia, adi�s inocencia Adi�s adolescencia, adi�s inocencia Cap�tulo 20 - Primavera borrascosa
Rafael y sus l�os
Cap�tulo 20 - Primavera borrascosa. Rafael y sus l�os. El invierno ya no estaba tan crudo ni g�lido dejando que la primavera se fuese acercando alegrando de esta manera el ambiente. Yo me sent�a muy contento porque ahora ya ten�a mi escarabajo, la Mu�equita se comportaba comprensiva, de vez en cuando me daba una vuelta por la tasca de Zvonko para encontrarme <> con la maestra Berbel, asist�a a las clases todos los d�as para no perder el paso en los estudios, y en las tardes me reun�a con mi grupo para estudiar; en fin, no me pod�a quejar. Y de vez en cuando llamaba a Berl�n para platicar con la Hermosura sobre las trivialidades cotidianas, especialmente las relacionadas con las chicas, pues siempre indagaba por ese tema. Se divert�a al escuchar mis an�cdotas estudiantiles.
Por otro lado ten�a la amistad cercana de mis compa�eros de estudio y de residencia, entre ellos el contacto fraternal con Rafael. Este tico era de car�cter calmado y medio taciturno, pero en el fondo bull�a de energ�a. �l segu�a empatado con la rubia Gisela quien lo apodaba oso o abuelo por su comportamiento bonach�n. �l se daba sus escapadas de vez en cuando al bar en donde trabajaba una chica alegre llamada Vicky y se perd�a fines de semana enteros, luego regresaba satisfecho aspirando de su pipa. Gisela nos aburr�a con su preguntadera por el paradero del tico, nosotros no sab�amos qu� responderle porque desconoc�amos la direcci�n de la casa de la ya mencionada Vicky. Bueno, y aunque lo hubi�semos sabido, nunca se lo habr�amos dicho para evitarle l�os a Rafael.
Precisamente con esta Vicky le sucedi� una an�cdota que nos sacudi� toda la mand�bula debido a las carcajadas al ser contada la historia por otro gran amigo nuestro de aquella �poca a quien apod�bamos Rabi porque era hijo de un rabino que ten�a su parroqu�a en la gran Colonia en las riberas del Rin. Ello sucedi� durante una cena en nuestro piso en la cual yo prepar� una lasa�a. Una vez finalizada la cena encendimos nuestros cigarrillos expresando nuestra satisfacci�n. Entonces Rafael anim� a Rabi: -"anda Rabi, cu�ntale a mi hermanito Arturo y a los dem�s presentes lo que nos pas� anoche en el Centro Deportivo con Vicky y su chulo, ja, ja... S�, s� cu�ntales todos los detalles del tonel, ja, ja... Hicimos una buena faena, �verdad Rabi?, cortamos orejas y hasta rabo"-. En esos momentos entr� a la cocina Franz quien al vernos alegres se uni� al jolgorio y sali� a buscar refuerzos para escuchar la historia de Rabi. Se form� una ronda amplia, plena de mucha bulla en nuestra cocina, tal y como lo �ramos en aquellos a�os ya lejanos en el calendario, pero cercanos en la memoria. Rabi encendi� un cigarrillo m�s, aspir� profundo, lanz� una tremenda bocanada al aire mientras que al mismo tiempo se acariciaba y rascaba su barba, pase� su vidriosa mirada, bebi� un trago m�s de su botella, se sent� en la mesa para dominar el escenario e inici� su relato.
-"Bueno, todo comenz� cuando me fui al Sport Center para comerme una chuleta empanada con papas fritas y beberme una cerveza. Al llegar all� me encontr� con Rafael que estaba acompa�ado de una pelirroja alta y hasta bastante buenota, con una tetas grandiosas y un culo como un palacio, para entrar all� con todo el armamento que tenemos los hombres; ambos estaban en una mesa arrull�ndose como tortolitos, Rafael le met�a mano por debajo de la mesa porque ella ten�a una falda ancha y abr�a las piernas para permitir el acceso de su mano hasta todo all� adentro; beb�an cerveza del mismo vaso, fumaban del mismo cigarrillo, entrelazaban sus manos y se miraban como pareja de escueleros. De todas maneras me sent� con ellos para no estar solo porque no hab�a nadie m�s, ni de la residencia ni del tecnol�gico.
Ellos no me prestaron atenci�n y siguieron con su romance, yo me dediqu� a comerme mi raci�n sin prestarle atenci�n a su besuqueo y manoseo; huyyy, qu� chuponazos se echaban, parec�a que se acababan de conocer, ja, ja, ja, y Rafael met�a las manos por todos lados tan descaradamente que Friedel vino a llamarle la atenci�n y les dijo que si segu�an con ese romance tan intenso se tendr�an que ir del lugar, ja, ja, ja, ellos no le prestaron mucha atenci�n y siguieron con su ataque mutuo, pues sab�an que no cumplir�a sus amenazas.
De repente entr� un hombret�n con pinta de mata gente e increp� a Vicky rudamente, la tom� de un brazo y la hal� para que se levantase orden�ndole en voz alta: <> y la sac� a empujones del local. Era su chulo, pues la Vicky es puta, pero cara, no de burdel barato; ella pidi� ayuda a gritos y Rafael salt� tras ellos; y yo, solidario, me fui a ayudarlo.
Afuera se arm� una zaranda de palabras por parte nuestra, Vicky se libr� de sus manos y se escondi� detr�s de nosotros, el chulo trat� de apartarnos para hacerla volver a su lugar y entonces Rafael le conect� un directo a su barbilla que lo hizo tambalear; nos mir� muy estupefacto sin reaccionar y all� nos le fuimos encima, �l echo a correr calle arriba, yo lo alcanc� y le met� una zancadilla, ja, ja, ja, se resbal� y cay� al piso, entonces comenz� a gatear, pero Rafael le propin� un puntapi� en medio de las piernas logrando su objetivo de masajearle furiosamente los g�evos con su bota, y entonces lanz� un alarido de coyote: <>.
Mientras se revolcaba adolorido lo agarramos, lo levantamos, le quitamos la correa de su pantal�n, se lo bajamos y lo metimos en un tonel de basura que estaba all� cerca, lo cerramos al tiempo que �l aullaba, trancamos la tapa, la amarramos con su correa para que no se pudiese salir y durmiese all�, ja, ja, ja... �l chillaba: <>; ella fue hasta el tonel para propinarle un puntapi� con su zapato derecho grit�ndole: <>.
Nos largamos del lugar dej�ndolo all� ahog�ndose en su clamor doloroso: <>. No le prestamos atenci�n y nos fuimos al centro... Esta ma�ana supimos que unos viejitos llamaron a los bomberos para sacar al chulo del basurero porque ellos no pod�an desatar el nudo de la correa, entonces vino una ambulancia para trasladarlo al hospital para que le mirasen los g�evos y la rodilla que se hab�a golpeado al caer.
Y Rafael pas� una noche de espanto y brinco con la Vicky, ja, ja, ja. Ella tiene un perro pekin�s que es un borracho porque ella no le da agua sino vino blanco para beber, ja, ja, ja, y cuando Rafael la ten�a bien clavada, le lleg� el perro por detr�s a lamberle los huevos y el culo, ja, ja, ja, le met�a la lengua entre la raya del culo y gru��a, luego le pasaba la lengua por los g�evos y gru��a como queriendo comerse la carne colgante de Rafael. Y �l tratata de quit�rselo, pero Fido no ced�a y segu�a lambiendo y gru�endo. Entonces Vicky lo calm� al Fido con sus pies y se tranquiliz�, pues se dedic� a lam�rselos, ja, ja, ja; y as� Rafael pudo seguir cogiendo, pues el perro le lam�a los pies a Vicky y Rafael se lo met�a bien hondo para complacerla. M�renlo, est� todo p�lido el muchacho, ja, ja, ja; salud"-. Ahora comprend�a yo la seca frase de Rafael referente al tonel de la basura. Toda la patota se desbarataba a carcajadas escuchando la narraci�n de Rabi. Fue una tarde muy agradable, pues luego lleg� Vicky con su pekin�s y complet� esa reuni�n repleta de lasa�a, vino y amistad as� como an�cdotas recientes referentes a Rafael con la gigantesca prostituta. Luego de un rato se retiraron al cuarto de Rafael para intimar.
La vecina de Ceci
Mi relaci�n con la Mu�equita era maravillosa, yo la visitaba con mucha frecuencia debido a la facilidad del carrito y por ello me pod�a movilizar de un sitio a otro r�pidamente. Fornic�bamos despiadamente en cada momento que se nos ofrec�a y presentaba; en su apartamento, en mi covacha; y ella no se cansaba de sentirse muy admirada por mi persona, pues me hac�a olvidar a la francesita Marie Claude. La maestra hab�a pasado a jugar un segundo papel porque su trabajo le exig�a mucho y no ten�a tiempo disponible para disfrutar la lascivia mutua. Ceci ten�a una costumbre los fines de semanas, se largaba a su pueblo a visitar a su familia; siempre lo decid�a de forma imprevista, por ello me ten�a que conformar con ella s�lo hasta los viernes, pues los s�bados generalmente part�a a R�then, y yo quedaba sin saber qu� hacer. A veces me iba a casa de Berbel, pero no siempre aceptaba ser fornicada, pues ella sab�a de mi relaci�n con Ceci porque nos hab�a visto ya varias veces por los alrededores de su casa y mostraba cierta renuencia a ser s�lo el reemplazo de emergencia; s�lo cuando estaba muy excitada, entonces s� permit�a que la cabalgase y hasta de manera implacable, ya lo dije en cap�tulos anteriores que era muy fogosa.
En una de esas ocasiones jerogl�ficas, pues no sab�a si encontrar�a a Ceci, me fui a buscarla armado de mucha m�sica con mi radio cassette y adem�s un par de botellas de vino tinto para complementar el equipaje. Mi plan era llevarla a comer en un local, pues ten�a unos reales sobrantes gracias a un trabajo realizado el fin de semana anterior en una f�brica de art�culos el�ctricos. Part� optimista y alegre con la firme creencia de que se entusiasmar�a mucho con mi sorpresa, ella amaba las sorpresas, en especial las m�as. Estacion� el veh�culo y me acerqu� a su puerta, toqu� el timbre, casi de inmediato se abri� la puerta, sub� hasta llegar a su apartamento, estaba cerrado. Del otro emanaba la voz de un cantante famoso en esos a�os, apareci� su vecina Ver�nika luciendo un vestido de falda corta, mangas largas y cuello redondo amplio, nos miramos unos instantes sonrientes, estiramos las manos para saludarnos, ella empez� a explicarme: -"oh Arturo, qu� pena, pero Ceci se tuvo que ir de repente a su pueblo porque se enferm� la mam�; una hermana suya, muy bella por cierto y de nombre Magdalena, vino a buscarla en un escarabajo bastante destartalado, se fueron pronto. T� sabes que ella est� todav�a muy acongojada por la muerte del pap�; bueno, y me dijo que t� vendr�as porque quer�an ir al cine y luego cenar all� en el centro, regresar� el domingo en la tarde. Lo siento mucho por ti, pero as� es esta vida... F�jate que mi Jochen* tampoco vendr�, pues lo encuartelaron este fin de semana, tambi�n estar� solita ac� en este gallinero en donde vivo; qu� fastidio, bahh"-. *Jochen = [YOJEN].
Mientras hablaba, se contoneaba perezosamente mostrando su l�nguida silueta larguirucha que se adornaba con su largo cabello rubio cay�ndole hasta sus pechos, su p�lida piel le hac�a juego a su cabellera; se sosten�a en una sola pierna al tiempo que se apoyaba con una mano en la puerta; prosigui� con su argumentaci�n: -"�ah, qu� bien!, con m�sica y vino vienes, l�stima que ella no est� aqu� para que disfruten; estamos en la misma situaci�n; ella se fue y mi Jochen no viene tampoco, no s� cu�ntos d�as estar� sin verlo; qu� aburrido es el servicio militar... Pero sabes, nos podemos divertir un rato para no frustrarnos este s�bado; s� que quer�an ir al cine y luego a cenar, y despu�s quer�an venir para ac� a divertirse un rato con m�sica y vino, adem�s de mucho entrenimiento privado.
Bien, pues yo te propongo la siguiente idea; claro, si te gusta. Podemos ir al cine y a cenar, me traes a casa, o�mos esa m�sica linda tuya, nos bebemos un vino y luego te puedes quedar a dormir en su apartamento; �te parece bien?, es una buena idea, �verdad?, t� decides qu� haces"-. No cesaba de contonearse bajo el m arco de su puerta mientras yo la oteaba sosteniendo toda mi artiller�a de sonido y bebida, no sab�a qu� responder porque mi mente ya volaba a casa de la maestra o a la tasca de Zvonko para buscarla, pues me imaginaba que al invitarla al cine y a cenar, entonces despu�s ser�a un <> como cant� la Fania en <> ya hace bastantes a�os; estaba indeciso porque el dinero de la cena y el cine con la Ver�nika ser�a un verdadero despilfarro, cre�a yo seguro de ello mientras reflexionaba; ella carraspe�: -"ejem, ejem, pongamos las cosas en su cuarto, yo tengo una llave"-.
Abri� y entr� para encender la luz, la segu� como un aut�mata, coloqu� mi armamento en la mesita y me plant� en el centro de la habitaci�n observando su sonrisa casquivana, reaccion� sac�ndome de mi atolondramiento: -"vamos a ver qu� pel�culas pasan, �cu�l quer�an ver ustedes?, d�melo, quiz�s me guste tambi�n; espera, ya regreso con el peri�dico, si�ntate, t� conoces bien su habitaci�n"-. Sali� saltando y volvi� pronto portando la p�gina de los cines de la ciudad. Se sent� a mi lado sonriente, cosa rara en ella porque siempre ten�a semblante de frustrada, explay� la hoja sobre sus piernas indagando por la pel�cula que Ceci y yo hab�amos elegido para esa tarde: -"dime cu�l era la quer�an ver"-. El anuncio era de casi media p�gina, se lo se�al�; salt� emocionada: -"�qu��?, ��sa? �Love story?, �a esa pel�cula quer�an ir?, �qu� rom�ntico y dulce!, pues vamos y la vemos, y despu�s cenamos en alg�n sitio que t� conozcas; s�, s�, Love story me gustar�a verla, he le�do bastantes comentarios en los peri�dicos; s�, vamos"-.
Tom� la iniciativa sin darme chance alguno a protestar o proponer otra idea. Me olvid� de la maestra. Sali� de all� mientras gritaba: -"ya vengo, busco mi abrigo y me pongo mis botas para ir al cine; ojal� hayan todav�a entradas; ay, qu� emoci�n, <>, qu� bonito, se va a salvar el s�bado; no te vayas porque me decepcionar�a much�simo, ja, ja, ja; qu� lindo, <> con Ryan O�Neall y Ali McGraw; uyyy, yuuupiiii; esp�rame que ya vengo, uyy"-. Y sali� disparada hacia su refugio para adornarse con sus botas y abrigo, pues a�n arreciaba el fr�o a pesar de la primavera ya presente en esa �poca del a�o, regres� nerviosa con sus botas ya calzadas solicitando colaboraci�n: -"ay�dame con el abrigo y vamos pronto, pues habr� mucha gente queriendo entrar; ojal� encontremos las dos �ltimas"-. Menos mal que la pel�cula era presentada en varios cines, por ello no tuvimos problemas para conseguir las entradas, incluso hasta en un sitio agradable y no delante de la pantalla. El tema rom�ntico y dram�tico de dicha pel�cula le lleg� al centro de su humanidad, pues reg� unas lagrimitas sinceras contemplando las escenas entre O�Neall y McGraw, sobre todo al final cuando ella muere en brazos de su elegido. All� aprovech� para enlazarla y ofrecerle mi pa�uelo para que se secase sus ojitos lacrimeantes debido a la intensidad dram�tica de las �ltimas escenas; de vez en cuando miraba de reojo para contemplar o palpar visualmente mi reacci�n: -"�oh Arturo perdona!, pero es muy triste todo, ella morir� en sus brazos, qu� rom�ntico; a tu Ceci le habr�a gustado mucho, ella es muy rom�ntica; �vendr�s con ella verdad?, tienes que traerla para que vean juntos esta pel�cula; sabes, venimos los cuatro la pr�xima vez, �s�?"-.
Ya en la calle reflexionamos sobre el sitio para ir a comer algo. Por aquella �poca empezaban a reto�ar las pizzer�as en Alemania, as� como restaurantes espa�oles, yugoeslavos, turcos y portugueses debido a la avalancha de mano de obra para la industria germana llegada de esos pa�ses. Ella estaba indecisa e insegura, pues no quer�a que nos viesen juntos en alg�n local o sitio cercano a su domicilio, se decidi� por una soluci�n salom�nica pero atractiva; insinuando una peque�a vocecilla de chica inocente me propuso: -"sabes Arturo, cerca de la casa hay una pizzer�a nueva, podemos comprar unas pizzas all�, las llevamos a casa y las acompa�amos con tu vino y m�sica; �te parece bien mi idea?"-. Yo no sal�a del estupor, pues ella era generalmente muy silenciosa, discreta; pero en ese momento se presentaba alegre, sus caderas se contoneaban al comp�s de sus palabras adorn�ndolas con una m�mica insinuante. No pens� mucho y acept� su oferta, pues me sal�a m�s barata que ir a un restaurante, se alegr� mucho: -"yuupi, bien"-. Los dos italianos que atend�an el lugar eran bastante jovenes y hablaban muy poco alem�n, nos entregaron las pizzas en unos empaques algo originales pero transportables, nos fuimos a casa de ella para disfrutar de ese manjar que a m� poco me gustaba y gusta; pero las chicas, son las que mandan, ja, ja, ja.
Nos instalamos en su habitaci�n para no desordenar la de Ceci, aunque a m� me habr�a gustado m�s all�, pues me sent�a m�s a gusto porque ya me era muy familiar, mas ella insisti� en que fu�semos a la suya: -"Arturo, vamos a mi cuartico porque all� me siento m�s tranquila; no te molesta, �verdad?; adem�s, adem�s la pel�cula me dej� muy trajinada con tanto drama, pero muy linda la historia, y ahora quiero olvidarla comiendo pizza, bebiendo ese vino y escuchando esa m�sica tan linda tuya, siempre que la pones apago mi radio y dejo abierta la puerta para poder percibirla sin molestarlos a ustedes cuando est�n ocupados entre s�, je, je, je; soy algo indiscreta"-. Bueno, esa indiscrecci�n suya me era conocida, ya que no pasaba desapercibida porque se la ten�amos que soportar con cierta frecuencia, ten�a un olfato especial para interrumpirnos cuando est�bamos bien concentrados en nuestro lindo y bello quehacer �ntimo y sexual. Ceci reaccionaba exasperada en esos momentos, a m� me causaba cierta hilaridad, ya que ve�a en esas acciones una especie de cierto inter�s de ella hacia m�, mas yo no le daba ni prestaba atenci�n.
Subimos �gil pero sigilosamente las escaleras para no despertar a los vecinos y as� mismo evitar habladur�as por parte de ellos. Abri� su puerta y yo entr� portando la bolsa con el manjar italiano, ella dispuso su mesa pronto batiendo alegre sus l�nguidas caderas; no se pod�an comparar con las redondas y rellenitas de Ceci, mas su largo pelo rubio le daba cierto encanto a su larguirucha figura, su voz me sac� de mi ensimismamiento mental: -"Arturo, por favor, trae tu m�sica y el vino para completar este acontecimiento contigo, ap�rate... Mira qu� pizzas, uhmmm"-. Fui al cuarto de Ceci para traer el acompa�amiento que le dar�a el toque decorativo a esa improvisada cena. Descorch� el vino y lo serv� en los vasos, ella no ten�a copas; busqu� el sitio m�s adecuado para enchufar el radio, le coloqu� el cassette con la m�sica de Los Beatles as� como Simon & Garfunkel, ello la entusiasm�: -"�oh, qu� lindo todo!; ven, comamos ya porque estoy muerta del hambre y no aguanto m�s... Buen provecho"-. Y se dedic� a engullir la pizza, era cierto lo de su apetito; yo tambi�n com�a mientras la observaba devorar los trozos de la pasta plana recubierta con salami, jam�n, tomates y queso Gouda desmenuzado por toda la superficie, beb�a del vino y me lanzaba miradas risue�as que incluso llevaban una cierta llamarada de coqueter�a. Me extra�aba mucho ese comportamiento suyo porque generalmente se mostraba fr�a e indiferente cuando est�bamos juntos compartiendo y departiendo.
Terminamos la cena, ella recogi� los restos de la misma coloc�ndolos en su lavamanos, no ten�a lavaplatos, pues era un edificio construido despu�s de la guerra para aliviar la deficiencia de viviendas de aquellos a�os. Yo me tend� en su sof� muy c�modo, ya que sab�a que no podr�a irme a casa porque ya hab�a bebido algunas copas de vino y ello ser�a arriesgar a perder la licencia en un control de la polic�a. Ella iba y ven�a llevando y trayendo cosas de un lado para otro, se notaba cierta nerviosidad que no me pod�a explicar; la dej� hacer sus tareas, encend� un cigarrillo y dej� que las pompitas de humo fuesen ascendiendo hacia el techo; ella se ufanaba en poner orden en su covacha.
El vino, la pizza, la pel�cula, la m�sica y el ambiente me desinhib�an provocando en mi mente cierto juego de ideas con respecto al resto de la noche. Ya no pod�a irme con mi escarabajo a ning�n sitio; salir a pie hasta la tasca de Zvonko para buscar a la maestra me daba pereza debido precisamente a la cantidad de vino que ya llevaba mi cuerpo, entonces decid� que me quedar�a a dormir en el cuarto de la Mu�equita y pasar all� la noche aunque ella no estuviese. Me sent� en el sof� y apagu� el cigarrillo al tiempo que observaba a la flaca en su trajinar de aseo, de vez en cuando me miraba sonriendo. La m�sica no cesaba d�ndole romanticismo a la noche; mi mente empez� a juguetear con los recuerdos frescos de mis chicas, en especial con Ceci me ocupaba mucho, la flaca larguirucha ven�a e iba mostr�ndome sus largas piernas y sonri�ndome al tiempo que beb�a tambi�n de su vaso un sorbo de vino.
Hubo un momento en que Ver�nika hubo de acercarse a mi sitio porque por encima de mi cabeza ten�a una repisa en la cual colocaba sus vasos, ninguna de ellas ten�a un estante o armario para la vajilla y entonces ten�an que repartirla en varias repisas y esquinas de sus muebles; muy espartano era el mueblario de esas habitaciones. Se plant� a un lado mientras trataba de tararear la m�sica y se dedic� a colocar sus vasitos en la mencionada repisa. Mis ojos ten�an ante s� su cuerpo, sobre todo su bajo vientre cubierto por su vestido y luego ve�a la blancura de su piel, tras la tela de su traje se dislumbraba tenuemente la conjugaci�n del arco de sus piernas con el v�rtice de su Monte de Venus; esa panor�mica produj� un impacto en mis pensamientos haci�ndome reaccionar rauda y espont�neamente, sin pensar.
-"�Ayyy!, �qu� haces?, eres un loco, saca esa mano tuya de ah� y pronto; �ayyy!, bruto, �ayyy!; no me metas los dedos all�, s�calos ya; tu mano es como una garra; �ayyy!, no, no, saca ya esos dedos de all�; no que me rasgas la pantaleta y esta reci�n comprada: �ayyy!, �qu� quieres?"-. En mi emoci�n le hab�a invadido su intimidad con una mano aferr�ndome con ella a su Monte de Venus, mis dedos se hund�an en su ranura y hoyito provocando en ella una verdadera sorpresa. Sus piernas tambalearon provocando que se sentase a mi lado, pero sobre mi mano agresora y cuyos dedos no se cansaban de explorar entre sus carnes. Cerr� sus piernas en se�al de defensa, mas mi mano no se apartaba de su intimidad, al contrario, se refocilaba refregando all� en sus secretas carnes. Una mano suya tom� mi barbilla para que la mirase directamente, sus ojos claros refulg�an, sus labios se entreabr�an seductores sin emitir palabra alguna. Luego de unos cortos segundos de di�logo silencioso de nuestras vistas, entonces murmulle� unos sonidos tratando de saber mi intenci�n: -"�qu� quieres?, �por qu� haces esto conmigo?, me invades con tus manos mi intimidad sin preguntarme si estoy de acuerdo... �Tanto te excit� la pel�cula?, �o es acaso la ausencia de Ceci?... �Ayyyy, �bruto!, no que me est�s haciendo da�o con ese dedo metido ah� atr�s; s�calo ya, ayyy"-.
Mi mano, mejor dicho, mis dedos no se cansaban de hurgar en sus fl�cidas carnes provocando que ella no pudiese hallar una posici�n c�moda para sentarse, alargu� mi mano libre para enganchar su cuello y acercarla a m� y as� darle un beso apasionado hundi�ndole mi lengua en su boca y provocando en ella una especie de ahogamiento. La tom� por su nuca para atraerla, ella no presentaba un rechazo verdadero: -"ya me tienes toda invadida all� abajo con una mano, ahora quieres mi boca y seguro que mi lengua tambi�n... Uggg, uggg, uggg; �qu� me haces?, ya ni respirar me dejas, uggg, uggg, uggg; ufff; seis besos en no s� cu�ntos segundos... Arturo, yo no puedo suplantar a Ceci, estoy comprometida y pronto me casar� con Jochen... Ayyyy, bruto... Classsh, clashh, clashh"-. Me propin� un triple manotazo en mi muslo m�s cercano, mas no se apartaba de mi abrazo mientras argumentaba la raz�n para no querer dejarse fornicar por m� en esa tarde ya tarde en la noche. Prosegu� con mi ataque sin soltarla; mi intenci�n era clara.
Mis ojos se clavaban en los suyos provocando en ella una extrema incertidumbre, pues sus manos ya no rechazaban mi ataque frontal y directo, s�lo sus ojos trataban de ensa�arse en los m�os para tratar de provocar inseguridad en m�; yo no me dejaba amedrentar con su mirada que se iba convirtiendo lentamente en un manantial complaciente porque de sus labios emanaba una leve sonrisilla semicasquivana insinu�ndome que le indicara mis deseos. Susurr� leve: -"ella viene ma�ana y entonces te puedes desahogar todo lo que quieras... �Por qu� est�s tan excitado?, viniste todas las noches a dormir con ella, y seguro que fueron noches muy activas, seg�n me cuenta ella... �Ayyyyy!, bruto, desvergonzado, noooo, me haces da�o ah� abajo... Uggg, uggg, d�jame respirar, eres un torbellino; ayyy, ayyy"-.
Mi mano no se cansaba de horadar all� en su bajo vientre mientras la oteaba directo a sus ojos tratando de causar una cierta inseguridad para que se rindiese y se dejase penetrar. En realidad me hallaba muy excitado, a pesar de haber fornicado con Ceci casi todas las noches de esa semana, pero el aspecto de la larguirucha con su cabello largo me excitaban por no s� cu�l raz�n. La volv� a atraer con mi otra mano libre hasta tenerla sobre mi pecho de forma que nuestras respiraciones se conjugaban ardiendo incansables; nuestras vistas comunicaban sin pesta�ear; mi mano le presionaba su nuca para que se acercase; lentamente fue cediendo su resistencia a dejarse besar tiernamente y dej� que mi boca se adue�ase de la suya permitiendo as� que mi lengua invadiera su boca; su cuerpo se distendi� y se pos� sobre el m�o declar�ndose por vencida, mas sin emitir sonido alguno; s�lo su entrecortada respiraci�n se o�a.
Sin alzar la vista me susurr� muy suavemente: -"�me haces todo lo que le haces a ella todas las noches?, �s�? Ella me cuenta siempre cuando desayunamos juntas despu�s de que te has ido lo que le haces a ella cada vez que vienes, no se cansa de narrarme lo intensa que es cada noche que duermes con ella; tu lengua se pasea por todo su cuerpo, hasta los m�s rec�nditos huequitos llegas a ella... Por favor, no me hurgues con tanta avaricia, hazlo con cari�o; ahora s� dame besitos subyugadores, y dame caricias enternecedoras como lo haces con ella...
Sabes, mi Jochen s�lo se encarga de cabalgarme analmente y luego se duerme a mi lado dej�ndome insatisfecha; adem�s, nunca me acaricia como lo haces t� con Ceci que le recorres todo su cuerpo a leng�etazos y besos; y all� en lo m�s escondido le llegas con tu lengua y labios... �Me haces as� tambi�n?, �s�?, �me metes la lengua en mi rosa rosada?, �s�? y luego all� atr�s, como le haces a ella, �s�?... �S�?, �me lo haces?... Jochen me dice que eso es una cochinada y por ello nunca me mete la lengua por all� abajo... Y mucho menos que yo le chupe su pene, peor todav�a, pues eso s�lo lo hacen las putas baratas, dice �l... �S�?, �me haces todo?, si me lo haces, entonces s� te puedes pasar toda la noche conmigo para que disfrutes de m� todo lo que t� quieras; no te arrepentir�s... Quiero saber c�mo es esa sensaci�n de sentir que paseas tu lengua por mi rajita y mi ojito; �s�?, �me haces?, �s�?"-.
Ya era casi implorante su expresi�n. Mi erecci�n tambi�n era bastante expresiva aun cuando mi ropa interior y mi pantal�n imped�an que se la presentase en su esplendor. Me fui sentando pausadamente hasta quedar a su lado, pero sin sacar mi mano de entre sus piernas, all� le susurr� suaves frases a su o�do, entonces reaccion� de manera bastante comprensiva: -"s�; te hago tambi�n todo lo que ella te hace, ya te lo dije, Ceci me cuenta detalles de las relaciones sexuales entre ustedes, no se puede contener y me narra muy contenta todo lo que han hecho la noche anterior y sue�a con la siguiente... S�, te lo chupo hasta que eyacules y me suerbo tu l�quido, quiero saber c�mo es esa sensaci�n de tener la cabeza en mi boca y saborear hasta hacerte llegar a tu �xtasis, s�, s�... �Oh, qu� haces?, �por qu� me empujas para que me acueste?, uggg, uggg; qu� besos, dame m�s con mucha lengua"-. La empuj� hasta que qued� tendida, mi boca se posesion� de la suya mientras que una mano m�a se volv�a a hundir entre sus piernas buscando su rajita vaginal y huequito anal, con la otra me baj� el cierre primero y luego llev� su mano cercana para que tomase mi miembro que ya estaba pronto a reventar debido a la excitaci�n, lo oprimi� feroz y luego encerr� en su mano mis test�culos hal�ndome los vellos de forma emocionada, pues su Jochen no permit�a esos toques en su cuerpo, al mismo tiempo yo le hund�a mi lengua en su boca tratando de ahogarla; casi un paroxismo sufr�amos ambos.
.-Uhmm, qu� besos los tuyos; por favor, m�teme la mano con mucho cuidado para disfrutar"-. La segu�a besando y acariciando para que su excitaci�n la hiciese reaccionar espont�neamente impuls�ndola a desnudarse y as� ofrecerme sus virtudes corporales. Le susurr� leves sonidos a su cercano o�do, reaccion� casquivana: -"no, primero t� me haces lo que yo quiero, despu�s yo te hago lo que t� quieras; acu�rdate que en alem�n decimos: <>; ji, ji, ji, y yo soy la damita esta noche... Desn�dame para que empieces tu labor, y desn�date para estar iguales y poderte sopesar mientras me recorres el cuerpo con tu lengua, como dice Ceci. Ay�dame"-.
Y se fue levantando hasta quedar sentada a mi lado, con sus manos abri� su cierre en la parte posterior de su traje; tom� la falda hasta que su cuerpo qued� libre de ropa larga. Me observ� coqueta cruzando sus largas piernas para proteger su rajita tras su pantaleta, no llevaba brasier, s�lo una simulaci�n del mismo pero en seda, seductora se presentaba, murmulle� queda: -"desn�date"-. Sin quitarle la vista inici� mi show para darle placer a su curiosidad; mi pantal�n vol� hacia el sof�, ella lo dobl� y coloc� en la esquina del mismo, aprovech� para ayudarme con la camisa que deposit� encima del pantal�n, entonces murmulle�: -"el calzoncillo, quiero verte bien desnudo para mi placer, hasta ahora ha sido s�lo de casualidad; qu�tatelo"-. La complac�, dej� caer mi calzoncillo, lanz� una sonora exclamaci�n: -"�oh!, lo tienes muy grueso y muy cabez�n... Ahora entiendo por que Ceci siempre grita: <>. As� la llenas toda; �uhm! Esp�rame y voy a la ducha para refrescarme todita y as� despu�s no te quejes; ponte c�modo mientras yo regreso perfumada"-.
Se march� rumbo al ba�o comunitario de ambas, permanec� all� desnudo sin saber qu� hacer, me beb� un largo trago de vino y me sent� a escuchar la m�sica; con una mano sosten�a el vaso y con la otra acariciaba mis genitales de manera muy distra�da. Se o�a el zumbido de la ducha, no me pude contener, sal� hacia all� y entr� all� vi�ndola como se enjabonaba deleitosamente toda su zona �ntima, su mano se hund�a entre sus piernas y prosegu�a hacia atr�s para llenarse de espuma perfumada su rayita y huequito anales; abr� de sopet�n la cortina transparente provocando en ella una verdadera sorpresa: -"�uy Arturo, qu� susto me has dado!, �qu� haces ac�?, te dije que esperaras... Ugg, ugg, ugg; uff, qu� ardiente eres y est�s, y tu excitaci�n no es nada despreciable... Uhm, uhm, ugg; qu� besos, ya me ahogas; abre la ducha para quitarme todo este jab�n y entonces nos vamos a mi cama"-. El suave calor de la llovizna cay� sobre su cuerpo llev�ndose toda la espuma; yo aprovech� para ducharme r�pidamente, pues ya la excitaci�n me dominaba y no ve�a el momento de apoderarme de las carnes �ntimas de esa rubia larguirucha.
La ducha ces� y aprovech� para que ella saliera de all� a pesar de sus simulados reproches, no le prest� atenci�n y la hal� hasta llevarla al sofa mientras que de nuestros cuerpos chorreaban lentas gotitas de agua tibia, me sent� y volv� a halarla hasta que se sent� sobre mis muslos; sin darle chance a protesta le enganch� sus piernas por debajo de sus pantorrillas hasta que su pubis se encontr� con el m�o. Protest� suave: -"�qu� me haces?, te adue�as de m� sin preguntarme si yo quiero ser amada corporalmente por ti, si deseo que me hundas tu pene en m� vagina, a�n no me has hecho esa pregunta, y ya est�s con �l en toda la puerta apoder�ndote de m�...
�Uyyy!, �qu� es este ataque?, espera, espera; tu pene es con gorra, ji, ji, ji; y no s� c�mo es la sensaci�n en m� si me penetras as�, yo s� como es sin gorra porque Jochen es circundidado, no te la bajes para experimentar esa sensaci�n en m� cuando la gorrita se vaya corriendo y roce las paredes de mi vagina, Ceci me dice que disfruta mucho porque siente bien all� adentro la piel corri�ndose hacia atr�s y es como si le ara�asen las paredes de la vagina... D�jame acomodarme bien sobre �l para que entre todito... Ah, qu� sensaci�n tan profunda, abr�zame y m�teme toda la lengua en mi boca... Uhm, uhm, as�, as�, qu� lindo me lo hace tu hombr�a, uhm, me llenas toda all� abajo y mi boca"-. Teni�ndola as� penetrada me levant� sosteni�ndola en volandas para dirigirme a su lecho, retoz� verbalmente muy alegre: -"�uyyy!, �qu� haces?, me llevas cargada, me siento casi como una reina que la llevan a su lecho, y adem�s ya estoy contigo en m�; me cargas y me llenas toda, uhmmuah, qu� lindo; �Ahh, qu� noche!"-.
Ya en el lecho me record� sus condiciones: -"acu�rdate, primero t� me complaces lami�ndome y lambi�ndome toda, sin excepci�n, y luego yo te hago feliz; ya te permit� que me penetrases, aunque no deber�a haberlo hecho porque la condici�n era y es que yo quiero ser acariciada toda, y despu�s t�"-. Me miraba segura pero coqueta, ya all� volvi� al ataque: -"d�jame acostarme para que me des masajes con tu lengua; pon, por favor, esa m�sica linda que siempre escuchas con ella, a m� tambi�n me gusta".- Mi m�sica era casi siempre un ingrediente indispensable en los momentos culminantes cuando de relaciones sexuales se trataba. Coloqu� unas melod�as a bajo volumen y retorn� a su lado contemplando su desnuda figura larguirucha tendida en su lecho deseosa de ser atacada por mis manos, as� como por mi voraz boca acompa�ada de mi lengua loca para entonces complacerla y no desilusionarla.
Me sent� a observarla fijamente tomando una mano suya para llevarla a mis test�culos para que me los masajease mientras yo la babeaba y leng�eteaba. Sus dedos sopesaron mi hombr�a murmulleando queda: -"ven y empieza ya con tu masaje bucal... Y no dejes nada, desde mi boca hasta la planta de mis pies quiero que me lamas y lambas con esa lengua tuya... �Ah, qu� duro est� tu pene!, pero primero quiero que me lambas todita y me chupes mi boca, mis senos, me lamas mi vientre y luego metas esa lengua en mi rajita para que me chupes mis ninfitas... Y luego me des muchos besos negros, muchos, muchos... Anda, ven ya, ardo en deseos, ven, ven, ven ya, ya, ya"-. Su vista refulg�a implorando ser acariciada. Su mano se refocilaba con mis test�culos sopes�ndolos garosa, mi vista la pon�a insegura, cerr� sus ojos al tiempo que susurraba muy queda: -"no me hagas esperar m�s y ven a acariciarme"-.
El fondo musical era muy rom�ntico, beb� un sorbo del vino e inici� mi <> de esa noche. Y como hab�a dicho mi locuaz amigo gaucho Meno en Berl�n: <>, me sum� en la faena de darle placer para no decepcionarla y mucho menos frustrarla. Me arrodill� a su lado agach�ndome para iniciar ese trabajo arduo de lamerla y lamberla desde su boca hasta sus talones. Muy lentamente fui recorriendo su torso dedic�ndole una especial atenci�n a sus erguidos senitos cuyos pezones parec�an reventarse ya a causa de la excitaci�n que la dominaba. Uno a uno los fui ensalivando al tiempo que ella sosten�a distra�da mi masculinidad enredando sus dedos en esos vellos largos que cuelgan de los test�culos. No abr�a los ojos lo cual indicaba que disfrutaba al m�ximo del momento, yo tambi�n porque no era mi tipo de mujer, mas en aquel momento ello no importaba, lo principal era que se dejase acariciar y luego fornicar, pues debido a mi intensa actividad sexual con Ceci necesitaba de una mujer aquella noche, no me importaba que fuese su amiga, la maestra, la francesa, Sylvia o alguna otra que quisiese y desease dejarse penetrar por m�. En aquel momento mi cerebro era una inmensa laguna de espermatozoides impidi�ndome reflexionar.
Su respiraci�n aumentaba a medida que me iba acercando a su Monte de Venus con la punta de mi lengua loca. La presi�n de su mano se sinti� en mi hombr�a, ya que se emocionaba cada vez m�s al sentir mi respiraci�n rondando su bajo vientre. Mi mano derecha se incrust� entonces entre sus piernas y un par de dedos se hundieron en su hoyo anal y otro par en su inundada vagina, all� lanz� un suspiro largo y hond�simo: -"uhmm, Arturo, eres genial, uhmmm"-. Mis dedos se sumergieron encontr�ndose en su profundidad y siendo separados s�lo por esa telita que se encarga de dividir esas secciones corporales; mi lengua segu�a merodeando por su pubis y mi boca se inundaba con su tenue vellosidad; mi mano derecha repleta con sus jugos dej� el espacio libre para que mis labios iniciasen el asalto a su cofrecito. Mi boca se fue acercando a su alcanc�a que brillaba debido a la cantidad de jugos que emanaban pausada pero muy copiosamente de all�. Mis labios envolvieron los suyos vaginales uno por uno engull�ndolos pr�cticamente para que el sabor de esa carne pudiese ser catado por mi lengua. Y mi lengua se hund�a en su ranurita buscando esa perlita que las hace vibrar, gemir, gritar, chillar hasta el paroxismo total cuando se les es acariciada; la hall� y empec� a lamb�rsela de tal forma que su cuerpo fue presa de leves movimientos semejantes a calambres, agradables en este caso. Mis manos se posesionaron de sus nalgas para dominar sus contorsiones evitando hacerle da�o y as� no echar a perder la faena que le estaba realizando; sus fl�cidos muslos presionaron mi rostro ocasionando que mi respiraci�n sufriese un poco al no poder inhalar aire libremente; su mano segu�a halando mi vellosidad y sopesando mi enhiesta erecci�n.
De pronto una mano suya hal� de mi cabellera para que sacase mi rostro de entre sus piernas: -"Arturo, ya no m�s, ya no soporto m�s tanta caricia tuya con tu boca; ahora d�melo, quiero sentirte en m�, deseo que me asaltes ya, para sentir ya esa erguida hombr�a tuya entre mis paredes vaginales... Me lo haces muy lento porque tengo meses largos que no co�to vaginalmente, s�lo analmente, y quiero disfrutar mucho de esa penetraci�n, ven ya y no me hagas esperar m�s... Ser�, ser� tu regalo de bodas porque pronto me casar� con Jochen y ma�ana viene Ceci y seguro que te le dedicar�s a ella, entonces ya no habr� m�s chance para que me ames corporalmente, s�lo ser� tuya hoy y nunca m�s; y t�, t� tienes a tu linda Ceci; y por ah� te vi con una chica de pelito corto, ji, ji. Espera me pongo m�s c�moda para que me puedas amar bien y largo rato con esta hombr�a tuya tan dura, uhm"-. Se fue estirando cuan larga era y ech� sus piernas hacia atr�s argumentando: -"s�, as� de frente para veas mi expresi�n de dicha y placer cuando vayas hundi�ndomelo todito lentamente, y para que me puedas llenar mi boca tambi�n con esa lengua tuya que me ha acariciado y babeado toda mi intimidad genital, me hiciste flotar con tanta caricia bucal tuya... Uhmuah, a�n sabe a mis jugos, muah"-. Su boca envolvi� la m�a mientras echaba sus piernas hasta su pecho susurrando nuevamente: -"con delicadeza para que no me la hieras y para poder disfrutar cada segundo de cada mil�metro que vaya entrando en m�; acu�rdate que mi vagina esta casi cerradita porque Jochen me penetra s�lo analmente, pero yo tomo p�ldoras igual que Ceci, pues de repente se le ocurre a �l que quiere tambi�n por delante y no quiero quedar pre�ada ahora... D�melo ya, ven y pronto"-.
Sus largas piernas delgadas se echaron hacia atr�s para dejar a toda mi disposici�n la puerta de entrada a su para�so vaginal; su largo cabello aur�fero se extend�a sobre la almohada, con sus manos sosten�a sus muslos para que no cerrasen el acceso a la entrada a su dichosa cajita carnosita poseedora de mucho placer para un ser masculino deseoso de entrar all� y hacerla feliz. Su mirada era deslumbrante y hasta seductora; en el fondo se o�a casi penumbrosamente la m�sica instrumental que nos acompa�aba en ese momento inolvidable para ambos. Estir� sus piernas para apoyar la planta de sus pies en mis hombros, solt� sus manos de sus muslos alarg�ndolas para tomar mis brazos y atraerme hacia ella, hacia su su cuerpo. Suspir� hondamente: -"ah Arturo, empieza ya con tu agradable tarea"-. Y ya no me hice rogar m�s. Tom� una mano suya para que se hiciese due�a de mi erguida masculinidad y as� ella misma la llevase hasta la ranura que era la entrada a su vagina; una mano m�a comprob� la humedad en su interior para saber si ya la excitaci�n inundaba toda esa zona suya; s�, era una aut�ntica laguna, divino pens� y ella igual: -"�te das cuenta?, ya te puedo recibir, no me hagas esperar m�s y ven a m�"-. Esa frase me record� a mi Mu�equita en sus momentos de �xtasis conmigo.
Y ya nada me detuvo en mi tarea para complacerla. Su mano condujo mi glande hasta la entrada de su ranura, lo coloc� all� y alz� un poquito su cadera para que se hundiese entre sus delgados labios vaginales; su otra mano me atrajo para susurrarme quedamente: -"despacio, muy despacio para disfrutar de cada instante; es mi �nica vez contigo y quiero que sea inolvidable; quiero disfrutar cada instante de la penetraci�n, as� como cada mil�metro de tu pene que entra en m�; hazlo con mucho cuidado porque ya te dije que hace mucho tiempo que Jochen no me penetra la vagina; dame un beso bien largote e inv�deme, ven"-. Alz� su rostro para apoderarse de mi boca mientras que su mano enrumbaba mi masculinidad hacia el interior de su intimidad vaginal; el contacto de mi glande con su rajita la hizo reaccionar muy queda: -"d�melo con tu gorra, quiero sentir que se echa hacia atr�s dentro de mi cuerpo; hoy quiero sentir todos los placeres... S�, as�, poco a poco, no te apures; entra en m� poco a poco. Muy despacio, s�, ahh, qu� lindo, eres muy delicado y tierno... S�, un poquito m�s, uhm, muah, qu� dicha, qu� dicha"-.
Mi miembro se hundi� pausadamente en su cajita m�gica, de su boca emanaban largos suspiros de placer, disfrutaba al m�ximo; mi pelvis se choca con la suya roz�ndose nuestras vellosidades, entonces murmulle�: -"m�telo y s�calo pero con mucha lentitud... S�, as�, as�... �Ah, qu� dicha!, no no aceleres, dom�nate, quiero sentirte ah� adentro un rato bien largo, muah, muah"-. Me besaba locamente mientras mi masculinidad se mov�a all� adentro como un �mbolo para as� satisfacer sus deseos, volvi� a susurrar: -"abr�zame bien fuerte cuando eyacules... Oh, ya viene esa descarga, ven y estr�jame, toma mi boca y mete tu lengua... Uhmm, uhmm, uhmm, uhmmmmmm, qu� dicha la m�a"-. La abrac� casi engull�ndola y dej� que mi savia in�ndase copiosamente sus entra�as, mi boca se adue�� de la suya, sus manos se aferraron a mis espaldas para que no me separase un s�lo mil�metro ni instante de ella.
Su mirada se pierde en el techo, mis labios buscan los suyos; nuestros estertores disminuyen espaciosamente, me dej� caer hasta quedar a su lado, all� ella se emocion� sobremanera mir�ndome fija: -"uhmuah, estuviste estupendo, goc� largo y mucho; cada vez entiendo m�s porque Ceci se emociona cuando sabe que vendr�s a dormir ac� con ella, me dice siempre que eres un torbellino para hacer el amor; y es cierto, muah, gracias por ser comprensivo conmigo, nunca olvidar� esta noche contigo... Ji, ji, ji, ahora me toca a m�, tu pene ya no est� tan grueso ni largo, ahora s� me lo puedo meter bien en la boca y chup�rtelo como te lo hace Ceci"-. Se coloc� de rodillas a mi lado mir�ndome ansiosa, una mano suya recorri� mi torso bajando hasta llegar a mi pubis h�medo con sus jugos, tom� el pene para simular una masturbaci�n y para comprobar su semidureza, sonri� aprobativa: -"ya no est� tan duro, te chupar� s�lo la cabeza, d�jame y te echo la gorra para atr�s para lam�rtelo y as� se te vuelva a poner bien duro"-. Y de inmediato engull� mi abatido pene aprovech�ndose de que se debilitaba a causa de la reciente eyaculaci�n. Tom� el glande entre sus labios voraces, luego lo refreg� con su lengua ocasion�ndome un hervor en todo mi cuerpo, y as� prosigui� cerrando sus ojos para concentrarse en su tarea hasta que se erigi�, all� me solicit� que la volviese a poseer y penetrar vaginalmente, la complac� generosamente en dos ocasiones m�s hasta que murmulle� estar complacida.
Nos abrazamos sin separarnos un �nico instante hasta que ella se adormeci� dichosa y plena de l�quido seminal. S�lo el suave silbido de su respiraci�n se o�a en la soledad de la habitaci�n, ya la m�sica hab�a terminado. Quise levantarme, pues yo quer�a irme a pasar el resto de la noche en el cuarto de Ceci en su cama, ello la despert�: -"no te vayas por favor, qu�date ac� conmigo; ser� nuestra �nica noche y quiero tenerte a mi lado para que me ames cuanto quieras; no te olvides, ma�ana viene Ceci y ya no tendremos m�s contacto privado; bueno y adem�s, en 2 � 3 semanas me ir� para siempre de Dortmund a vivir en el pueblo de Jochen"-. Alarg� una mano hasta hallar mi pene asi�ndolo de manera suave pero firme cercior�ndose de su dureza: -"te fijas, est�s excitado y aqu� estoy yo deseosa de ser amada por ti, �a qu� esperas?, anda ven, no seas ego�sta conmigo; compl�ceme d�ndome toda esta dicha m�a que cuelga erecta de tu cuerpo; si quieres, me puedes penetrar mi anito para que tengas variaci�n, �s�?, �quieres probar mi anito?, mis nalgas no son tan lindas, prietas y duras como las de Ceci, pero est�n bien tambi�n; ven y ll�name atr�s con esa larga carne viril, toma, muah, muah; ven Arturo, d�melo todo, espera me volteo"-. Coloc� la almohada debajo de su bajo cuerpo para que sus nalgas se irguiesen y as� facilitar mi labor, abri� un poco las piernas mientras que se humedec�a el esf�nter con saliva suya, luego la alarg� hasta hallar mi cadera, sus dedos se aferraron y me atrajo hasta sentir el glande en la entrada de su hoyito, su voz era leve pero ansiosa: -"ya, entra ah� en m�, poco a poco mas con suave firmeza... �Qu� bien!, m�s Arturo"-. La pose� analmente para placer suyo y m�o, pues no esperaba que me ofreciese su trasero porque su novio era su due�o. Permanec� con ella toda la noche tal como lo deseaba. En la ma�ana nos despedimos porque no sab�amos cu�ndo se aparecer�a mi Mu�equita, me fui a mi covacha para ducharme y quitarme todos los aromas y sabores de Vero, luego me tend� a dormir para recuperarme, pues Ceci seguramente querr�a ser amada tambi�n esa noche siguiente.
Unos toquidos nerviosos a mi puerta me sacaron de mi sopor, el tico Rafael: -"epa lir�n, lev�ntese, lo llaman por tel�fono, es tu ni�ita linda, ap�rate"-. Me envolvi en una levantadora deshilachada y fui hasta el pasillo. S�, era ella divertida: -"hola Arturo, ya estoy ac� en Dortmund, ven para presentarte a mi hermana Magdalena, y bueno, para que nos encontremos"-. Volv� a mi cuarto para buscar las zandalias e irme a la ducha, luego me acical� lo mejor que pude, pues su hermana era dizque muy linda. Vol� con mi escarabajo por las calles casi vac�as de ese domingo en Dortmund, estacion� y sub� exhaladamente las escaleras, toqu� nervioso a su puerta, adentro se o�an animadas voces femeninas, Vero tambi�n. Ceci abri� la puerta: -"oh Arturo, muah, pasa; mira, mi hermana Magdalena y bueno, a Ver�nika ya la conoces"-. Su hermana se levant� extendi�ndome su mano hasta encontrar la m�a. Mis pensamientos volaron a Berl�n, pues ten�a una semejanza incre�ble con Hilde, cabello rubio y largo, ojos azules, rostro muy fino de piel delicada y tersa, unos 173 cms de estatura y de porte elegante, guard� silencio, se dio cuenta de mi perturbaci�n: -"un placer Arturo, Ceci nos ha hablado mucho de ti, s�lo cosas buenas y lindas tuyas"-. Logr� dominarme y balbucir algo similar; Vero no me quitaba la vista y protest�: -"bueno, �ya no me conoces?, sal�dame, ven, hasta con besito, muah"-. Las tres sonrieron coquetonas; Magdalena no me quitaba la vista de encima, Ceci se dio cuenta y runrune� segura: -"Magda, yo me voy con Arturo a su residencia para que puedas dormir ac� tranquila y ma�ana tomes el tren para Helsinki; yo vengo a buscarte con su escarabajo... Arturo, vamos a tu residencia"-. Magdalena se qued� all� de pie, Vero protest� otra vez: -"bueno Arturo, desp�dete de m�, pero con besito, muah"-. Risas mil de las tres.
En el camino me cont� que Vero la hab�a pasado muy lindo conmigo en el cine y las pizzas despu�s, pero nada m�s, menos mal, pues no quer�a echar a perder la amistad con la Mu�equita porque era muy placentero y divertido su comportamiento conmigo. Llegamos a mi covacha y ella de inmediato se me lanz� encima: -"Arturo, Ver�nika me dijo que la hab�as llevado a ver <>, tendremos que ir porque quiero ver ese film contigo, pero ahora estoy mucho lo deseosa de ser amada ya... S�catelo para verlo, pues estoy ansiosa... �Oh, qu� colorado lo tienes!, �es por tanto roce del jueves pasado?, s� creo porque estuviste muy activo y no cesabas de meterlo y sacarlo, pero me complac� mucho, ya que me satisfizo bastante tu intensidad, ven y seguimos para que me sofoques esta hambre m�a por ti... El viernes y s�bado s�lo lo pas� pensando en ti y tus caricias, las cuales me hicieron falta.
Apaga todo, no quiero m�sica ni vino, s�lo tu gatote en mi gatita acarici�ndola y masaje�ndola bastante rato; ven y �mame; me muero de sed por ti, y como siempre lo quiero sentir bien hondo en m�, hasta que los vellos de tus huevitos me rocen la ranura anal, no me hagas esperar m�s y m�ntate para que me lo hundas bien profundo y me cabalgues briosamente largo rato, ap�rate y ven a m� que ya no aguanto m�s"-. Ya me sent�a muy recuperado del traj�n con la flacuchenta y proced� a darle placer a mi linda Mu�equita. Copulamos bien intensamente hasta casi medianoche aprovechando la tranquilidad del domingo. A la ma�ana siguiente se llev� mi escarabajo para buscar a Magdalena quien se cas� y vive desde entonces en Helsinki. Vero desapareci� unas semanas m�s tarde prometiendo que nos enviar�a la invitaci�n para su boda, nunca lleg� nada. Mi regalo de matrimonio se lo hab�a entregado ya con anticipaci�n, espero que jam�s lo haya olvidado. Su habitaci�n fue utilizada desde entonces por el propietario como dep�sito para trastos viejos de manera que Ceci vivi� de all� en adelante sola, era una ventaja para m� porque pod�a ir cuantas veces quer�a sin ser molestados o interrumpidos por una vecina curiosa como lo era Ver�nika.
Continuar�. Cap. 21. Retorno a Berl�n.
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Relato: Adi�s adolescencia, adi�s inocencia
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