Desde que muri� mi padre, mi madre se encontraba muy sola.
Quiz�s por eso acept� a Mario, un divorciado de 43 a�os, que hab�a hecho fortuna
con unos negocios, pero que no era para mi madre. �l la trataba muy mal. No le
llegaba a pegar, pero la humillaba constantemente. Mi madre no se quejaba por
temor a perderle y porque adem�s se llevaba muy bien conmigo.
Una noche, tras cenar los tres juntos, nos sentamos Mario y
yo en el sof� mientras mi madre recog�a la mesa. Cuando ella vino, se sent�
entre nosotros dos y estuvimos hablando de chorradas: que si la cena hab�a
estado muy rica..... hasta que Mario empez� a juguetear con mi madre. Ella le
quitaba las manos de encima y le hac�a gestos para recordarle mi presencia. Sin
embargo, lejos de reprimirse, el novio de mi madre sigui� palpando a mi madre
todav�a con mayor intensidad, hasta que mi madre grit�: �� Mario, basta ya por
favor, que Juan est� delante!!
Juan tiene ya casi 19 a�os y no es ning�n cr�o, dijo Mario.
Seguramente tambi�n habr� hecho estas cosas. Yo, aunque me hab�a quedado
paralizado por la situaci�n, no pude evitar esbozar una sonrisa, que pareci� mi
conformidad, mi permiso para que siguieran. Al principio mi madre estaba un poco
reprimida, pero Mario segu�a magre�ndola de forma casi desesperada. Parec�a
tener 4 � 5 manos en lugar de dos. Aquello estaba excitando a mi madre, no hab�a
duda. Mario lo not� y se puso encima de ella y la empez� a desnudar. No tard� en
dejar los pechos de mi madre a la vista. Mi madre tiene unas tetas bastante
grandes y bien conservadas para sus 39 a�os. Mario not� que ten�a la vista
clavada en los pechos de mi madre e intuy� mi excitaci�n. Cogi� la mano derecha
de mi madre y la llev� a mi paquete. Cuando mi madre se dio cuenta de lo que
estaba haciendo, quit� la mano, pensando seguramente �pero si es mi hijo! Mario
le dijo que me masturbara, que "el chaval no puede seguir con esta erecci�n" y
cogi� de nuevo la mano de mi madre y la puso otra vez en mi entrepierna.
Despu�s, astutamente, coloc� mi mano sobre la de mi madre. Eso provoc� que mi
madre no se sintiera cohibida. Mientras, Mario ya ten�a a mi progenitora
completamente desnuda, se baj� los pantalones y me dijo que me los bajara. A mi
me daba verg�enza hacerlo, pero era tal la excitaci�n que ten�a que me los baj�.
Amparo, ahora vas a chupar la polla de Juan mientras yo te
follo. Cuando o� eso me puse todav�a m�s cachondo si cabe. Ahora si que no le
puedes dejar as� �verdad, Juan? Si, contest� yo. Mario, con mi consentimiento,
hab�a metido a mi madre en una encerrona. Ella, tras unos segundos, suspir� y,
con un r�pido movimiento, quiz�s para evitar arrepentirse, llev� su boca a mi
polla. En ese momento, Mario la empez� a follar. Mi madre parec�a un puta o una
actriz porno, pensaba yo, y segundos m�s tarde me corr�. Mi madre relami� mi
pene y s�lo con eso ya estaba dura de nuevo. Ella al ver que no me atrev�a a
ped�rselo, sigui� chupando. Mientras, Mario la estaba follando como un animal, a
base de fuertes embestidas que hac�an que sus tetas rebotaran y dificultaban la
felaci�n que por segunda vez me estaba proporcionando mi madre. Todo eso me
estaba poniendo a 100 otra vez. En ese momento o� un fuerte grito de Mario que
acababa de eyacular dentro de mi madre. Fue tal la excitaci�n que eso me produjo
que unos pocos segundos despu�s me vine otra vez. Quedamos los tres relajados,
recostados en el sof�.
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