Comenzando II
Despu�s de haberle mostrado mi cola a mis mejores amigos y de
haberme hecho mi primer y deliciosa paja tuve el oscuro presentimiento de que mi
forma de ver la vida hab�a cambiado para siempre, que nunca volver�a a ser el
mismo. As� ocurri�.
Aunque volv� a verlos durante los d�as siguientes ninguno
mencion� lo que hab�amos hecho. Sin embargo, un par de noches despu�s cuando
jug�bamos un juego llamado "La venganza" (deb�as esconderte y tratar de ingresar
a un campo delimitado en la tierra), Luis me sigui� cuando corr�a a ocultarme
tras unas matas, en una zona algo oscura.
Astutamente se coloc� atr�s m�o y mientras yo escudri�aba al
perseguidor, al igual que Omar unos d�as antes, comenz� a apoyar su pito con-tra
mi trasero. Pero fue un poco m�s audaz, porque me tom� por las caderas y comenz�
a balancearse como si me estuviera cogiendo en verdad. Aunque la situaci�n no me
disgustaba enteramente trat� de separarme pero Luis me atrajo a�n mas fuerte con
sus manos. Parec�a que otro de nuestros amigos se acercaba y s�lo entonces me
solt�. Nada m�s fue una falsa alarma y, entonces, lo menos esperado: desliz� una
de sus manos por debajo de mi short y mis calzoncillos y directamente comenz� a
acariciarme las nalgas.
Algo indignado gir� mi cabeza para verlo a la cara y dijo que
yo le gustaba mucho, que todo el tiempo pensaba en cojerme. Me pidi� por favor
que me dejara, sin cesar de sobarme la cola. Le respond� que estaba loco, que
cualquiera podr�a vernos y en ese caso todos lo sabr�an. Al mismo tiempo trat�
de retirar su mano de mi cuerpo pero �l me tom� fuerte de la mu�eca y dirigi� mi
propia mano hacia su entrepierna.
A partir del instante en que toqu� esa pija gorda me qued�
como paralizado, mejor dicho pas� a ser como su t�tere pues hizo que la
deslizara por debajo de su pantal�n hasta tocar su pito, me oblig� a cerrar el
pu�o sobre su tronco (grueso y venoso) y a jal�rsela un poco. Mientras me
preguntaba si me gustaba lo que estaba tocando h�bilmente introdujo uno de sus
dedos entre mis nalgas hasta tocarme el ano.
Una extra�a vibraci�n comenz� a conmoverme y justo en ese
momento vimos que uno de los chicos se acercaba corriendo en direcci�n nuestra.
R�pidamente liberamos nuestras respectivas manos, �l de mi culo, yo de su pija y
nos reintegramos al grupo. No obstante, sent�a un especie de aturdimiento, de
modo que volv� a mi casa, apenas cen� y fui a acostarme.
En la cama, en la mayor oscuridad, una gran excitaci�n
comenz� a encender mis mejillas y a poner mi propio pito a punto de explotar.
Dej� de pensar y liber� a mi cuerpo para que se limitara a sentir. Me puse boca
arriba, flexion� mis rodillas y mientras con una mano comenc� a hacerme la paja,
con un dedo de la otra recorr�a mis nalgas y mi ano (una especie de doble
masturbaci�n que hasta hoy practico).
Enseguida termin�, ahogando un grito para que mis padres no
escucharan y expulsando semen por todas las s�banas. No s�lo no par� la
excitaci�n, sino que con la mano izquierda junt� toda la leche que pude y con
ella unt� mi ano mientras volv�a a hacerme una liberadora y definitiva paja.
Las cosas se iban complicando... (Ya continuar�)