Relato: Compartida en familia



Relato: Compartida en familia

Compartida en familia I


Mi nombre es Eva. Tengo veintiocho a�os. Llevo varios a�os
casada con Carlos, mi marido. No tenemos hijos. Desde hac�a unos a�os, nuestra
vida sexual discurr�a por una monoton�a que nos hab�a quitado las ganas de
follar. Los que est�is casados comprender�n mejor el problema. Los mismos
horarios, las mismas posturas, las mismas situaciones...



Yo quiero a mi marido, por eso, cuando supongo que despu�s de
pensarlo mucho me expuso claramente su punto de vista, trat�, despu�s de salir
de mi estupefacci�n, de comprenderlo.



-�Si cari�o! �Lo digo en serio! �Deber�amos de probar cosas
nuevas! �Fantas�as! �Otros matrimonio j�venes lo hacen!.-


-Pero Juan...Expl�came a que te refieres


- �Pues ropa excitante, situaciones picantes! �Yo que s�!
�Cosas!-



Yo soy pelirroja. Aut�ntica pelirroja. Una pelirroja de pelo
rizado y largo, de piel blanca, muy clara y de ojos marrones claros, c�lidos y
rebeldes. Mido 1,70 metros y peso 70 kilos. Tanto mi marido como yo mimamos
mucho nuestra forma f�sica y yo me considero una chica sensual y elegante. Voy a
gimnasio, principalmente a hacer aerobics, mientras mi marido se machaca en las
pesas. El es muy agraciado y fuerte. Mide 1,78 y pesa ochenta kilos. Pura fibra.
Formamos una uni�n "som�tica", muy basada en las relaciones sexuales. El es leo
y yo g�minis. Los dos nos vigilamos en el gimnasio. Yo vigilo a las chicas, y el
a los chicos, aunque luego nos re�mos y nos envilecemos mutuamente, con "ah� que
ver que miraditas te echa Pepita o Juanito"



Quiz�s fue de estas situaciones, y no se de qui�n parti� el
primer comentario, sobre si alguno de los chicos del gimnasio. �Ah! �Ya me
acuerdo! Creo que Carlos ley� una publicidad sobre un pub. "Ambiente
particular". En el trabajo le explicaron qu� tipo de pub se comentaba que era
ese. El me lo coment� a m� y yo se lo tom� por una insinuaci�n.



-�No creo que nosotros necesitemos acostarnos con personas
que no conocemos para estimularnos, cari�o!.-


-Pero..Pero, Eva...Yo s�lo te he comentado eso por que me ha
llamado la atenci�n.-


-�Si hombre!.-



Mi marido no sigui� discutiendo. No se si lo hizo pro un
motivo u otro. El caso es que desde ese momento, ambos empezamos a manejar las
posibilidades que nos ofrec�a el mundo de los intercambios de parejas.
Analizamos los pros y los contras.



-Podr�amos ir a ese pub a probar.- dec�a Carlos


- No me f�o. Nos tachar�an de degenerados nada m�s entrar...y
luego, qu� referencias tendr�amos de la pareja que nos entrara o a la que
entr�ramos.-


- Hablar�amos con ellos.-


- Nos contar�an lo que quisieran.-



Pero cuando empez�bamos a ver la idea como descabellada,
empez�bamos otro tipo de conversaci�n. � desde luego, tendr�an que ser sin
experiencia, como nosotros-


- S�, y de nuestra edad o m�s j�venes.- Apuntaba yo



Nos sentamos un d�a delante del ordenador, y por internet
buscamos portales y p�ginas dedicadas a este tipo de relaciones. Descubrimos
muchas cosas nuevas para nosotros. Las mujeres se exhib�an como mercanc�as. Los
hombres nos ense�aban sus miembros erectos. Era dif�cil encontrar parejas en
nuestra misma ciudad o �rea, y sobre todo, con los requisitos que busc�bamos, de
edad, experiencia...Y adem�s, no las conoc�amos de nada. Desconfi�bamos.



De igual forma, nos dimos cuenta que tambi�n se ofrec�an
chicas para parejas, s�lo para ella, para �l, para ella mientras �l miraba, para
ella y s�lo para ella. Chicos en los mismos t�rminos. Nos gust� m�s la idea de
encontrar una persona para formar un tr�o.



-Pero Eva, cari�o �Un tr�o?-


-Pues �Si, Un trio!-


- Es que si es un chico, yo no soy maric�n, y si te lo va a
hacer a ti, no me voy a sentir bien.-


-�Y si es una chica?-


-Mujer, �T� dir�s!-



No sab�a que responder por que ni yo misma sab�a la
respuesta. No me agradar�a nada ver a mi marido follando con otra, y hacero yo
con ella...Yo sab�a que eso le deb�a encantar a mi marido, porque se que las
escenas de lesbianas le ponen muy cachondo.



-�Joder, Carlos! �Se trata de hacer cosas nuevas! �No?-


-Ya, pero yo comprendo que si metemos a una chica, entonces
soy yo el que gano-


-�Por qu�?-


- Hombre, si me la follo yo, entonces el gusto es m�o, y si
se lo hace contigo, entonces, el gusto tambi�n es m�o.-


- �Qu� pasa? �Es que crees que una mujer no me puede dar
gusto? � Carlos me mir� sorprendido.


-�Qu� inocente eres!.-



Carlos cay� y no volvimos a poner la conversaci�n sobre la
palestra en una semana, pero finalmente, despu�s de otra mon�tona sesi�n de sexo
conyugal, volvimos sobre el tema.



-�Deber�a ser una desconocida o un desconocido?- Me pregunt�
al fin.


-Mira, somos nuevos en esta situaci�n. Una mujer es m�s
manejable. Si le tienes que dar dos tortas y echarla de casa, es mejor a una
mujer que a un hombre...Por otra parte, una t�a no me va a dejar pre�ada-


- �Es mejor una desconocida o una conocida?.-



La pregunta de Carlos me dej� sorprendida. Era, desde luego,
mejor una conocida, pero c�mo encontrar a una conocida. �Mejor una
conocida...Pero �C�mo la vas a encontrar?-


- Seguro que entre nuestros amigas, compa�eras de trabajo,
vecinas hay alguna que lo har�a. Hoy hay mucho vicio. Es cuesti�n de tiempo, ya
que lo tenemos claro.-



Estuvimos los dos ojo avizor, con las antenas puestas durante
mucho tiempo y no encontramos nada. Las mujeres somos m�s intuitivas para estas
cosas, y la verdad es que ninguna me parec�a. Casi desechamos la idea, por eso,
una vez que qued� con mi hermana Rosa de compras, en vista del panorama, me
dediqu� a buscar ropa sexy, muy sexy, como alternativa "light" a nuestra
fantas�a.



Mi hermana miraba boquiabierta el par de conjuntitos que me
hab�a comprado. Cuando descansamos de la compra tomando un caf� en un tranquilo
bar del centro, Rosa me cogi� del brazo con seguridad y me pregunt� con un tono
entre incr�dulo y de cachondeo -�Eva! �No te habr�s echado un amante?-



Me desternill� de risa �No, Rosa, No. No me he echado un
amante. �Eso quisiera yo! �Ja ja ja!.-


-Es que como te veo que te est�s comprando estas ropitas...-


-Es para darle una sopresa a Carlos-


-�Sorpresas a Carlos? � A los siete a�os de casados?-



Me empez� a incomodar la conversaci�n. No me gusta mentir y
la verdad es que no me falta confianza con mi hermana para contarle la verdad.



-Es que, ver�s, estamos pasando una crisis de inapetencia
sexual. Ya sabes, la monoton�a. Bueno, tu no lo puedes saber por que ni tienes
novio ni est�s casada. Pero cuando llevas muchos a�os casados, el ardor sexual
decae.-


-�Y piensas que con un par de braguitas monas lo vas a
recuperar?


-Algo har�!-


-Algo har� durante un mes. Lo que tienes que hacer es cambiar
el chip. Inventarte fantas�as, historias. Los hombres son muy juguetones, seguro
que eso es mejor.-



Mi hermana parec�a, como siempre, saber m�s del tema que yo,
por eso le cont� toda la historia.


- Eso pretend�amos, Rosa. Estuvimos mirando parejas en
internet.-


Rosa fij� los ojos en m�, boquiabierta, realmente
sorprendida. -�Parejas!-


- S�, para intercambios-


-�Intercambios!-


-Pero luego buscamos una chica-


-Una chica.. �Eres lesbiana, hermanita?-


-No, pero es lo que mejor encajaba-



Rosa sali� de su asombro y empez� con la monserga feminista
-�Muy bien! �Y por que no te buscas un negro con una buena polla para ti y para
�l.-


-�ya estamos, Rosa! �Fui yo la que decidi� que fuera una
chica!-


-� Y por qu�?-


- �Por que un negro le puede pegar una paliza a Carlos y
luego violarme! �Por que me puede dejar pre�ada! �Por que los t�os son m�s
guarros que las t�as! �Por que me dan m�s miedo!-


- Pero �Tu no eres lesbiana!-


- �Pero quiero probar cosas nuevas, co�o!



Mi hermana abandon� la monserga feminista para adoptar el
tono maternal y positivo de hermana menor emancipada, soltera y sin
compromiso...y feminista


-�Cu�l es entonces el problema?-


-Pues que no encontramos ninguna conocida. Si no encontramos
ninguna conocida, imaginat� que encima nos guste-


-�Perdona, cari�o, que te guste!-


-�Bueno! �Que me guste!-


-�Si el lo �nico que va a hacer es mirar, pues t� me dir�s!



Mi hermana mir� el fondo de la taza de caf� y dijo
tranquilamente.- Por que t�, con esa ropa, seguro que le gustas a cualquiera.-
Me re� y le agradec� el cumplido



-Luego est� el tema de los celos...Carlos es muy celoso. �l
dice que no le dar�a celos el verme en brazos de una mujer, pero �Y si no es
as�? �


-�Perdona?-


-�SI! Y si al verme gozar... se siente celoso-


-�Jo! �C�mo os complic�is la vida! � Rosa hizo un gesto al
camarero, que trajo la cuenta al cabo de un momento.



Mi hermana tiene veinticinco a�os. Trabaja en un banco y es
independiente. Es tambi�n pelirroja como yo, pero tiene la est�pida man�a de
cortarse el pelo. Es tan pelirroja, que a menudo piensa quien la acaba de
conocer que se pinta el pelo de ese color. Tiene la piel clara, con muchas
pecas; pecas que salpican graciosamente su cara, sus hombros, su espalda.
Pequitas que se van perdiendo en su escote. Sus ojos marrones, como yo, pero m�s
expresivos. Su cara es larga, al contrario que la m�a, redonda, No es demasiado
sensual, por que est� demasiado delgada. Tiene pechos de jovencita, brazos y
piernas demasiados delgados y ni soporta ni la soportan los hombres.



Por eso, mi marido se extra�� tanto que lo llamara a la
oficina, m�s a�n sabiendo como sab�a el n�mero del m�vil. Nunca ha existido una
qu�mica especial entre ambos



-�Hola Rosa! �Que tal?-


-Bien, �Y t�?- No le dej� responderle �Quiero hablar
personalmente contigo-


-�Es algo malo?-


-�No! �Que va!-


-�Entoces?-


- Quiero hablar contigo en persona, Carlos, No te lo puedo
decir por tel�fono-


- �Hija! �No entiendo este misterio! �Bueno! �P�sate a tomar
un caf� ma�ana a las once!-


- Vale, pero...ni una palabra a Eva-


- �Joder con los secretos! �Me llamas y bajo! �No subas que
aqu� estoy rodeado de chismosas!-



Mi marido volvi� al cabo de un par de d�as con la cantinela
de los �ltimos meses. Est�bamos acostados los dos, a punto de dormir despu�s de
un d�a mon�tono de trabajo, en los que hab�amos establecido un acuerdo t�cito de
que nada de nada de sexo -�C�mo te gustar�a que fuera tu amante?-


-�Otra vez con lo mismo! Me gustar�a que fuera. Guapa y
simp�tica, educada..-


-�C�mo te gustar�a que fuera sexualmente!-



Me qued� pensando y desnud� mi fantas�a delante de mi marido.
�Pues un poco extra�a, amachotada, vestida de hombre y con gestos un poco
varoniles...No s�, un poco dominante, autoritaria. T� sabes que yo soy muy
d�cil...Me gusta dejarme hacer....�Uhmm, A ver!- Dec�a mientras met�a mi mano en
sus calzoncillos y le sobaba el nabo, que crec�a en mi mano, en parte por mis
palabras y en parte por mis est�mulos.



-�Conocida?- Me dijo Carlos


-�Si! �ya lo sabes!-


-�Muy conocida?-


-�C�mo mi amiga Gely? No, esa es muy femenina-


-Digo si as� de conocida, conocida de toda la vida-


-�Uhmm, eso ser�a delicioso...Una amiga con la que he jugado
a las mu�ecas, que hemos meado juntas, que nos hemos visto desnudas en los
vestuarios de la piscina, desde los diez a�os...Pero Gely es de "acci�n
cat�lica", cari�o-



Lo de acci�n cat�lica, es una expresi�n que utilizo mucho
para hablar de gente muy conservadora. Gely, de ninguna forma aceptar�a ning�n
plan de esta naturaleza, entre otras cosas, por que estaba casada y ten�a tres
hijos. Si yo le contaba por encima, las divagaciones de mi marido y m�as durante
los �ltimos meses, seguro que dejaba de hablarme.



-De todas formas, cari�o, no te f�es demasiado de las
apariencias. Las personas que crees conocer mejor te pueden dar una sorpresa- Me
dijo mi marido en un tono que me pareci� un poco burl�n.



Un d�a, mi hermana Rosa me llam� para hablar conmigo. Ten�a
ganas de verme, de saludarme, de tomar un caf�. Empec� a hacer planes para
quedar con ella. �Ma�ana? �Qu� va! �Imposible! �El jueves? �No no! �Tengo cita
en la peluquer�a! Nunca hab�a tenido tantos problemas para quedar con ella, a�n
con las ganas que demostraba en verme. Al final, ella misma se invit� a casa.



-�Mira! �Por qu� no quedamos el s�bado?-


-Es que el s�bado tengo aqu� a Carlos en casa y no le gustar�
que salga. Seguro que dice que por qu� no quedamos otro d�a.-


-�Siempre el pesado de tu marido�mi cu�ado! �Bueno! �Ir� a tu
casa a tomar caf�!-



Rosa hac�a un gran esfuerzo, desde luego, en venir a casa
estando Carlos. Casi se me olvid� comentarle a mi marido la visita de su cu�ada.
Se lo dije el s�bado por la ma�ana, por si quer�a darse una vuelta y no
tropezarse con ella. Pero en contra de lo que esperaba, no pareci� importarle
mucho. Es m�s, pude apreciar una sonrisita de satisfacci�n que ni entend� ni a
la que le di mayor importancia.



Durante la comida, ese s�bado, mi marido sac� de nuevo la
conversaci�n del tr�o. Yo cre�a que lo hac�a para excitarse mientras lo pensaba
y hablaba conmigo sobre ello, por eso, le segu�a el juego, aunque a veces no
estuviera muy segura de aceptar lo que dec�a ni de entenderle.



-Cari�o, creo que he encontrado la chica ideal para el tr�o.-


-�s�?-


-Si, es imposible que yo le tenga celos�y adem�s, te conoce
bien-


-�la conozco bien? �C�mo de bien?-


-�Pues casi de toda la vida!-


-�Ah s�? �Y me vas a decir quien es?-


- Lo sabr�s antes de lo que crees. Pero prom�teme una
cosa�Prom�teme-


-�El qu�?-


-Prom�teme que sea quien sea no la vas a rechazar.-


-�Hombre! �Si ella est� convencida!-


-Ella est� dese�ndolo�adem�s, creo que lo desea desde hace
a�os-



Aquella conversaci�n me dej� un poco inquieta. �Qui�n ser�a
la mujer elegida por Carlos para seducirme? Mi hermana tocar�a el timbre de la
puerta hora y media m�s tarde. Al abrir la puerta me dej� sorprendida. Ven�a
mon�sima. Algo inhabitual para un encuentro entre unas hermanas que se ven a
menudo. Se hab�a pelado con gomina, dej�ndose el pelo hacia arriba. Me mir� y
sonri� p�caramente mientras me saludaba y me daba un par de besos en su mejilla.
Ol�a a un perfume caro y penetrante. Llevaba unos pantalones vaqueros muy
ajustados y un su�ter negro que marcaba su figura debajo de su chaqueta de
cuero. Era un su�ter que dejaba al descubierto su cuello de cisne.



-�Hola! �Se puede?- Le pregunt� a mi marido que acud�a desde
el otro lado del sal�n para saludarla. Despu�s de un rato en el que ambos
mostraron una desconocida cortes�a, fui a preparar el caf�. Los sent�a hablar en
voz baja, pero no sospech� nada de lo que tramaban entre los dos. Cuando les
llev� el caf�, Rosa comenz� el bombardeo.



-Carlos, �Te ha dicho Eva que se ha comprado una ropita muy
mona?-


-�Y eso?. Me dijo Carlos mir�ndome mientras acariciaba mi
pelo


-SI, fuimos las dos de compras-


-�Pero no veas lo que se compr�! �No te lo ha ense�ado?-


-Pues �No.- Dijo Carlos


-�Ay! �Por qu� no se lo has ense�ado? �Es que lo guardabas
para una ocasi�n especial?-



Rosa empez� a mosquearme. Ella sab�a que me lo hab�a comprado
para una posible fantas�a de mi marido. Me oblig� a contestarle a Carlos,
sonroj�ndome -Si, las compr� por eso que t� sabes.-



Rosa sigui� empuj�ndome contra las cuerdas. -�Por qu� no te
pruebas la ropita que te la vea Carlos?-


-�Si! �Anda y pru�batela!-



Me fui al dormitorio y cog� del final del caj�n de la ropa
interior uno de los conjuntitos. Eran unas braguitas muy sexy, un tanga que sin
ser exclusivamente una tira, hac�a detr�s un tri�ngulo, que al llegar a los
cachetes, se estrechaba, de manera que se me arrugaba arriba y se met�an entre
las nalgas. El sujetador era una m�nima expresi�n, y adem�s, muy flojo y suave.
Me desnud� y me coloqu� ambas prensas con la puerta cerrada, con un pudor
inexplicable hacia mi marido y mi hermana.



Al salir, los dos se hab�an servido un combinado y me
esperaba a m� otro. Carlos escrut� mi cuerpo con lascivia, Rosa sonre�a
satisfecha.


Rosa se levant� y me tom� por los hombros, haci�ndome girar
para que Carlos me viera. Me mir� un momento a los ojos, con esa mirada de
cuando �ramos j�venes y despu�s de mucho discutir se sal�a con la suya,
sonriendo. Levant� mis brazos y sigui� gir�ndome lentamente. Despu�s, me dej� de
espaldas a mi marido. Pegu� un respingo al sentir pasar sus manos de u�as
afiladas por mis nalgas, ara��ndolas con suavidad, enfatiz�ndole a mi marido la
desnudez y voluptuosidad de mis nalgas.



Luego me cogi� de la mano y me llev� hacia el sof� donde
estaba mi marido, coloc�ndome entre los dos. Al fin acert� a preguntarle a ambos
-�Qu� significa todo esto?-



- �Bueno, Eva!- Dijo Carlos con tranquilidad. Rosa me llam� y
me cont� que t� le hab�as comentado nuestros planes. Ella no s�lo estaba
dispuesta, sino que estaba dese�ndolo. En realidad desea estar contigo desde
hace diez a�os, pero t� no te has dado cuenta, y ella, l�gicamente no se atreve-


-�Pero es mi hermana!-


-�Es perfecta! Yo no me puedo sentir celoso de ella, es de tu
total confianza, nunca va a hablar de esto fuera de nuestro c�rculo. Es
perfecta-



Mientras Carlos hablaba, Rosa, comenz� a mordisquearme el
cuello y a pasar su mano suave, delgada, femenina sobre mi muslo. Sus labios
eran az�car y sab�an como calentarme. Me lam�a el l�bulo de la oreja y todo el
cuello, hasta el hoyo que forma en los hombros, suplic�ndome cuando nos callamos
-�Venga, Eva! �Que tengo mucha hambrecita de ti!-



Era una situaci�n comprometida. Carlos se aprovechaba de mi
falta de car�cter. Rosa tir� de m� mientras sonaba una melodiosa m�sica de mi
primera juventud. Me abraz� y juntas, con nuestros zapatos de medio tac�n,
�ramos igual de altas. Puso sus manos en mis nalgas y me oblig� a unirme a ella,
a mezclar nuestra cabellera y a oler nuestro perfume, y por debajo de �l,
nuestro �ntimo olor corporal. Me agarraba las nalgas con decisi�n.



Mi marido me miraba sin dejar de arrascarse el prominente
paquete de su entrepierna. Rosa me besaba e iba buscando mi boca, pero antes
comenz� a decirme cosas en el o�do a las que no sab�a como responder, cosas que
no sab�a si me gustaban o me disgustaban.


-Venga, Evita, lo vamos a pasar muy bien juntas. Tal vez sea
el inicio de una nueva etapa entre las dos�Pon tus brazos en mi cuello- Y
mientras tanto, me desabroch� el sujetador.



Me arranc� el sujetador, sin miramientos, sin prisas pero sin
pausas. Me entr� una calentura de 100 grados y la abrac� por el cuello. Mis
pechos estaban libres y ella me agarr� a�n m�s hacia ella, de forma que sent� su
su�ter suave en mis pezones, y tras el su�ter, una masa de carne suave y blanda
como la m�a. V� dirigir su boca hacia la m�a y la recib� dulce y d�cilmente,



Dej� que me comiera la boca. Nunca me la hab�an comido as�,
con tal dulzura, tan tiernamente. Poco a poco dejamos de bailar, y la m�sica
dej� de importarme. Mientras me besaba segu�a magre�ndome las nalgas. De repente
sent� que agarraba mis bragas desde detr�s y tiraba hacia arriba. Aquel tir�n
hac�a que la tela de las bragas me rozaran y se me incrustaran en la raja, el
cl�toris, e incluso el ano. Dej� de besarla y me apart� a un palmo de su cara.
Rosa me miraba con ojos de lujuria, y de un bocado, extendiendo su cuello de
cisne atrap� mis labios y comenz� a comerme la boca de nuevo.



Carlos se hab�a puesto de pi�. Sent�a su respiraci�n
acelerada. Nos apart� de un empuj�n impetuoso, casi violento. Me tom� de la
mu�eca. Cre� que estaba enfadado, que de repente se hab�a arrepentido. No era
as�. Sin decirme una palabra me llev� al dormitorio. El iba hacia all�,
llev�ndome a remolque, casi a la fuerza. Yo sent�a que la sesi�n con Rosa
hubiera acabado. Rosa nos vio enfilar el pasillo y dijo un sarc�stico -�Adi�s!-



Mi marido me tir� sobre la cama. El apenas se baj� los
pantalones y los calzoncillos y tir� de mi pierna, sin miramientos, colocando mi
cuerpo, al borde de la cama, atravesado por la parte m�s estrecha. De un tir�n
me sac� las bragas por los pies.



Estaba hecho un mulo, excitado al m�ximo y nunca antes hab�a
demostrado tanta prisa. Yo estaba bastante caliente, pero �l estaba a reventar.
Me la meti� r�pidamente, sin dejarme prepararme y pronto me sent� insertada. Se
acercaba y ol�a su aliento a ginebra y naranja, mientras pon�a mi mano sobre su
pecho, y tocaba sus m�sculos en tensi�n, endurecidos.



Mi marido me embest�a con la mand�bula encajada. Me follaba
como un animal en celo, y yo, d�cilmente me acoplaba a �l, intentando seguir el
ritmo de su cintura, abriendo mis piernas y aguantando sus embestidas.



O� un ruidito y mir� a la puerta. Rosa estaba mir�ndonos
desvergonzadamente. Carlos comenz� a correrse, moviendo sus caderas contra m�,
trotando contra mi vientre, rociando mi vagina con su semen y moj�ndome. Mir� al
techo. Mis pezones ard�an, mi vientre se convulsionaba, mi cl�toris me escoc�a
muy por debajo de la piel. Cerr� los ojos y comenc� a gemir mientras sent�a como
si las zonas sensuales de mi cuerpo fueran grifos por donde flu�a el orgasmo.



Fue un orgasmo muy fuerte y duradero. Mi marido estuvo
mene�ndose, ya sin fuerza, mientras yo me mov�a y gem�a de placer. El qued�
sobre m�. Estuvimos hablando un rato, diciendo las cosas que se dicen dos
personas cuando acaban de echar el polvo de su vida. Carlos no se hab�a dado
cuenta de la presencia de Rosa, por eso, cuando al cabo de un buen rato, ella
entr� en la habitaci�n, se baj� la camisa y se subi� los calzoncillos y los
pantalones.



-�Vaya vaya! �No creer� la parejita que aqu� se ha acabado
todo? �Verdad?-



La mir� detenidamente. Rosa s�lo llevaba puestas unas
min�sculas bragas de color violeta. No eran como el tanga que yo hab�a
utilizado, pero sin duda, eran excitantes a la vista. Mi marido tambi�n la mir�.
No se lo reprochaba. Rosa ten�a unos pechos peque�os pero esculpidos como si de
una estatua de m�rmol se tratara. Las pecas desaparec�an alrededor del pez�n, de
un color caramelo de caf� con leche. Desnuda aparec�a a�n m�s delgada y
estilizada, y su pelo parec�a m�s rojo.



Me cogi� de la mano y me oblig� a levantarme a abrazarme a
ella. La s�bita sensaci�n de su cuerpo suave y femenino junto al m�o, la tierna
sensaci�n de sus pechos en los m�os, de sus manos suaves en mis nalgas, de sus
labios entre los m�os y de su lengua recorriendo mi boca, me excit� de nuevo. Yo
miraba a trav�s del espejo de la c�moda, y ve�a la espalda de mi hermana y su
cuello, y sus cachetes, asomar a ambos lados de las bragas, redondos y bien
formados, como los de una muchacha



Y luego se agach� y sent� arder mis pezones en sus labios
h�medos y calientes, mientras me ve�a y ve�a a mi marido observ�ndonos e
intentando revitalizar su miembro deca�do hac�a poco.



Rosa meti� la mano entre mis muslos y rozando mi interior me
dijo al oido- Est�s llena de �l, por eso no te voy a comer todav�a...pero no te
vas a librar de m�- Y dicho esto, comenz� a masturbarme, magreando mi co�ito con
sus dedos mientras tiraba de mi pelo hacia detr�s. Su pierna se hund�a entre las
m�as y empujaba su mano, que se llenaba de m�.



De repente, de un estir�n al brazo, se puso detr�s m�a,
frente al espejo. Ahora era yo la que me ve�a frente al espejo. Ella me miraba
desde mi espalda y contemplaba como yo, mi co�o atrapado por su mano y mis tetas
y mi pez�n escabullirse entre su mano y sus dedos mientras segu�a hincando su
pierna, pero ahora desde detr�s, subiendo a veces su muslo para llenarlo de mi
flujo.



Hincaba el dedo en mi sexo y yo gem�a. Estaba ya a punto,
cuando de nuevo, me tomo el pelo por la nuca y me oblig� a ponerme sobre la
cama. Primero apoy� los brazos y ella tir� de mis caderas hacia detr�s, con lo
que me puse con el culo en pompa, de pi�. Sent� su vientre rozarse en mis
nalgas. Parec�a que quisiera rozar su sexo con el m�o. Tiraba de mi pelo hacia
atr�s y me forzaba a rozarme �ntimamente, extendiendo los brazos, hasta que de
golpe, me solt� y d�ndome un azote, me invit� a ponerme a cuatro patas sobre la
cama. -�Vamos, hermanita! �A cuatro patas! �Como en el ginec�logo!-



Me puse como ella me ped�a, y pronto sent� su mano
acariciarme las nalgas, cada vez m�s a bajo y mas cerca del centro, hasta que su
mano se desliz� por mi raja y se hundi� de nuevo, profundamente, provoc�ndome
una nueva turbaci�n y excitaci�n.



-�C�gele la polla a tu marido!- Mir� a Carlos. Estaba
extasiado y con el miembro ya a medio gas, cuando lo atrap� en mi mano y obedec�
sin rechistar las siguientes instrucciones �Y ahora, c�mele los huevos.-



Chup� el escroto de Carlos y le pas� la punta de la lengua
por los test�culos, como ella me dec�a. El miembro de Carlos crec�a, tambi�n
estimulado pro mis manos. Mis pechos ca�an hacia el colch�n y el miraba su sexo,
mis pechos y la figura de Rosa, que de rodillas, en la cama, volv�a a colocar su
pierna entre mi sexo y tom�ndome de las caderas, me obligaba a rozarme. Ella
forzaba la situaci�n y volv�a a meter su mano, pasando por mi vientre, en mi
rajita, y me empujaba, d�ndome puntazos con su pelvis, que hac�an que perdiera
el equilibrio y mi lengua transmitiera a Carlos, la fuerza de sus envites.



No pod�a dejar de comerme los huevos de Carlos a pesar de mi
excitaci�n. Paraba un instante y volv�a, mientras ella me hac�a suya. Cuando
comenc� a correrme, abandon� a Carlos, que aunque muy excitado, no parec�a a
punto. Levant� mi cara aunque segu� con su polla entre mis manos y con el cuello
estirado, comenc� a gemir de placer, mientras Rosa me follaba con su pierna,
atrapando mi cl�toris con sus dedos y movi�ndomelo a un lado y a otro. Mientras
me corr�a, ella recorr�a mi espalda con sus dedos, ara��ndome suavemente.



-�Ya no puedo m�s!- Me dijo Rosa mientras de nuevo me tomaba
por la mano. Carlos nos miraba, no se si asustado, excitado, extasiado... Rosa
se quit� las bragas y se sent� en el sill�n del dormitorio. Se abri� de piernas
mientras tiraba de mi brazo oblig�ndome a ponerme de rodillas. Yo me imaginaba
lo que quer�a. Delante de m� estaba su mara�a de pelos rojizos, y en medio, su
sexo h�medo y de picante olor. Yo sab�a lo que ella quer�a y ella me dirig�a,
agarraba mi cara y la dirig�a a su sexo, que prob� al instante.



-�Venga ya y c�meme!- Hund� mi cara entre sus c�lidos muslos
y sent� cerrarse las piernas. Me imagin� los que Carlos ve�a y me afan� en lamer
una y otra vez, primero el cl�toris, y luego la raja. Mi hermana dec�a cosas que
me ofend�an y me excitaban.- �Hay hermanita! �Qu� bien lo pod�amos haber pasado
juntas en nuestro cuarto!...�Que bien me lo comes! �Seguro que es la primera vez
que lo haces?...-



De repente, dej� de hablar y la sent� enloquecer bajo mi
lengua. Me atrap� la cabeza por los pelos y comenz� a moverse contra mi cara,
llen�ndome toda de ella, mientras su boca chirriaba placer y gozo. Yo permanec�
entre sus piernas hasta qie la sent� apaciguarse y abandonarse, aunque tuvo
fuerzas para atrapar mi cara y besuquearme la boca. Fue poco tiempo, porque
Carlos se hab�a levantado y esperaba de pi� junto a m�.



No me tuve que levantar ni nada. All�, me levant� sobre mis
rodillas. Su miembro erecto y brillante ya me dec�a lo que esperaba de m�. Tom�
el pene en mi mano y pas� la lengua por su capullo un par de veces, hasta que de
repente, poco a poco primero y luego de golpe, me lo met� en la boca. A mi
marido le encanta que cuando se lo hago as� le mire a los ojos con cara de
tonta.



El resto es aplicar la t�cnica. Mis dedos se hundieron en su
escroto mientras la punta de mi lengua buscaba en la base del capullo, su punto
sensible. Mis labios se cerraron en torno al capullo y comenc� a mover la cabeza
hacia �l y separ�ndome, hacia �l y fuera de �l.


El me acariciaba la cara y la cabeza, cuando de repente,
cuando mejor me lo estaba pasando, sent� los dos golpecitos en el hombro. Apart�
mi boca y segu� sob�ndole con las manos. Present� la proximidad de su orgasmo.
Se iba a correr. Me levant� ligeramente y comenc� a sobar mis pechos contra su
pene, y empec� a sentir su semen caliente, escaso ya, emanar de su pene y
embardu�ar mis pechos.



Me levant� y le abrac�. El tambi�n me abraz�, y por detr�s
m�as, Rosa me abrazaba tambi�n.



Rosa susurr� a mi o�do. -�Pobrecita! �A ti no te lo come
nadie?- Mir� a Carlos con cara de rencor fingido, con cierto coqueteo y mene� la
cabeza. A Carlos no le gusta com�rmelo. Rosa deb�a de saberlo. Se lo deb�a de
haber contado. Rosa me llev� al servicio y humedeciendo una esponja, me limpi�
el sexo con agua templada. Era un alivio sentir el agua, que ca�a por la parte
interior de mis muslos. Moj�bamos el suelo, pero no nos importaba. Carlos nos
miraba, descolorido, desde el marco de la puerta. Su sexo estaba exhausto por el
momento y no comprend�a nuestra voracidad femenina.



Mi excitaci�n aparec�a de nuevo en mis pezones. La esponja
hac�a tiempo que se dedicaba, m�s a calentarme que a limpiarme. Luego Rosa me
sec� con la toalla, de la misma forma en que me hab�a limpiado, y de nuevo, y
apartando a Carlos de la puerta, como si de un estorbo in�til se tratara, me
llev� al dormitorio y me tendi� en la cama.



Ella iba ahora directa al grano. Avanz� desde los pies de la
cama hacia mis piernas, que se doblaron y abrieron para recibir su boca. Tom�
mis piernas entre cada uno de sus brazos y pronto sent� su lengua en mi sexo,
haci�ndome perrer�as y guarrer�as. Carlos hab�a colocado el sof� justo frente a
mi sexo y a su culo. Rosa lam�a, met�a la lengua y mord�a con sus labios, y
hasta en un momento, me pareci� que me sorb�a el sexo.



No me importaba que Carlos me viera, ni siquiera si miraba mi
sexo o el de Rosa, ni siquiera el que Rosa no fuera mi marido, ni siquiera el
que ni fuera ni hombre. No me importaba ni siquiera que fuera mi hermana. Me
acariciaba los senos yo misma y me pellizcaba los pezones mientras miraba al
techo, o cerraba los ojos, disfrutando, gozando y esperando que llegara el nuevo
orgasmo y que fuera lo m�s fuerte, largo y profundo que hubiera sentido nunca.



continuar�



POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO




Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 0
Media de votos: 0


Relato: Compartida en familia
Leida: 21657veces
Tiempo de lectura: 21minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados






























relatos de incesto hija menorrelatos eroticos entre primosrelatos sexo con vecina pequeñaenculando a mi sobrinita de diez relatosmi vecino me desvirgo el culo mi marido nosave nada relatos Porno ledi una pastilla pa dormir y mi hijo me coge0Š9i 0Š9as haciendo porno leche 63 bien ricoYo de 17 el de 14 relatosmi hijita relatosrelatos lesbico con mi tiaRelatos erótico abuelito aprovechadoabuelos folladoresrelatos eroticos de incestorelatoa eroticos incesto borracharelatoseroticos accidente suegroRelatos gay borrachosporno abuelaRelatoseroticos mi sobrinorelatos porno violada mamá por hijomi hijita de 9 añitos relatotu verga es muy grande y me toca el utero duele mucho relatos eroticosrelatos eroticos gay policias relatos me folle a mi hijitahijas follando a sus padrescojiendo con mi comadre relatos eroticosmi familia (relatos porno )realato madre playa nudistahistorias eroticas de nenas de 9 gratisrelatos sorprendo a mi hija tocandome mientras duermoRELATO EROTICO ENAMORADA DE PAPA DESDE PEQUENArelato porno con abuelomi vecina cristiana me chupo la verga relato eroticorelatos eroticos obrero negrorelatos embarazada de mi tiorelatos xxx papiRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysRELATOS CON FOTOS DE INSESTO DE ABUELOS CON SUSNIETOStuve que masturbar a mi hermano por 1 accidenterelatos eróticos sexo las pequenas del parqueludo mentis relatoscomo viole a mi mama relatos eroticosrelatos porno de viejosrelatos eroticos virgenesrelatos gays la pri era vez viejosrelatos eroticos me culie ami primas y a mi tiarelatos de sexohija de mi novia relatofotos porno transrelatos gay con abuelo de mi amigasolo relatos eroticosrelatos eroticos estrenar su coñitorelatos de incesto entre hermano y hermanaRelatospornos calientes : madre e hija lesbicolecturas de sexo con un desconocido en la gasolineriarelatos porno de se coje a mi esposa mi compadreTodo relatos un macho para mis hijosbdlol.ru culiandorelatos real porno mi sobrina pequeña invalidarelatos de hombres teniendo sexo con gran danesrelatos eroticos apuesta entres amigasRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelato en la piscina con mi tia xxxxRelato de tío enamorando a sobrina para desvirgarlarelato porno chiquita Relatos eroticos droge a mi mujer para tenerla dormida 2calentando fontanero/relato41817_TUVE-SEXO-CON-MI-TIA,-A-MIS-14-A%C3%91OS.htmlpeliculas zoofilicasrelatos eroticos con mi prima de 11 añitosrelato porno de no consentidorelatos gays mi comadre me culio ala fuerzaRelato erotico con dos vagabu dosrelatos gay chicosrelatos calientes la pwquenaporno chochorelatos porno las caricias de mis pequeñas hijasrelatos eroticos mama en el establo con el caballorelato porno harry potternegritas guapasmi hijita de 9 añitos relatorelato y foto mi padrastro me partió él culorelatos de una mama cojedorame rompieron el culo relatos eroticos Relatos eroticos de incestovideos porno gratis abuelas y nietosrelatos saco su vergotavideos de sexo mi abuelo.me.folla salvaje golpiandome y a la.fuerzaporno viejo y jovenRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos la polla dé mí hijoMi gran verga en el culo de mi hermana virgen relato eroticoxxx.historias eroticas de 11 gratisRelatos de sobrina siendo desvirgada Amor filialrelatos eroticos de pderastas