Enamorado de aquel cuerpo del deseo ataviado de ropas
infantiles, la masturbaci�n fue inminente, mientras la segu�a calle abajo
manipulaba mi miembro con fuertes y r�pidos tirones. Mis apenas 95 cms de
estatura � soy un s�tiro � me permit�an pasar desapercibido entre el gent�o que
deambulaba ca�ticamente por el centro de la City. Aunque debo decir que por
donde pasaba la Baby Kandy se abr�a una estela como por arte de magia. No hab�a
macho que no la mirara. No hab�a pene que no se parara, que mujer por diux.

Sent�a que me iba a derramar, cuando ca� en cuenta que
llevaba m�s de 4 cuadras siguiendo aquel portentoso culo, hab�amos salido del
centro y la muchedumbre de los mercados informales se hab�a cambiado por la de
seres pat�ticos en busca de diversi�n en el viejo circo sin nombre de Morbo
City.

La cola para entrar superaba la centena de personas, sin
embargo, la baby no se detuvo, y los encargados de la taquilla, babendo, la
dejaron pasar, no sin antes soltarle unas morbosidades en el o�do, cosa que ella
agradeci� con una sonrisa y una sonora chupada a su roja chupeta, momento que
este servidor aprovech� para escabullirse entre la confusi�n y entrar al circo.

La Baby Kandy pas� inmutable frente a la jaula de los monos,
que me imitaron en el sagrado rito de la masturbaci�n, alocados al ver tan
jugosa carne contone�ndose groseramente. Como dato extra, eran eyaculadores
precoces, y m�s de un espectador recibi�, de mala gana, las gracias de los
monitos.

Oculto detr�s de un carrito de helados � y sin parar de
masturbarme � observ� como la Baby compraba una chupeta en un puesto de
chucher�as. Lo de comprar es un decir, ya que el vendedor, al que todos llaman
Axl de Largo por su pinta llamativa igual a la del s�dico de la Naranja
Mec�nica, no le cobr� con dinero, sino que le pidi� una peque�a muestra de
afecto, una apretadita en el mas tierno lugar. Kandy, generosa, le echo unas
sobaditas en el bulto, apretando luego sobre la tela del pantal�n, para
finalmente provocar una humedad repentina pero predecible a la vez. Axl, vencido
pero feliz, le entreg� una nueva chupeta, esta vez una combinaci�n de colores
pasteles en una forma innegablemente f�lica, a esa chupeta solo le faltaban las
bolas.

Tumbada a la sombra de un granero apartado del bullicio del
parque, Kandy se masturbaba con la f�lica chupeta. Aquel espect�culo, de ese
mujeron meti�ndose esa cosa en los labios para luego introduc�rselo en la vagina
fue demasiado para un joven y er�tico s�tiro como yo. Acabe, y mira que estuve
aguant�ndome desde que la vi por primera vez.

Sudado y cansado casi pierdo la conciencia por las
sensaciones que me invadieron. Volv� en s� cuando escuche un lamento. Tome mi
posici�n en las sombras y pude ver algo terrible. La chupeta no soporte los
empujes de la dama y se parti� en dos. Kandy lloraba como una peque�a, como una
beb�, su objeto de placer ya no daba m�s. Fue entonces cuando me di cuenta que
no era el �nico fisg�n, pues, un payaso de grandes zapatos y sin pantalones
entr� en acci�n. Con su cara pintada como popi, sin sombrero y sin camisa, con
un lazo de pepas rojas en el cuello y un gran afro, el payaso de piel moreno
hab�a estado oculto al otro lado del granero, esperando el momento apropiado, y
el momento lleg�.

Kandy, a�n sentada sobre la paja del granero, observ� al
payaso de arriba abajo, y luego detuvo la mirada en el miembro erecto, decorado
de igual forma, con los colores pasteles de la chupeta rota. Aquello fue
suficiente. Kandy, caminado con sus rodillas, alcanz� al payaso, y con sus
jugosos labios arrop� la chupeta de carne que le ofrec�a el comediante. Aquello
fue hermoso, comenc� a masturbarme de nuevo.

La boca de la Baby sub�a y bajaba, descubriendo y tapando
incesantemente el pene que cada vez se pon�a mas tieso. El payaso estaba en un
gozo total, instintivamente llev� sus manos a la cabeza de la chica, la tom� por
los mo�os, y comenz� a tirar y empujar, mientras gem�a de placer. Kandy chupaba
y chupaba, mientras los dedos de su mano derecha se apoderaban de su cl�toris,
masturb�ndose.

El payaso le dio un tir�n tan fuerte que Kandy cay� sentada
hacia atr�s a casi un metro de distancia, a�n no se hab�a recuperado de la
sorpresa cuando Afrobozo � as� supe luego que se llamaba � se le fue encima. Con
destreza se mont� las piernas de la chica sobre sus hombros, con las manos se
sujet� a las nalgas de Kandy, y con pura punter�a meti� su verga � ahora
descolorida � en el chorreante chocho de Kandy. Un solo empuj�n fue suficiente,
la chupeta de carne entr� toda. La Baby volvi� a llorar, pero esta vez de
placer. Afrobozo no se hizo rogar, y comenz� el deseado mete-saca, cada vez m�s
violento, tan violento como el pajazo que me estaba yo proporcionando. Acab�
otra vez.

Alrededor de 10 minutos estuvieron en esa posici�n, me daba
deleite viendo aquello, la penetraci�n, el sudor, las lamidas, las tetas
bailando bajo la playera... la playera?, eso debi� preguntarse el payaso, porque
en un arrebato le desencaj� el miembro, para de un tir�n subirle la playera y
dejar en libertad los hermosos, grandiosos, bellos, preciosos y redondos senos
de Kandy; para que decir la de mordiscos y chupones que le dio el payaso a ese
par de tetas, daba gusto ver como casi se atragantaba intentando � en vano �
meterse una teta entera en la boca, mientras ella le sorb�a una vez m�s la
polla.

El payaso � que era de tratos bruscos � abandon� de golpe los
pechos mordisqueados, la tom� con violencia por un mo�o y por un brazo y la
oblig� a ponerse en cuatro patas. Por un momento me sobresalt�, pero me qued�
tranquilo al ver que a la Baby no le molestaban esos tratos, mas bien como que
le gustaba, porque lejos de quejarse, gem�a, se ech� hac�a atr�s, para abrazar
con sus nalgas el pene empegostado. Afrobozo se dej� acaricias por esos
fabulosos gl�teos durante un buen rato, con la cabeza tirada hacia atr�s y la
lengua afuera. La envidia me mataba, se me par� otra vez, ya saben como es.

Kandy, urgida como estaba, se cans� de acariciar el pene,
ella quer�a penetraci�n, acci�n, mete-saca. Con su mano izquierda alcanz� la
polla y se la coloc� en la entrada de su h�medo cubil. El payaso reaccion�, se
aferr� con fuerza a las nalgotas y empuj�. Ambos gritaron, yo tambi�n, pero ni
se enteraron. Comenz� el bombeo desesperado en busca del orgasmo. Afrobozo
parec�a un le�n en celo, empujaba con fuerza, como una m�quina destructora,
golpeaba con sonoras cachetadas las nalgas que se le ofrec�an. Kandy rug�a,
bat�a su cabeza de un lado a otro, como loca. Yo me daba dur�simo, pero
dur�simo, ya me dol�a la verga, pero no pod�a quedarme as�.

En mi desvar�o not� como el payaso babeaba abundantemente,
r�os de saliva ca�an sobre la Baby. Afrobozo recogi� parte de las babas con dos
dedos y se los meti� a la chica por el culo. Kandy pareci� no enterarse hasta
que los dedos estuvieron completamente hundidos en el hoyo. Cuando intent� decir
algo, el payaso sac� su polla del cuerpo de la chica, pero apu�alarla
nuevamente, esta vez por la entrada trasera. Esta vez hubo m�s dolor, pero Kandy
tuvo que acostumbrarse r�pido, porque la paloma que le estaba cogiendo el culo
no descans� ni un instante, y de tres empujones se aloj� por completo en su
nueva casa.

Kandy chillaba de dolor y placer simult�neamente. Los embates
eran duros y r�pidos. El payaso atacaba sin piedad, atrapando las tetotas con
ambas manos, y dej�ndole marcas de tigre en la piel. mete-saca mete-saca. Las
pelotas rebotaban de las nalgas, demasiado r�pido, demasiado violento. Acab� por
tercera vez. Afrobozo tampoco pudo m�s. Sac� su miembro con violencia, de un
empuj�n tir� a la Baby boca arriba y le clav� la vagina nuevamente de un golp�,
mientras disparaba chorros de esperma. Su grito fue desgarrador. Kandy no dej�
de moverse, atrap� al payaso con sus piernas y de dos embates que se dio ella
misma alcanz� el tan deseado orgasmo. Ambos cayeron como muertos sobre la paja
del granero...

Para cuando recuper� el conocimiento ya los dos amantes se
hab�an ido. Sal� a hurtadillas, era de madrugada, el circo hab�a cerrado. Me fui
maldiciendo mi suerte, sin saber a donde hab�a ido aquella mujer fabulosa, pero
con una sonrisa por haber presenciado todo aquello, una escena que nunca iba a
olvidar, una escena que ser�a la primera de otras que vendr�an, pero esas son
otras historias.

SatiRocK