Relato: La espera tiene su recompensa de amor.
La espera tiene su recompensa de amor.
Mi mano, baj� para hacerle, un �ntimo masaje. Mi acci�n, era
constante y me entregaba todo, para sentir toda su sensibilidad, y tambi�n para
hacerla feliz entre mis yemas...
---------------------------------
La primera vez, en que la acarici�, a mi amada con amor, yo
era un chico algo inseguro y estaba perplejo. Me preguntaba, si lo que hac�amos,
mi chica y yo estaba dentro de lo acostumbrado. S�, lo pas�bamos bien, con
caricias de manos, besos, bromas, sonrisas y abrazos... Pero, luego�, al llegar
a tocamientos �ntimos, surg�an las protestas por parte de ella (una chica de
diecis�is a�os, que no tomaba anticonceptivos �entonces yo ten�a los
diecisiete-).
Poco a poco, fui consiguiendo que me dejara tocarla, con m�s
libertad. En las primeras semanas, era como pillarla en los momentos apropiados:
cuando estaba alegre, cuando hab�a tenido un d�a "especialmente bueno". Con el
tiempo, ella se fue soltando y me toleraba m�s. Los besos, fueron haci�ndose m�s
largos, las lenguas de ambos fueron las que empezaron a acariciarse m�s.
Y yo, sent�a cuando estaba m�s tiernita, le acariciaba su
espalda y como un sagaz ladr�n, bajaba y le tocaba su culito. Las primeras
veces, era acariciarle la cintura, como si fuera el ecuador; y sub�a un poco por
encima y bajaba un poquito para abajo. Se remov�a, pero acababa dej�ndome abrir
la mano y acariciar la bajada de esos toboganes, los cuales a mi me parec�an
unas carnosas manzanas "amelocotonadas".
Ella, por fuerza, quiero decir por presi�n f�sica, notaba
como mi paquete (el pene y los huevos, se apretaban contra su pubis). Lo fue
asimilando, tolerando y d�ndome licencias, "en grado creciente". As�, recuerdo
como me gustaba rozarle el el�stico de sus tangas y bragas; y sentir, las
primeras falanges de mis dedos (de ambas manos, pero por tiempos), como entraban
y rozaban la braga, por dentro de sus pantalones o faldas. Y, m�s tarde, me
dec�a que vale, pero que me esperase, para mayores. A los dos meses, ya
consegu�, que mi mano entrase, llanamente y contactar con la carne de sus
nalgas. Era, a oscuras y en momentos de intimidad: faltando sus padres, en
portales y en la discoteca.
Me, gustaba ir a mayores, sent�a que era, una sensaci�n muy
agradable. Que placer tener mi miembro, apoyado frente a su vientre y sobre la
tela del pantal�n y de su braga o tanga. Ella, fue tomando m�s confianza y se
apretaba y rozaba conmigo. Separaba sus piernas, especialmente, cuando una de
mis rodillas le presionaba los muslos, mientras la besaba (en los labios y por
su cuello y cara). Nos qued�bamos mirando, y una de esas veces, mi mano derecha,
se col� dentro de su braga y le roc� sus labios vaginales; ella dio un respingo,
pero estaba mojada y me dej� continuar.
Mi mano, trabajosamente, se adentr� en su vulva, por atr�s;
todo ello, lo facilito ella misma, al desabotonarse su pantal�n (que era la
prenda que m�s utilizaba y utiliza). Y mi mano, izquierda la baj� la cremallera.
Esa vez, la masturb� desde atr�s y tuve que aguantarme lo indecible, para no
correrme del todo. Se me escap� un poco de esperma. De parecido modo, ella las
veces anteriores, hab�a empezado a sentir que mojaba mucho "la tela secante de
sus bragas y tangas". Eso, me lo dijo m�s tarde, cuando lo habl�bamos todo.
Y ese d�a, ella me sinti� muy suyo. Y al empezar, a excitarse
me dijo, que quer�a tocarme mi verga. Me desaboton�, mi pantal�n y bragueta. Y
en el descanso, de los deberes, tumbados en su cama, solos pues hab�an salido
todos, en su casa. Me hizo correrme, al ir apretando la "barra de mi carne
caliente"; que, entre sus manos, se me entieso y moque� pre-seminal. Le
desaboton� su camisa y como pude, sin soltar, mi mano masturbadora, as� le
libere sus "senos", y de este modo los sent� plenamente en mi mano izquierda...
Mientras, ella me agarraba el capullo con una mano y los
estiraba. Con la otra, masajeaba el tallo, surcado de venas. Su mano derecha, me
giraba mi piel retr�ctil y la izquierda sub�a y bajaba. Y yo, notaba su olor a
"Tr�sor de Lanc�me", mezclado con nuestros olores. Ella, sentar�a mi mano por
atr�s, hasta que se removi� y quedo tendida, as� pude masajear su vagina, por
adelante. Tras un rato, le baj� el pantal�n y algo despu�s la braga. Y le ped�,
que si pod�a lamerla "�ntimamente", mitad con signos de labios y mitad con
palabras esbozadas, sin pronunciarlas (por aquello de no romper el encanto.
Me dio su permiso, y me arrodill�, tras colocarme el
pantal�n, pues trastabill� y un poco m�s y me caigo. Ella ten�a separadas las
piernas, se mord�a el labio superior, y giraba la cabeza a un lado, cerraba los
ojos y los volv�a a abrir. Me miraba, un rato de frente, mientras yo me mov�a y
me situaba.
Sus piernas se mov�an nerviosas, apoyada en la punta de sus
pies y zapatillas. Y, le saque, arrodillado ante ella, la descalc� de sus
zapatillas deportivas (fue f�cil, eran de cierre de Velcro) y le saque luego su
pantal�n vaquero. Me miro, me acariciaba tiernamente la cabeza, mientras se sac�
el sujetador, que ten�a con los tirantes retorcidos y le molestaban. Y se qued�,
expectante, mientras yo, fui acariciando sus pies; en cada uno de ellos estuve
un rato, le acarici� la planta, el empeine, los dedos y los tobillos. Ella,
estaba excitada, muy h�meda y esperaba algo m�s. Lo hab�a estado esperando y
posponiendo y hab�a decidido que esto llegar�a y lleg�.
Me dejo acariciarle sus pantorrillas, y le lam� y bese las
rodillas y los muslos. Se me abri� m�s, y contemple sus braguitas azules, con el
el�stico superior volc�ndose y girado como retorcido. La braga estaba m�s bajada
de un lado. Y ella, se agarraba al cubrecama. Cerraba sus manos, y se conten�a,
mientras le lam� sus muslos, acerc�ndome m�s y m�s. Y, me qued� extasiado,
viendo su co�ito ante mi, cerca y dispuesto.
Ya, antes, la hab�a visto en bikini y ella se dejaba mirar,
acept�ndome aun antes de ser novios. Y tambi�n la v�, en la piscina y en la
playa cuando sal�amos en grupo. Acab�bamos hablando nosotros, y rezag�ndonos del
resto� Y al poco nos abrazamos, jugueteando entre las aguas, con apretones y
alg�n que otro beso. Pero, ahora estamos m�s �ntimamente. Y esto, me excitaba
bastante mas que el verla, por muy en top-les que fuese. Tard� un tiempo, en
pedirme que le pusiera la crema; fue un d�a, que me lo pidi� su amiga Carmen, y
no le gust� nada (creo que tuvieron unas palabras).
Aqu�, era muy sugerente todo; especialmente estando ante
ella, con mi cara entre sus piernas y mis manos, ayudando en la �ntima revisi�n.
Me apret� a ella, y me frote sobre sus bragas y fui acercando mi cara y nariz a
su co�ito. No se, que me gust� m�s, si su visi�n o su olor �ntimo. Y, su
abandono, estaba esperando y yo me demoraba. Por eso, fue ella misma, la que
insinu� el bajarse las bragas.
Yo, retome esa tela, con felicidad y ganas; pero, se las baj�
lentamente, d�ndoles besos. Y mis ojos no perd�an detalle, de su "co�ito
arreglado" y de un coraz�n, que coronaba su pubis, justo, con el v�rtice
inferior, sobre la l�nea de su capuchoncito� La tom� de las manos, y me sent�
apretado por ella, me aceptaba y colaboraba. Sus manos me presionaban, y sus
yemas frotaban mi piel, cuando sent�a mis toques labiales y mi respiraci�n. Not�
como se separan, sus labios grandes y not� ese "femenino templo rosado", que
insinuaba la aceptaci�n de una entrada lingual, y un abrazo labial.
Por eso, le empec� a dar besitos y soplidos. Era como si le
telegrafiase te quiero, me haces feliz y estoy enamorado de ti. Y not�, que la
presi�n de sus manos, me revelaba sus diferentes grados de aceptaci�n. Y en eso,
fui llegando, con mi lengua al interior de su sexo. Le lam�a las gotas de flujo,
que le sal�an y not� mi "falo endurecido". Me sent�, como un afamado peregrino,
que tras un largo periplo "amoroso", llega a sentir que le ofrecen un altar de
amor, que se ha formado de helado de fresa, vainilla y canela� El helado, se
abr�a y se deshac�a, como un bomb�n almendrado, ante el sol de mi lengua, que le
hurgaba �ntimamente y la hac�a sentirse en pleno est�o.
La iba empapando en mi saliva. Mi lengua se puso a cruzar el
umbral de las puertas, de los alargados labios "menores", que me descorr�an a su
humedecido y ya palpitante sexo. La vi acariciarse sus pechos. Y me apret�,
sobre su sexo, notaba sus muslos apretarme y sus manos, acabaron agit�ndose
sobre diversas partes, de mi cabeza, cara y cuello. La sent� ondularse, y gemir
cada vez m�s fuerte y as� ella estallo en un orgasmo gigantesco, sublime.
Teniendo un grandioso orgasmo, la vi lade�ndose, subiendo sus piernas y apoyando
sus talones en mi espalda y hombros. La not�, por primera vez retorci�ndose de
gusto. Su orgasmo fue largo, sin presi�n de quedar embarazada y sin el temor a
que le rompiese su himen (pues aun era virgen).
Grito de placer, y yo estaba respirando como pod�a. Pero,
aquello era preferible a bucear y sumergirme y quer�a aguantar, volc�ndome en
hacerle sentir tanto placer como fuera capaz de darle. Me com�a y beb�a
literalmente su vagina, le apretaba los labios y le frotaba las paredes con la
lengua. Tambi�n, acab� metiendo uno de los dedos y haciendo de abridor y
ensanchador vaginal.
Le fui frotando, las protuberancias de sus distintos tactos
internos. Y sent�, esas contracciones y le saboreaba sus abundantes flujos.
Intente, meterme todas las partes de mi boca, bien dentro de su co�ito. Sent�a a
mi labio superior y al inferior humedecerse entre sus labios. Y apret�, entre
ellos a sus largos y maleables labios internos. Prob� el gusto de su sexo, me
impregn� de su olor. Imagin� sus endurecidos pezones, desde hace rato erectos y
not� que ella retiraba su mano, y se acariciaba y apretaba sus pechos, con una
mano y con dos (a ratos).
Se estiraba y giraba los pezones. Con esa amalgama de
sensaciones y con todos mis sentidos, y los suyos aunados, ambos fuimos sentidos
de su segundo orgasmo... Vino seguido, y not� el palpitar de mi pene, una verga
que deseaba ser acariciado por mi novia, una chica hermosa, me pone al borde del
orgasmo.
Luego, me levant� y me puse a su lado, mirando a la chica que
amaba. Y vi el brillo de sus ojos, su cara sonriente, la huella de los esfuerzos
por recuperar el ritmo de respiraci�n y los movimientos de sus pechos. Me puse a
besarla, en su cara, en sus labios y en su cuello, tras cada uno de sus o�dos. Y
su sonrisa me daba pie a m�s, le acaricie su vientre, sus costados y me baj�,
para lamerle los pezones.
Estaba, en el prologo, de su reci�n disfrutado orgasmo. Y
acarici�ndola, cuando not� que me estaba empezando a sostener y jugaba con mi
pene. Me agarraba y agitaba, mis test�culos, mi vientre y agradecida verga. Y me
dej� hacer, me gust� sentirla ir tomando un rito, e incorporarse, para verme y
que la viese darme placer. Me sonre�a, y me hac�a sentir un pedazo de ella
misma, notaba sus dedos en mi sexo. Con su mano derecha, masajeaba mi "m�stil",
y con su izquierda a ratos se apoyaba en el cubre cama, a rato acariciaba mi
pecho. Me besaba, me sonre�a y me hac�a una completa acci�n de amor.
El masaje era �ntimo, constante y su sensibilidad era
efectiva. Me empec� a tener que contener, para no verterme enseguida. Y ella, me
besaba y me daba su lengua. Mi mano derecha, la acariciaba entre sus piernas,
especialmente su muslo izquierdo. Y, tambi�n su vientre y senos, la cara y sus
brazos eran objeto de mis caricias. Me hacia suyo tan tiernamente. Y notaba los
restos de sus flujos en su intimidad; pues acab� consiguiendo meter mi mano bajo
una de sus nalgas.
Ya solo quer�a sentir sus nalgas y su vagina, y el regalo de
su n�ctar en la palma de mi mano. Alguno de mis dedos entra, en su co�ito, se
mov�an entre sus labios o sent�a los movimientos de su cuerpo, sobre ellos
(especialmente su deseado co�ito). Y me volv� completa y totalmente loco de
placer. Se hab�a soltado el pelo, y este le ca�a como una cascada y me rozaba�
Hab�a so�ado con ella, tantas veces y esto superaba lo que
hab�a imaginado. Era caliente y sentido, con un ritmo propio. Y ella, era
activamente complaciente. Se agach� y me lami� la punta de mi glande y me
desbarat�, moviendo mi cabeza y pies. Me convulsione y mis brazos quedaban
extendidos, como crucificado con sus mimos y acciones de amor.
Era, tal el placer, que fui incapaz, de contenerme y empec� a
emitir sonidos de gozo. Profer�a, mis gemidos de placer. Sent�a tanto placer,
con todo: con sus manos, con las m�as en su vagina y en las tetas, recordaba sus
expresiones de placer y aun le sal�a flujo vaginal. Me flojeaban las piernas me
lat�a y se sacud�a mi sexo, entre sus manos y labios. Se levant� y me miro a mis
ojos y rozaba mi ur�ter y glande, lleno de salivita de su boca y gotas de semen�
que saltaban sobre su mano, ejerciendo de tapadera, mientras la otra me
masturbaba�
�ramos dos amantes, d�ndonos en nuestra primera vez. Luego
nos limpiamos, con algo de apresuramiento por si volv�an sus padres o su
hermana. Vaya pillada, pero no par�bamos de sonre�rnos. Ella, se cambi� de braga
y de sujetador. Yo, no pude cambiarme claro, pero me adecente y me vest�a
adecuadamente. Nos dimos unos besos, y decidimos dejarlo todo ordenado. Y
salimos a tomar algo, c�mplices�
Esta vez, no era la indicada para la penetraci�n. Ella me
hac�a feliz, inmensamente feliz y le voy a ser fiel; nos prometimos eso y nos
amamos sin complejos. Tenemos dos ni�as, han pasado 8 a�os desde entonces, y
somos felices. Y, agradezco tener a una mujer tierna, amiga y comprensiva. Si, a
veces tenemos desacuerdos y algunas palabritas altas. Tambi�n tenemos ratos de
amor, y nos queremos y tenemos dos ni�itas� de seis meses y de dos a�os�
Y nos tenemos, el uno al otro "para todo". Te amo, con todo
el cari�o que brota de m�
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 9.50
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: La espera tiene su recompensa de amor.
Leida: 562veces
Tiempo de lectura: 9minuto/s
|