El Castigo
Michelle hab�a sido llamada por el profesor de lengua, a su
despacho. El lugar estaba a oscuras, el hombre esperaba en su mesa.
-Pasa y si�ntate
Michelle obedeci�, cuando se sent� observo la blanca dentadura de su profesor, y
un escalofr�o recorri� su cuerpo.
-Tu comportamiento es inaceptable, tu sola te bastas para revolucionar la clase.
No creo poder soportar mas esto, solo queda una soluci�n.
La chica sonri�, por fin la expulsar�an de ese horrible internado. El hombre se
levanto empu�ando una fusta.
-B�jate la falda y las bragas
Michelle obedeci�, la iban a azotar. Pens� en salir corriendo, pero el hombre la
agarro del brazo.
La fusta corto 20 veces el aire y restallo sobre el culito de Michelle que
enrojecido quedo.
La chica hizo gesto de vestirse para irse, el hombre la detuvo.
-Aun no hemos terminado tu castigo
Al observar el bulto del pantal�n, en la zona de la entrepierna, Michelle pens�
en que la violar�a, o simplemente la obligar�a a realizarle una felaci�n.
-Qu�tate la blusa y el sujetador
"Me va a violar", intento resistirse pero el profesor la superaba en fuerza y
corpulencia. Primero la blusa, y, despu�s, el sujetador, acabaron por el suelo
del despacho.
-�Hazlo ya! �Acaba pronto cabr�n! �Atr�vete con una ni�a!
La fusta restallo sobre el pecho de Michelle, el ardor de sus pechos la hizo
enmudecer. El hombre agarro su cara.
-�Saca la lengua, puta!
La ni�a obedece, su lengua rosada y h�meda, surgi� de entre sus dulces labios.
El hombre se inclina y la toma entre sus labios, la dio suaves mordiscos
acompa�ados por un retenci�n de la lengua entre sus dientes. Los dedos del
hombre apretaron fuertemente los doloridos carrillos del trasero de Michelle. La
elevo, y cuando la descendi�, brutalmente, algo duro rasgo la inocencia de
Michelle. Ella grito, no estaba h�meda y aquello era como si la estuvieran
friendo la entrepierna. El pene del hombre comenz� a moverse dentro de ella.
Tuvo el valor de mirarle, ahora que su lengua estaba libre de la presa, y
observo la dentadura del hombre. No se dio cuanta de que sangraba, hasta que �l
se corri�.
-�Sangre!
La tumbo sobre la mesa, un instante normal y vuelta al dolor, aquel monstruo
hab�a clavado sus dientes en su sexo sangrante, y succionaba el licor rojo que
de �l surg�a. Cando acabo de succionar la volvi� a elevar y la coloco sobre la
mesa a 4 patas. Paso sus dedos entre los cabellos de Michelle, de pronto
aprisiono una mata entre sus dedos y tiro hac�a atr�s. El empuj�n vino
acompa�ado por la acometida de la polla del hombre, esta se perdio en el ano de
Michelle. Ella grito, de las sombras surgieron entonces otros cuerpos masculinos
y femeninos a los que parec�a haber llamado el grito. Todos los agujeros de su
anatom�a, los que pudieran ser penetrados por falos, fueron tapados por enormes
pollas. Manos que la aferraban y acariciaban, bocas que la besaban, lam�an,
mord�an, saboreaban...
-El fuego esta listo
Un objeto nuevo se introduce en la, ya anestesiada, vulva de Michelle. Sin
provocar da�os va avanzando por su purbescente cuerpo hasta salir por su boca,
era un pincho de cocina tama�o persona. Dos hombre, uno de ellos es Juan,
agarraron de los extremos y la elevaron...
Una habitaci�n roja con un fuego en el centro, sobre este colocaron a la
empalada.
-Pronto estar� lista para devolvernos estos tiempos de constantes incordios.
Danae pone su mano sobre el hombro de Juan, ella sonr�e a �l esto le angustia y
le atrae al mismo tiempo.
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Lou Wild Borroughs