Relato: MI PRIMITA AZUCENA
ansafa-feb-13
Como todos los veranos por agosto, al acabar los estudios, me encontraba en Valladolid para pasar unos d�as con mi abuela. Y como siempre me llevaba a visitar a la familia.
-Luisito, esta tarde vamos a ver a tu t�a y a tu prima Azucena.
El nombre de mi prima me hizo acordarme de ella. Es m�s peque�a que yo, apenas nueve a�os. Yo tengo diecisiete. Ten�a gratos recuerdos de momentos pasados con ella. Recordaba c�mo desde muy ni�a, con cinco a�os, cuando iba a verla me abrazaba muy cari�osa y cogi�ndone del brazo sal�a a la calle y dec�a a sus amiguitas y a sus madres que yo era su novio. Presum�a delante de ellas. Siempre est�bamos jugando, pele�ndonos.En casa de mi abuela, m�s de una vez la pill�, mientras yo estaba con mi pilila meando, observandome por la ventana del retrete y cuando se daba cuenta que le hab�a visto, se iba corriendo ri�ndose. En otra ocasi�n que se qued� a dormir, pretendi� meterse en mi cama a jugar conmigo. Recuerdo tambi�n c�mo hab�a veces que pas�bamos por el Pisuerga y, aunque no llevabamos ba�ador, nos desnud�bamos, ba��ndonos ella con su braguita y yo en slip. Nos met�amos en el agua y nos pele�bamos, nos abraz�bamos, jug�bamos; �ramos ni�os y todo era muy inocente, o al menos asi lo parec�a. Mi prima Azucena es morena, rellenita sin llegar a gorda. Tengo un grato recuerdo de ella.
Cuando llegu� con mi abuela a casa de mi prima, ella, alborozada, se ech� con sus brazos a mi cuello y me abraz�, bes�ndome en la cara. Yo me sent� un poco turbado por tanta efusividad y me sonroj�. Mi prima me cogi� de la mano y dijo:
-Luisito, vamos a dar una vuelta al parque.
Asentimos todos: mi abuela, mi t�a y yo.
Seg�n �bamos hacia el parque, observ� disimuladamente a Azucena. Hab�a cambiado, de un a�o para otro. Hab�a crecido. Yo era mucho m�s alto que ella; pero hab�a dado un estir�n. Me llegaba con su cabeza a la altura de mi pecho. Me fij� en el bonito vestido blanco almidonado,sin hombreras, que llevaba y admir� la armon�a de sus brazos. El vestido le llegaba algo m�s de por encima de sus rodillas y pude contemplar sus piernas, que, a pesar de su ni�ez, estaban empezando a cambiar; se estaban moldeando y eran hermosas. Seguro que unos a�os m�s tarde tendria unas esbeltas y preciosas piernas de mujer. Seg�n me iba fijando en ella, intent� sonsacarle cosas:
-Azucena, �Tienes amiguitas? �Juegas con chicas y chicos?
-Con ni�as s�; con chicos no, porque tengo novio.
-Pero prima, y �Qu� haces con tu novio? -le dije sonriendo maliciosamente y curioso.
-Pues nos cogemos de la mano y nos damos besos en la cara -dijo, con firmeza.
-Anda mentirosa -. Y Azucena sali� corriendo, en direcci�n al parque, y yo detr�s de ella.
En el parque hab�a unos columpios, y mi prima se empe�� en subir, y que yo la empujase. Comenc� a balancear el columpio, y mientras Azucena sub�a y bajaba, el vestidito se le sub�a algo m�s de sus rodillas y dejaba ver el inicio de unos tiernos muslitos al tiempo que se re�a y dec�a:
-�Primo, dame m�s fuerte!
Yo, como un juego, me propuse verle completamente sus piernas y con astucia de adulto, le insinu�:
-Azucena, �A que no eres capaz de subir a lo alto de los tubos aqu�llos?
Era un aparato, que hay en todos los parques, que tiene forma de medio c�rculo con dos tubos largos metidos en el suelo,por sus extremos, separados por un tubo m�s peque�o, haciendo como una escalera. Agarr�ndose a uno de los tubos puedes ir escalando hasta arriba del aparato para despu�s seguir bajando por el otro extremo, hasta el suelo.
Mi prima no lo dud� un momento y se puso a escalar por los tubos hacia arriba. Seg�n sub�a yo le miraba las piernas, que cada vez ense�aba m�s.
-Mira lo que hago -me dijo.
Azucena tom� impulso con su cuerpo y teniendo las manos agarradas a uno de los tubos subi� sus piernas y las dej� enganchadas en otro de los tubos. Seg�n hac�a esto su vestidito se le subi� hasta la cintura y dej� ver una braguita blanca bordeada de encaje con calados que hac�a que se le entreviese los puntitos de carne de su culito; al tiempo que aireaba los muslos de sus piernas, a cada movimiento. Yo me qued� extasiado mir�ndole el culo y comenc� a notar un calent�n y un despertar, debajo, en mi entrepierna. Mir� a mi alrededor, por si hab�a m�s gente. No hab�a nadie en el parque, por el calor que hac�a a esas horas. Me daba verg�enza que me viese alguien mirando as� a mi prima, pues yo era mucho m�s mayor que ella y que me llamase la atenci�n, recrimin�ndo mi actitud. Al ver que no hab�a nadie, me puse completamente debajo de su culo y lo miraba descaradamente, mientras mi prima se balanceaba. Mi calent�n hizo que mi imaginaci�n trabajase aceleradamente. Pens� en aprovecharme de mi prima. Eso s�, sin sobrepasarme. S�lo un magreo por su cuerpo que hiciese que a todo lo m�s mi calent�n acabase con un desahogo corporal en mi calzoncillo. No se pas� por mi cabeza la idea de tener acceso carnal con mi prima, ni mucho menos desflorarla haci�ndole perder su virginidad; por varios motivos: me pod�a traer complicaciones y adem�s no quer�a hacer da�o a mi prima ni f�sica, ni sicol�gicamente; pues la realidad era que verdaderamente la apreciaba y quer�a como prima.
Nos sentamos en un banco, mi prima y yo, y le dije:
-Hace mucho calor, �por qu� no compramos unos comics y vamos a leerlos a tu casa en tu cuarto?
-Vale, primo -contest�, entusiasmada.
Mi idea es que ella sugiriese a su madre lo de ir a su cuarto. Que no pensase mi t�a que era cosa m�a; y le insinu�:
-Tienes que ser t� quien diga a tu madre, que vayamos a tu cuarto.
-S�, primo. Yo se lo dir� -respondi� sin malicia.
CONTINUARA