Relato: Incesto Rural



Relato: Incesto Rural

Mi ni�ez era lo que se denomina normal, hasta... cierto
punto. Mi padre era administrador de un fundo, y mi madre empleada dom�stica. En
este pa�s se le denomina "fundo" o "parcela", a un predio o
propiedad rural de un tama�o m�s o menos considerable, que equivaldr�a a varios
terrenos urbanos, o lo que se conoce m�s universalmente como granja. Corr�a el
a�o 1957, mi padre ten�a 49 a�os, y mi madre ten�a en ese entonces 42 a�os, yo
ten�a 13 a�os y mi hermana 12.


La mayor parte del tiempo, me la pasaba entre las clases del
colegio, y viendo en qu� pod�a serle �til a mi padre en sus m�ltiples labores,
pero tambi�n dispon�a de tiempo para distraerme. Por aquellos a�os ya hab�a
descubierto la masturbaci�n, la que realizaba varias veces al d�a, por no decir
que lo hac�a cada vez que se me antojaba.


Por contar s�lo con 13 a�os, a�n no experimentaba lo que era
la eyaculaci�n; Al menos yo particularmente. Tal vez era por no estar
desarrollado lo suficiente, pero s� sent�a todo el resto. Y vaya que me gustaba
sentirlo. Eran muy ricas esas cosquillas y sensaciones que sent�a en mi pene y
cuerpo, y sobre todo el orgasmo, raz�n principal por lo que lo hac�a cuantas
veces pod�a.



Generalmente le dedicaba mis "sesiones" a mi profesora
del colegio, la cual era una se�ora nada de espectacular, pero a m� me bastaba,
sobre todo al tratar de espiarla mientras se sentaba frente a nosotros en su
viejo escritorio de escuela rural. De hecho, con nuestros compa�eros de clases,
pr�cticamente compet�amos por ser el que lograra obtener la mejor recompensa al
intentarlo, tanto al agacharse "casualmente" frente a ella para abrocharse los
zapatos, � para recoger algo que, nuevamente de manera "casual", hab�a ido a
parar al piso, frente a su escritorio, mientras ella estaba ocupada, ya sea con
otro alumno (que era la distracci�n) o en lo que fuera que estuviera haciendo.



Con todo esto, la mayor parte del tiempo estaba excitado
pensando en mi "autosatisfacci�n", o dicho claramente, estaba todo el d�a con
ganas de hacerme una paja. Las veces en que jugueteaba con mi hermana, tengo que
reconocer que me calentaba. Obviamente en mayor medida, cuando hab�a contacto
f�sico. Siempre estaba haci�ndole cosquillas o tir�ndole el pelo, tratando de
estar cerca de ella, porque yo sab�a que ella tratar�a de hacerme lo mismo, y
por consiguiente ser�a ella la que se acercar�a.


Lo de las cosquillas siempre trataba de hacerlo cuando
est�bamos solos (y sobre todo cuando est�bamos cerca de las camas) por si
nuestros padres pudieran rega�arnos si nos ve�an haci�ndolo, o sobre todo a m�,
que era el que siempre comenzaba todo. A veces me escond�a tras la puerta de
alg�n dormitorio y cuando pasaba mi hermana, la empujaba para que cayera en la
cama y luego me tiraba encima de ella, para comenzar con las cosquillas, pero mi
verdadera intenci�n era restregar mi cuerpo con el de ella. Lograba una erecci�n
casi inmediata al hacerlo, sobre todo porque ella siempre pon�a resistencia a
mis ataques, lo que me facilitaba lograr mi objetivo al tratar de "someterla"
con ambas manos, ya que al intentar forzarla me era m�s f�cil colocarme tras de
ella y comenzar mi movimiento "de perrito". Lo denominaba de esa manera porque
me mov�a igual que como se mueven los perros cuando se est�n apareando.



Hab�an veces en que mi hermana no respond�a a mis ataques
como yo esperaba y tend�a a quedarse demasiado quieta, lo que era riesgoso para
mis planes, porque en varias ocasiones yo me daba cuenta que le estaba haciendo
de perrito y ella estaba inm�vil, por lo que era mucho m�s probable que se diera
cuenta que me la estaba "follando". En situaciones como esa, trataba de
hacerla enojar tir�ndole el pelo, para que con el enojo no pudiera darse cuenta
de lo que le hac�a y me persiguiera para vengarse. Siempre funcionaba. Bueno,
eso cre�a yo.


Mi hermana acostumbraba usar vestidos, se podr�a decir,
largos, pues cuando llegaba de clases ayudaba a mi madre en lo que fuera
necesario. Debido a eso, cuando yo la molestaba, el contacto no era de piel con
piel, pero eso cambi� una vez que vi a mi hermana caminando lejos de la casa. En
el momento en que me di cuenta que no hab�a gente alrededor plane� asustarla
acerc�ndome por atr�s. No recuerdo bien qu� andaba haciendo yo en el patio, pero
me acuerdo que cuando vi pasar a mi hermana me propuse molestarla (saciarme) un
poco. Ella estaba algo lejos, asi que me acerqu� caminando r�pido pero sigiloso
a la vez.



No alcanc� a llegar a tiempo hasta donde estaba ella, porque
al desaparecer tras unos gallineros, la perd� de vista, entonces me acerqu�
silenciosamente y me puse a mirar desde la esquina de la choza donde estaban las
gallinas. Al llegar a donde pude verla mejor, me fij� que sigui� caminando, se
dirig�� a la orilla de un peque�o lago que hab�a cerca de casa y se detuvo
detr�s de unos matorrales. Me acerqu� sin que ella lo notara y vi que se puso a
mirar hacia todos lados, por lo que de inmediato me escond� para que no me
viera. Entonces comenz� a subirse el vestido r�pidamente, con lo que pude darme
cuenta que no usaba ropa interior.



No podr�a haberme dado cuenta de ello antes porque no estaba
tan pendiente de lo que hac�a o usaba mi hermana, pero ahora que era lo m�s
cercano que ten�a para saciarme, estaba m�s atento a ella.


Pude verle claramente las nalgas muy blancas que ten�a, ya
que como el vestido era largo, hizo varios movimientos para lograr subir toda la
tela y no ensuciarla con la tierra. Enseguida dobl� las piernas hasta quedar
agachada afirmando su vestido, por lo que comprend� que iba a orinar.



Muy pronto empez� a salir un hilo fino de orina de entre sus
piernas, y para ser sincero, eso me excit� un poco. Pude ver como le sal�a la
orina de entre los labios de su vagina, pues como su vestido estaba todo
recogido, la vista era directa. Se puso a mirar hacia todos lados por si hab�a
alguien que la pudiera ver. Yo s�lo guard� silencio escondido donde estaba. Por
un momento pens� en molestarla mientras lo hac�a, dici�ndole que c�mo pod�a
orinar en cualquier parte, pero decid� no decirle nada y poder seguir mirando.
Cuando termin�, sin levantarse, sac� de su bolsillo un poco de papel higi�nico y
comenz� a limpiarse. Luego se puso de pie y comenz� a sacudir su vestido, hasta
que lo volvi� a su posici�n anterior.



Yo hab�a quedado impresionado, pues no hab�a visto a mi
hermana, ni a ninguna mujer desnuda anteriormente. Cuando comenc� a pensar en
que todas las veces que la hab�a molestado hab�a estado desnuda bajo el vestido
me calent� mucho m�s y estuve m�s ansioso de hacerle "de perrito" lo m�s pronto
posible. Me imaginaba c�mo ser�a restregarme en sus nalgas si lo hiciera
directamente con mi pene durante nuestros juegos, y la idea me obsesion�. Ese
d�a comenc� a seguir a mi hermana en sus labores esperando alg�n momento en que
estuviera en la casa, para ver si lograba pillarla, sobre todo cerca de donde
estaban las camas. Lamentablemente no lo consegu�, asi que tuve que hacerme una
paja cuando me di cuenta que no ser�a ese d�a.



Pero el momento no tard� en llegar. El martes siguiente en la
tarde, logr� ver que mi hermana se dirig�a a nuestro dormitorio (dorm�amos en la
misma habitaci�n, pero en "camarote", o lo que se conoce como "litera": una cama
sobre la otra). Corr� y logr� meterme por la ventana antes que ella llegara. Me
escond� detr�s de una cortina que ten�amos puesta para ocultar nuestra ropa y
que no estuviera a la vista, y esper� a que entrara. No tard� en aparecer.


Cuando entr�, comenz� a cambiar las s�banas, asi que corr� un
poco la cortina y me puse a esperar el momento preciso. Empez� a quitar la ropa
que estaba puesta y mientras lo hac�a, pude observar con detenci�n sus
movimientos, ya que ten�a que estirarse, arrodillarse y agacharse, para no
golpearse en la cabeza con la cama de arriba. Por supuesto que yo, durante todo
el tiempo que lo hac�a, pensaba en que bajo ese vestido estaba desnuda.
Recordaba lo poco de su vagina que le hab�a visto antes y de c�mo se le contra�a
el ano al hacer fuerzas para expulsar la orina.



Mi erecci�n era tremenda, pues estaba m�s que ansioso de
hac�rselo, entonces decid� no seguir esperando y levantando las manos por detr�s
de la cortina simul� una voz ronca y dije:



- �Uuuuuuu... soy un fantasma!




Ella mir� hacia atr�s, donde me encontraba yo, y segura de
saber de qui�n se trataba, me sac� la lengua. Apart� r�pidamente la cortina y me
abalanc� sobre ella. Comenc� a molestarla y ella gritaba y reclamaba mientras mi
excitaci�n iba en aumento. Logr� tirarla a la cama y me sent� en su abdomen
haci�ndole cosquillas en las axilas y pecho, tratando claro, de no golpearme en
la cabeza. Ella s�lo atinaba a tratar de tomarme las manos, pero yo era m�s
r�pido. Mi erecto pene pasaba desapercibido con los movimientos, asi que luego
de unos minutos, me tir� a su lado y la tom� por detr�s.




- �Ya d�jame, que tengo que arreglar las camas! -me dec�a
riendo, mientras trataba de detenerme.-




- No me importa, es a t� a quien van a rega�ar. -le
contestaba yo.-



Estaba tan excitado, que en el momento se me ocurri� probar
algo. Decid� arriesgarme y llevar a cabo lo que reci�n se me hab�a ocurrido.




- �Asi que tienes que hacer la cama? - le dije, mientras
le hac�a cosquillas... Te voy a ayudar...




Entonces con una mano tom� las sabanas y frazadas y comenc� a
desordenarlas, fingiendo que mi intenci�n era aumentar el desorden.




- �No, que me va a costar m�s ordenar las camas!
-reclamaba ella.-



La idea se me hab�a ocurrido apenas en el momento y ten�a
pensado llevarla a cabo, principalmente porque ya no aguantaba m�s la excitaci�n
de estar frotando las nalgas casi desnudas de mi hermana. Tom� unas frazadas y
las estir� sobre los dos, con lo que consegu� que ambos qued�ramos cubiertos por
ellas. Mi hermana re�a y jugueteaba conmigo mientras segu�a insistiendo en que
deb�a hacer sus deberes, pero entre mis planes no estaba el que ella lo hiciera,
sino que �sta vez, quer�a llegar un poco m�s all�. R�pidamente y aprovechando un
momento en que mi hermana estaba con un ataque de risa, me baj� el cierre y
saqu� mi pene del pantal�n para poder restregarlo directamente en ella.



Estaba muy caliente, asi que poco me import� que ella llegara
a darse cuenta de que cada vez que mov�a mis caderas simulando el movimiento de
penetraci�n, le rozaba sus nalgas con mi pene. El placer que obten�a era mayor
que cuando lo hac�a con mi mano, ya que la estimulaci�n directa sobre la punta
de mi pene era mucho m�s placentera.



Con mis manos en sus caderas, la sosten�a fuertemente y
comenzaba a "puntearla" lo m�s disimuladamente que pod�a. Obviamente, trataba de
alternar mis movimientos de caderas con la sesi�n de cosquillas, ya que hacerlo
de manera prolongada y disminuir la intensidad de las cosquillas pod�a hacer que
mi hermana se diera cuenta de lo que le estaba haciendo.



Lo malo era que no estaba desarrollada. Al tocarle el pecho
no encontraba senos, sino un torso similar al m�o (lo �nico que diferenciaba su
pecho del m�o era que ella ten�a los pezones m�s grandes, o lo que se denomina
como "bot�n mamario", que es lo que se les desarrolla a las mujeres previo al
crecimiento de los senos), pero eso no me importaba, porque como ten�a claro que
se trataba de una mujer, sab�a que mi pene estaba cerca de una vagina, y por
supuesto, estaba el detalle de que no llevaba ropa interior. Mi excitaci�n era
mayor al considerar el hecho de que mis genitales estaban cerca de los suyos. La
mayor�a de las veces que la punteaba, pod�a sentir las formas de su cuerpo, pero
cuando llevaba puesto un vestido de tela m�s delgada, era casi como si no
llevara ropa. Lo percib�a tanto como cuando la tomaba de las caderas, como
cuando deslizaba mi pene por su culo, pues cuando lo hac�a, pod�a notar la
hendidura en medio de sus nalgas. Era un placer m�ximo hacerlo. �Y vaya c�mo me
excitaba!


As� estuve durante un tiempo, pero luego me di cuenta de que,
si yo pod�a sentir la hendidura entre sus nalgas, debido a que ella llevaba un
vestido de tela delgada, era lo mismo para ella. Eso me preocup� un poco, ya que
el mayor grado de sensibilidad era rec�proco. Si yo pod�a sentir claramente sus
nalgas, ella tambi�n podr�a llegar a sentir que yo le estaba enterrando "algo"
por detr�s.



Sumergido entre esos pensamientos not� que mi hermana se
hab�a zafado de mi abrazo y se volteaba quedando recostada sobre su costado
izquierdo, cosa que aprovech� para empezar a hacerme cosquillas estando ambos
frente a frente y arrincon�ndome contra el muro. Yo empec� a redoblar los
esfuerzos para que ella no lograra hacerme cosquillas.



Comenc� a tratar de agarrarle las manos, pero como est�bamos
en completa oscuridad no pod�a evitar el contacto en todas las ocasiones. Si yo
me dedicaba a tratar de volver a meter mi pene en el pantal�n, descuidaba el
lograr inmovilizar sus manos, asi que en m�s de una ocasi�n ella hab�a pasado
rozando mi pene, hasta que, haci�ndome cosquillas en el est�mago, baj� su mano
m�s de la cuenta y lo not�. Por supuesto que mi pene no era como los que figuran
en la mayor�a de los relatos (de 48 cms. De largo y 20 de ancho, con venas
hinchadas y bla bla bla...) era de 10 cms. O sea, normal. De hecho, cuando me lo
tomaba con la mano para masturbarme, lo cubr�a casi por completo. S�lo un poco
de la punta sobresal�a de mi mano.


Yo no atin� a nada, en parte por la sorpresa que sent�a al no
haber podido evitar que ella me descubriera, y adem�s por la excitaci�n de
sentir que mi hermana me lo estaba tocando. Como pude, trat� de volver todo a la
normalidad, pero no alcanc�. Ella se baj� y retir� la ropa de un tir�n vi�ndome
cuando yo trataba de volver a meter mi pene en el pantal�n. El panorama qued�
definitivamente a la vista y no hab�a lugar a dudas.




- �Qu� te pas�? �Qu� est�s haciendo?



- N-Nada, es que me golpe� un poco aqu� jugando contigo.



- Pero lo tienes afuera.



- �Qu� cosa? - le dec�a yo, tratando de taparme con las
manos.-



- Eso. - se�alando mi pene.-



- Ya d�jame tranquilo. - le dije muy sonrojado.-



- �Por qu� lo tienes afuera?




- �Ya! �Te dije que no molestes!





R�pidamente, orden� mi ropa y sal� de la habitaci�n. No sab�a qu� hacer. Ten�a
m�s que claro que no podr�a evitar por mucho tiempo hablar del tema, pero no
sab�a si lo iba a hacer con mi hermana, o con mis padres, una vez que ella les
hubiera contado, lo cual, claro, era la peor de las alternativas. Decid�
aprovechar el hecho de que mi hermana era, al menos, un poco m�s infantil que
yo. Yo sab�a que si lograba llevar la situaci�n con cautela, no ser�a tan
desastroso como hab�a pensado en un principio, y como no pod�a hacer mucho por
evitar toparme con ella, ya que al llegar la noche me la encontrar�a al ir a
dormir, esper�. Y precisamente asi fue. Cuando ya todo estuvo listo en la casa,
como a las 10:00 de la noche, nos mandaron a la cama. Trat� de hacerlo antes que
mi hermana, pero cuando llegu�, ella ya estaba acostada. Silenciosamente me sub�
a mi cama, y luego de un tiempo de estar con la habitaci�n a oscuras, ella me
habl�.




- �Est�s enojado?



- No, �por qu�?



- Porque como saliste corriendo, pens� que estabas enojado.



- No, no estoy enojado.



- �Te molest� que te viera?



- �Qu� cosa?



- Tu cosita.



- Un poco.



- �Por qu� lo ten�as afuera?



- Porque... se sent�a rico.



-�Cuando estabas detr�s de mi?


- No hagas tanto ruido.



- "�Cuando estabas detr�s de mi?" - me volvi� a preguntar
en voz baja.-




- S�, un poco.



Como volv� a recordar el haber estado haci�ndoselo por
detr�s, me empec� a excitar, por lo que no tard� en regresar mi erecci�n. Quer�a
hacerlo nuevamente, pero no sab�a si eso podr�a pasar, ya que hab�a sido
descubierto, pero a�n as�, mi excitaci�n era mucha. Me di cuenta que en ese
momento estaba sintiendo muchos deseos por mi hermana. Recordaba el haberme
frotado, sentir su cuerpo, el que no usara ropa interior, etc.



- Espera un poco. - le dije, y cuando me vio bajando
de mi cama, me pregunt�:



- �Qu� vas a hacer?




- Me voy a meter un rato en tu cama, est�s hablando muy
fuerte. Hazte para all�.




- Ya.




Ella lentamente se corri� hacia el rinc�n y yo me acost�
hacia la orilla. No se pod�a ver mucho, porque la �nica luz que entraba lo hac�a
por la ventana, y en el campo, el alumbrado p�blico no es mucho. La �nica
iluminaci�n que hab�a en el momento era la de los faroles que hab�a en el patio,
por lo que ella no pudo darse cuenta del bulto que hab�a en mi pantal�n de
pijama. Entonces seguimos hablando.




- �Por qu� lo ten�as afuera?



- Sent�a m�s rico cuando te tocaba con eso.



- �Rico? �C�mo?



- Aqu� - se�al�ndole con mi mano su vientre.




- �Qu� cosa sientes?



- No s� c�mo explic�rtelo. Es como lo rico que sientes cuando
te estiras en las ma�anas despu�s de levantarte, �recuerdas, esas cosquillitas?
Si est�s acostada mucho rato y tienes que levantarte a hacer algo, te estiras.



- Ah. S� s�.



- Algo como eso.



- Yo a veces me daba cuenta que estabas haciendo as� como...
como le hacen los perros a las perras, pero no dec�a nada.



- �En serio? �Cu�ndo? (El que lo definiera as�, me
sorprendi�.)




- Varias veces. �Es eso?



- S-S�.



- �Eso es? �Te gusta hacer como hacen los perros?



- No. No se trata de hacer como hacen los perros, sino que de
tocarme aqu�, abajo.



- �D�nde? �En tu cosita?



- S�. Me gusta como se siente.



- A m� a veces me gustaba como me tomabas, pero despu�s te
empujaba, porque pensaba que estaba mal. Adem�s alguien nos pod�a pillar.



- �A ti tambi�n te gusta?



- Algunas veces me gustaba, pero despu�s me sent�a rara,
porque me pon�a a pensar que estaba mal que lo hicieras.



- No sab�a que te gustaba.



- No siempre.



- �Y entonces cu�ndo?



- A veces sent�a rico, no s�... era raro... Cuando me
rozabas por atr�s, me acordaba de los perros que hab�a visto antes.



- �Eso te gustaba?



- S�, no s� por qu�. Me sent�a rara que me agarraras
igual que como se agarran los perros. Yo hab�a visto cuando los perros agarran a
las perras y despu�s se quedan pegados y todo eso, y lo encontraba raro.
Pero despu�s pensaba si era eso lo que hac�as t� conmigo, y me pon�a a
imaginarte a t�, movi�ndote detr�s de m� como lo hac�an los perros. Eso me
llamaba la atenci�n. Cuando me daba cuenta que lo hac�as, me quedaba quieta,
para saber si lo estabas haciendo a prop�sito o no.




Fue entonces cuando record� las veces en que yo me sorprend�a
haci�ndole de perrito estando ella quieta, y lo mucho que me preocupaba que se
diera cuenta. Claramente mis sospechas eran fundadas.





�Y qu� pensabas entonces?





Me sent�a... no s�... me llamaba la atenci�n... algo as�.
Era curiosidad, me sent�a intrigada, recordaba cuando mam� dec�a: �Fuera,
perro! Y espantaba a los perros que se pon�an a hacer eso cerca de la casa,
como si fuera algo malo y pensaba: �Por qu� lo har� �l? �Le gustar�? �Por qu�
lo hace conmigo?





Yo no hallaba qu� decir, ya que me daba verg�enza que ella se
diera cuenta que yo hac�a lo mismo, pero al menos, en el rato que llev�bamos
conversando, no hab�a descubierto un desagrado total en ella, lo cual me calmaba
un poco.




- �Eso pensabas?



- S�. �Por qu� lo hac�as conmigo?



- No es que quisiera hac�rtelo a t�, es que me gustaba c�mo
se sent�a.



- �Frotarte conmigo?



- S�, antes lo hac�a con la mano, pero me gusta m�s cuando me
froto. Me demoro m�s tiempo en sentir rico, pero es mejor. Antes de hacerlo
contigo, me frotaba contra la cama, para sentirlo... pero esp�rate un poco... no
me has dicho por qu� te gustaba a t�.



- Por lo que te dije, me llamaba la atenci�n que lo hicieras
conmigo.



- S�, pero dijiste que te hab�a rozado rico por atr�s.



- Ah, s�, a veces. Me llamaba la atenci�n, pero a veces me
gustaba que me hicieras as�, me sent�a rara sabiendo que lo hac�as t�.



- �Y por qu�?



- No s�, debe ser porque eres mi hermano. No creo que los
ni�os hagan eso con las hermanas.



- Pero te gusta un poquito.



- S�.



- Debe ser porque no ten�as puesta ropa interior.



- �C�mo sabes eso, que no llevo ropa interior?



- El otro d�a me fij�. Me gustaba m�s si sab�a que no
llevabas nada abajo.



- �Cu�ndo me viste?



- El otro d�a. Te vi orinando cerca del lago. Me fij� cuando
te levantaste el vestido.



- �Me viste lo de abajo?



- S�. Pero no muy bien.



- Qu� verg�enza. Deber�a acusarte con mam�.



- �Qu� te da verg�enza? �Que sepa que no usas calz�n?



- S�.



- Pero si ahora no llevas puesto el calz�n.



- Mentira.



- A ver - Le dije, mientras bajaba mi mano por su abdomen
y hac�a como que le iba a tocar abajo.-




- �Ya, d�jate!. La uso para ir a clases, pero despu�s me la
saco.



- �Shhh, no grites! Adem�s no te voy a tocar nada.



- No seas pesado.



- Ya, si no te voy a hacer nada.



- Pesado.



- Adem�s, el que yo te viera no fue intencional, yo s�lo
pasaba por ah�.
(Ment�) Si quieres yo te muestro el m�o, para que
quedemos iguales.



Algo me dec�a que ella no reaccionar�a de manera negativa a
mi proposici�n. Antes de darle tiempo de responder, me baj� el pantal�n de
pijama hasta las rodillas y baj� las s�banas y frazadas para que pudiera
v�rmelo. Por suerte no me equivoqu�.




- Mira. Ya lo tengo afuera para que lo veas.



- �Lo sacaste?



- S�, mira. -Y con mi mano izquierda tom� su mano derecha
y la llev� hasta mi pene.



Ella la quit� r�pidamente, pero como no le hab�a soltado la
mano, se la volv� a acercar. T�midamente lo toc� en la punta. Como vi que ya no
retirar�a su mano, se la solt�. "T�malo con la mano", le dije. Ella lo
tom�, pero no hac�a nada m�s. Yo estaba m�s que caliente, pues ten�a a mi
hermana con mi pene en su mano. Algo que ni siquiera hab�a imaginado que pasar�a
tan pronto. Mientras ella lo tocaba, segu� habl�ndole de lo que hab�a sentido
antes.



- Si me dices que te gustaba, debe ser porque te frotas
donde me froto yo.



- Pero no es lo mismo.



- Obvio, �o acaso no sabes que los ni�os y las ni�as no son
iguales?



- Ya, no seas pesado, si eso lo s�.



- �T� no te tocas?



- �Abajo?



- S�.



- Antes no, pero cuando me di cuenta que me hac�as como
perro, empez� a llamarme la atenci�n. Varias veces, cuando estaba sola, trataba
de sentir algo, como cuando te pon�as detr�s de m�. A veces, tomaba la almohada
y me la pon�a por detr�s, como si fueras t�. Me la apretaba contra la espalda,
pero no era igual, adem�s que era inc�modo. Con mayor raz�n me preguntaba por
qu� lo hac�as t�.




Yo estaba muy excitado de saber que mi hermana pensara as�. A
pesar de que pensaba que era infantil, me gustaba o�rla hablar de sentir cosas,
y de querer sentirlas, asi que trat� de que todo siguiera de esa manera. Quer�a
hac�rselo ahora. De s�lo pensar en frotarme con ella con su consentimiento me
pon�a muy caliente. Con sus caricias, mi pene hac�a ya varios minutos que estaba
erecto.




- No sent�as igual porque no te frotabas como lo hac�a yo.



- �Y como lo haces t�?, �Con tu cosita?



- Claro.




Aprovechando la creciente curiosidad de mi hermana por todo
lo sexual, no puede esperar m�s y pens� que era el momento preciso.




- Oye.



- �Qu�?



- �Quieres que probemos hacerlo ahora?



- �Quieres frotarte conmigo?



- Un poquito.



- Pero nos pueden pillar.



- Pero si no viene nadie para ac�. Los pap�s no se levantan
en la noche.




La verdad era que me costaba articular palabras de lo excitado que estaba.
Realmente ya no aguantaba las ganas que ten�a de masturbarme.



- D�jame hacerlo un poquito. T� dijiste que a veces te
gustaba. A lo mejor te gusta si lo hago.



- No.



- Si no te gusta, te lo dejo de hacer.



- �Por qu�? �Tienes ganas?



- S�, un poco. - la verdad es que ya no aguantaba m�s.



En ese momento me puse a pensar en qu� le parecer�a todo esto
a mi hermana. Claramente estaba despertando su sexualidad y estaba sintiendo
curiosidad por todo lo que ello implicaba. Tal vez lo que sent�a era pasajero,
pero lo cierto era que lo sent�a. Mi hermana estaba indecisa. Yo pod�a darme
cuenta que le llamaba la atenci�n tal como me lo hab�a dicho antes, pero estaba
esa sensaci�n que ella ten�a de lo incorrecto, asi que no pod�a insistir mucho y
s�lo me quedaba esperar.




- �C�mo lo vamos a hacer?



- Cambiemos de lado, deja ponerme al rinc�n y t� acu�state en
la orilla, as� ser� m�s c�modo.



- Nos pueden ver.



- �Qui�n nos va a ver?



- No s�, estoy nerviosa.



- No va a pasar nada.



- Mejor, no.



- Pero si dijiste que te llamaba la atenci�n.



- S�, pero nos pueden ver.



- Mejor ma�ana.



- �Ma�ana?, �Y a qu� hora?



- No s�, pero mejor que ahora no.




Estaba muy frustrado, pero no tuve m�s opci�n que volver a mi
cama y tratar de dormir. Al otro d�a, en cuanto llegamos de clases, le dije a mi
hermana que la esperaba despu�s de almorzar, en el lugar donde se guardaban
materiales, que es una bodega que se usa para herramientas y esas cosas. Despu�s
de estar un tiempo esperando, vi que mi hermana ven�a caminando, mirando a todos
lados. Cuando entr�, cerr� la puerta con unos alambres que hab�an en el suelo y
nos pusimos detr�s de unos estantes que hab�an en la parte de atr�s. La
habitaci�n era algo grande, asi que ten�amos bastante espacio para estar
c�modos. Tomamos unos recortes de genero que hab�an guardado ah�, los estiramos
en el piso para no ensuciarnos la ropa, y nos sentamos. Yo estaba muy nervioso y
excitado a la vez. Mi hermana no pudo evitar notar el bulto en mi pantal�n.




- �Se te puso durito?



- S�.



- Igual que cuando te pill�. �Siempre se te pone durito?



- Cuando tengo ganas, s�.



- �No te duele cuando se te pone as�?



- No, porque se pone bien duro, como un dedo.



- �Siempre lo ten�as as� cuando te pon�as detr�s de m�?



- S�. - Yo pensaba que se hab�a dado cuenta, pero al
parecer, no.-




- �Y no te duele?



- No. �Quieres verlo?



- �Qu�?



- C�mo lo tengo ahora. Anoche estaba oscuro.




Y tent�ndola, sabiendo que ella ten�a ganas de que se lo
mostrara, le volv� a preguntar.




- �Quieres que te lo muestre?




Y despu�s de pensarlo un poco, casi fingiendo desinter�s,
contest�:




- Bueno.




Ambos est�bamos sentados, asi que me recost� en el suelo, y
tom� un poco de tela para usarla como almohada. Mi hermana no perd�a detalle de
mis movimientos, a medida que sacaba mi cintur�n, que me desabotonaba el
pantal�n, etc. Cuando logr� ver mi pene, ella no dej� de mirarlo. Estaba
totalmente erecto. Yo segu� baj�ndome el pantal�n, hasta que qued� todo recogido
a la altura de mis tobillos. Lo tom� y me lo saqu�, para poder abrir las
piernas. Me estir� y apoy� la cabeza en la almohada improvisada que me hab�a
hecho. Ah� estaba yo, con el pene frente a mi hermana. Ella estaba arrodillada a
un lado, con las manos en los muslos, mirando mis genitales con asombro. Despu�s
de todo, era el primer pene que ve�a en su vida.




- �Por qu� lo tienes m�s oscuro que el cuerpo?



- No s�.



- �De verdad que no te duele?



- No. Mira, t�calo, para que lo sientas.




Estir� mi mano y tom� la suya, para acercarla a mi pene. Ella
la dej� firme en su muslo, pero despu�s la solt� un poco, entonces se la solt�.
Se pod�a ver que mi hermana estaba intrigada, pero se reprim�a. En parte, lo que
estaba sintiendo era sexual, era "deseo" por hacer cosas, pero ni
siquiera ella lo sab�a, por eso es que lo describ�a como "raro".
Utilizaba mucho esa palabra, "se sent�a rara", "lo encontraba raro".
Dec�a que "sentir rico era raro" porque en el fondo, lo que suced�a era
que estaba caliente, pero ella misma no sab�a darse cuenta. Asi que cuando le
dije que me lo tocara, lo hizo t�midamente. Extendi� la mano y lo tom�. Dej� la
mano quieta, y luego de unos segundos, pude sentir que me lo apretaba. "Est�
durito"
dec�a. Yo estaba en la gloria.



Poder sentir que mi hermana me lo estuviera tocando era lo
m�ximo. Lo tomaba con toda la mano, dejando parte de la punta afuera (como hab�a
se�alado, era un pene de 10 cms. En la mano de mi hermana, un poco m�s peque�a
que la m�a, sobresal�a un poco m�s). Lo tocaba arriba y abajo y con los dedos
pulgar e �ndice le apretaba la punta, la que disminu�a de tama�o, para luego
volver a hincharse, cosa que ella encontraba chistoso. Mira, me dec�a,
si lo aprieto en la punta se hace chiquita, y luego crece otra vez
. A veces
lo mov�a hacia los lados para ver qu� tan duro y flexible era, pues como yo le
hab�a dicho que se pon�a duro, ella pensaba que era algo r�gido, como si fuera
de madera o algo as�. �Te duele?, Me preguntaba, a lo que yo le respond�a
que no y que siguiera haci�ndolo.



En un momento en que lo mov�a a los costados, se le solt� de
los dedos, por lo que mi pene volvi� como resorte a su posici�n. Eso le caus�
mucha gracia, por lo que sigui� jugando a hacer lo mismo. Me lo tomaba de la
punta y lo llevaba hacia abajo, para luego soltarlo. "Suena chistoso", me
dec�a, al escuchar c�mo mi pene golpeaba mi est�mago. As� estuvo varios minutos
toc�ndolo y jugando con �l, mientras yo le miraba el rostro. Ella no dejaba de
mir�rmelo, poniendo mucha atenci�n a cada cosa que me hac�a en el pene, casi
como estudi�ndolo. "Mira como se mueve", me dec�a, cuando sub�a y bajaba
la piel, hasta dejar la punta al descubierto y luego volverla a cubrir. Yo
estaba sumido en el placer que sent�a, sobre todo cuando hac�a eso, hasta se me
ocurri� decirle que lo tomara como lo hac�a yo al masturbarme. Le dije c�mo
poner la mano alrededor de mi pene y que la subiera y bajara lentamente. Era muy
rico.




- �Te gusta as�?



- S�, mucho.




De tanto en tanto, se deten�a para mir�rmelo, y luego segu�a
moviendo su mano de arriba a abajo, siguiendo mis instrucciones. En esos
momentos, record� los juegos que uno tiene con amigos o compa�eros de escuela,
relacionados con el sexo. Record� cuando uno se pone a forcejear con otros ni�os
en el patio en rid�culos e inmaduros juegos, y de cuando, agarr�ndote de la
cabeza, te hac�an bajarla, dici�ndote est�pidamente y entre risas:
"ch�pamelo"
. Pero, �lograr�a algo de eso con mi hermana?




- �Te puedo pedir algo?



- �Qu�?



- �Me lo puedes tocar un poco con los labios?



- �Y para qu� quieres que haga eso?



- Quiero saber c�mo se sentir�a. Como si le dieras un besito.




Ella lo mir�, no muy convencida por mi petici�n y algo
extra�ada por hab�rselo pedido. Pero luego, me imagino que hizo caso a su
excitaci�n, pues me dijo:




- Ya, pero un besito, no m�s.



- Unos cuantos.



- No, uno solo.



- M�s de uno. Poquitos.



- Bueno, pero no muchos.



- Bueno.




Entonces, dej� de masturbarme y se acerc�, como si fuera a
olerlo. Yo no pod�a esperar a sentir cuando sus labios se posaran en la punta de
mi pene, pero s�lo me dediqu� a mirar. Puso su cara m�s cerca, estir� los
labios, y me lo bes� r�pidamente, casi como si fuera a besar algo que est�
caliente. A decir verdad, no alcanc� a sentir nada, pues lo hizo tan r�pido, que
no me dio tiempo a disfrutar, pero inmediatamente, vino el siguiente beso. �sta
vez, dej� los labios apoyados en la punta un poco m�s de tiempo, haciendo
"mmmmm"
mientras lo besaba, por lo que ahora s� pude sentir un escalofr�o en
todo mi cuerpo cuando lo hizo. Era exquisito. Obviamente, la sensaci�n de que me
lo tocara, no se comparaba a esto.



Sentir la suavidad de sus labios en mi pene era muy rico,
pues, como lo hac�a de manera inexperta, era muy delicada para besarlo. As�,
siguieron otros besos en distintas partes de mi pene que yo le indicaba. En la
punta, por los costados, m�s abajo, etc. Yo ya ten�a claro que hab�amos cruzado
un punto que no ten�a vuelta atr�s. Lo m�s reconfortante de todo, era que yo
contaba con la voluntad de mi hermana para experimentar.


Ella quer�a ser parte del juego, por lo que en ning�n momento
me sent� forz�ndola. Lo �nico que ten�a que hacer, era ser cauteloso en c�mo
deb�an darse las cosas y sacar partido a su deseo por saber y sentir cosas. Si
ambos est�bamos obteniendo beneficios de aquello, no era da�ino. �ramos dos
ni�os haciendo cosas de grandes, y eso, sin saberlo del todo, nos gustaba. No
ten�amos claro de que lo que est�bamos haciendo no nos correspond�a, al menos a
esa edad, ni menos siendo hermanos. S�lo sent�amos el gusto de hacerlo, y con la
buena disposici�n de mi hermana, pude llevar la situaci�n un poco m�s all� que
en un principio.




- �Puedes pon�rtelo en la boca un poco?



- �Adentro de la boca?



- S�.



- �Entero?



- No s�. Un poco... no s�.



- Voy a ver si puedo.




Le dije que se acostara sobre su est�mago, y que se apoyara
con los codos cerca de mis muslos, para que su cara quedara entre mis piernas,
sobre mi pene. Con los dedos �ndice y pulgar, lo tom� de la base, para as�
dejarlo apuntando hacia arriba, luego acerc� la cara, y abriendo la boca, se
meti� la punta. Lo malo fue que luego de hacerlo, no volvi� a cerrar los labios,
por lo que lo �nico que sent�a era el aliento de mi hermana entibi�ndome la
punta del pene.




- �As�?... S� me cabe. - me dijo.-



Yo no encontraba forma de hacerle entender que quer�a que lo
chupara como se chupa un caramelo, sin que sonara muy brusco (y ahora que lo
recuerdo, me parece bastante chistoso todo el asunto), y como no ten�a muchas
opciones, se lo dije claramente:




- S�, pero yo no quer�a que s�lo te lo metieras en la boca,
sino que tambi�n lo chuparas. Como cuando uno se mete un helado o un caramelo a
la boca.



- �Que le pase la lengua? �Como a un dulce?



- S�. Para sentir como es.




Asi que lo qued� mirando, y luego le dio una lamida r�pida en
la punta. Fue muy excitante poder verla hacerlo, y sobre todo sentirlo.




- Hazlo otra vez.



- �Como lo hice reci�n?



- S�.




Tres fueron las lamidas que le dio a continuaci�n. Una tras
otra, pas�ndome la lengua en la punta.




- Sigue. Hazlo un poco m�s sin parar de pasarle la lengua.




Igual a como la hab�a visto tantas veces comerse un caramelo
o un helado, empez� a pasarle la lengua. Lo hac�a con los ojos cerrados. Yo s�lo
me dedicaba a mirarla sacar la lengua y pasarla por la punta. El placer que
sent�a era indescriptible. Ah� estaba mi hermana, �chup�ndomelo!, frente a mis
ojos, hab�a una mujer con mi pene en la boca. No pod�a creerlo.




- Ch�palo un poquito.



- �C�mo? �Sin pasarle la lengua?



- Pon los labios "asi", como si estuvieras diciendo la letra
"O" y lo metes. Como si estuvieras chup�ndote el dedo.




Lo hizo tal como se lo hab�a se�alado. Puso los labios
formando un agujero, y se meti� mi pene en �l. Le di indicaciones que lo hiciera
como cuando me estaba masturbando, pero con la boca, y as� lo hizo.



Sub�a y bajaba la cabeza para meter y sacar mi pene de su
boca, alternando las chupadas con las lamidas que me hab�a hecho antes. Era
incre�ble sentir la humedad y el calor de su boca en la piel de mi pene. Hab�an
momentos en que sub�a y bajaba sin parar, por varios segundos, logrando el mismo
efecto de la masturbaci�n, pero mucho m�s placentero. Lo �nico que pod�a
escucharse en la habitaci�n eran los gemidos casi imperceptibles que
emit�a mi hermana al chuparlo. A�n con los ojos cerrados, "Mmmm..., mmmm...,
mmmm..."
era lo �nico que dec�a.


Poder observar como lo sacaba mojado, y escuchar el ruido que
emit�a al respirar por la boca mientras lo lam�a, me pon�a muy caliente. Era
mucho el ruido que hac�a para chupar. Le sal�a mucha saliva, que iba a parar a
mis test�culos. Yo no contaba con nada de vello p�bico, asi que su saliva corr�a
sin que nada la detuviera, ya que, como no se la tragaba, sal�a y sal�a.


Cuando levantaba la mirada, sonre�a, lo que me reafirmaba que
lo hac�a porque de verdad quer�a. Ambos est�bamos muy calientes. Despu�s de
estar chup�ndolo por unos cinco minutos, en que alternaba chupadas en mi pene y
test�culos, se detuvo.




- Me duele el cuello.



- �Quieres parar?



- S�. Me duele un poco el cuello.



- Acu�state aqu�. A mi lado.




Ella se enderez� y se acost� a mi lado.




- Ponte de lado, que quiero frotarte.



- �Aqu�, al lado tuyo?




- S�, acu�state ac�. �Viniste sin ropa interior?



- M�s o menos.



- �C�mo m�s o menos?. A ver.



- �Qu�?



- D�jame ver.



- �Qu� quieres ver?



- Si no la llevas puesta.



- Pero si no llevo, �no me crees?



- S� te creo, pero quiero mirar.




Despu�s de unos instantes, accedi�, asi que le dije que se
sacara el vestido y me mostrara su cuerpo por atr�s. Se sac� el vestido, pero yo
no contaba con que se hab�a puesto una especie de camis�n debajo, por lo que no
qued� desnuda al hacerlo. Como de todas formas pod�a verla, le dije que se
corriera el camis�n para verla por atr�s. Pude verle el culo, la espalda, las
piernas y un poco que se le pod�a ver de la vagina. Eso me excit� a�n m�s.




- �Te puedo tocar?



- �Qu� me quieres tocar?



- Aqu� atr�s.



- Bueno.




Pas� mi mano por sus nalgas. Estaban fr�as, pero eran
preciosas. Estuve toc�ndola un rato, mientras ella estaba recostada sobre su
vientre. Luego le dije que se volviera a acostar de lado para ponerme detr�s.
Ella se orden� el camis�n y lo hizo. Yo me puse detr�s. Tome mi pene y se lo
puse en la hendidura de sus nalgas, tratando de que quedara lo m�s cerca de su
vagina. Le dije que no se moviera mucho y decid� comenzar. La tom� de la cintura
y me puse muy apegado a ella. Comenc� a moverme como se lo hab�a hecho antes.
Estaba muy excitado. Pod�a sentir c�mo mi pene se enterraba en la tela de la
parte de atr�s de su camis�n, lo que me volv�a loco. Empec� a moverme muy
r�pido, mientras mi hermana se quedaba inm�vil. Yo jadeaba y respiraba muy
fuerte en su nuca cada vez que "se lo met�a". Estuve unos 5 minutos
punte�ndola sin parar. Estaba cansado, pero era tanto lo caliente que estaba,
que no me import�.




- �Por qu� no te levantas un poco el camis�n?



- �Quieres que me lo levante?



- S�lo un poco. Si quieres, mejor te lo sacas.



- �Quieres que me quede desnuda?



- S�. Ser�a m�s c�modo. T� ya me viste. Yo no te he visto
nada todav�a.



- Me da verg�enza.



- �Por qu�?



- No s�.



- Pero si t� ya me viste, y yo no dije nada.



-S�, pero yo no te lo ped�. T� dijiste que si quer�as que yo
te viera tu cosita. Yo s�lo te dije que s�.



- �Entonces no te vas a sacar el camis�n?



- Es que me d� verg�enza.



- Yo no me voy a reir ni nada de eso.



- �Prometes que no me molestar�s?



- Lo prometo. Adem�s, estamos lejos de la casa. Nadie viene
por ac�, no nos van a pillar. La puerta la cerr� por dentro, con alambre, asi
que vamos a estar los dos solos. De todos modos ya te v� un poco por atr�s, asi
que no es para tanto.




Ella se mostraba nerviosa, "Es que... no s�", dec�a,
pero yo quer�a verla desnuda. Estaba muy caliente, asi que no quer�a dejar pasar
esta oportunidad.



Me preguntaba una y otra vez si la iba a molestar, a lo que
yo le contestaba que no, que no le dir�a nada pesado, que no se preocupara.
Hasta que despu�s de unos momentos accedi�.




- Pero no te r�as.



- No me voy a re�r.




El camis�n era de una sola pieza y ten�a unos tirantes en los
hombros. Le cubr�a todo el cuerpo, hasta las rodillas, asi que s�lo era cosa que
lo dejara caer. Una vez que se lo baj�, qued� su pecho descubierto, por lo que
pude verle los pezones que antes s�lo le hab�a palpado. Eran de un color un poco
oscuro, pues ella es algo morena. En todo el rato que ella estuvo sac�ndose el
camis�n, yo estaba toc�ndome el pene, lo que no hab�a pasado desapercibido a los
ojos de mi hermana, que me miraba mientras yo lo hac�a.



Luego sigui� baj�ndoselo por las caderas. Como hab�a se�alado
antes, con s�lo doce a�os, no estaba muy desarrollada, pero a�n as�, su cuerpo
no era exactamente como el m�o. Sus caderas eran m�s anchas. Yo imaginaba que
ten�a el pecho plano, pero ahora que la ve�a desnuda, pude darme cuenta que
ten�a unos senos muy peque�os. Senos de ni�a, pero con pezones como de mujer.



Ah� estaba mi hermana de doce a�os frente a m�. Desnuda de
pies a cabeza. Llevaba el pelo largo, suelto.




- �Ves que no era tan dif�cil? -le dije, para calmarla.-




- Pero todav�a tengo verg�enza.



- Ven, ponte aqu�.





Ella avanz� y se sent� a mi lado, pero con las piernas juntas. No era mucho lo
que pod�a verle, asi que le dije que abriera las piernas un poco para poder
mirarla. Ella, al principio no muy convencida, levant� t�midamente una pierna,
con lo que pude verle su vagina.



Yo quer�a v�rsela m�s de cerca, asi que le pregunt� si no le
molestaba que yo la tocara como ella me hab�a tocado a m�. Me dijo que le daba
un poco de verg�enza, pero yo estaba muy caliente, asi que finalmente la
convenc�.



- Deja ponerme m�s cerca para verte mejor.


- �D�nde te vas a poner?



- Levanta un poco la pierna.




Me puse entre sus piernas tal y como ella se hab�a puesto
cuando me lo estaba chupando, asi que sin m�s demora, comenc� a tocarle la
vagina. Era muy suave al tacto. Se la tocaba con la punta del dedo �ndice y le
palpaba la textura, d�ndome cuenta m�s claramente de la hendidura que ten�a en
medio. Con los dedos �ndices de ambas manos, se la abr� lentamente, para poder
v�rsela mejor. Era de un tono rosado y estaba tibia. No dejaba de observarla.
Ten�a unos pliegues m�s oscuros alrededor de un orificio muy peque�o que estaba
en su centro. Me acerqu� un poco para ver si ten�a olor, pero no ten�a. Mi
hermana estaba apoyada en los codos, mir�ndome, pero en un descuido de ella, le
di un beso en medio de la vagina.



- �Oye!


- �Qu� pasa?


- �Qu� me haces?


- �No te gust�?


- S�, se sinti� rico. (otra vez esa palabra, pens� yo, y
de inmediato comprend� que eso la hab�a excitado y que estaba tal vez, tan
excitada como yo)



- �Quieres que te chupe?


- �Qu� cosa? �Ah� abajito?


- Quiero chuparte un poco.


- Bueno... pero hazlo despacio. No me vaya a doler.



Yo estaba como hipnotizado mirando su preciosa vagina, asi
que lentamente, me acerqu� y le d� un besito encima de sus labios, y despu�s,
sacando un poco la lengua, comenc� a chuparla.



Comenc� a lamer por encima de su vagina, tratando de
retribuirle lo que ella me hab�a hecho sentir. Estaba acostado sobre mi
est�mago, pero tuve que ponerme de lado para no aplastarme el pene, que aunque
era peque�o, lo ten�a a punto de explotar. Pasaba mi lengua, al principio muy
despacio por sus labios, pero despu�s lo empec� a hacer m�s fuerte y r�pido. Al
levantar un poco la mirada, pod�a ver que mi hermana mov�a la cabeza de lado a
lado, dejando escapar suspiros de entre sus labios. Yo chupaba y chupaba sin
parar, sintiendo una gran excitaci�n. Ella me dec�a que le estaba gustando lo
que le hac�a, asi que yo le pon�a m�s �nimos al chuparla. Pasaba mi lengua
lentamente, desde abajo hacia arriba, asi como a los lados. Era exquisito. A
medida que segu�a chup�ndola, mi hermana comenz� a mover las caderas muy
suavemente. Volv� a preguntarle si le estaba gustando, respondi�ndome que mucho.
Cuando recargaba m�s mi lengua por encima de su vagina, ella reaccionaba con
mayor intensidad.



- Ahh, que rico... as�, como lo hiciste reci�n.


- �Te gust�?


- Mucho.


- �Te gusta m�s cuando te cargo con la lengua?


- S�, mucho -me contestaba casi suspirando-


- Con �stos dedos, �brela un poco para que te pueda chupar
mejor.
- Le indiqu�, se�al�ndole los dedos �ndices.


Como la ten�a m�s expuesta al separarla con los dedos
mientras la chupaba, gem�a un poco m�s alto que cuando se lo estaba haciendo
antes. Era muy suave al tacto. Pod�a sentir la calidez de la piel interna de su
vagina y me gustaba la sensaci�n que me quedaba en la lengua cuando se la
pasaba. Mi hermana ya no estaba mir�ndome, sino que se hab�a recostado, por lo
que no pod�a verle la cara, pero la forma en que estaba respirando me indicaba
que el placer que sent�a era m�ximo. �Mmmhhhh, que rico!, dec�a, cada vez
que le pasaba la lengua por la parte de arriba de su vagina, y no pod�a ser de
otra manera, si haci�ndolo de ese modo, le estimulaba su cl�toris. Cuando la
escuchaba gemir, yo aumentaba el movimiento de mi lengua sobre ella. Al cabo de
unos minutos de estar chup�ndosela, mi hermana tuvo su orgasmo, pues me dijo que
hab�a sentido "las cosquillas" que yo le hab�a comentado anteriormente.
Era mi turno. Le dije que me tocaba sentirlo, asi que le indiqu� que se
recostara para hacerle de perrito.


Ahora deb�a aprovechar que ella estaba desnuda, asi que le
dije que se recostara sobre su est�mago para ponerme encima de ella, y as� lo
hizo. Se volte� y se puso sobre su vientre, con los codos apoyados en el suelo y
la cabeza en la almohada improvisada que ten�amos.



Al ponerse sobre su vientre, se le pod�a ver algo de la
vagina, la que le brillaba con la saliva que le hab�a dejado sobre sus labios.
Me puse encima, apoyado en las rodillas, y le puse el pene entre las piernas,
bajo la mirada atenta de mi hermana que volteaba la cabeza para mirar c�mo me
pon�a. Despu�s, me ech� un poco sobre ella, apoy�ndome en los codos,
asegur�ndome que mi pene estuviera perfectamente entre sus nalgas... y comenc� a
moverme. Todo mi pecho y abdomen estaba pegado a su espalda, pues s�lo me
dedicaba a mover mis caderas. Era un verdadero perro haciendo movimientos de
penetraci�n.



Ella s�lo suspiraba. Pod�a sentir c�mo exhalaba su aliento
cada vez que yo me recargaba sobre ella, apret�ndo su vientre con el peso de mi
cuerpo: "Ahh... ahh..." era todo lo que dec�a, al ritmo de mis
embates sobre ella. Era exquisito sentir el roce de mi pene entre sus nalgas,
asi como escuchar el ruido que hac�a la piel de mi vientre al golpear en ellas.
Ella permanec�a recostada, con el rostro apoyado en la tela que hab�a usado yo
como almohada. Yo jadeaba y respiraba fuertemente al estar "foll�ndomela" y
pensaba en c�mo ser�a si lo hiciera de verdad.


Mis codos estaban junto a los suyos y mi rostro cerca de su
o�do izquierdo. Sus piernas estaban un poco abiertas, y las m�as por fuera. En
un momento me detuve, y le dije que cerrara sus piernas, para que me apretara el
pene con ellas. Luego de casi un minuto, me dijo que le molestaba un poco cuando
la rozaba entre los muslos. Me detuve y me unt� el pene con saliva, que era lo
�nico que ten�a a la mano. Juntaba un poco de saliva en la boca y la escup�a en
mi pene, y otro tanto entre las piernas de mi hermana. �Qu� me est�s echando?,
dec�a ella, asi que le dije que era saliva, para que no estuviera tan seco.
Cuando me asegur� que estaba bastante mojado, segu�.


Como ahora estaba la zona un poco m�s lubricada, no
reclamaba, sino que daba se�as que le estaba gustando m�s. En un momento, me
dijo:




- A veces me frotas rico abajito.



- �Te gusta cuando te froto ah�?



- S�.



- Voy a tratar de frotarte m�s. Espera, deja ponerme bien.


De vez en cuando, le hablaba al oido a mi hermana para
preguntarle si le estaba gustando. Ella me dec�a que s� y que ten�a muchas
ganas. En definitiva, estaba muy caliente, asi que luego de unos minutos de
hacerle de perrito, le pregunt�:



- �Quieres intentar hacerlo de verdad?


- �C�mo de verdad?


- Frotarte aqu�. - al tiempo que le tocaba la vagina.-



- �Me lo quieres meter?


- S�. �No quieres t�?


- Me gustar�a saber qu� se siente, pero me da miedo. �Y si me
duele mucho?


- Te lo hago despacio.


- Pero es que me va a doler.


- Pero imagina lo rico que vas a sentir cuando te toqu�
abajo.


- No s�. �Y si nos pillan?


- Pero si hemos estado ac� bastante tiempo y no ha pasado
nada. T� sabes que en la tarde no hay trabajo por aqu�. Tenemos tiempo de sobra.


- �Lo har�s despacito?


- S�. No te va a doler. �T� tienes ganas de hacerlo?


- S�.


- Despu�s podemos hacerlo cada vez que queramos, ser� algo
que s�lo nosotros vamos a saber.


- Bueno, pero hazlo despacito, que me puede doler.


- S�. Te lo hago despacito.


- Pero no asi como estamos.


- �Y entonces c�mo quieres que te lo haga?


- Deja ponerme de espaldas. As� puedo ver.



Se acost� de espaldas y yo me puse entre sus piernas. Le
hac�a cari�o en la vagina con el pene, pregunt�ndole si le molestaba. Me
contestaba que no, asi que segu� haci�ndolo por un tiempo. Despu�s de unos
minutos en que le frot� la vagina por encima, estuvo m�s tranquila... y
excitada.



Yo deslizaba mi pene entre sus labios tratando de hacerle lo
mismo que antes le hab�a hecho con la boca. Mi hermana miraba como se lo pasaba
por la vagina y me dec�a que le gustaba mucho. El morbo entre ambos nos ten�a
muy calientes. Me encantaba ver c�mo se le abr�an los labios a medida que le
deslizaba la punta, para luego volver a cerrarse, como una flor. Estaba muy
apretada. Yo ya hab�a empezado a botar l�quido lubricante por la punta de mi
pene desde que hab�a estado sobre ella, asi que eso, sumado a la saliva que le
hab�a dejado cuando se la chup�, le ten�an muy mojados los labios vaginales. De
vez en cuando met�a un poco la cabeza, ante la atenta mirada de mi hermana,
quien exclamaba levemente de dolor, aunque m�s que dolor, era exageraci�n. Le
indiqu� que estaba inc�modo.


Le dije que se pusiera de pie y esperara mientras ve�a la
forma de hacerlo mejor. Decid� usar unas cajas de madera que hab�an en la
habitaci�n, para hacer una especie de cama. Arroj� unos trozos de espuma que
hab�a y encima puse las telas que est�bamos usando. Al decirle que se recostara,
le indiqu� que abriera las piernas para que fuera menos doloroso. De inmediato
se reflej� la preocupaci�n en su rostro. "



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Relato: Incesto Rural
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Tiempo de lectura: 41minuto/s





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