Relato: Mi hermano, mi tia y yo





Relato: Mi hermano, mi tia y yo

MI TIA, MI HERMANO Y YO


Hola amigos, me llamo Juan, y voy a contaros una historia que
me ocurrio hace mucho tiempo, cuando yo tenia 15 a�os y mi hermano Carlos 22.


Una tarde , fui a casa de mi tia Queti para ver si mis primos, que estaban en
un internado habian venido a pasar el fin de semana y quer�a estar un rato
charlando con ellos.


Cuando me acercaba por un lateral del chalet donde vivian
para dirigirme a la puerta principal, me parecio ver algo por una ventana que
estaba medio entornada que no podia creerme.


Volvi sobre mis pasos para espiar por la cristales y
comprobar como lo que yo habia creido ver era verdad, estaba claro que mis
primos no habian vuelto. Me quede de piedra, embobado, con la boca abierta. Lo
que yo estaba viendo no podia ser verdad.


Como si fuera la cosa m�s natural del mundo, mi hermano
Carlos estaba enrollado con nuestra tia en el sal�n de su casa.


El estaba sentado en el sof� , y ella, tendida de largo sobre
sus piernas, volvia la cara hacia �l y le sonre�a picaramente mientras le sacaba
la lengua y se relamia sus gordos labios.


Tia Queti vestia un vestido rojo muy corto y ajustado. Como
estaba boca abajo se le pegaba a sus nalgas marcandole todas sus abundantes
curvas. Mi hermano le agarraba el culo por debajo del vestido y se lo estaba
sobando y pellizcando por todas partes de forma descarada.


Ella entre tanto doblaba las piernas hacia arriba y las
separaba un poco para darle m�s falicidades. Mi t�a Queti, mi pudorosa y
recatada t�a, una estupenda se�orona de cincuenta y pocos a�os, pero que a�n
estaba para com�rsela, segu�a ri�ndose desvergonzadamente con las guarradas que
le hacia mi joven hermano.


El vestido estaba un poco levantado, as� que pod�a v�rsele el
espl�ndido culo blanco y sus braguitas rojas un poco bajadas y enrolladas entre
sus muslos. El espect�culo era tremendo, de donde yo estaba oculto ve�a aquello
y no pod�a creerlo, mi hermano mayor le estaba metiendo mano y se estaba dando
un autentico lotazo con su propia t�a.


La t�a Queti, la mujer de mi t�o, nos hab�a tratado siempre
como a sus hijos, y ahora �l todo un joven le dec�a:


" Pensar t�a Queti, que toda mi vida me mor�a de ganas por
tocarte el precioso culo que tienes, despu�s de esto ya me puedo morir
tranquilo, eres una zorrona, pero estoy enco�ado contigo. Quien podr�a imaginar
con esa pinta de se�ora respetable que tienes, lo calentorra que eres luego en
la cama, me vuelves loco y quiero estar siempre contigo".


Mi hermano le daba de cuando en cuando suaves palmadas en sus
ricas y carnosas mollas blancas mientras que ella ronroneaba, suspiraba, jadeaba
y le dec�a con voz insinuante:


" Ayyy, ayyy.... que malo eres Carlos, las cosas que me
dices, uffff, uffff, me haces pupita en el pompis, malo y malo, ayyy, ayyyy,
cuanto me duele, no te da verg�enza tener as�, tan despendolada a tu pobre t�a.
Uyyy, uyyy, que ni�o mas malo eres, pero por fin hoy voy a entregarte ese
agujerito que tanto te gusta"


Mi hermano estaba en la gloria, parec�a que le hab�a
prometido que esa tarde lo dejar�a que la follara por el culo. Se encontraba
completamente en pelotas y con su miembro empalmado asomando por entre las
bragas rojas enrolladas y los rollizos muslos de t�a Queti.


Mi t�a entre tanto no paraba de juntar y separar las piernas
para acariciarle con los muslos el miembro y adem�s doblaba las rodillas hacia
arriba y mov�a lentamente el culo para que el placer fuera mayor para su amante
y para que a su vez, la raja se le abriera y su macho pudiera llegar mejor a los
tesoros que escond�a sin demasiado pudor all� dentro.


Carlos se agachaba y acercaba la cabeza a su raja para verlo
todo mejor, tambi�n met�a su nariz entre las mollas de carne y la ol�a a
conciencia, despacio, de arriba abajo, comprobando detenidamente la diferencia
que hab�a entre sus olores m�s �ntimos.


El ya era su macho, su hombre, su chulo, y estaba sobando y
calentando a la culona como cuando un macho disfruta si tiene una hembra de
banderas como aquella. La diferencia estaba en que aquella maciza mujerona se
supon�a que era de mi t�o, y deber�a ser �l quien gozara de sus abundantisimos
encantos, pero a mi hermano aquello aprecia importarle bien poco y como ella
estaba muy a gusto encima de las piernas de su sobrino ense��ndole todas sus
intimidades, y pidi�ndole guerra, �l le metia mano como si fuera toda suya � Que
suerte tenia el condenado !


Yo estaba indignado, pero excitad�simo, eran extra�os los
sentimiento que ten�a, quer�a matar a Carlos, y odiaba a mi t�a por la ofensa,
aunque en realidad el ofendido era mi t�o, pero la verdad es que toda esa mezcla
de sentimientos eran un patra�a. Lo que en realidad me pasaba era que me mor�a
de envidia.


Esa era la autentica verdad, me pon�a malo la envidia que le
tenia a mi hermano por ser �l y yo no quien estaba con aquella jamona.


Mi t�o Fernando descuido bastante a su familia, nunca estaba
all�.


Llegaba siempre tarde del trabajo por las noches y adem�s
viajaba con mucha frecuencia y por supuesto, tambi�n descuid� a mi t�a en lo que
a darle placer en el sexo se refiere, seg�n supe despu�s, aprecia mentira como
teniendo en casa el pedazo de hembra que tenia tan solo follaran como m�ximo una
vez al mes. Seguro que tenia una querida jovencita en alguna parte.


Mi t�a Queti estaba que se sub�a por las paredes. Ve�a como
se le pasaban los a�os y no disfrutaba nada de su cuerpo. Ella a�n se pon�a
caliente con facilidad y sabia perfectamente que si dejaba pasar unos a�os mas
ya no atraer�a a los hombres j�venes como todav�a pod�a hacerlo.


El zorro de mi hermano se percat� de todo ello y tuvo la
suficiente inteligencia para mont�rselo muy bien hasta el punto de intimar con
ella, lig�rsela, llev�rsela a la cama y atreverse a convertirse en su amante.


Ese d�a que los observ� por la ventana del chalet, mi coraz�n
empez� a acelerarse cada vez m�s, se me sal�a por la boca.


� Qu� hermoso culazo tenia mi t�a ! un esplendoroso trasero
lleno de carne y grasa y con unos peque�os hoyitos que empezaban a provocarle su
incipiente celulitis. Todav�a lo tenia suficientemente prieto para su edad y
blanco porque nunca le dio el sol.


Los dos amantes pensaban que estaban solos y se notaba que
ella estaba feliz como una quincea�era con su primer novio. Se dejaba que su
hombre la sobara por todas partes.


Cuando Carlos termin� de chuparle el ojete le dio dos
palmazos que les caus� risa a ambos. Mi t�a entonces puso el culo mas en pompa
todav�a, se abri� de piernas todo lo que pudo y cogiendo la mano de mi hermano
por detr�s, le pego la palma a su empapadisimo chumino restregandole todo su
sexo por ella.


Mi hermano, loco de gusto, despu�s de dejarla que lo hiciera
varias veces, le agarro los labios vaginales y la mata de pelos que tenia
colgando con fuerza mientras ella daba peque�os grititos de placer y hablaba
como si fuera una ni�a peque�a.


" Ayyy, aaaay, Carlos, ni�o, mira que chochito mas lindo
tengo, es para ti solito, mira que mojadito esta por tu culpa, mira mira, tengo
hasta los pelitos chorre�ndome mis flujitos por lo calentona que me pones,
f�jate lo calentito y suvecito que est� esperando lo que tu ya sabes mi bien,
mira que ganas tiene de jugar con tu aparatito"


Aquella guarrada de mi t�a con su enorme culazo en pompa,
insinu�ndose a mi hermano con esa voz c�lida y sexy de mujer madura pero
dici�ndole cosas como si fuera una quincea�era, no habia tio que lo resistiera.
Yo estaba loco de gusto viendola hacer aquello, cada vez mas empalmado y con
ganas de meterme alli dentro y ser yo quien me follara a aquella maravilla de
mujer que cada vez me gustaba m�s.


Ni loco me habr�a cre�do yo, si alguien me lo hubiera
contado, que aquella se�orona madura tan seria que era mi t�a Queti pudiera
jamas hacer y decir unas cosas tan obscena como las que yo estaba viendo y
oyendo. Todo aquello era mas propia de aut�nticas putas callejeras de la peor
cala�a que de respetables se�oras casadas y con hijos mayores.


Cuando llevaban un rato liados, mi tia se levanto y dijo que
iba a la cocina a buscar no se que cosa.


Antes de dirigirse hacia all� se fue hacia la ventana que
daba a la calle principal para ver si todo en la calle estaba con normalidad.
Corri� un poquito la cortina s�lo para una de sus mitades porque estaba medio
desnuda. Aunque estaba a buena altura y llegaba perfectamente a la ventana, la
calentona se echo hacia atr�s, se coloco el picard�as sobre las caderas
agarrandoselo con sus manos y se inclin� un poco dejando el enorme culazo
totalmente en pompa. � Como estaba de buenisima !


De aquel espect�culo tan sexy se percat� mi hermano
enseguida. Rapidamente se agarr� su hinchadisimo pene y empezo a pajearse a toda
velocidad. La excitaci�n que sintio debio ser enorme. Mi tia se volvio a verlo y
se percat� de lo que hacia.


Enseguida le hizo un gui�o con el cuello torcido hacia atr�s,
se agarro al poyete de la ventana, se puso de puntillas sobre sus tacones y
movi� el trasero en pompa con unos movimientos circulares de lo m�s
pornogr�ficos que os pod�is imaginar. Estaba como cualquier hembra salvaje
ofreci�ndole a su hombre su sexo con todo descaro. Ped�a a gritos ser penetrada
hasta satisfacerla.


Despu�s, para rematar la faena, dejo de estar de puntillas y
se abri� de piernas, se separo las nalgas con las manos y doblando su pecho
hacia adelante, le ense�o a su hombre el ojete del culo y su gigantesco chocho
peludo empapado por sus propios jugos.


Al ver como Carlos la miraba se puso a mover su sexo de atr�s
hacia delante como si estuviera teniendo sexo con alguien por detr�s. Aquella
magnifica hembra que era mi t�a Queti estaba haciendo los movimientos mas
obscenos que yo hab�a visto en mi vida. Nada de lo que yo hab�a visto me gustaba
tanto como aquello.


Mi hermano estaba como hipnotizado con lo que ve�a hizo como
que se desmayaba ech�ndose hacia atr�s en el sill�n, ufff, y ella sonri�
p�caramente sinti�ndose deseada por su hombre.


Despu�s, para quedar mas complacida, se abri� la vagina con
una mano y con la otra se meti� un par de dedos dentro para pajearse. El �aca
�aca de sus dedos rozando las lubricadas paredes de su sexo se o�a perfectamente
desde mi posici�n.


Cuando mi t�a considero que ya tenia los dedos bien empapados
por sus flujos, se los saco del co�o y vuelta de espaldas hacia mi hermano se
los lami� provocativamente hasta dejarlos bien limpios.


Mi hermano estaba como un verraco, le dijo absolutamente de
todo, desde lo buen�sima que estaba hasta como iba a dejarla el co�o de escocido
con los pollazos que pensaba darle.


Despu�s de aquel magnifico espect�culo mi t�a se incorpor� un
poco y se dirigi� a la cocina volviendo enseguida al sal�n.


Cuando llego, Carlos la estaba esperando, la rodeo con sus
brazos acarici�ndole la espalda y la beso largamente.


Ella le rog� que tuviera cuidado al met�rsela por el culo,
era la primera vez que lo iba a hacer, pues a nuestro t�o nunca le hab�a dejado
hacerlo, siempre le dijo que le daba miedo y el, como casi seguro que lo har�a
con alguna amante, nunca insisti�.


"No te preocupes, vida m�a ,soy experto rompiendo culos y con
el tuyo voy a tener machismo cuidado, sabes que estoy loco por ti, que me gusta
mucho, y que no quiero hacerte ning�n da�o, yo a met�rtela con tanto cuidado
como si las paredes de tu pompis fuesen de terciopelo, despu�s de haberlo hecho
conmigo por tu precioso culo vas a querer repetir muchas veces".


Ella al o�r esto le pidi� que la llevara en brazos a la cama
para empezar la faena, as� que dio un peque�o saltito y mi hermano la cogi� con
sus brazos. Enseguida le rodeo el cuello con sus brazos. Parec�a una novia
virgen en su noche de bodas, totalmente enco�ada con hombre que iba a gozar de
su culo por primera vez en su vida.


La t�a Queti se sabia todos los trucos de una veterana
experta, as� que acerco la boca de mi hermano a la suya para darle un buen beso
de lengua y hacer que Carlos se parara. Ella mientras tanto se met�a los dedos
en el chocho y los sacaba empapados en sus flujos. Luego, sin perder un momento,
se los restregaba por la abundante pelambrera del pubis, por el ojete del culo,
por el interior de sus muslos y por las piernas. Una y otra vez se untaba las
partes mas excitantes de su cuerpazo con aquel delicioso perfume. Quer�a que mi
hermano se volviera todav�a m�s loco por ella al olerla luego en la cama por
todo su cuerpo.


Colgada de esa forma, con las piernas cruzadas y los pies
bambole�ndose de vez en cuando, ofrec�a una vista maravillosa. Me habr�a
encantado poder decirle a Carlos que la mantuviera un buen rato as�, agarr�ndola
con el brazo por debajo de las corvas, para que yo pudiera poder meter all� mi
cara y no despegarme hasta pasado un buen rato, agarr�ndole y chup�ndole el culo
y el co�o hasta quedarme bien satisfecho.


Del lado en que yo estaba s�lo le ve�a su media melena rubia
casi tapada por sus rodillas y por el cabez�n de mi hermano que segu�a
morreandose con ella, pero un poco mas abajo distinguia la vista entera de su
gordo culo empapado por lo que se hab�a untado y los babeantes labios de su
chocho peludo en el centro de aquel redondo y blanqu�simo pandero. Pod�a
apreciar tambi�n sus pies calzados en los zancos rojos de tac�n alto movi�ndose
de cuando en cuando.


Por fin mi hermano se la llev� bien caliente al dormitorio,
el maldito de mi hermano, se la llev� mas excitada que nunca en su vida y se la
iba a follar bien follada en su cama de matrimonio hasta correrse de gusto.


Qu� odio, qu� excitaci�n, qu� envidia, y adem�s yo me quedaba
sin ver el especatulo mas maravilloso que podria ver en mi vida.


De pronto, cuando apenas habia pasado un minuto escuche por
la ventana el sonido delicioso y gutural de mi tia.


" Asiiii....asiiiii, des�pa�ciiiii�to,..oohg,�.dame mucho
gustito mi amor, haz muy feliz a tu tia, aggg...aggg..., uyyyy, que bien estoy
asi, sigue, sigue, acariciamelo todo con tu aparato, que ganitas tengo hoy de
follar contigo mi bien, ahhh...ahhh, que gordisima la tienes , que bien, que
alegria, asi, asi, siiiiiiigue, siiiiiiigue, que bien nos lo vamos a pasar,
ahhhh, ahhhh , sigueee, siiiiiiiigue........haz que me vuelva loca de gusto."


"Uff�ufff....ahhh, que buenooooorra....estassss tii�a
Queeeti, que buenisima es...tas jamona miiiiiiiia, como me gussstas, uyyyy, que
tetas tienes, aaaagg....aaagggg, eres maravillosa, asiiiii, asiiiiiiii, mira
como te toco el chochete con mi polla, ahhhh....que gusto, que ganas tengo hoy
de ti macizota mia, aggg...agggg, que buenisima estas".


Aquella cnversaci�n era para volverse loco, asi que me dirigi
a la puerta trasera del chalet por si estaba abierta. Al llegar comprobe que no
lo estaba, pero si una ventana, asi que sin dudarlo un momento me cole dentro de
la casa.


Por el pasillo me fui acercando al dormitoriode matrimonio
escuchando sus excitantes gemidos y andando yo con mucho cuidado para no hacer
ruido. La puerta estaba casi cerrada, pero yo la empuje un poco para ver mejor
lo que pasaba.


Al mirar por aquella rendija el olor a sexo que salia del
dormitorio casi me tira de espaldas. Ol�a a co�o de hembra madura en celo.
Cuando me recupere un poco vi perfectamente lo que estaban haciendo.


� Menudo espectaculo ! Mi t�a Queti estaba subida encima de
la cama de espaldas a mi.


Se encontraba a cuatro patas acostada sobre sus pechos, con
su rollizo culazo en todo lo alto, y con las piernas un poco separadas. Tenia
todav�a puesto el picardias medio transparente rojo, pero se hab�a quitado los
zapatos y pude verle sus regordetes pies con las u�as pintadas de color rojo
chill�n. Hasta en eso quer�a estar provocativa.


Mi hermano Carlos estaba en cuclillas encima de ella. La
estaba montando por detr�s, y mientr�s la agarraba fuertemente por las tetas se
dedicaba a chupetearle el cuello y las orejas.


Entre tanto, le restregaba su enorme ciporte, totalmente
empalmado, por la raja del culo.


Tia Queti, para darse m�s gusto, se habia separado las mollas
de carne con las manos y el miembro de mi hermano le rozaba en su continua
subida y bajada una y otra vez el precioso agujerito de su ojete.


Cuando lo bajaba, su hinchadisimo glande salia del pellejo a
punto de estallar, y al subirlo volvia a quedar cubierto por el mismo.


Al poco de estar as�, mi hermano empezo a quedarse mas tiempo
arriba y con la punta del glande acariciaba la entrada de aquel orificio lleno
de peque�as estrias sonrosadas y marrones mientras ella gemia de gusto.


De cuando en cuando, mi t�a se soltaba las nalgas y el
aparato de Carlos quedaba atrapado por ellas. � Dios, que gustazo se estaban
dando �


El muy cabronazo le estaba poniendo un buen rabo a mi tia y
los dos estaba en la gloria � Vaya escenita tan excitante ! y pensar que yo casi
habia estado a punto de perdermela.


Algunas veces, Carlos se echaba hacia atr�s, se agachaba un
poco, y metia su pubis por debajo del culo de su hembra, la rodeaba con los
brazos por la barriga y se ponia a acariciarle los labios del co�o con el tallo
de su gordisimo miembro presionandole como podia el cl�toris.


"Sigue, mi amor sigue, que gustito me estas dando ah� abajo
sobrino, ahhhh... ahhh... que placer mas grande, que cosa m�s rica me estas
haciendo, sigueeeee, sigueeeeee"


Mi t�a no perdia el tiempo, cada vez que mi hermano le hacia
eso, le agarraba la punta de la polla y lo pajeaba fuertemente.


Carlos, muerto de gusto, la segu�a abrazando con sus brazos
por la cintura, le besaba, lam�a y chupaba las mollitas de carne que tenia la
rubia en la espalda por debajo de los brazos y le suplicaba que se pusiera en
posici�n para ser penetrada.


"No puedo aguantar mas vida mi, por Dios t�a Queti, ohhh,
ohhh, vamos a hacerlo ya o a mi me va dar algo, que gusto me da tu culo preciosa
m�a, estoy deseando metertela, me vuelves loco, ahhhhh.....ahhhhh...., estas
para comerte, si no te la meto pronto voy a correrme por la patas abajo ahora
mismo."


Mi t�a, que estaba disfrutando como una enana con las
caricias de la polla de Carlos, se compadeci� de �l. Cogi� un bote de vaselina
que tenia en la mesilla de noche, se unto una buena cantidad de ella en los
dedos y agarr�ndole el miembro por entre sus muslos, se puso a unt�rselo por
todas partes. Se notaba que le gustaba la tarea. Acariciar aquel enorme vergajo
que pronto estar�a dentro de ella le causaba placer.


Por fin Carlos se puso con el pene en la mano justo a la
entrada de aquel agujerito que le conduciria al interior de la maciza. Ella se
separo bien las nalgas con sus manos y mi hermano fue presionando con el glande
hasta que este se col� en aquella deliciosa cueva.


"Ufff...uffff... despacito mi amor, despacito, no me hagas
da�o vida mia, ten cuidadito, ten cuidadito mi bien, solo un poquito y luego
mas, aggg, aggg, asi, asi, suavemente Carlos, muy suavente"


Mi hermano cuando vio que el glande estaba bien dentro se
puso a met�rselo y sac�rselo muy despacio, para despu�s, tambi�n con suavidad,
meterle hasta la mitad de su miembro. Entre tanto mi t�a suspiraba con voz
gutural.


"Ayyy....ayyyy....despacito, despacito, ugggg.....ugggg, como
lo siento, agggg, despacio mi bien despacio, pero sin parar"-


Por fin, Carlos, que estaba gozando de lo lindo, se la meti�
con dulzura hasta los mism�simos test�culos, la meneo un poco para ver que
estaba bien acomodada y doblando su cuerpo hacia delante se puso a chuparle el
l�bulo de la oreja a su hembra mientras le susurraba al o�do.


"Por fin, mi vida, por fin, por fin eres m�a por todas
partes, ahhhh, ahhhhh, como me gustas jamona, como me tienes de loco por ti,
prometo hacerte esto siempre que quieras".


Cuando estuvieron en esa postura un buen rato bes�ndose y
dici�ndose uno a otro lo mucho que se gustaban, Carlos volvi� a ponerse erguido,
la agarro por las caderas y empez� a met�rsela y a sac�rsela cada vez mas de
prisa para que la t�a Queti se fuese acostumbrando. Al rato, su miembro era una
autentica taladradora perforando una y otra vez el ojete de mi t�a, que una vez
pasado el dolor inicial tambien estaba disfrutando de lo lindo. Al momento
parecia una autentica experta berreando a pleno pulm�n y moviendo con fuerza el
culo para adelante y para atr�s.


"AHHHH...AHHHH.... que gusto, que gusto, as�, as�, follame
bien dentro OOOOOY....OOOOOY..... que gozada, sigue, sigue mi amor, no pares, no
pares, que gustazo me estas dando, uyyyyy...uyyyyyyy, QUE RIIIIIIICO, QUE
RIIIIIIIIICO como me estas poniendo el culito mi amor, SIGUEEEE.....SIGUEEEEEE
".


Desde mi posici�n cada vez ve�a menos, pero por sus gemidos y
las enormes embestida que Carlos le pegaba por detr�s se notaban que los dos
estaba a cien por hora y a punto de correrse.


Para darse mas gusto, mi t�a se meti� una mano entre las
piernas y se puso a frotarse el cl�toris con fuerza mientras que segu�a
gritando.


"CARLOOOOOOOS, CARLOOOOOS, me corro, me corro, vente conmigo
mi amor, c�rrete tu tambi�n, asi, asi, AYYYYY, AYYYYYY, que gusto, que gusto,
como siento tu leche caliente en mi culo, asi asi, vaciate entero dentro de mi
AAAAH, AHHHH, COMO ME GUSTAS, COMO ME GUSTAS, SOY
TUYAAAA.....TUYAAAAA......TUYAAAAAAAAAAAAAAA.......


Por fin t�a Queti se desplomo sobre la cama cay�ndole mi
hermano encima con todo su peso y con su rabo volvi�ndose fl�cido dentro todav�a
de su culo recibiendo las contracciones de ella.


Por fin la maciza separ� un poco las piernas para que Carlos
pudiera sac�rselo. Cuando lo hizo, una enorme cantidad de semen pegajoso sali�
del interior del ojete chorre�ndole hacia abajo hasta inundarle la entrada de la
vagina y los pelos del co�o, que tambi�n recibieron su raci�n de leche caliente.


Mi hermano se bajo de ella y se acost� a su lado boca arriba
recuper�ndose del esfuerzo de aquel magnifico polvo.


Tia Queti estuvo durante un rato espatarrada boca abajo en la
cama tambi�n recuper�ndose.


Al cabo de un rato se puso a mirarle el miembro a mi hermano
y le parecio que empezaba a recuperarse. Por si las moscas no era as�, ella se
lo empez� a acariciar suavemente.


"Mi amor, quiro que ahora me la metas por el chochete,
todavia estoy muy caliente y necesito que tu me bajes la calentura, pero dejame
que yo me ponga arriba, ahora quiero ser yo quien domine".


Sin mediar mas palabras, mi t�a se puso de pie sobre la cama
de espaldas a mi con las piernas abiertas sobre mi hermano que segu�a tumbado en
la cama, empez� a bailar provocativamente ense��ndole totalmente el co�o, Cuando
considero que estaba bien empalmado se fue agachando lentamente sobre el hasta
quedar en cuclillas con su sexo justamente encima de su miembro,


Enseguida agarro la polla con su mano para tenerla bien
controlada y siguio bajando su co�o hasta que esta empezo a entrarle dentro.


Carlos al sentir todo aquel placer en su miembro, la agarro
por las nalgas y por la espalda con todas sus fuerzas haciendo que mi tia se
echara hacia adelante cayendo sus pechos contra el suyo y clavandose la polla en
lo mas profundo de su sexo.


Aquello era demasiado para mi, enseguida se pusieron a follar
como leones mientras que yo ve�a como el rabo de mi hermano sub�a hacia arriba
con todas sus fuerzas haciendo que las mollas del culo de t�a Queti se
bamboleasen como si fueran un flan.


Ella se abri� bien de muslos para estar mas c�moda, pego las
piernas a las de mi hermano metiendo sus pies por debajo de las piernas de el
para estar mas apretados y se puso a acompa�ar a Carlos en sus movimientos.


El sonido de sus sexos al juntarse era delicioso, estaban
totalmente empapados en sus jugos. Mi hermano cada vez que se separaban sacaba
la polla casi entera chorreando por todas partes por las babas del co�o de t�a
Queti y casi dejaba ver el hinchadisimo glande. Enseguida ella se dejaba caer
con fuerza y volvia a met�rsela hasta los mismisimos huevos. Estos movimientos
hacian que el �aca �aca fuera cada vez mas ruidoso. En un momento la habitaci�n
se lleno de gemidos y de jadeos de los dos.


" Uyyyy...uyyyyy, que buenooo.....que buenoooo, siegue,
agggg....agggg, que gusto, que gustooo" � �ac, �ac, �ac � "No pares, no pares,
maaaassssss........maaaasssss, asi, asi, hasta dentro "



Aquello no hab�a quien lo aguantara, as� que me arme de
valor, me quede totalmente en pelotas y desde donde estaba me puse a pajearme
como un mono.


Con mi polla entre mis manos, acompa�aba a mi hermano en cada
una de las penetraciones que hacia en el co�o de mi t�a, que envidia, hubiera
dado cualquier cosa por ser yo quien estuviera en su puesto gozando con mis
maravillosa t�a.


Para ver un poco mejor me acerque mas a ellos, ya nada me
importaba, mi apetito sexual era mayor que mi verguenza.


El espect�culo de cerca era todavia mas excitante, que gozada
ver sus sexos tan de cerca juntarse y separase una y otra vez. Aquello era un
revoltijo de pelos, de flujos y de carne junto con el delicioso sonido del �aca
�aca que acompa�a al acto sexual.


Los labios vaginales de ella se separan al ritmo de las
embestidas de mi hermano mientras que el miembro de �l, con todas sus venas
hinchadisimas, parecia a punto de reventar. Los dos estaban disfrutando de lo
lindo.


El estar tan cerca de ellos me puso m�s cachondo todav�a y me
pajee con m�s fuerza. Entonces sin, que yo hubiera podido intuir nada, mi t�a,
gozando como una autentica guarra, giro hacia un lado la cabeza jadeando a pleno
pulm�n. Parecia una perra en celo, con los ojos en blanco y la lengua llena de
babas fuera de la boca.


De golpe abri� los ojos y mir�ndome fijamente me pillo
infraganti con la polla entre las dos manos, totalmente empalmado y a punto de
correrme a su costa.


El susto que se llevo la muy zorrona fue tremendo.



"AYYYYYY, AYYYYY, DIOS MIO , QUE HACES TU AQU�, Carlos,
Carlos, por Dios sueltame, sueltame, Carlos dejame, dejame ���� CARLOSSSS, POR
DIOS, DEJA DE FOLLARME !!! ".



Mi hermano que estaba debajo de ella, tan entusiasmado con lo
que hacia, no se hab�a dado cuenta de lo que pasaba.


La tenia bien agarrada por la espalda y segu�a peg�ndole unos
pollazos enormes hacia arriba haciendo que t�a Queti continuara botando como una
pelota con todas las mollas de carne del culo desparramadas sobre sus piernas y
dejandome ver perfectamente como la polla le entraba una y otra vez en su sexo.


Por fin , roja como un tomate, de un salto, se bajo de �l y
consigui� acostarse a su lado, pero al hacerlo tuvo que abrirse de piernas
ense��ndome perfectamente su enorme chocho peludo totalmente abierto por las
embestidas de mi hermano.


Despues reaccion� cogiendo las sabanas que estaban enrolladas
a los pies de la cama y los dos quedaron tapados hasta el cuello. Estaba roja de
verg�enza y balbuceaba sin saber muy bien que tenia que decir.


" Que bochorno por Dios, que verg�enza, si sabia yo que alg�n
d�a alguien nos iba a pillar Carlos, y mira por donde ha tenido que ser tu
propio hermano el que se ha enterado de todo.


Carlos entre tanto se habia dado cuenta por fin de la
situaci�n.


"Pero bueno, enano, se puede saber que co�o haces tu aqu�,
seguro que nos has estado espi�ndonos todo el rato, y encima despelotado y
pajeandote mir�ndo como foll�mos, seguro que se lo cuenta al primero que te
encuentres. Pero miralo t�a Queti, si todav�a esta empalmado. No ser� que a ti
tambi�n te gusta la t�a , so guarro, seguro que si ".


"Tranquilos los dos que no pienso cont�rselo a nadie, por mi
, nadie se va a enterar de esto y la t�a Queti claro que me gusta, como no iba a
gustarme si esta buenisima, yo creo que no hay un solo hombre en el mundo al que
no le guste una mujer tan guapisima y tan bien hecha como nuestra t�a".


Mi t�a al escuchar los halagos que le dec�a cambi� la
expresi�n de su cara, ya se la ve�a mas relajada, se incorporo un poco tap�ndose
las tetas con la sabana pero dejando sus preciosos hombros redondeados al
descubierto y despu�s de arreglarse el pelo coquetamente con la otra mano nos
dijo.



"Bueno chicos ya esta bien mejor que no discut�is. Pero Juan,
hijo, si yo soy muy mayor para ti, como puede ser que te guste tanto, si apenas
tienes quince a�os y deberian gustarte la ni�as de tu edad y no las se�oras como
yo que casi podr�a ser tu madre".



"Pero da la casualidad de que no lo eres, as� que mejor que
mejor porque tu me gustas muchisimo y cuando sea mayor quiero hacer contigo lo
mismo que hace mi hermano, adem�s hace ya mucho que puedo correrme como todo un
hombre y adem�, ya me he hecho mucha pajas pensando en ti, porque quiero que
sepas que eres la mujer que m�s me gusta de todas las que conozco y tu estas m�s
maciza que ninguna otra".



"Uy,uy, ni�o, las cosas que me dices, por Dios, y yo que
cre�a que todav�a eras un crio y ahora resulta que eres todo un hombrecito y
encima estas totalmente enco�ado conmigo. �De verdad que te ha gustado verme
desnuda? �No te parece que estoy demasiado rellenita?"



"De eso nada, estas buenisima y a mi lo que me gustaria es
pasarme toda la vida acostado contigo y haciendo todas las guarrerias que
quisieramos".



Visto lo visto mi t�a, que casi no podia creerse las cosas
que le estaba diciendo pero que cada vez parec�a m�s contenta porque asi fuera,
empez� a ponerse caliente y fue la que decidi� que no deberiamos preocuparnos
demasiado. Dijo que estaba encantada de que sus dos sobrinos estuviesemos
coladitos por ella y que lo que hab�a que hacer es seguir echando el polvo que
yo les hab�a cortado, que ella estaba esa tarde muy a gusto haciendolo con
Carlos y se hab�a quedado con ganas de correrse. Adem�s le dijo a mi hermano que
me dejara estar en el dormitorio viendo como follaban, que, a fin de cuentas, yo
tambi�n era su sobrino y que si era verdad que tanto me gustaba pues quer�a
dejarme que disfrutara viendola desnuda todo lo que quisiera. Tambien dijo que
si podia correrme es que ya era mayorcito, y era bueno que aprendiera esa cosas.


Despu�s de todo aquello, se destap� sin ninguna clase de
pudor pudiendo comprobar yo como Carlos habia vuelto a meterle mano. La tenia
cogida por la cintura con una mano mientras que con la otra le estaba tocando el
chochete. Al estar con las piernas separadas volv�� a ense�armelo con todo su
esplendor. Era un co�o enorme, el mayor que yo habia visto nunca y con una
grandisima pelambrera a su alrededor.


Despu�s mi t�a repitio lo de ponerse de pie en la cama con
las piernas abiertas, una a cada lado de mi hermano y le dijo:


"Vamos Carlos, ag�rrate tu aparato con las manos y apunta
hacia arriba que vamos a seguir con lo nuestro, y tu Juan, bonito, ag�rrame por
la cintura y ay�dame a agacharme, que cada vez me cuesta m�s trabajo hacerlo,
pero ni�o, cuidadito con lo que tocas no sea que tengas las manos m�s ligeras de
la cuenta y se te vayan a despendolar. Sobre todo que no se te ocurra tocarme en
los sitios que tu ya sabes que no debes."


Yo no me pod�a creer lo que estaba oyendo, mi hermosa tia me
pedia que la agarrara por la cintura, y encima me prohibia con la m�s p�cara de
sus sonrisas que la tocara en cierta partes. Parec�a que lo estaba deseando,
aquello era una autentica invitaci�n � Que bi�n, que alegria mas grande !


Sin perder un segundo me puse detr�s de ella.


Aquello era una autentica gozada, al estar la jamona de pie
en la cama, tenia los hombros, la espalda, la cintura, el glorioso culo y los
magn�ficos muslos de aquel bomb�n a dos palmos de mi cara.


Una maravilla y ademas que olor m�s alucinante desprendia, mi
maravillosa t�a, ol�a a sexo puro y duro.


Cuando me acostumbre a verla tan cerca, comprob� que el
picard�as llegaba tan solo un poco por debajo de su cintura, pero yo no tenia
inter�s en tocar seda, quer�a tocarle sus carnes, as� que met� mis manos por
debajo y la agarre suavemente acariciandole las cartucheras sin cortarme ni un
pelo.


Al sentir mis manos, la jamona volvi� la cabeza, me sonri� de
forma pizpireta y poniendo los labios en forma de o me lanz� un insinuante beso,
despu�s empez� a agacharse mientras mi hermano la esperaba abajo con la polla
totalmente empalmada agarrada con sus manos. Yo aproveche su bajada para pasar
mis manos de su cintura a los cachetes del culo y de esa manera aprovecharme
para sob�rselos un poco.


A mi t�a parece que aquello le gusto y se quedo a media
bajada moviendo suavemente su gordo pandero para que yo pudiera seguir con mis
toqueteos, incluso con mis dedos llegue a acariciarle los labios vaginales, que
al agacharse se le habian separado un poco.


Cuando sintio el roce de mis dedo sobandole la entrada de la
vagina, ella misma se separo los labios con las manos, y yo aproveche para
meterle dos dedos en lo mas profundo de su sexo.


� Madre mia, que gustazo ! aquello era lo m�s suave que yo
hab�a tocado nunca. Que placer mas enorme iba a recibir la polla de mi hermano.


T�a Queti al notar mis dedos en semejante sitio contrajo
varias veces los musculos vaginales para darse gusto. Que maravilla, que delicia
de co�o tenia mi preciosa tia.


Mi hermano, que estaba impaciente le dijo que se diera prisa
que estaba deseando volver a follarsela. Ella sigui� su descenso en cuclillas en
busca del placer. Mis dedos, para mi desgracia, se salieron de su sexo.


Entonces t�a Queti en lugar de dirgir su sexo hacia el de mi
hermano, lo que hizo fue inclinar su cuerpazo hacia delante dejando sus tetonas
banbolendose por encima del pecho de mi hermano, a continuaci�n se apoyo con sus
manos en las rodillas y poniendo su enome culazo en pompa con las piernas
separadas, me ense�o totalmente sus dos agujeros mientras me decia:



"Anda Juan, dale a tu tia un besito donde su sabes, veras
como te gusta muchisimo mi bien, veras lo bien que sabe. Mira como me he puesto
toda para ti. �Verdad que te gusta lo que ves? Anda bonito, comeme todo el
chochito hasta que te hartes"



Como un loco, me avalance sobre ella abrazandola por los
muslos y pegando mi boca a aquel gigantesco sexo. El olor que inundo mi nariz
era maravilloso.


Enseguida mi boca se lleno con sus carnes y sus ensortijados
pelos.


Rapidamente me puse a chuparle y a lamerle los labios
mientras intentaba meterle la lengua en el interior de la vagina.


T�a Queti se puso a solar gemidos de placer mientras que con
sus manos se separaba las nalgas para darme m�s facilidades. Entonces yo, con el
camino mas despejado, le meti la lengua lo m�s profundamente que pude,
lamiendole las paredes vaginales y chupandole dulcemente el cl�toris.


� Que cosa m�s deliciosa ! � Que maravilla de co�o tenia mi
t�a !


Mientra ella jadeaba y jadeaba, yo no me cansaba de chupar y
chupar, tenia toda mi boca llena de aquellos deliciosos jugos con sabor a
bacalao que tia Queti soltaba por su sexo. Una autentica gozada.


Mi hermano, desde abajo contemplaba la escena sin dejar de
masturbarse.



"Por favor, t�a Queti, dile al enano este de deje de comerte
el co�o y vente a follar conmigo que no aguanto ni un minuto m�s".



"Ya voy Carlos, tranquilo, que es que esto que me esta
haciendo �l tampoco esta nada mal, espera un momentito, que ya voy".



Por fin, despu�s de un buen rato, mi t�a empezo a jadear m�s
fuerte todavia y a restregarme el sexo por la boca con todas sus fuerza.



"Ayyy...ayyyy, me corro Juan, me corro, agarrame fuerte,
uffffff.....uffffff...., que gusto m�s grande me estas dando,
ahhhhh.....ahhhhhhh...., meteme la lengua bien dentro, sigue,
sigueeee.....chupame el cl�toris".



Por fin la culona empezo a correrse, tuve que agarrarla con
fuerza para que no se cayera sobre mi hermano pues mientras se corria se le
empezaron a aflojar las piernas. Yo, entre tanto, le hab�a metido la lengua bien
dentro y note como se inundaba con sus jugos, asi que me puse a relamerle el
chumino hasta dejarselo bien reluciente.



"Hay que alegria ni�o, que bien me lo has hecho, que a
gustito me has dejado el conejete eres una maravilla, y tu Carlos, tranquilo que
ya voy a por ti, ahora te vas a enterar de lo que es bueno".




Por fin se fue con mi hermano. Cuando su co�o estaba encima
del glande de Carlos, este dio un empell�n hacia arriba y se lo metio en la
vagina, entonces ella se dejo caer sin miramiento hasta clavarse el miembro en
lo mas profundo de su chocho. Quedo totalmente empalada.


Yo, para ver lo que hac�an, me fui detr�s y acost� mi cara en
la cama para contemplar todo mejor.Mientras me relamia los labios impregnados
por el sabor de mi t�a, pude ver como ella, con la espalda erguida, meneaba
mucho el culo sobre las piernas y los huevos de mi hermano que la ten�a cogida
por la cintura. Seguramente hacia todo eso para que la polla le quedara bien
apalancada y luego pudieran follar perfectamente.


Carlos despu�s la agarro por los hombros y la echo hacia
delante pegando su pecho al suyo. La abraz� por la espalda y se puso a pegarle
unos pollazos, mas fuerte si cabe, que los que le hab�a dado antes.


Yo naturalmente miraba la escena, con su permiso, a menos de
un metro, as� que no tarde en calentarme y empece a pajearme como un enano. Era
alucinante como el culo de mi t�a subia una y otra vez hacia arriba para luego
bajar y tragarse entera la polla de mi hermano.


Carlos la agarraba con fuerza por los cachetes loco de gusto,
con la polla completamente empapada por los jugos de la jamona.


De cuando en cuando, la rubia se quedaba un tiempo abajo y se
pon�a a restregar su sexo por el de mi hermano haciendo movimentos circulares.


Sus pelos se entremezclaban entre s�, enredandose los unos
con los otros. Entonces �l dejaba de abrazarla por la cintura y la agarraba
fuertemente por las mollas del culo, restreg�ndole tambi�n su sexo con fuerza.


" Aaaaahhhh......aaaaahhhhh, que gusto, que gusto, que buena
esta jamona m�a, me tienes loco, toma, toma, hasta dentro".



"Asi, asi, damelo todo mi amor, asi, hasta dentro, hasta
dentro, ayyyy..ayyyy... como te siento, que gusto, que gustoooooooo....... dame
toda tu pollaaaa, ahhhh, ahhhh, mira como te la sobo con mi chocho".



Estuvieron as� un rato enorme, jadeando a veces uno a veces
otro y otras veces los dos a la vez.


Al rato mi t�a, se volvi� hacia mi para ver como me pajeaba.


Pense enseguida que era el momento de ense�arle como lo
tenia, as� que deje de toc�rme y poni�ndome de pie y con mi pubis totalmente
sacado hacia delante, empece a hacer con �l movimientos circulares.


Despu�s me puse a menearla de arriba abajo para que no
tuviera duda de que, si no era tan grande como la de Carlos, poco le faltaba.


Yo parec�a un pavo real ense��ndole a su hembra todo sus
encantos, pero lo curioso fue que el numerito dio resultado.


T�a Queti, sin dejar de follar con Carlos, me indico con el
dedo que me acercara a ella, y en el momento que estuve a la distancia adecuada
no tardo en cogerme el miembro y met�rselo en su boca.


� Que gustazo me dio ! aquello me parec�a imposible pero era
verdad, note como me lo chupaba con gusto y como sus mofletes se hinchaban y
desinchaban por culpa de mi polla. Mov�a la lengua que era para volverse loco.


Mi maravillosa t�a, para que estuviera m�s a gusto, tambi�n
se puso a acariciarme los huevos. Que bien lo hacia, que alegr�a m�s grande
tenia, como me los apretaba y soltaba con todo mimo.


Por fin cuando paso un buen rato se saco la polla de la boca
y me pidi� que me agachara. Enseguida aprovecho para rodearme con sus brazos y
meterme toda su lengua dentro de mi boca.


La ten�a riqu�sima gorda y jugosa, yo me harte de chup�rsela
todo lo que quise pues ella parec�a que no quer�a que el beso acabara.


Mientras tanto ella me agarro la polla con una mano y se puso
a pajearme.


El placer que sent�a es imposible de describir.


"Como me gustas tia Queti, que buena estas, me muero por ti
jamona mia, eres los mejor del mundo, estoy loco por ti".


"Ay Juan, Juan, que hambre de sexo tienes hijo m�o , estoy
segura que te encantar�a follar conmigo."


Le respond� que por supuesto que si, as� que me dijo que me
untara vaselina en el pene, me montara por detr�s encima de ella y que no me lo
pensara m�s, que se la metiera enterita por el culo, que ya se encargar�a ella
de que no olvidar esa tarde en mi vida.


� Dios m�o, �bamos a hacer un tr�o � mi hermano Carlos, mi
t�a y yo. Me iba a poder follar a aquella estupend�sima se�orona aunque fuera
compartiendola con mi hermano.


Lo que pas� a continuaci�n, la llamada telef�nica que T�a
Queti hizo a mi casa diciendo que hab�a oido ruidos extra�os en su casa y que,
como le daba miedo estar sola, queria que mi hermano y yo pasaramos la noche con
ella y el porque al d�a siguiente los tres estabamos totalmente escocidos y con
nuestros sexos rojos como tomates, es algo que, para no alargarme m�s, contare
en otra historia.


Hasta entonces, saludos cordiales a todos.


Juan


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Relato: Mi hermano, mi tia y yo
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