Me llamo Chema y tengo 18 a�os. Este verano me sucedi� algo incre�ble en la
playa. He de decir que soy muy t�mido y que hasta entonces no hab�a tenido
relaciones con ninguna chica. No es que sea feo, pero tampoco soy muy guapo y me
cuesta mucho acercarme a las chicas, sobre todo si me gustan. Soy bastante alto,
pero no tengo un cuerpo de atleta precisamente. No llamo mucho la atenci�n y me
mato a pajas.
Pues bien, en verano mis pajas ten�an una protagonista: la vecina de
enfrente, Araceli. Supongo que pensar�is que estoy muy salido, porque ella es
una mujer madura y no muy atractiva si no estuviera tan calentorro. Debe de
tener unos 50 a�os, est� casada y tiene dos hijas; una es de mi edad y est� muy
bien, pero como sale mucho casi ni la veo; la otra es m�s peque�a. Es bajita,
tiene el pelo corto, una cara normal, un cuerpo sin formas espectaculares,
rellenita y con un par de tetas que me tienen loco. Todas las tardes cuando se
iban mis padres me desnudaba y la espiaba mientras limpiaba la entrada de su
casa. Bajaba los tirantes de su ba�ador y sus pechos quedaban bastante
descubiertos. Cada vez que se agachaba ten�a una visi�n impresionante. Yo me
cuidaba para no ser visto entornando la persiana y mi polla se paraba s�lo con
esa visi�n.
Un d�a, cuando estaba d�ndole a la manivela (he de decir que no gasto esos
tama�os que abundan por estos relatos; mide unos 15�5 cms. y eso en su m�ximo
esplendor) con la tranquilidad de que su marido se hab�a marchado y tambi�n sus
hijas, vi c�mo se acercaba a casa. Busqu� el ba�ador r�pidamente y sal� a abrir,
pues ella insist�a en la puerta. No me dio tiempo ni a ponerme una camiseta. Y
mi erecci�n se notaba bastante a trav�s del calz�n.
-Chema, �me dejas la podadera?
Fui a por ella y se las pas�. Estaba muy nervioso y acalorado. Estaba muy
rojo.
-Hay algunas ramas a las que no llego. �Te importar�a ayudarme?
Le dije que no. Ella me habl� de por qu� no sal�a con los chicos de all�,
etc. Me pregunt� que si ten�a sed y me dio una cerveza. Hac�a un calor enorme y
por poco que te movieses sudabas mucho. La cerveza me entr� muy bien y me dio
otra. Se me subi� un poco a la cabeza. Ella se hab�a subido los tirantes, pero
tenerla tan cerca y ver su ba�ador azul celeste tan de cerca no me dejaba
tranquilo y segu�a con mi erecci�n. No s� si ella se enter�. Adem�s, a veces me
ped�a que le acercara algo y rozaba mi brazo con su pecho. Cuando terminamos, me
invit� a pasar para tomar algo. No ten�a ganas de nada, pero entr�. Cuando me
sent� en el sof� vi que mi ba�ador estaba empapado. Me puse m�s nervioso. Ella
se sent� al lado m�o y vi que me mir�.
-�Hace calor, verdad? Mira, t�came, yo tambi�n estoy empapada...
Y me cogi� la mano y se la llev� a su entrepierna, haciendo a un lado el
ba�ador. Estaba muy mojada. Se sonri� p�caramente.
-�Qu� te crees? �Que soy de piedra? Llevo vi�ndote empalmado todo el rato y
me has puesto cachonda. No es lo mismo saber que te est�s masturbando en tu
cuarto que notar el calor de tu polla al lado de m�.
No me dej� tiempo para avergonzarme de que supiera que me pajeaba mir�ndola,
me bes� en la boca y me estruj� el paquete encima del ba�ador. Las cervezas me
ayudaron a devolverle el beso con la lengua y a tocarla los pechos. Terminamos
bes�ndonos con lujuria y pasi�n, respirando sin separarnos y sin dejar de
tocarnos. Ella ya hab�a metido su mano por debajo del ba�ador y yo le hab�a
bajado los tirantes y le hab�a sacado un pecho. Le saqu� el otro y baj� la
cabeza hasta sus pechos: ca�dos pero enormes, con unos pezones muy grandes
tambi�n, rosados, blanditos y con unas aureolas m�s largas que anchas. Se los
chup� a conciencia: ella jadeaba y me dec�a que siguiera, que se las chupaba muy
bien. Le baj� el ba�ador hasta los tobillos y me encontr� con una pelambrera
enorme. Ol�a muy fuerte, pero estaba muy excitado y hund� mi nariz en ella y
baj� hasta encontrar el agujero. Los l�quidos le bajaban por los muslos y se los
limpi� a leng�etazos. No sab�a d�nde estaba el cl�toris, pero sus gritos me
confirmaron que lo hab�a hallado. Not� un l�quido que me manchaba la cara. Se
hab�a corrido en mi boca. Me lo tragu� todo. Me di cuenta que me hab�a corrido
yo tambi�n y se lo dije a Araceli. Me baj� el ba�ador y se meti� mi verga, ya no
tan dura como hac�a un momento y empez� a absorber todo mi esperma. Ver c�mo esa
se�ora bombeaba mi polla con su boca a un ritmo fren�tico me volvi� a calentar.
Le acarici� de nuevo las tetas, que no se le paraban de mover con la chupada y
mi polla, para alegr�a de Araceli, volvi� a ponerse como un palo.
-Te quiero follar.
No s� c�mo me atrev� a dec�rselo, pero la empuj� hacia el sof� y ella qued�
recostada abriendo sus piernas. La ve�a su raja como se las ve�a a las t�as de
las revistas. Me ech� sobre ella, que me dirigi� la polla hacia su co�o. Entr�
de golpe hasta el fondo. Le molest� un poco, pero pronto grit� de gusto.
-Tienes una polla que me vuelve loca, Chema. Destr�zame.
Empec� a mover el culo y mi polla sal�a y entraba de ella. No par�bamos de
besarnos y de jadear.
-Ponte a cuatro patas, la orden�.
Ella no dud� y se dio la vuelta. Agarr� sus pechos por detr�s y se la clav�
de nuevo. No pod�a dejar de mirar su culo. Met� un dedo en �l y gimi�. Le met�
otro y volvi� a gemir. Ya con tres dio un peque�o grito. "Te voy a romper el
culo". Se la saqu� del co�o y met� la cabeza de mi polla en su agujero. No sab�a
que la ten�a tan gorda. Me cost� bastante met�rsela. Araceli gritaba y ped�a que
no siguiese. Pero yo estaba muy caliente y segu� empujando, hasta meterle la
mitad. Araceli me insultaba. Hijoputa, me est�s matando. Me mov� en c�rculos
para que se acostumbrara y la paje� con la mano en el co�o. Cuando vi que
disfrutaba, volv� a dar otro arre�n hasta el fondo; chocaron mis huevos con su
culo. Grit� mucho, pero no la hice caso. La presi�n sobre mi verga era incre�ble
y se la saqu� y la volv� a meter. Me excitaba que gritase tanto. A las pocas
veces del mete saca, ella me ped�a m�s, me ped�a que la rompiese el culo. Cuando
me iba a correr, se la saqu� y le dije que me mirara la polla. Cuando lo hizo,
me masturb� fren�ticamente y descargu� sobre su cara y sus pechos, inund�ndola
de semen. Parec�a que era la primera vez que me corr�a, porque la llen� de
leche. Ella se lo desparramaba por sus pechos y se tragaba lo que le ca�a cerca
de la boca.
Ese verano no dej� de foll�rmela cuando ten�a alguna oportunidad. Y adem�s
debi� de comentarle algo a su hija Patricia, porque empez� a tratarme con
simpat�a y malicia. Acab� formando un tr�o espectacular con las dos, pero eso es
otra historia...