E S T A L L I D O A N A L
Sabiendo lo puta que soy, creo que el que me pasara esto era
s�lo cuesti�n de tiempo, pero como sea, la cosa pas�. Era una de esas ma�anas en
que casi no hay nada de trabajo para hacer mucho antes de la hora de salida,
cuando decid� ir a prepararme un caf�. En la cocinita encontr� a varias personas
charlando, entre ellas a una de las chicas de la oficina, con la que cuando nos
quedamos a solas empezamos chusmear, t�pico de mujeres. Nos pasamos varios
minutos parloteando sobre lo lindos que son algunos de los chicos que llevan
correspondencia en moto, muchas veces llamados motoqueros.
En la empresa hab�a uno o dos, pero eran chicos y la verdad
no muy lindos, por lo que no daba para tener algo, ni mucho menos ir a la cama
(���que me perdonen si leen esto!!!).
Pero, admito que la idea de coger con tipos as� me gust� lo
suficiente como para dedicarme a buscar algo mejor fuera de la empresa, hasta
que al fin record� justo lo que necesitaba.
A la vuelta de la empresa hay otras oficinas donde estos
motoqueros se juntan a conversar en la vereda hasta que les dan alg�n sobre para
llevar, y reunidos en torno a sus motos charlan y se r�en mientras siguen con la
mirada a las chicas que pasan, dici�ndoles cosas. T�pico de hombres. Con sus
pelos largos y sus barbas candado, no me hab�a dado cuenta de que eran una
perfecta fuente placer para una mujer como yo: sin preguntas, sin compromisos,
nada, s�lo una noche para coger y listo. Y haciendo todav�a m�s memoria recuerdo
que en varias ocasiones fui objeto de sus miradas libidinosas y comentarios por
lo bajo, raz�n dem�s para hacer algo en beneficio propio.
De todos los que paraban en esa parte de la cuadra, s�lo
hab�a tres a mi gusto, por los que val�a la pena bajarse la bombacha. Estaban
s�lo ellos de ma�ana, a la hora de mi salida del trabajo, el momento justo antes
de que vengan los dem�s.
El tema era como propon�rselo a ellos sin que lo sepa el
resto, una cosa es hacerme coger por tres y otra distinta es por ocho; aunque
sea la m�s puta de todas no iba a regalarme en plena calle a la luz del d�a y
frente a tantos hombres. Adem�s, todav�a faltaba resolver el tema de d�nde lo
har�amos, ya que hab�an empezado a circular rumores por mi edificio sobre
distintos hombres entrando y saliendo de mi departamento de noche, por lo que mi
�nica esperanza era mi querida Aldana, una amiga de fierro. La llam� antes de la
cena y tras explicarle la locura que quer�a hacer y lo de los rumores le
pregunt� si ten�a alg�n inconveniente en prestarme por unas horas el
departamento donde ella atiende a veces con su amiga, y dijo que por esos d�as
su amiga no estaba y que me pasara por ah� el d�a del encuentro con esos chicos
un par de horas antes, que la iba a encontrar seguro. Saltando de alegr�a le di
las gracias y colgu�.
Y con respecto a como decirles a los chicos decid� dejarle
una nota a cada uno, pero al no saber como redactarla trat� hacer algo parecido
a los avisos del rubro 59 de un conocido diario de ac�, que m�s de una vez le�
en busca de avisos de hombres. As�, en la soledad de mi casa, prend� la
computadora y con el diario al lado escrib� una nota copiando partes de avisos
de ofrecimiento de prostitutas (qu� apropiado para m�) y sali� una cosa parecida
a esta:
ANDREA pelirroja muy bonita sola en su depto. 130-100-109
en portaligas. Unic. p/atr�s y s/globito. Peg�me una flor de
c*j*d*. GRATIS SOLO PARA VOS. 15-4***-***
Chicos, los veo todas las ma�anas al salir del trabajo y
quisiera verlos en casa.
Ll�menme al celular.
A la ma�ana siguiente me llev� las tres notas conmigo al
trabajo y cuando sal� se las dej� en el espejito retrovisor, pero uno de ellos
me pesc� cuando me iba. Me pregunt� que estuve haciendo en las motos y le dije
que ahora no ten�a tiempo, pero que leyera la nota y entender�a. Se ve que este
pibe les cont� de m�, porque esa misma tarde recib� el llamado de los tres, y
tras explicarles que lo �nico que quer�a era coger y punto y que lo de la nota
no era una broma, les di la direcci�n de Aldana y la hora, pidi�ndoles que no
contaran nada a nadie. No pod�an creer que me les estuviera regalando de esta
manera, entreg�ndome as� por nada.
Por suerte hab�a llegado temprano a casa para llevarme la
ropa interior que iba a usar y llegar a lo de Aldi con tiempo de prepararme.
Cuando llegu� al departamento charlamos un rato de lo que iba a pasar y de
nuestras cosas, despu�s saqu� mi mejor lencer�a y dej�ndola sobre la cama, me
fui a ba�ar. Me qued� en ropa interior hasta que llegue el momento y a eso de
las diez de la noche tomamos un caf� juntas y despu�s Aldi se fue.
Me hab�a puesto un cors� negro hermoso muy apretado, que
adem�s de dejarme los pechos muy juntos los levantaba bastante, resaltando lo
gordos y grandes que son. Me cab�an bien dentro de sus tasas, y pesar de que se
me ve�a casi hasta los pezones me los sosten�a bien tambi�n, pero asimismo los
hac�a ver a�n m�s grandes de lo que ya eran.
Abajo ten�a mi portaligas negro, con las ligas negras
brillantes y mi tanga transparente, bien metida en la cola, y para terminar mis
sandalias negras de taco aguja y la bata de seda transparente de mi amiga,
abierta. Para ir poni�ndome a tono con la situaci�n, me tom� un vasito de
whisky, que no hab�a terminado cuando son� el timbre del departamento.
A la hora pactada, las doce de la noche, aparecieron en el
departamento bien arreglados. Yo sal� a recibirlos as� como estaba, ante los
ojos desorbitados de los tres.
Los salud�, y ellos se presentaron como Ramiro, Jos� y
Mart�n.
Se sacaron los abrigos y los dejaron en una silla, y yo me
saqu� la bata y les serv� un whisky a cada uno. Sent�a como sus ojos me
recorr�an de los pies a la cabeza, quem�ndome a cada cent�metro con la mirada.
Despu�s de mirarme un rato se dieron cuenta de que pasaba todas las ma�anas al
lado de ellos y empezamos a charlar de cosas sin importancia y re�rnos, hasta
que mientras termin�bamos el vaso fueron al grano.
Hablamos un par de palabras sobre mi deseo de acostarme con
los tres y por qu� lo hac�a: quer�a sentir como era que me rompieran el culo, y
tras responderles un par de cosas m�s le puse fin a la charla sac�ndome la bata,
d�ndoles a entender que ya estaba lista.
Caminando lentamente hasta ellos me puse en el medio de los
tres, empezando a sentir enseguida sus manos por todo mi cuerpo, que no se
hicieron esperar. Empec� a besarlos en la boca y a tocarles el bulto mientras
sus manos me invad�an por todos lados acariciando mis piernas, apretando mis
caderas, mis pechos... Mart�n me daba un beso de lengua con las bocas de ambos
abiertas mientras una de sus manos logr� correrme la bombacha para tocarme
suavemente la vulvita y empaparla de mis fluidos, mostrando lo excitada que
estaba, hasta que al final empez� a colarme los dedos, uno por uno y despu�s de
a dos. Jos� se hab�a arrodillado a un lado y despu�s de bajarme la tanga hasta
los ganchitos del portaligas me acariciaba las piernas desde los pies hasta
donde terminan las medias, lamiendo mi piel y acariciando mis nalgas, hasta
separarlas para besar y lamerme el culo despacito, antes de empezar meterme los
dedos. Para facilitarles las cosas a los dos, parada como estaba separ� un poco
las piernas y las nalgas con las manos.
Ramiro me apart� el pelo y mientras me besaba el cuello desde
atr�s meti� sus manos dentro de cors�, agarrando mis desmesuradas tetas desde
abajo y dej�ndolas caer fuera de �l por su peso natural. Mientras alababa su
gigantesco tama�o sent�a como me las agarraba desde abajo, acarici�ndolas hacia
arriba, junt�ndolas, retorciendo y pellizc�ndome los pezones.
Ahora era Mart�n el que me agarraba de las tetas, y medio
inclinado las juntaba y pon�a la cara en el medio, lamiendo primero entre ellas
y luego por encima hasta succionar directamente los pezones, que despu�s de
tanto toqueteo estaban parad�simos y duros como piedras.
Jos� y Ramiro cambiaron lugares, y mientras Ramiro lam�a mi
ya medio abierto ano y empezaba a meterme la puntita de la lengua, Jos� me
toqueteaba la vagina, meti�ndome varios dedos para luego sacarlos y d�rmelos a
chupar, haci�ndome tragar mis propios jugos.
Me sent�a completamente manoseada e invadida, pero
incre�blemente feliz. Estuvimos as� un buen rato, entre jadeos y caricias, hasta
que se acercaron y me apoyaron sus pijas terriblemente duras. Rodeada por los
tres, me saqu� la bombacha volviendo a abrocharme las medias al portaligas y
despu�s me saqu� el cors� al tiempo que ellos se desnudaban, y cuando estuvieron
listos me agach� y se acercaron a m�. Les baj� el calzoncillo para descubrir
tres pitos enormes y con una buena cabeza, largos y gruesos, sosteniendo un par
de gordas pelotas, tambi�n coloradas e hinchadas. Eran tres �rganos ralamente
grandes y bastante similares, pero el m�s dotado de los tres era sin dudas
Mart�n.
Se ve�an dur�simas y muy tentadoras al paladar, y enseguida
tom� la de Jos� y me la met� despacio en la boca, acarici�ndola con los labios
mientras la hac�a deslizarse sobre mi lengua, hasta que su cabeza se aloj� en mi
garganta y mi cara se peg� a su vientre y sus huevos a mis labios.
Gimi� de gusto, igual que los otros dos, a los que masturbaba
mientras ten�a la boca ocupada con la de Jos�. Los manoseaba lentamente, y del
mismo modo en que me tragu� la pija me la fui sacando hasta la mitad, empezando
a chupar con todo mi arte.
Unos segundos despu�s me la saqu� de la boca para hacerle lo
mismo a Mart�n, cuya pija ten�a pegada a la mejilla mientras chupaba la otra. Se
la chup� con delicadeza, lami�ndola toda volviendo a chupar, mientras segu�a
manoseando a los otros y ellos me agarraban los pechos y los apretaban. Era
realmente una delicia y me provocaba no dejar de chupar. Se la com� tanto que
hasta pod�a sentirla crecer dentro de mi boca, par�ndose hasta el l�mite.
Despu�s de unos segundos le toc� el turno a Ramiro, al parecer impaciente por
darme a probar su pito y conocer la suavidad de mis labios, que alab� entre
jadeos. Debo decirlo, eran tres miembros b�rbaros, pero �ste me encant�. Chupaba
y chupaba y los chicos me fueron poniendo sus pijas h�medas en la cara mientras
chupaba a Ramiro, hasta que no aguant� y empec� a chupar de a dos como pod�a.
Ya ten�a dos cabezotas enormes dentro de la boca abierta que
apenas y cab�an las dos juntas, mientras una tercer pija me acariciaba la cara,
cambiando de un momento a otro de pija para que ninguna se quedara afuera, hasta
que todas estuvieron juntas dentro de mi boca.
Se las chup� as� un buen rato, mientras me acariciaba la
concha mojada y uno de ellos se turnaba para colarme los dedos en mis agujeros.
Ellos quer�an seguir as� un rato m�s, pero yo estaba ardiendo
y quer�a una pija dentro de m� ya mismo.
Agarr�ndolos de la pija los llev� a todos a la cama, y
subi�ndome primero yo me puse en cuatro patas de espaldas a ellos, con las
piernas abiertas y bien separadas las nalgas, y con los dedos y la baba de mi
concha h�meda me fui acariciando el ano hasta ir abri�ndolo poco. En pocos
segundos me fui metiendo los dedos y por �ltimo me met� los dedos en la concha,
sac�ndolos bien mojados para humedecerme el agujero del culo un poco m�s, antes
de dejarlo abierto para ellos. Cuando al fin lo tuve listo me di un par de
sonoras palmadas en las nalgas, indic�ndoles que ya estaba preparada para la
monta. Enseguida me rodearon; dos delante de la cara y el tercero por detr�s.
Sin esperar ni un segundo me com� primero la pija de Mart�n, cuya cabeza estaba
colorad�sima y escasa distancia de mis labios al tiempo que Jos� se manoseaba y
me apretaba las tetas con ganas esperando su turno con mi boca y Ramiro se me
sub�a sobre las caderas inclinando su enorme pito erect�simo y la gran cabeza
cada vez m�s cerca de mi culo medio abierto. La apoy� y presion� sobre el
agujero, haciendo que mi culo se vaya comiendo la puntita de a poco, hasta que
cuando tuve toda la cabeza adentro mi esf�nter termin� cediendo, Se abri� del
todo cuando Ramiro presion� un poco m�s y la enorme verga se hundi�
profundamente en mi culo bien hasta el fondo, dej�ndome la cabeza atorada
demasiado adentro y las bolas pegadas a mi vulvita, de un solo envi�n.
El gimi� de gusto por comprobar lo estrechita que soy de
atr�s y yo sent� una penetraci�n tan estupenda que no pude evitar abrir la boca
y los ojos de par en par en un a exclamaci�n de placer que enseguida de
transform� en una sonrisa.
Nos quedamos as� pegados unos segundos, disfrutando de la
uni�n de mi culo y de su pija y enseguida volv� a chupar, pero esta vez a Jos�,
al tiempo que Ramiro me agarraba de la cintura y empezaba a bombearme con vigor.
Chupaba las pijas de ambos con todo mi arte y me encantaba, pero debo decir que
este otro chico era una maravilla; me la estaba dando como pocas veces lo han
hecho y me hac�a sentir incre�blemente, al punto de interrumpirme al chupar s�lo
para sentir como me cog�a el culo a gusto y voluntad.
La cosa se empez� a poner cada vez m�s intensa, bombeando
cada vez m�s fuerte y r�pido, y jade�bamos y gem�amos sin parar, y sus empujones
se volvieron cada vez m�s violento hasta que me dio una �ltima estocada muy
profunda y acab�. A medida que gritaba, un gran chorro de leche caliente y
espesa empez� a fluir r�pidamente dentro de mi culo castigado por semejante
verga, que todav�a me daba peque�os empujoncitos para dejarme las �ltimas gotas
de esa abundante acabada. Me la hab�a hincado tan profundo que mi culo se trag�
toda la leche sin derramar una sola gota, se�al de que me lleg� casi hasta las
tripas. Me acab� divinamente, y sin sonrojarme admito que me gust� much�simo.
Un poco despu�s Jos� se levant� cambiando el lugar con
Ramiro, que enseguida me meti� su verga todav�a con restos de semen en la boca
as� como me la sac� del culo, mientras yo masturbaba a Mart�n, tambi�n bastante
excitado. Aprovechando el agujero abierto y colorado que qued� cuando Ramiro me
sac� la verga Jos� meti� enseguida la cabezota y empuj�, meti�ndomelo muy
f�cilmente para luego, al yo separarme las nalgas, avanzar un poco m�s y que la
penetraci�n sea completa como con Ramiro. Qu� placer... Apenas lo tuve bien
metidito hasta donde me daba el culo su cabeza presionaba por m�s, y sin darme
tiempo nada empez� a cogerme como un experto. Lo hac�a de manera normal pero
constante, d�ndome fuertes palmadas en las caderas, que mostraban un ligero
temblor en cada empuj�n. Me la estaba dando muy bien por el culo y �l lo
disfrutaba a pleno, sobre todo cuando a veces paraba para sacarla del todo y
esperar a que se me cierre el culo para meter de nuevo s�lo la cabeza,
repiti�ndolo hasta vencer la resistencia de mi esf�nter, que de vez en cuando
ten�a vagos reflejos de cerrarse pero lejos de eso se abr�a m�s.
Al ver mi culo estirado por completo y sin mas posibilidades
de cerrarse, tomo un poco de distancia y con un fuerte envi�n me la meti� de
nuevo, m�s profundamente que al principio, haci�ndome gritar y excit�ndose a lo
loco. Con toda esa enorme pija adentro de mi culo y ensartada como una lanza se
me trep� encima y tras agarrarme fuertemente de las tetas empez� a sacudirme
salvajemente, arranc�ndome toda clase de gritos. Me tuvo as� lo suficiente hasta
que mi culo se acostumbr� a las brutales embestidas que recib�a y ahora recib�a
esa pija con gusto, ansioso por tragarse su leche. Jos� no pudo m�s y en medio
de sus grit� me la meti� lo m�s que pudo para descargarme todo su esperma.
Gruesas gotas llenaban mi interior, abundantes y muy calientes, bajando m�s all�
de lo que la cabeza hinchad�sima de la pija pod�a llegar, ocupando el poco lugar
que quedaba, por lo que terminaron derram�ndose por fuera, a�n con toda la pija
metida. Jos� sigui� bombeando un poquito m�s para darme sus �ltimas gotas de
semen, mientras las primeras ca�an de mi maltratado ano en gruesos hilos, que ya
estaban llegando a mi conchita y despu�s a mis medias y que con el bombeo
formaban una cremita blanca alrededor de mi ano.
Al fin par�, cansado, y la fue sacando despacio mientras
sal�a de encima de m� para ocupar el lugar de Mart�n, que ya ven�a por su turno.
Fue una cogida terrible, pero a pesar del dolor confieso que lo disfrut� y no
quer�a que pare porque para eso me les entregu�, para que me rompieran el culo,
y poco a poco, de esta manera lo iban logrando.
Con un dedo me saqu� la cremita que ten�a en el esf�nter y
aprovech� a pas�rmela por los labios antes de seguir chup�ndo los dos pitos con
leche que ten�a delante.
Jos� me hab�a dejado el culo destrozado, y su pija me lo
agrand� de una manera terrible, pero lentamente se fue cerrando, hasta que de
repente se abri� de golpe expulsando un chorro de semen, cuyos restos ca�an
desde el negro e irritado agujero.
Mientras mi ano vomitaba parte de la leche que con tantas
guanas se hab�a tragado, yo chupaba las dos tremendas vergas que lo hab�an
llenado, lamiendo sus cabezas todav�a con restos de semen, que se mezclaban con
mi saliva y la deliciosa cremita que ten�a en los labios.
Mientras los chupaba poni�ndoselos duro para despu�s, mi culo
estaba por recibir una tercera pija, la m�s grande, la de Mart�n. Sab�a lo que
me doler�a y estaba muerta de nervios, pero por otro lado lo deseaba como nunca
y no pod�a hacer nada por impedirlo.
Ten�a el agujero que me lat�a de lo colorad�simo que estaba,
me ard�a y apenas pod�a sentir el esf�nter, pero �l de todas formas sigui�
adelante. Agachado sobre mis caderas me hizo sentir la cabeza freg�ndose de
arriba a abajo sobre el agujero, que todav�a no estaba listo, y sin piedad la
apoy� y empez� a hundirme esa enorme tranca sin parar hasta el fondo, y una vez
que la tuve bastante metida, sigui� un poco m�s hasta dej�rmela toda adentro,
sin importar mis gritos.
Le ped� que me lo hiciera despacio, pero sin importarle mi
pedido empez� a bombear como quiso, normal, pero profundo y marcando cada
entrada con un buen empuj�n. Hasta ese momento no me quejaba y chupaba como
pod�a, pero fuera de algunas molestias recib�a placer en cada entrada. Mart�n
empezaba a hacer lo mismo que Jos�, disfrutaba con mis dolores y yo comprobaba
entre excitada y espantada, como su verga iba creciendo dentro de mi culo,
provoc�ndome puntadas en mientras me cog�a. Igual que con Jos�, mi culo se
acostumbr� al terrible falo de Mart�n, que me enloquec�a de placer golpe�ndome
en�rgicamente el culo con las bolas en cada envi�n.
Me dejaba coger como la m�s puta recibiendo ya mi tercer pija
por el culo, entreg�ndolo a eso dulce mezcla de placer con un toque de dolor
mientras me com�a las otras dos, todav�a duras y con restos de semen. El
excelente trabajo de ambas al cogerme primero me dej� el culo lo suficientemente
abierto como para poder gozar a pleno de la tremenda verga que Mart�n hac�a
entrar y salir de �l tan en�rgicamente, disfrutando como locos. Me gustaba tanto
que mientras chupaba las pijas de los dos meneaba las caderas contra el vientre
de Mart�n para que su pijota se me metiera a�n m�s adentro cada vez. As� pasamos
varios minutos antes de que en plena cogida y sin previo aviso se fuera en leche
dentro de mi culo, llen�ndolo abundantemente de crema. Al empezar, la gorda
cabeza no tuvo inconvenientes en llegar hasta el fondo de mi culo para terminar
de vaciar ah� todo ese esperma que cargaban los huevos, llenando mi dolorido
agujero de una manera incre�ble, hasta que, mezclada con la las acabadas
anteriores que mi culito se hab�a tragado, rebals� de mi ano y cay� en gruesos
hilos por mis piernas hasta mezclarse con los jugos de mi concha. Acab� dentro
de mi cuanto quiso y a su entera satisfacci�n, y todav�a con la pija atorada en
mi culo descasamos unos minutos, al tiempo que los chicos me pidieron que pare
para no hacerlos acabar antes de tiempo. Todos sab�amos que a�n faltaba lo
mejor, todav�a faltaba sentir como me iban a reventar.
Acost� a Jos� boca arriba para luego yo ponerme encima de �l,
y agarr�ndolo de la verga le puse la hinchada cabeza sobre mi ano medio abierto
y empec� a bajar lentamente. La solt� demasiado pronto, pero estaba tan parada
que daba lo mismo; cerr� los ojos para disfrutar como esa cabeza me agrandaba el
esf�nter y se abr�a paso hacia adentro, sintiendo cada cent�metro de la verga
llen�ndome el culo. Al separarme las nalgas se meti� con m�s facilidad,
haci�ndome morder mis labios del gusto y mover las caderas para asegurarme de
tenerla bien metida, hasta que sus huevos besaron mi culo y entonces sent� su
cabeza tocar fondo, dej�ndome los ojos y la boca muy abiertos de la exclamaci�n.
Me meneaba sobre �l, disfrutando con una sonrisa de su pija
atorada en mi culo mientras los dem�s se sub�an nos rodeaban por los costados
manose�ndose, hasta que la calentura me hizo inclinarme hasta su cara y enroscar
mi lengua con la de �l, y despu�s de morderle al labio le puse las manos en mi
cintura y empec� a subir y bajar, cabalgando sobre su tranca dur�sima, cogiendo
como nunca.
Enseguida Mart�n me acerc� su pija a la cara, que fui
chup�ndo al tiempo que mis tetas daban grandes saltos por los movimientos
euf�ricos que daba para clavarme la pija en el culo m�s y m�s cada vez.
Est�bamos todos muy calientes y yo esperaba ansiosa el
momento de que me rompan el culo, quer�a sentirlos a todos a la vez.
Estaba enloquecida, totalmente fuera de m�, chup�ndo una
verga enorme mientras otra entraba y sal�a de mi culo hasta que en pocos
segundos Jos� empez� a parar. Dej� de chupar por un momento e instintivamente me
inclin� sobre su pecho, poniendo mi cabeza sobre su hombro y dejando mis grandes
y rechonchas tetas aplastadas contra su �l. Inmediatamente me rode� con sus
fuertes brazos, dejando al descubierto mi culo penetrado por su gran pijota, y
entonces supe que ya era su presa... quiera o no, ya me lo iban a hacer. Apenas
alcanc� a ver a Mart�n a mi lado. Sent� como la cama se mov�a al acercarse
alguien por detr�s, que enseguida se agach� pegado a mis nalgas y me apoy� la
cabezota de su pija en el escaso espacio que quedaba entre mi ano s�per irritado
y la verga de Jos�, haci�ndome doler. Era Ramiro.
No pod�a creer como poco a poco iba ganado lugar dentro de mi
culo donde parec�a no haberlo, a costa de mis dolores y de terribles puntadas.
Sent�a mi culo ensancharse como nunca para darle cabida a la gran cabezota de
Ramiro, que empujaba sin piedad por meterse, hasta que no pude m�s y empec� a
gemir del dolor. Segundos despu�s trat� de pararlo pero fue tarde: su pijota ya
estaba por hacerme pasar toda la cabeza, que se le hab�a puesto enorme y cada
embestida me hac�a gemir de dolor, sintiendo como mi culo ard�a como el fuego
hasta que en una embestida brutal sent� un tir�n y un desgarro, una rotura.
Levant� la cabeza entre l�grimas gritando de dolor con una media sonrisa y el
culo roto y sangrando, mientras Ramiro, delirando de placer, me iba metiendo
toda la pija lenta y trabajosamente junto a la de Jos�, hasta el fondo.
As� de dolorida y todo los dej� seguir cogiendo mi culo ya
roto, que entre lo desgarrado y lo dilatado que estaba se abr�a como una concha
a las entradas y salidas de las dos terribles vergas que lo llenaban.
Se turnaban entrando y saliendo de �l, dej�ndolo siempre
lleno y haci�ndome sentir continuos empujones que me hicieron perder aquella
estrechez que tanto alabaron al principio, a cambio del placer de tener dos
pijas enormes al mismo tiempo, duro y muy adentro. De a ratos alguno de ellos
paraba y me la dejaba bien adentro para que el otro pudiera penetrarme y coger
mas profundamente, y la verdad, no sab�a cu�l de las dos me gustaba m�s, lo
�nico que me gustaba era la manera en que me estaban reventando el culo. Y por
si fuera poco jugaban a sacarla entera y volverla a meter, como si todav�a me
quedara algo de esf�nter por romper. Esperaron a que me calme y cuando el dolor
se fue pude sentir plenamente lo que es coger por el culo de a dos. Una delicia.
Doli� como nunca, pero el placer fue a�n mayor. Ni bien termin� de incorporarme
Jos� me levant� las tetas como pudo y las apret� con fuerza y Ramiro me agarr�
de la cintura para bombearme m�s fuerte. Mir� a Mart�n y abr� la boca para que
�l mismo me metiera su gran tranca entera hasta la garganta. No s� que fue, pero
no dur� mucho as� penetrada tan salvajemente por los tres; minutos despu�s de
haber empezado a mam�rsela a Mart�n, de toda mi entrepierna y en especial de mi
culo destrozado empec� a sentir un placer terriblemente fuerte, que r�pidamente
empez� a hacerse sentir en todo mi cuerpo, poni�ndome las tetas r�gidas y los
pezones parados y como piedras.
Totalmente pose�da por la lujuria lo disfrutaba como la m�s
puerca, al punto de gritarles todo tipo de obscenidades y que me la dieran hasta
desfondarme. Aferr�ndose a mi cuerpo me clavaron sus vergas lo m�s profundo y
duro que pudieron y as� me cogieron hasta que explot� en el mayor orgasmo anal
que pueda recordar, gozando intensamente y gritando como una marrana. No pod�a
creer que se pudiera gozar tanto, y con esas tres pijas que no paraban de entrar
y salir de mi cuerpo se prolong� un poco m�s.
Al verme as� de hist�rica se excitaron sobremanera y apurando
el bombeo un poco Jos� se dej� llevar hasta acabar de nuevo dentro de mi culo y
tan abundantemente como la primera vez. Me la clav� tan adentro sent�a sus
huevos y mi ano como una sola cosa, mientras varias gotas de leche caliente
entraban sin parar, empujadas por la pija de Ramiro, inflamad�sima. Varios
segundos pasaron antes de que Ramiro empezara a acabarme tambi�n, junto a la
pija de Jos�, que al ir achic�ndose le dejaba m�s espacio. Desesperado del
placer se agarr� de mi cintura casi clav�ndome los dedos y tras largar un grito
medio ahogado lo sent� llenarme copiosamente de su esperma y gozarme como nunca
hasta no poder m�s. Mart�n, ahog�ndome con su pija en la garganta, tambi�n
apuraba el ritmo golpe�ndome la barbilla con las bolas. Gimi� cada vez m�s,
hasta dar un grito y largarme varios chorros de leche que en segundos me
llenaron la boca y sal�an de ella por las comisuras de mis labios. Agarr�ndome
la cabeza con una mano me acerc� la boca hasta que se la comiera entera,
haci�ndome toser. Con la cara pegada a su vientre segu�a tragando la leche que
me daba, hasta que al terminar me la sac� de la boca, y apenas la sac� vomit� un
poco de esperma mientras me babeaba. Su leche y mi saliva colgaban de mi labio
en un chorro espeso y blancuzco que al caer desde mi ment�n empezaba a fluir
lentamente entre mis tetas.
Exhaustos todos, Ramiro fue el primero en sacarme la pija del
culo, mientras Mart�n retroced�a y yo me levantaba como pod�a para sacarme la de
Jos� de adentro. Al moverme para salir de encima de �l mi culo se abri� para
largar un chorrito de semen, de todo aquel que fueron inyect�ndome durante la
noche. A duras penas se fueron a lavar y se vistieron y los vi irse de del
departamento en silencio. Me acost� y sin darme cuenta me qued� dormida un tempo
que no sabr�a decir cu�nto, hasta que Aldana me despert�. Ya era demasiado tarde
para irme, as� que me qued� a pasar la noche ah�. Charlamos de c�mo fue todo y
de lo excelente que estuvo, y tras prometer compartirlos con ella nos fuimos a
dormir lo poco que quedaba de noche. De esa incre�ble y placentera noche.