Relato: El exhibicionista L EXHIBICIONISTA
No siempre le sucede a las personas lo que a m� me aconteci�. No s� si mi aspecto f�sico o mi forma de caminar pudo precipitar los acontecimientos pero, les voy a contar los hechos desde un comienzo.
Soy una mujer, de 34 a�os, m�s bien baja de estatura, pelo casta�o te�ido, sin gran desarrollo mamario pero bien hecha seg�n los que me lo han confiado. Habitualmente voy al Supermercado a comprar lo que falta para las comidas del d�a, tengo que desplazarme tres cuadras para llegar de casa a dicho supermercado. Nunca hab�a tenido malas experiencias durante mi trayecto pero, hace dos meses atr�s, cuando ven�a de regreso a casa, un ciclista pas� por mi lado y se detuvo unos metros m�s adelante en actitud un poco extra�a. Me puse en alerta cambiando mi cartera al lado interior de la vereda y llegu� a su lado.
Cu�l no ser�a mi sorpresa cuando aun sentado en la bici, se da vuelta hacia m� dici�ndome �Ch�pemelo mijita!, mostr�ndome su erecto pene. Mi primera reacci�n fue violenta y le tir� un manotazo que no lleg� a destino y segu� mi camino pensando en la patudez del fulano y sinti�ndome humillada por la sugerencia recibida, pero record� que mi pareja hace tiempo que no me entrega nada de nada y me sonre� pensando en el tipo que no era tan despreciable en lo f�sico pues se ve�a limpio, ordenado y bien presentado con su barba corta como se usa ahora. Pens� que pod�a tener uso 45 a�os y me extra�� que fuera un exhibicionista cualquiera. Mir� hacia atr�s y el tipo hab�a iniciado su marcha pasando por mi lado haci�ndome un gesto amistoso.
Llegu� a casa y me olvid� un poco del asunto hasta que mi pareja lleg� como es su costumbre tipo 20 hrs. Despu�s de pensarlo un poco le cont� lo sucedido y me llam� la atenci�n el hecho de que no le diera la menor importancia. Incluso me dijo que porqu� no hab�a aprovechado. Qued� picada y durante la noche al acostarme pens� en al situaci�n y mi imaginaci�n me llev� a masturbarme con la sola idea que acunaba en mi mente. No puedo negar que al d�a siguiente, fui al super de nuevo inquieta creyendo que me lo iba a encontrar. Pero no se ve�a bicicleta alguna, as� es que me sorprendi� el verlo en la esquina siguiente por la vereda contraria.
Me mir� y yo quise evitar su mirada. Me hizo el mismo gesto del d�a anterior y descaradamente se lo respond�. Apresur� mi paso y entre al super muy nerviosa. No se apareci� mientras compraba pero al llegar a la calle estaba en mi camino. Quiso acompa�arme y yo me negu� pensando que hab�a cometido un error al darle pelota. Sin embargo esa noche, mi pareja me record� el asunto y me pregunt� si hab�a reaparecido el ciclista exhibicionista y volvi� a reir dici�ndome que porqu� no aprovechaba la ocasi�n. Le dije que lo estaba pensando y se ri� a carcajadas.
Tom� la decisi�n de, al menos, conocerlo para sacarle pica y as� lo hice al d�a siguiente. Acept� que me encaminara un poco y as� supe que hab�a estado casado y que su esposa se hab�a ido con otro, por mi parte yo le cont� que aunque ten�a pareja la relaci�n hac�a tiempo que no marchaba y que mi hombre se re�a de m�.
Llegu� a casa y mi mente daba vueltas y vueltas a lo acontecido porque el tipo me pareci� bastante bien y me sent� un poco inclinada a ayudarlo a pasar su soledad.
Pronto ya �ramos como amigos aunque yo manten�a una peque�a distancia, pero me tinc� y me propuse darle una lecci�n a mi pareja. Casualmente, un hermano ten�a una casa en el barrio y quer�a arrendarla pero no encontraba locatario, as� es que ten�a un sill�n cama y algunas cositas para quedarse en la casa algunos d�a por la noche para evitar que se viera desocupada. Le ped� a mi nuevo amigo que me acompa�ara para ver la casa con el pretexto de limpiarla un poco y entramos. La recorrimos y nos sentamos.
Yo ve�a que su bulto entre las piernas aumentaba de tama�o y antes de que me arrepintiera pues lo ten�a planeado, puse mi mano sobre �l y lo manose� groseramente lo cual le sorprendi� mucho. Anda al ba�o y l�vate bien le dije. Me mir� de nuevo, incr�dulo pero sin decir palabra alguna fue al ba�o sin cerrar la puerta. Entr� detr�s de �l y le dije d�jame a m�. Tom� su pene , grande , erguido, casi duro y comenc� a lavarlo con jab�n y agua abundante, la idea era ver si ten�a alguna erosi�n o signos de enfermedades ven�reas lo cual no suced�a.
Me arrodill� frente a �l y, sin vacilar, teniendo su pene agarrado con ambas manos, le pas� la lengua a su glande circund�ndolo completamente varias veces y comenc� a trag�rmelo poco a poco hasta que me lleg� al fondo y casi me ahogaba. Me sobraba tadav�a una mano, tan grande era su aparato. Luego comenc� a moverme adelante y atr�s para llevarlo al �xtasis pero, me lo saqu� de la boca para decirle que no me gustaba que acabara en ella, que si suced�a no lo har�a nunca mas, as� es que ten�a que avisarme antes. Segu� d�ndole a la chupada pero lo llev� al sill�n porque estaba cansada de rodillas. Se tendi�, le saqu� el pantal�n para mayor comodidad y yo me puse entre sus piernas boca abajo haciendo lo que siempre hac�a con mi pareja hasta que me dijo que se iba.
R�pidamente lo saqu� de la boca y segu� sacudiendo su pene rojo hasta que acab� en el papel higi�nico que hab�a tra�do del ba�o. Yo no quer�a ni mirarlo pero �l me dijo que hab�a silo lo m�s rico que le hab�an hecho en su vida. Me abraz� y quiso besarme pero le dije que no, intent� poner su mano entre mis piernas y le confes� que estaba indispuesta as� es que se quedara tranquilo, que yo no le exig�a nada y si acaso lo ver�a ma�ana. Por supuesto que me dijo que s�.
Me fui a la casa con el coraz�n anhelante, nerviosa, sin creer lo que hab�a hecho pero no arrepentida porque realmente el tipo duraba mucho, ten�a un muy buen y duro aparato como de fierro en plena erecci�n y esperaba satisfacer con �l todos mis deseos reprimidos.
Volvimos a la casa otro d�a y, sin decirle nada, fue al ba�o y se lav�. Lleg� discretamente, con su calzoncillo tapando su pene. Se aproxim� y se puso a mi lado, lo mir� a los ojos y supe que hacer, descubr� sus genitales y comenc� igual que el d�a anterior esta vez recostada y el metiendo y sacando a su ritmo el pene de mi boca, pronto me puse de espaldas y el trep� al sill�n y se puso sobre mi haci�ndome el amor en la boca y yo recibiendo su aparato que quer�a entrar todo pero no pod�a. Agarre sus test�culos mientras se mov�a y los acariciaba suavemente, le gust� parece porque se quej� de placer mientras yo trataba de que no me ahogara poniendo mi mano en su vientre. Cuando aceler� un poco, saqu� su pene y le record� que no pod�a acabar en mi boca. Acept� y despu�s de varios cambios de posiciones en que el estuvo de espaldas y yo encima, el parado y yo de rodillas, despu�s de recorrer mis pechos , oreja, cuello con su aparato lleg� el momento de su orgasmo y recib� una vez mas su semen en papel higi�nico.
No hay caso, no he podido acostumbrarme a recibir el semen en al boca pero alg�n d�a vencer� ese trauma. Otra vez quiso retribuirme pero segu�a indispuesta. Al d�a siguiente no pod�a ir as� es que quedamos de encontrarnos pasado el fin de semana. El lunes lo espere en la casa como hab�amos acordado y se cumpli� la rutina pero, mientras el fue al ba�o, me saqu� la ropa dejando solo mi peque�o bikini puesto y lo recib�, despoj�ndolo de su polera, pantalones y calzoncillo, lo dej� totalmente desnudo.
Hab�a bajado del sill�n as� es que lo abrac� con fuerza y me fui recorriendo su cuello, sus m�sculos pectorales y bajando por su vientre con hambre de sexo hasta que llegu� y me lo tragu� de una vez movi�ndome r�pidamente como nunca antes lo hab�a hecho, se quejaba de placer, lo empuj� sobre el sill�n y me puse sobre �l. El me acariciaba los pechos fren�ticamente y por la posici�n en que estaba, pudo sacarme los cuadros cosa que no imped� porque estaba limpia quiso hacer el 69 y no se lo permit� porque no me gusta. Quer�a disfrutar brutalmente de ese enorme y duro aparato que se me ofrec�a, luego, �l se puso sobre m� pero siempre con su pene metido hasta el fondo en la boca me lo saqu� y baj� a sus test�culos que bes� una y otra vez hubiera querido met�rmelos en la boca, un pelo me molest�, lo saqu� y segu� con la boca tragando la rica presa , con movimientos suaves , de repente mas bruscos, mord�a suavemente su glande y raspaba mis dientes a lo largo de su pene y el reaccionaba con gemidos de placer,� Voy a acabar� me dijo y me lo saqu� de la boca justo cuando salt� un chorro sobre mi cuello y rostro hasta la frente. Quise enojarme pero era imposible. Vaci� toda su carga sobre mi, lo que me hizo recurrir al ba�o en forma r�pida. El se notaba preocupado cuando volv� y me pidi� disculpas, se hab�a tapado con un coj�n y me esperaba sentado, anda al ba�o le orden� y el humildemente fue y se lavo.
Volvi� con su miembro bastante fl�ccido y le pregunt� si alguna vez hab�a tenido dos orgasmos al hilo, me dijo que s�. Volv� a la carga y comenc� a excitarlo con mis manos mientras mi boca recorr�a sus orejas cuello, pecho y abdomen, cuando llegue abajo ya hab�a una peque�a reacci�n positiva la cual se acentu� cuando volv� a mamarlo de la mejor forma que conozco.
Logr� la erecci�n total mientras el me recorr�a las mamas con la boca y la vagina con sus dedos. Quiero m�s me dec�a--- yo tambi�n le repliqu�, lo puse de espaldas y, por fin, mont� sobre �l y tomando su pene lo puse entre mis piernas penetr�ndome lentamente. Cada pliegue de mi vagina sinti� esta primera penetraci�n, segu� entrando y lleg� al �tero. Desde ese momento manej� la situaci�n subiendo y bajando suavemente primero y luego con rapidez, sal�a y entraba, me volv�a loca , un orgasmo, luego otro, volv� a mamarlo de agradecimiento, volv� a montarlo al rev�s ahora , su pene estaba perfecto, lo disfrutaba plenamente y el no terminaba. Me pidi� cambio de posici�n y me puso en cuatro, fue por detr�s y comenz� un entrar y salir interminablemente placentero con mis mamas entre sus manos y su boca recorriendo mi espalda .ya estaba cansada pero quer�a m�s ya que el pod�a m�s. Luego me dio vuelta y puso mis piernas sobre sus hombros.
La penetraci�n fue casi brutal porque lleg� a fondo r�pidamente y me empuj� con fuerza el �tero. Me quej� y le ped� que lo hiciera con m�s cuidado, as� lo hizo, tuve un nuevo orgasmo y acab� largamente, fatigadamente, llen�ndome el vientre de caliente semen. Qued� exhausta pero feliz de que una circunstancia tan deprimente como fue mi primer encuentro, hubiera desembocado en tanto placer y felicidad.
No les voy a contar que esta situaci�n se prolong� porque es m�s que obvio.
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Relato: El exhibicionista
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