Relato: Mi debut MI DEBUT
ESTE RELATO LLEGO A MI CORREO Y AQUI SE LOS MANDO , SOLO LES
DIGO QUE ESTA MUY BUENO.
Mi debut sexual fue at�pico, al menos eso es lo que creo hoy,
pero de lo que no tengo dudas, es que fue infinitamente espectacular en lo
f�sico. Mi primera vez fue el d�a que cumpl� los 18 a�os, con mi sobrinito, pero
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Mi debut sexual fue at�pico, al menos eso es lo que creo hoy,
pero de lo que no tengo dudas, es que fue infinitamente espectacular en lo
f�sico. Mi primera vez fue el d�a que cumpl� los 18 a�os, con mi sobrinito, pero
mi verdadero gran debut sexual, con todo lo que esta palabra implica, lo fu� una
semana despu�s de cumplir los 24 a�os con el mismo sujeto, como sino pudiera
escapar a la cita que el destino ya nos hab�a decretado.
Creo que es conveniente aclarar primero, como era mi vida
sexual antes de llegar a este desenlace. Soy la menor y �nica mujer entre 4
hermanos, llevando una diferencia de 6 a�os con el menor, 9 con el siguiente y
10 con el mayor. Mi pap� siempre fu� la m�xima autoridad en la familia, motivo
por el cual mi crianza se desarroll� de un modo muy particular, siendo mi madre
mi �nica confidente y muchas veces juez. El cari�o severo de mi pap�, fue
cercando mi entorno de desarrollo, limit�ndome a imitar la forma de ser de mam�,
muy femenina y t�mida, �nico modelo durante gran parte de mi vida. Mi primer
beso lo recib� de mi primo a los 15 a�os, durante un juego de gallito ciego, me
sorprend� tanto al sentir penetrar su lengua en mi boca, que qued� paralizada de
verg�enza. Cuando al f�n pude desprenderme de �l, corr� desesperada en busca de
los otros chicos. Cuando volvimos a vernos, no pude reprocharle su aptitud, de
la verg�enza que a�n sent�a, guard� el secreto por siempre.
En casa el tema sexo era considerado tab� y lo �nico que
sab�a, lo hab�a escuchado de mi cu�ada o de alguna compa�era de clase. Mi primer
novio lo tuve a los 23, mi caracter rebelde y esquivo, producto de mi timidez
parec�a desalentar a los chicos que me pretend�an. Mis primeras excitaciones las
recib� en los viajes en tren que efectuaba de ma�ana rumbo al colegio. Estos
viajes fueron mi alimento y consuelo a angustias y deseos. All� aprend� a
sentirme mujer. El contacto con los hombres, me excitaba. Pero nunca acept� sus
propuestas. Cuando curs� la universidad, continu� aprovech�ndome de los
servicios gratis que este medio de transporte ofrec�a. Por todo esto creo que mi
experiencia en este tipo de transporte es mucha, consider�ndome una veterana en
el arte copular sin penetraci�n, recuerdo infinidad de experiencias que me
ser�an imposibles de escribir, por la cantidad de matices y circunstancias en
las cuales sucedieron. Nunca me masturb� con los dedos ni introduje ning�n
aparato en mi vagina, los est�mulos que recib�a en el tren saciaban mi apetito
sexual.
Cuando cumpl� los 18 a�os mi sobrinito, hijo de mi hermano
mayor, descubri� mi sexualidad en un juego que practicabamos muy seguido. Ten�a
siete a�os, era el mimado de toda la familia, en ese entonces viv�amos todos
juntos. El era como mi juguete, al que tanto mimaba y le permit�a todo. Con el
tiempo �l fu� dependiendo cada vez m�s de m�, sin haber cumplido los siete a�os,
invent� un truco para para que lo acunara y lo pusiera a dormir. Era d�scolo, ya
con el pijama puesto daba vueltas y vueltas hasta que lo tomaba en mis brazos y
lo acunaba deci�ndole dulzuras hasta dormirlo. Esto lo hizo tan bien, que se
convirti� en h�bito diario, aceptado como un hecho por todos: El nene no se
dorm�a sin los mimos de su t�a. Muchas veces lo acostaba en mi cama, ya que mi
cuarto era el m�s cercano al living, mientras que mi cu�ada deb�a desplazarse 30
metros hasta el fondo del terreno donde ten�a su vivienda.
Recuerdo la noche de mis 18 a�os, era muy calurosa, recuerdo
que me retir� al poco tiempo, despu�s de soplar las velitas y compartir la torta
con todos los de casa, para ingresar ansiosa a mi dormitorio y estrenar la
combinaci�n de sat�n negra, que yo misma me hab�a regalado, la ten�a guardada
desde hac�a una semana, era muy corta y transparente, de tonalidad negra, quer�a
sentirme distinta esa noche, para lo cual me quit� la bombacha y el corpi�o.
Quer�a descubrir esas sensaciones, que me hab�an dicho unas amigas, produc�a esa
tela milagrosa en contacto con un cuerpo desnudo. Ya estaba acostada cuando el
destino quiso que mi sobrinito pasara la noche conmigo. Entr� a mi cuarto
dici�ndome que su mam� le hab�a dado permiso. Jugamos un buen tiempo,
haci�ndonos mimos, hasta que no se como, quiz�s un mal movimiento m�o coincidi�
con otro de �l, logrando que uno de mis pechos saltara fuera de mi combinaci�n,
mi asombro fu� mayor cuando el chico llev� su boca hasta mi teta, chup�ndola con
total naturalidad como si fuese un bebe. Me pareci� tan tierno sentirlo mamar de
mi teta, que desnud� la otra y se la ofrec�, el la acept� y tambi�n mam� de
ella. Esta situaci�n era nueva, para mis pechos v�rgenes, por supuesto que no
ten�a leche, pero descubr� despu�s de varios meses de dejarlo mamar
continuamente, que mis tetas hab�an aumentado de volumen, por la fuerte succi�n
que el produc�a al chup�rmelas. Descubr� un tiempo despu�s con asombro, que �l
succionaba un l�quido que no se si era leche, pero que el mamaba con mucha
dedicaci�n. Volviendo al relato anterior, su succi�n me excit�, apagu� la luz
del velador y cubr� nuestros cuerpos con la s�bana, mientras �l no dejaba de
chuparme las tetas. El se encontraba sobre mi cuerpo, cuando su succi�n me
inflam� los pechos, intent� desplazarlo m�s abajo, pero �l volv�a a la posici�n
original que ten�amos, entonces lo volv� a desplazar hacia abajo, abr� mis
piernas y lo sujet� con ellas abraz�ndolo. Un instante despu�s me sent� m�s
excitada, hab�a olvidado que no ten�a puesta mi bombacha y que el ni�o parec�a
tener una peque�a erecci�n, perd� la cabeza, gu�e su pijita hasta mi vagina,
perdi�ndose ella junto con su escroto en mi interior. El sinti� curiosidad y me
pregunt� que sucedia, lo enga�� dici�ndole que solo se trataba de un nuevo juego
y que si se quedaba quieto, lo llevar�a al cine.
Asi fu� como por primera vez una pija aunque chiquitita se
aloj� dentro de mi vagina, por supuesto que apenas pod�a sentirla, pero fu�
suficiente para lograr que tuviera un orgasmo, despu�s del cual lo acun� hasta
dormirlo. Cuando despert� a la ma�ana me sent� muy mal por lo que hab�a hecho,
jur�ndome no volver a hacerlo nunca m�s, pero no pude cumplir mi promesa, al
menos parcialmente, ya que dej� que chupara mis tetas por algunos meses m�s,
pero ya no utilic� su pijita para llenar mi vagina. Con el correr del tiempo
poco a poco fu� alej�ndolo de m�, hasta lograr que olvidara su costumbre por
mamarme. Despu�s de este hecho volv� a mis consoladores viajes en tren, que solo
interrump�a en raras ocaciones. A los 23 a�os me puse de novia con un chico muy
apuesto que cursaba el quinto a�o de medicina. El era muy t�mido como yo y poco
insistente para pedirme una entrega total, por lo que solo le permit�a acabar
entre mis piernas, sin que existiera penetraci�n. Por lo cual me puse en campa�a
para conseguir nueva pareja o un amante, pero mi timidez siempre era un
obst�culo muy dif�cil de salvar. Unos d�as antes de cumplir los 24 a�os me
recib� de licenciada en f�sica y no se porque motivo sent� la necesidad de
festejarlo, entregando mi virginidad a un buen macho y as� liberar de una vez
por todas, todos mis deseos reprimidos. Para colmo justamente en esos d�as tuve
una experiencia muy fuerte en el subterr�neo con hombre maduro, que acarici� mis
piernas y cola de una manera tan suave y sensual que me calent� el cerebro. Con
la idea de que hab�a llegado el momento de perder mi virginidad si o si, para lo
cual, pens� en contratar los servicios de alg�n hombre y mantener de este modo
el secreto de mi desvirge.
Sent�a una gran necesidad de dejar de ser virgen, sab�a que
me ser�a muy f�cil si eso se lo ped�a a mi novio o a cualquier otro chico
conocido, pero como deseaba hacerlo en secreto, no quer�a involucrarme con nadie
m�s. Un d�a leyendo en los clasificados del diario, encontr� infinidad de avisos
con gente que se dedicaba a este tipo de servicio. Eleg� uno que aseguraba
absoluta reserva y lo cit� en un hotel muy importante, porque no me animaba a ir
a su departamento donde ofrec�a el servicio. Nos encontramos en una confiter�a
cercana al hotel, luego de compartir un caf� y acordar los t�rminos de como
deseaba ser penetrada, nos dirigimos directamente al hotel. El era rubio, muy
apuesto, tendr�a unos 38 a�os y segun �l con toda la experiencia del mundo. Ya
dentro de la habitaci�n �l se desvist� totalmente y me invit� a que hiciera lo
mismo, me desvest� tan lentamente por la verg�enza que me produc�a desnudarme
ante un desconocido, que tuvo que ayudarme a hacerlo. Me pregunt� si le permit�a
besar tocar o chupar cualquier zona de mi cuerpo ya que me consideraba muy
hermosa, le contest� que por ahora solo le permitir�a acariciarme.
Nos recostamos en la cama y mientras �l me acariciaba todo el
cuerpo, me dijo que yo pod�a hacer con �l lo mismo, invit�ndome con un adem�n a
que tomara su pija y la chupara. Era enorme, la m�s grande que hab�a visto hasta
ese entonces aunque aun no estaba totalmente erecta. Le ped� que me dejara
calzarle el preservativo antes de poder chup�rsela, pero me dio un gran trabajo
hacerlo, a�n fl�cida era enorme para el tama�o del preservativo. Me qued� con
las ganas de poder chuparla toda, era tan enorme que apenas pod�a contener parte
de su cabeza en mi boca y si intentaba chuparla m�s profundamente me produc�a
arcadas. Mi excitaci�n ya era tal que le exig� ser penetrada como lo hab�amos
acordado en la confiter�a. Ambos parados y el desde atr�s como si estuvi�ramos
en un tren o colectivo, ya que esa es mi fantas�a y ten�a derecho a ella. El lo
intent�, pero todos sus intentos fracazaron, su pija era enorme, pero fl�cida y
para colmo mi conchita peque�a y virgen. Opt� finalmente por agacharme y quedar
en cuatro patas, pero tambi�n fu� in�til. Cuando mi excitaci�n se convirti� en
enojo, �l me pidi� disculpas y me dijo que hac�a una hora atr�s hab�a cogido a
una se�ora muy ardiente y que no se encontraba totalmente recuperado, pero que
ten�a un consolador en su saco y que si yo quer�a �l lo pod�a usar conmigo, le
expliqu� que el uso de un consolador en mi cuerpo virgen me parec�a un insulto a
mis deseos. Fue entoces cuando escuch� la propuesta m�s loca en mi vida. El me
dijo que mi virginidad sumada a mi belleza me podr�a hacer ganar mucho dinero, y
que el mismo pod�a consegirme un hombre que pagar�a una buena suma de dinero por
mi condici�n de virgen y que si yo era m�s audaz y segu�a los consejos que �l me
dar�a, en 2 meses nos llenar�amos de dinero y regalos. Por supuesto que le dije
que no, pero el insisti� tanto que me dio su tarjeta con el dinero que yo ya le
hab�a anticipado. Me vest� y sal� lo m�s aprisa que pude, otra vez el destino me
preservaba para una experiencia distinta.
En esos meses mi sobrinito que ya ten�a para ese entonces 14
a�os, me acosaba constantemente, espi�ndome cuando me ba�aba o acarici�ndome las
piernas de manera no disimulada. Varias veces jugando de manos me hizo sentir la
dureza de su pija erecta especialmente cuando jug�bamos a las cosquillas y �l
siempre terminaba tom�ndome desde atr�s con sus manos, por dentro de mis brazos
para terminar pos�ndolas en mis tetas y su pija bien apoyada contra mi cola,
haci�ndome sentir las pulsaciones de su miembro erecto. Esa situaci�n me
trastornaba porque no pod�a reaccionar de manera cortante hacia �l, ya que
siempre ten�a la duda de si �l recordaba esos tiempos en que le permit�a jugar
con mi cuerpo. Una semana despu�s de visitar al hombre del aviso del diario,
sucedi� lo que siempre ansi�, pero no con la persona debida. Un viernes
partieron todos los de casa hacia el interior del pa�s al casamiento de una
prima nuestra. Yo no pod�a viajar porque el s�bado ten�a una cena en la casa de
mi novio y mi sobrino tampoco porque ten�a que definir un campeonato de f�tbol
ese f�n de semana. As� es que terminamos qued�ndonos solos como caseros de la
casa.
La tarde del viernes luego de que se fueran todos, prepar�
una tarta como cena para m� y Pablo, luego de la cena me retir� al cuarto de
mam� a disfrutar de alg�n buen programa de de TV y de su clima fresco, ya que es
el �nico cuarto que esta equipado con un amplio ventanal que permite una buena
circulaci�n del aire, esto lo hace ser el cuarto m�s fresco de la casa, muy
codiciado en las noches de calurosas como lo era ese viernes. Me desprend� de
mis ropas y me vest� con lo mas breve que encontr�, una combinaci�n muy delgada,
transparente y corta. Debajo de ella solo me qued� con mi bombachita. Hac�a
mucho calor para mantener el corpi�o, por lo cual me lo quit� y liber� mis lolas
del aprisionamiento al que estaban sometidas. Cuando ya estaba instalada
totalmente en la cama viendo una serie nocturna, apareci� Pablo con una porci�n
de tarta en la mano, dici�ndome que en un canal estaban dando una pel�cula muy
buena "Verano del 42", me dijo que le hab�an contado que estaba buen�sima y sin
consultarme se apoder� del control remoto, cambi� el canal y se instal� junto a
m� en la cama. Como no quer�a pasar por puritana ni ten�a deseos de discutir,
acept� verla fingiendo tener alg�n inter�s, para mi asombro la pel�cula era muy
buena, era divertida y dram�tica y muy er�tica al final. Cuando en uno de los
cortes anunciaron que al termino de verano del 42 pasar�an "Bajos Instintos"
opt� por acomodarme para dormir, argumentando que estaba con mucho sue�o, pero
en realidad ya la hab�a visto y como muchas de sus escenas eran de sexo muy
fuerte cre� prudente no verla con �l y aislarme en un profundo sue�o, el cual
pude conseguir, pero fu� despertada al rato por un dulce cosquilleo en mi entre
pierna, cuando volv� a la realidad me d� cuenta que estaba perdida.
Sin atreverme a abrir los ojos, comprob� por las sensaciones
que recib�a mi cuerpo, que me encontraba casi totalmente descubierta, con mi
combinaci�n levantada y las manos de Pablo en mis caderas. Simul� que a�n
permanec�a dormida profundamente, aumentando el nivel de mi respiraci�n. El
cosquilleo que sent�a en mi sexo, proven�a del miembro de Pablo que en un total
estado de osad�a y desfachat�s lo hab�a ubicado en mi entrepierna estando el
pegado a mi espalda. Permanec� inm�vil en esa posici�n, sin saber como
reaccionar, como esperando despertar de una pesadilla. Me encontraba recostada
de costado, con Pablo tras mi espalda. Si bien no lo ve�a por no atreverme a
abrir los ojos, sab�a que se trataba de �l, pod�a sentirlo en mi piel. Con el
transcurrir del tiempo mi cuerpo comenz� a excitarse al contacto con su
anatom�a, por un momento dese� tanto que se tratara de otra persona. Con
cualquier otro sujeto sabr�a como poder liberarme o amarlo sin prejuicios, pero
si descubr�a que se trataba de Pablo como lo supon�a, no sab�a como proceder a
poner f�n a su acoso. Sus caricias iban aumentando en intensidad y los labios de
mi vulva protegidos por mi bombacha sent�an el latir de su miembro erecto. Tom�
valor para abrir los ojos levemente, prometi�ndome antes, que si comprobaba que
se trataba de cualquier otra persona dejar�a que dispusiera de mi cuerpo como
mejor lo deseara. Entre abr� mis ojos y pude ver por el reflejo en los vidrios
del ventanal que efectivamente era Pablo mi acosador y que por el TV se estaba
proyectando la nueva pel�cula.
Mil pensamientos recorrieron mi cabeza buscando una salida a
la vergonzosa situaci�n en la que me encontraba. Encontr� varias soluciones
alternativas para liberanme, pero no logr� tener el valor suficiente para
ejecutarlas. De algun modo me sent�a culpable y no cre� tener el derecho a
avergonzarlo, quiz�s tambi�n se tratase de su primera experiencia como a m� por
lo cual deb�a ser m�s comprensiva. Opt� por dejar correr el tiempo con la
esperanza que se arrepintiera de su acci�n o que acabara entre mis piernas como
lo hac�a mi novio y se retirara, pero nada de eso sucedi�, lo �nico que consegu�
con mi pacividad f�e que �l fuera aumentando su confianza. Hasta el grado de que
increment� su movimiento de vaiv�n con su pija y desvi� una de sus manos hacia
mi pubis por debajo de mi bombacha y la otra hacia mis tetas. Mi grado de
excitaci�n iba en aumento y mi cuerpo se alejaba cada vez m�s de mi mente,
neg�ndose a ser controlado, moj�ndome por dentro. Esta situaci�n se hab�a vuelto
insostenible a tal grado que para ahogar mis gemidos deb�a apretar mis labios.
Estos movimientos continuaron hasta que su mano roz� mi cl�toris y uno de sus
dedos se abri� paso entre los labios de mi vulva para introducirse en mi vagina,
esto me produjo una reacci�n el�ctrica, un ardor tal que no pude contenerme y
termin� volc�ndome hacia adelante quedando boca abajo. Por unos instantes cre�
que �l ya se hab�a conformardo y que se retirar�a, pero una vez m�s me hab�a
equivocado. El se acost� arriba de m�, cubri�ndome toda, acomod�ndose en mis
curvas, para luego bajarme la bombacha a la altura de mis rodillas y colocar su
dura pija entre los cachetes de mi cola, amenazando con penetrarme en cada uno
de sus vaivenes. Sent�a como me destru�a por dentro, a�n sin estar penetrada
comenzaba a gozar con los desplazamientos de su miembro, ahora su recorrido era
mayor, comenzaba en mis gl�teos pasando por mi cola hasta rozar mi cl�toris,
ba��ndose en mis jugos cuando pasaba por mi vulva.
Su poca experiencia o quiz�s su instinto de macho hizo que en
un momento su anatom�a viril me penetrara vaginalmente arranc�ndome un grito de
dolor y l�grimas, asust�ndolo lo suficiente como para que me soltara. Aprovech�
este momento para escapar de debajo de su cuerpo y retirarme al borde de la cama
permaneciendo ahora boca arriba para proteger mi cola. Aprovech� tambi�n este
momento para subir mi bombacha, pero en el instante en estuve a punto de
completar mi objetivo sent� como sus manos deten�an las m�as y su cara se posaba
en mi pubis para lamerme apasionadamente, arranc�ndome gemidos de de gozo. Otra
vez el tom� poseci�n de mi cuerpo y lo �nico que pude hacer yo, fu� tomar parte
de la s�bana y taparme la cara mientras sent�a como el abr�a mis piernas
levant�ndolas para dejarlas posar sobre su hombro. Sab�a que estaba a punto de
penetrarme, pero yo no ten�a fuerzas para resistir. Lo sent� venir dentro mio,
cre� morir cuando sent� como su pija me penetraba llen�ndome totalmente, me
estaba haciendo mujer. Sent� como sus estocadas perforaban mi carne y como su
semen me inundaba por dentro, mientras �l se derrumbaba sobre mi cuerpo hasta
quedar inm�vil. Entonces pens� que por f�n todo hab�a terminado, pero me
equivoqu�, el reci�n comenzaba conmigo y estaba dispuesto a poseerme de las m�s
diversas formas. Estuvo un rato inm�vil recostado sobre m�, cuando quise
apartarlo lo �nico que consegu� fu� despertarlo y comprobar que en todo ese
momento su pija estuvo dentro m�o, y que ahora comenzaba a erectarse
engros�ndose nuevamente, hasta sentirla latir en mi interior.
Nunca hab�a pensado que un ni�o a esa edad fuera tan activo y
que tuviese tanto vigor como para hacerme gozar de placer. Me estaba cogiendo en
la posici�n del misionero, por lo cual ten�a acceso al resto de mi cuerpo.
Cuando sent� sus labios posarse en mis tetas lo empuj� con violencia hasta
apartarlo de m�, no pod�a soportar tener su cara tan cerca de la m�a. Mi
reacci�n pareci� enfurecerlo ya que me volc� dej�ndome boca abajo para luego
montarme fren�ticamente como si fuese una mu�eca de trapo, su poca experiencia
hizo que una de las estocadas de su pija safaran de mi conchita, introduci�ndose
dentro de mi cola. El dolor fu� tan intenso que no pude controlar mis gritos,
aull� de dolor y le supliqu� por favor, que por ah� no quer�a, que me la sacara
porque me sent�a morir, pero �l no me escuchaba. Le supliqu� de mil maneras que
me soltara, hasta le promet� que me dejar�a coger por la concha todas las veces
que �l quisiera esa noche, pero ni as� pude hacerle entender el dolor que
sent�a. Aqu� fu� donde madur� sexualmente y descubr� nuevos modos para evitar el
dolor.
Mientras m�s me resist�a movi�ndome, su miembro m�s
profundamente me penetraba cuando sent� como los pelos de su pubis tocaban mi
cola, supe que estaba penetrada totalmente, me relaj� unos instantes hasta
sentir que el comenz� a darme estocadas con su miembro pulsante y para no sentir
dolor acompa�� cada uno de sus desplazamientos de modo de tener en todo momento
su pija en mi interior. As� descubr� una nueva forma de gozar, lo que por aqu�
se conoce como culear. Otra vez lo sent� descargarse dentro m�o, me hab�a hecho
su hembra. No recuerdo todas las veces que me mont� esa noche, ya que amanecimos
cogiendo, solo recuerdo que despert� cogiendo a las 3 de la tarde.
Nos amamamos todo ese d�a y nos prometimos olvidar este hecho
para siempre y nunca m�s repetirlo, pero no pudimos cumplirlo. Pablo fu� mi
amante por a�os hasta el d�a de hoy.
Me hac�a el amor en cualquier sitio y momento tan r�pidamente
que lo pod�amos repetir varias veces al d�a. Aun hoy de casada lo consuelo con
sexo en sus momentos tristes.
Carmen.
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Relato: Mi debut
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