Esta historia me la hizo llegar Dar�o, un amigo
Esta es el relato de una historia de deseo prohibido. La
gente que escribe relatos en esta p�gina suele describirse a s� misma. Yo no voy
a ser menos. Soy de Argentina, tengo 24 a�os y me llamo Dar�o. F�sicamente soy
normal, he tenido cierto �xito con las chicas. Hasta hace poco ten�a novia, pero
se debi� cansar de m�... Conoc� a la mujer de mi padre cuando ten�a 16 a�os.
Desde entonces siento un muy fuerte deseo sexual hacia ella. Acabo de saber que
ella tambi�n lo siente hacia m�. La mujer de mi padre se llama Raquel. Tiene 43
a�os, es azafata de vuelo y conserva mucho de lo que tuvo.
Es una mujer elegante, culta, de conversaci�n f�cil, s�per
amable y muy linda. Es morocha. Sus caderas son anchas como a m� me gusta, pero
lo compensa de sobra con sus incre�bles piernas y unas tetas que est�n muy bien.
Suele vestir con faldas por encima de las rodillas y no se corta en ense�ar m�s
de medio muslo cada vez que se sienta... de culo tampoco anda mal, la verdad.
Para sus a�os lo tiene m�s que bien. Creo que todo empez� un verano que me qued�
en la casa de mi padre y de Raquel. Estaba la mayor parte del tiempo sin hacer
nada, bastante aburrido. Pero lo bueno es que estaba casi todo el d�a al lado de
ella. Ya a esas alturas me pajeaba a diario pensando en Raquel. Y ese verano
estaba siendo muy caluroso... Se vest�a esos d�as de intenso calor con unas
batas muy cortas que me dejaban deleitarme con esas espectaculares piernas que
tiene.
Yo con eso ya me conformaba, me val�a para mi paja diaria.
Pero un d�a que estaba tirado en el sof� mirando hacia la terraza, lleg� ella y
de espaldas a m� se puso a regar unas plantas. Est� claro que me qued�
mir�ndola.
De pronto, empez� a regar unas plantas que estaban en el
suelo y se agach� d� tal manera que me dej� ver el final de sus muslos. Me qued�
alucinado con eso, pero yo quer�a algo m�s. Baj� mi cabeza y pude ver como la
tirita del tanga se le met�a por el culo. Se le sal�a algunos pelitos... �Le
estaba viendo todo a la mujer de mi padre!. Que imagen ten�a ante m�. Fueron
como 10 segundos pero fue una maravilla.
A partir de ese d�a y durante el tiempo que estuve en casa de
mi padre no me pude quitar a Raquel de la cabeza. Ella segu�a llevando esas
batas cortas que me estaban volviendo loco. No s� como lo hac�a pero cada vez
que se sentaba le terminaba viendo las bragas. Empec� a pensar que ella me
estaba insinuando algo y me fui convenciendo a m� mismo de que pod�a hacer algo
con ella. Cada vez que pod�a me rozaba con ella por detr�s. Estoy seguro que m�s
de una vez me not� que ten�a la polla bien gorda. Pero nunca me dijo nada. As�
que con el paso de los a�os y sin que ocurriera nada importante (a parte de
verle las bragas cuando se sentaba) se me fue quitando la idea de la cabeza.
Pero todo cambi� hace tres meses. Un amigo estudia cerca de
donde viven mi padre y Raquel, y yo hab�a ido a verle. A la vuelta pas� por el
portal de la casa de mi padre. Supuse que estar�a y sub� a verle. Llam� a la
puerta y me abri�... Raquel. Hola cari�o, me dijo ella. Tu padre no est�, se ha
ido de visita a La Rioja. No creo que venga hasta la noche. Me debi� ver la cara
de no saber que decir me dijo que si quer�a quedarme a comer. Le dije que s�.
Iba vestida con un camis�n que le quedaba por encima de las rodillas y se la
ve�a con cara de no haberse despertado hace mucho.
Estaba tendiendo, me dijo. �Me ayudas?. Cada vez que pon�a
algo en la cuerda ten�a que ponerse de puntillas para llegar bien, y eso hac�a
que se le subiera el camis�n hasta el empiece del culo. Como pod�is imaginar
esta imagen me trajo a la cabeza todos los sentimientos que ten�a hacia ella
desde hace a�os. Volv�a estar enfrente de Raquel casi vi�ndole el culo. Joder,
yo no s� si es porque me hab�a fumado antes un canuto con mi colega o porque las
cosas pasan y ya est�, pero de pronto me acerqu� a ella por detr�s y nos quedan
pegados. Ella no dec�a nada, tampoco se mov�a. Era evidente que notaba mi
tremend�sima erecci�n. Le di un beso en el cuello. Ella segu�a sin decir ni
hacer nada, como si no estuviera all�. Por un instante pens� que me iba a cruzar
la cara. Pero se gir� y nos quedamos cara a cara, a 2 cm. Y me dio un peque�o
beso en la comisura de los labios. �Por Dios! Raquel me acababa de dar un beso
en la boca. No me dej� pensar m�s.
Me cogi� el pelo por detr�s de la cabeza y puso sus labios en
los m�os. Los dos abrimos la boca y buscamos las lenguas. Mientras, yo la
acariciaba ese espectacular culo meti�ndole las manos por debajo del camis�n.
Pensaba que no llevaba braguitas, pero pude comprobar que llevaba un tanga
min�sculo. Estuvimos unos minutos bes�ndonos. Yo no paraba de sobarle el culo y
las tetas a la mujer de mi padre. De repente, ella se apart� de m�, y cogi�ndome
de la mano me llev� al dormitorio. All� nos volvimos a besar como antes. Pero
ella empezaba ahora a toc�rmela por encima del pantal�n. Me quit� la camisa y me
tir� a la cama. Se sent� a horcajadas encima de m� y me empez� a besar el
cuello. Fue bajando por el pecho y se entretuvo en mis abdominales.
En ese momento par� y se me qued� mirando. Acto seguido me
baj� los pantalones y me qued� all� desnudo, delante de ella. Raquel. Llevaba
a�os masturb�ndome con ella en la cabeza. Ahora la ten�a mir�ndome a los ojos a
punto de hacerme una incre�ble mamada. Juro por lo m�s querido que as� fue. Le
apetec�a hacerme lo que me estaba haciendo. Se le notaba de verdad. Empez�
lami�ndomela desde abajo hasta el glande. Ensaliv�ndola toda. Luego se
entreten�a insistentemente en los huevos. Me los succionaba y yo estaba en el
para�so. Lo bueno estaba por llegar. Raquel tiene una boca preciosa y una lengua
que derrocha maestr�a.
Empez� a meterse mi polla en su boca, abrazando con sus
labios incre�bles todo mi pene. Mientras hac�a juegos malabares con su lengua en
mi capullo. Estuvo as� un buen rato. Alternando mamadas profundas con otras m�s
"localizadas" en mi glande. Estaba a punto de estallar y se dio cuenta. Ni ella
ni ello quer�amos que esto acabara aqu�. Sac� mi polla de su boca y limpi�ndose
los restos de saliva de su boca me dijo: ahora me vas a dar placer t�, coraz�n.
As� sea, pens� yo. De un movimiento se quit� el camis�n y se
tumb� a mi lado. Yo sab�a lo que Raquel quer�a y a m� me apetec�a hacerlo. Se
tumb� boca arriba y le quit� el tanga. Ahora est�bamos los dos desnudos. Me fui
a por sus tetas y empec� a besarlas, a acariciarlas. Pero ella quer�a otra cosa.
Me agarr� suavemente del pelo y me acerc� a su cara. Me dio un beso incre�ble y
me dijo al o�do: b�jate un poquito cari�o. Obedec�. Me baj� hasta su chocho que
estaba muy bien cuidado.
Ten�a todo el vello recortadito. Estaba totalmente mojada.
Nunca hab�a visto algo as�. Le empec� lamiendo todo, saboreando. Le met�a la
lengua por el agujero hasta donde llegaba y ella me agarraba del pelo. Luego
empec� a jugar con su cl�toris, con lo que consegu� que empezara a disfrutar de
verdad. Notaba como todo su cuerpo se encorvaba y le iba llegando el orgasmo
poco a poco. No pas� mucho tiempo m�s hasta que eso sucedi�. Despu�s de que ella
disfrutara gracias a m�, Raquel se incorpor� y me dijo que me tumbara otra vez
boca arriba. Ella se dio la vuelta y se puso sobre m�, dejando ante mi cara su
espectacular culo. Entonces, ella empez� a com�rmela de nuevo, a la vez que
encajaba su raja en mi cara. Estuvimos en este 69 un buen rato m�s, hasta que me
dijo que me quer�a sentir dentro de ella. Raquel ordenaba y yo obedec�a. Yo
simplemente estaba alucinando. Era la mujer de mi padre y est�bamos follando
como locos. As� que se mont� encima de m� y se la meti� sin problema.
Como puedo imaginar a esa altura yo la ten�a enorme, como
nunca. Ella hac�a un movimiento de pelvis que me mataba de placer. El tronco
apenas lo mov�a. Era un movimiento sublime, ya que mov�a solo lo que ten�a que
mover, haciendo que las penetraciones fueran perfectas. No como esas t�as que se
ponen a botar encima de uno como si fueran cabalgado, y lo �nico que consiguen
es cansarse. Raquel no, lo hac�a as�. Ella sab�a lo que hac�a, e inclinada hacia
m� mov�a su cadera en c�rculos, arriba y abajo... Yo quer�a tambi�n participar
en eso y cambi� de posici�n. Ahora me tocaba a m� arriba. Quer�a que viera que
yo no soy nada malo en la cama. Adem�s, quer�a disfrutar de esas piernas.
Quer�a tocarlas, lamerlas... Seguimos follando durante
minutos, disfrutando como nunca (luego supe que ella tambi�n). Y el orgasmo
lleg� a la vez. Hay parejas que se pasan a�os persiguiendo ese momento. Raquel y
yo lo conseguimos a la primera. Eso quer�a decir algo. Estuvimos un rato
callado, descansando. Luego, me plant� uno de sus besos s�per h�medos y tiernos.
Se acerc� luego a mi o�do y me susurr�: te quiero, y a tu padre tambi�n. De esto
no se va a enterar nunca, por la cuenta que nos trae a los dos. Pero si de m�
depende, esta no va a ser la �ltima vez que estemos juntos. Hoy lo �nico que
puedo decir es que me he enamorado de la mujer de mi padre. Solo pienso en ella
y ella en m�. Despu�s de este primer encuentro ya ha habido muchos m�s.
Ac� les mando unas fotos de Raquel la madrastra de Dario.