Mi hermano accedi� a prestarme el coche..Al d�a siguiente,
estaba ya en camino. Llegu� poco despu�s del medio d�a, pero no me dirig� a mi
casa, si no al departamento de mi prima. Aquella con la que hab�a so�ado tantas
veces. Ella es morena, delgada, con unos senos perfectos, cara hermosa y un
cabello lacio y color negro azabache. Por fin estaba tocando a su puerta, un
poco cansado por el viaje, pero contento por que conseguir�a el libro que tanto
trabajo me hab�a dado conseguir. Ella me abri� la puerta y me invit� a pasar.
Despu�s de los saludos de rigor, estuvimos platicando un rato de nuestras vidas,
ya que ten�amos m�s de un a�o de no vernos, Ella me platicaba que ya estaba por
casarse, que se ir�a de la cuidad y que estaba muy a gusto con su novio. Me
preguntaba qu� c�mo andaba de amores, yo le dije pues que mal, que por estar
pendiente con lo de la escuela, hab�a descuidado mi vida amorosa y que me sent�a
solo.
Le dije que me disculpara un momento y que si me prestaba el
ba�o para darme una ducha, ya que por el viaje, andaba un poco sudado. En ese
momento, no pens� que no hab�a llevado ropa para cambiarme y solo pensaba en
ducharme para relajarme un poco. Entre al ba�o y dej� la puerta abierta con la
intenci�n de seguir platicando con mi prima, as� que mientras estaba bajo la
regadera, ella me segu�a preguntando qu� por qu� no me buscaba una novia , yo le
contest� que por la falta de tiempo. Ya que acab� de ducharme, le ped� que me
prestara una toalla y si tenia algo para prestarme, por lo menos una camisa
larga o algo asi. Ella entr� al ba�o, la puerta de mismo era transl�cida as� que
yo me cubr� con la mano, pero al momento de agarrar la toalla, pues tuve que
quitar las manos de mi cuerpo, mostr�ndole a ella mi cuerpo desnudo. Ella se
qued� mirando un instante mi pene, yo hice como si no me hubiera dado cuenta y
segu� platicando con ella .Le pregunt� que si no hab�a encontrado algo para
prestarme y me dijo que si, que se le hab�a olvidado tra�rmelo. Me sequ� muy
bien el cuerpo y me enroll� la toalla por la cintura. As� sal� del ba�o,
mientras ella buscaba entre sus cajones alguna camisa. De broma, sac� uno de sus
calzones y me lo avent�, me dijo que me pod�a prestar eso, el caso era de si
tenia el valor para pon�rmelo. Aceptando su reto, le di la espalda y me quit� la
toalla dej�ndola caer al piso, mientras me pon�a la braga, no me hab�a fijado
del espejo que tenia justo en frente de mi. Me di cuenta que mi prima me ve�a
por el espejo, m�s espec�ficamente, miraba mi pene. No se por qu�, pero me dio
mucha pena, as� que r�pidamente me sub� los calzones y recog� la toalla para
cubrirme. Ella me dio una camisa, que m�s que camisa, parec�a un peque�o TOP, ya
que como ella es mucho m�s bajita que yo, pues me quedaba super peque�a.
Como hab�a estado inm�vil la mayor parte del tiempo, no hab�a
sentido la presi�n de las bragas sobre mi pene, pero cuando empec� a caminar,
sent� que me era muy incomodo tenerla.. Mi prima se re�a por los movimientos que
hacia y los gesto que pon�a. En fin, pens�, solo ser� por un ratito. Decid�
quitarme la camisita y quedarme solo con la toalla enrollada por la cintura,
estaba pensando en quitarme el calz�n tambi�n, pero decid� esperar a que ella se
metiera a ba�ar.
Con ella en el ba�o, me sent� un poco m�s seguro para
quitarme el calz�n que me estaba molestando, total, como seguir�a con la toalla
por la cintura, pues mi prima no tenia por qu� enterarse que andaba desnudo de
la cintura para abajo.
Al salir del ba�o, ella segu�a insistiendo en que me deber�a
buscar una novia. Me preguntaba que si no era homosexual, ya que hacia a�os que
no tenia novia. Yo le dije que claro que no lo era, que me gustaban las mujeres
y mucho. Ella hab�a salido del ba�o con un peque�o b�xer; de esos que son bien
cortitos y que solo tapan media nalga y, con una blusa pegadita, que hacia
resaltar aun m�s sus senos. Yo me empec� a sentir un poco nervioso por tenerla
as� y tan cerquita de mi; ser� mi prima pero antes que eso es una mujer, y una
muy bella y atractiva, y yo un hombre en edad de la calentura.
Ella not� que me hab�a puesto nervioso, as� que prefiri�
cambiar de tema., menos mal que no not� la erecci�n que ten�a en esos momentos.
Le segu� el juego un rato m�s, ya hab�a ca�do la noche, ten�a la intenci�n de
salir a cenar, pero por falta de ropa, esa posibilidad quedaba descartada. As�
que pedimos algo para cenar. Despu�s de la cena, ella volvi� a retomar la
pl�tica de la novia, la verdad ya me ten�a harto, pero por cortes�a, le segu�a
la pl�tica. Me hizo una pregunta muy concreta. Qu� c�mo me gustaban las mujeres?
Tanto su f�sico como su personalidad. Le dije que me gustaba que fueran
divertidas, inteligentes, sinceras y cari�osas, creo que lo normal, como a la
mayor�a de los hombres nos gusta. Y en su f�sico, pues no sabia c�mo decirle que
c�mo ella. As� que le estuve dando muchas vueltas al asunto hasta que le dije
que m�s o menos as� como ella. Ella se sorprendi� much�simo, me pregunto que si
ella me gustaba, le dije que me parec�a muy linda, que cualquier hombre se
fijar�a f�cilmente en ella y que su novio ten�a mucha suerte de tener a una
mujer tan bella como ella.
Me dijo que nos acost�ramos a dormir, ya que era tarde. Yo no
ten�a sue�o y se lo dije, le pregunt� que si ella ya ten�a sue�o, me dijo que
no, pero que imaginaba que yo estar�a cansado por el viaje. Le dije que por qu�
mejor no ve�amos una pel�cula en su cuarto, me dijo que si, que estaba de
acuerdo. Fuimos hasta su habitaci�n y ella puso la pel�cula de Un Pap� Genial.
Todo iba normal, hasta que a ella le empez� a ganar el sue�o, y eso que me dijo
que no ten�a sue�o. Yo segu� viendo la pel�cula por que me parec�a entretenida.
De pronto, siento su mano sobre mi pierna. Me qued� inm�vil esperando que la
quitara, pero no lo hizo, no le di mayor importancia y continu� mirando la
pel�cula. Hasta que un ratito despu�s, sent� que su mano sub�a por mi pierna. Me
empezaba a gustar la caricia, empezaba a sentir la excitaci�n del momento. Ya
empezaba a dudar de que ella estuviera dormida. Yo continuaba inm�vil, mientras
sent�a que su mano me empezaba a acariciar, suavemente. Ya no miraba la
pel�cula, ahora la miraba a ella. Pod�a ver que estaba excitada, ya que sus
pezones se marcaban en su ropa. Y eso me pon�a m�s cachondo, me sent�a muy
excitado en ese momento. Mi pene ya hab�a reaccionado por completo, poni�ndose
completamente duro. Me empezaba a doler un poco por lo mismo. Su mano se meti�
bajo la toalla, sin llegar m�s all�. Simplemente acariciaba y se mov�a, como
acomod�ndose para estar en una posici�n m�s c�moda para su caricia. Al hacer
eso, facilit� que admirara su hermoso cuerpo, cubierto solo por sus peque�as
prendas, cosa que me gustaba mucho y segu�a excit�ndome cada vez m�s.
No pod�a creer que aun se segu�a haciendo la dormida. Pero
decid� que si ella quer�a jugar, pues que ella hiciera todo. La pel�cula ya
estaba por terminar, su mano ya estaba al borde de lo prohibido, sent�a el calor
que tenia entre mis piernas y la dureza de mi pene, su pecho se ve�a hinchado,
sus pezones, parec�an que quer�an romper la tela que los aprisionaba .Al sentir
que ya no ten�a el calz�n que me hab�a dado, levant� la cara mir�ndome a los
ojos con una mueca de asombro. Por fin se hab�a descardo de una vez por todas.
La mir� y le sonre� maliciosamente. Ella ya se incorpor� por completo sent�ndose
a mi lado y empez� a besarme el pecho, mientras su mano ya tenia prisionero a mi
pene d�ndole un suave masaje, mientras su lengua jugaba por mi cuello ya..
Sigui� hasta encontrar mis labios, que ya deseaban besarla, que necesitaban ese
beso .Mis manos no se quedaron quietas, ya estaban sintiendo la firmeza de sus
senos, lo duro de sus pezones, la suavidad de su piel. El beso que nos dimos,
dur� mucho tiempo, creo que fue como cinco minutos, a mi me pareci� eterno. Ella
ya se hab�a puesto bastante cachonda, aumentaba la velocidad de su mano sobre mi
pene y yo me apresur� a quitarle su blusa, para poder admirar sus senos, para
ver si eran as� c�mo me los imaginaba.
El resultado de la vista de sus senos, no pudo ser mejor del
que yo esperaba. Parec�an esculpidos por un artista. Sus areolas no eran ni muy
grandes, ni muy peque�as y sus pezones�..eran espl�ndidos, morenitos y bien
duritos por su estado de excitaci�n. Ya para ese momento, todo el pudor y dudas
que tenia, se hab�an disipado. Me quit� la toalla que cubr�a mi parcial desnudez
y me mostr� ante ella. Ella se levant� sobre la cama y se par� justo en frente
de m�, con sus piernas a mis costados. No hac�an falta palabras para saber lo
que ella quer�a. Le puse mis manos sobre sus piernas y lentamente fui subiendo,
hasta llegar a su peque�o b�xer. Lo tome de la parte superior y lo fui bajando
poco a poco. Ahora, era ella la que se mostraba ante m�. Un vientre
completamente plano, terso y suave. Baje un poco m�s y llegu� hasta su monte de
venus, el cual lo tenia recortado, dejando �nicamente, un hilillo de vellos que
mostraba el camino hacia la gloria. El aroma que desped�a era embriagador, ese
aroma a sexo, deseoso. Eso termin� por ponerme m�s cachondo y me apresur� a
bajar por completo su b�xer.
Ella por fin habl�, me dijo que la noche aun era joven, que
ten�amos toda la noche para disfrutar. Gracias a esas palabras, logr� calmarme
un poco. Ya desnuda ante mi, la acost� en la cama. Empec� a besarla en la cara,
besando cada parte de ella, sus p�rpados, mejillas, nariz, p�mulos y dejando sus
labios para lo mejor. Baj� hasta sus pechos. Sab�an riqu�simos, sus pezones se
pusieron aun m�s duros. Empec� a morderlos suavemente, a lamerlos; como ella me
hab�a dicho, no hab�a por que apresurarnos; baj� hasta su vientre, la miraba a
los ojos. , ve�a que ella lo estaba disfrutando al igual que yo. Segu� bajando,
lentamente lamiendo y besando todo el camino hacia abajo. Hasta llegar a su
entrepierna. Le separ� las piernas y empec� a besar el interior de sus muslos,
sent�a el calor que emanaba de ella, el dulce aroma de su sexo, que me invitaba
a probarlo, pero me conten�a, quer�a hacer que me desee con todas sus fuerzas.
Pase hacia el otro muslo, as� estuve un segundo m�s, cuando not� que ella ech�
la cabeza hacia atr�s, aprovech� para rozarle el cl�toris con la lengua, siempre
mir�ndola a la cara, al momento que ella alzaba la cabeza para mirarme, yo
empezaba a besarle de nuevo el muslo. As� lo hice varias veces m�s hasta que
decid� que era el momento de disfrutar sus labios, pero a mi manera, siendo
ahora yo el que la bese.
Le dije que cerrara los ojos y que confiara en mi.
Lentamente, empec� a lamer sus labios, cada que ella abr�a la boca, yo me
retiraba y le dec�a que permaneciera quieta y con los ojos cerrados. Regres� a
mi faena del beso, de morder suavemente sus labios y despu�s con fuerza. Me
decid� por disfrutar ya de su boca. y la bes�., sorbiendo su aliento a cada
beso, queri�ndome comer su alma. Ya que la dej� si aliento, le dije: ahora, solo
disfruta�.
Baje de nuevo hacia su sexo, que ya estaba m�s que listo.
Empec� por besar sus labios, para seguir hacia su cl�toris, apres�ndolo en mis
labios. Lami�ndolo suavemente y despu�s r�pido. Tenia un sabor exquisito, a
gloria. Segu� lamiendo hasta casi hacer que se viniera. Me detuve en seco, ella
me tom� por el cabello y me oblig� a seguir con mi trabajo, pero yo le quit� las
manos de mi cabello. Segu� con mi labor de lamer, ahora sus labios, hasta la
entrada de su vagina, del lugar de donde manaban esos l�quidos que tanto me
hab�an gustado. Regres� de nuevo a su cl�toris dispuesto a regalarle su primer
orgasmo de la noche.
Lam� como ella quer�a, sin parar, si respirar, hasta que la
hice acabar, dando jadeos tanto ella como yo, los dos buscando aire, ox�geno.
Ella gritaba como loca, gritos de placer, gemidos de gusto. Me incorpor� y la
bese suavemente en la boca. Tenis una cara de placer enorme. Me dijo: Gracias
primo, ahora, d�jame devolverte el favor�.Le dije que no tenia por que hacerlo,
que eso yo lo hab�a echo por gusto, no pensando en que ella me devolviera el
"favor". Mientras dec�amos eso mi mano jugaba nuevamente con su cl�toris, para
ponerla a punto. Hasta hacer que ella me pidiera penetrarle. Que me suplicara
por sentirme dentro de ella. As� lo hizo, me pidi� que la penetrara ya, que no
aguantaba m�s esa situaci�n. Le pregunt� que si tenia condones y me dijo que no,
que quer�a sentirme as� al natural. Me acomod� entre sus piernas y lentamente
gui� mi pene hacia su vagina.
Al acercarme, sent�a el calor que de ah� se desprend�a. La
penetr� suavemente, despacio, admirando su cara al hacerlo. Una cara de placer
puro, de �xtasis. Hasta que quedamos unidos, pelvis con pelvis, piel con piel.
Me abraz� fuertemente y me dijo: Gracias Primito. Empec� a moverme, cada vez m�s
r�pido y despu�s lento, me gustaba ese cambio de velocidad, sentir que llevaba
el ritmo, la gu�a de la c�pula. As� estuve por unos diez o quince minutos hasta
que ella me pidi� que parara. As� lo hice. Me sal� de ella y eso lo aprovecho
para que cambi�ramos de posici�n. Ahora, era ella la que me cabalgaba. Me dijo:
As� que te gusta ese jueguito de la velocidad Eh!, pues ahora sabr�s lo que es
la velocidad. Te voy a coger a mi manera Primo�.
Empez� a subir y bajar a una velocidad tremenda, que cada vez
que ella bajaba, me hacia da�o, tanto en los test�culos como en el abdomen.
Cuando sent�a que yo ya me iba a venir, ella se deten�a y se quedaba as�,
quieta, sin hacer ning�n movimiento, mir�ndome con una cara de
venganza�.dici�ndome: Verdad que se siente bien feo cabr�n�.y lo que te falta
por sentir�..
As� prosigui� por varios minutos m�s y cada vez que iba a
acabar, se deten�a, pero ahora, se hab�a echado sobre de mi, para que cada ve
que se detuviera, me besar�. Y en una de esas veces, cuando crey� que ya me
hab�a relajado, se empez� a mover lentamente, para aumentar la velocidad de sus
caderas. Hasta quedar sentada sobre mi y subiendo y bajando. Esta vez, sab�a que
ser�a hasta el final. Su velocidad hab�a aumentado aun m�s que al principio, ya
nada nos detendr�a mas que nuestro orgasmo. Que alcanzamos juntos, ella, en una
canci�n de gemidos y gritos y yo, en un poema de jadeos y de respiraci�n
acelerada. Todo hab�a sido perfecto. Qued� casi inconsciente, perd� la visi�n
por unos instantes y mi cuerpo se tens� y se entumi� por completo, mientras
ella, ca�a sobre mi pecho, respirando con dificultad. Me dijo: Gracias Primo�