Estando todos en la casa donde viv�a Uriel con su familia;
este ve�a como sus hijos dorm�an en sus respectivos cuartos mientras en la
cocina estaban sus suegros y cu�ado discutiendo.

El resto de las vacaciones de los ni�os sirvi� para que todos
se organizaran; el cu�ado consigui� empleo en un bar tocando instrumentos
musicales y cantando, el horario era nocturno as� que no hubo necesidad de
dividir la recamara principal pues la compart�an en diferentes momentos. La
suegra preparaba comida y la almacenaba en el refrigerador para que Uriel y su
cu�ado solo tuvieran que calentarla. El suegro se encargaba de los traslados de
los ni�os de la escuela a la casa. Uriel estaba agradecido por el apoyo de ellos
pero extra�aba demasiado a su esposa aun.

Una noche el cu�ado regreso a casa antes de tiempo debido a
la poca clientela en el bar; al entrar a la recamara le pareci� extra�o no ver a
Uriel en la cama as� que se fue a los cuartos de los ni�os quienes dorm�an
placidamente, a Uriel lo encontr� acostado en el sof� cama del estudio. Regreso
a la recamara para quitarse la ropa y meterse debajo de las sabanas de la cama
totalmente desnudo como lo hacia antes de vivir en aquella casa. Luego Uriel se
despert� por la incomodidad de aun traer el traje puesta as� que se dirigi� a la
recamara para quit�rselo y ponerse una pijama de verano; al ver la ropa de su
cu�ado en el piso se dio cuanta de que estaba en la cama dormido. Era la primera
vez que observaba detenidamente a su cu�ado percat�ndose de la similitud en las
facciones de su esposa; hasta estaba acostado de la misma manera en que ella lo
hacia, la �nica diferencia entre ellos era el color de la cabellera; el de ella
era rubio y el de el negro. Sus pieles tambi�n contrastaban pues la de ella era
clara y la de el morena. Uriel se preguntaba porque no estaba en el bar
trabajando ya que normalmente regresaba a las 7 de la ma�ana top�ndose ambos en
la cochera de la casa. Uriel miro el reloj y se acost� en el otro extremo de la
cama para no estar sus cuerpos cercanos.

Horas despu�s, los despertadores sonaron haciendo que los
ni�os y Uriel se despertaran para iniciar la rutina matutina excepto el cu�ado
quien se cubr�a el rostro para no sentir los rayos del sol. Uriel salio del ba�o
con la toalla ce�ida a la cintura e inicio su rutina para vestirse mientras el
cu�ado de reojo observaba; esta ocasi�n hab�a sido la primera vez en que ve�a el
cuerpo de Uriel casi desnudo, el cual era robusto pero sin grasa alguna. Su
cuerpo estaba cubierto por un vello grueso y rizado color negro; en su torso se
defin�a la cruz que separa sus pectorales del abdomen, a Uriel le gustaba
conservar su f�sico mas por dar gusto a su esposa que por salud. Le gustaba
observarse en el espejo siempre que sal�a de la regadera; su esposa le hab�a
ense�ado el tipo de ropa y accesorios a usar adem�s de como cuidar de su
cabellera, la cual era casta�o claro y abundante. Al principio Uriel no le
agradaban este tipo de cosas pues lo consideraba demasiado feminista pero
conforme paso el tiempo le agrado mucho mas al saber que su esposa estaba
orgullosa de tenerlo como marido; ambos con sus hijos disfrutaban de las
instalaciones de un SPA-GYM y en ocasiones ambos solicitaban tratamientos
capilares y corporales, las amistades se asombraban del cambio de imagen logrado
en Uriel por su esposa.

Cada vez que Uriel se pon�a una prenda se miraba en el
espejo; al cu�ado le asombraba esa vanidad en aquel mientras resist�a las ganas
de orinar para no levantarse e interrumpir el ritual matutino de Uriel, tomo su
pene con sus manos para tranquilizarse. El cu�ado no tuvo que aguantarse mucho
pues uno de los ni�os llamo a Uriel teniendo que salir de la recamara as� que
aprovecho para meterse al ba�o, por la prisa olvido asegurar la puerta. Uriel
regreso a la recamara y abri� la puerta del ba�o para aplicarse gel en su
cabello encontr�ndose a su cu�ado con el cuerpo inclinado pues estaba empujando
la perilla del desag�e; el cuerpo del cu�ado contrastaba completamente con el de
Uriel pues era delgado sin vello alguno, su cabellera llegaba a sus hombros pero
lo mas notorio eran sus pechos abultados con unos pezones grandes. Esa parte de
su cuerpo la hab�a trabajado mucho pues en sus conciertos le gustaba usar
camisas sin abotonar o con camisetas muy ajustadas al torso; lo cual sab�a
agradaba a su p�blico verlo as�.

Uriel al ver a su cu�ado le vino a la mente el cuerpo de su
esposa pues de la parte trasera eran id�nticos; su trasero era angosto pero
redondeado y en la espalda tenia pecas, ella y aquel no eran gemelos pues el era
menor por 7 a�os. Aunque todo esto sucedi� en segundos; a Uriel le provoco una
tremenda erecci�n, la cual era notoria en la zona del zipper de su pantal�n.
Ambos se quedaron paralizados por un momento y Uriel se acerco al lavabo para
aplicarse gel en su cabellera viendo desde el espejo la desnudez de su cu�ado;
aquel avergonzado se salio y se meti� en la cama cubri�ndose con la sabana,
ninguno de los dos hizo comentario alguno al respecto.

Pasaron las semanas y llego la celebraci�n del D�a de Brujas;
Uriel comenz� con s�ntomas de gripe pero no lo atendi� ya que tenia que ayudar a
sus hijos con los disfraces para que fueran a las casas de los vecinos y
solicitar golosinas, entre tanto el cu�ado estaba perfeccionando su indumentaria
para acompa�arlos. En el jard�n del frente de la casa esperaban Uriel y los
ni�os junto a su perro que tambi�n lo hab�an disfrazado; el cu�ado salio de la
casa vestido con ropa de la difunta esposa de Uriel, todos quedaron asombrados
pues en verdad se parec�a a ella excepto en el color de su cabello. Los ni�os
felicitaron al cu�ado y Uriel comenz� a estornudar varias veces as� que pidi� a
los ni�os que se fueran con el cu�ado pues prefer�a recostarse despu�s de tomar
unos medicamentos. Los ni�os presentaban al cu�ado como una prima de su mama y
los vecinos lo cre�an pues no lucia como un travest� o drag queen mientras Uriel
combat�a la gripe con la ayuda de sus suegros quienes al enterarse de su estado
de salud se lanzaron para su casa.

De regreso a casa, el cu�ado vio el autom�vil de sus padres y
considero que no era conveniente lo vieran vestido as� por lo que aseguro que
los ni�os entraran en la casa para luego subirse a su motocicleta e irse al bar
donde trabajaba y que estaba muy concurrido; al due�o del bar le pareci�
interesante que el cu�ado hiciera su show as� vestido pues tanto los clientes
como los empleados tambi�n estaban disfrazados no d�ndole tiempo de cambiarse
con ropa que tenia en su camerino, anunci�ndolo como si fuera una cantante
extranjera. El cu�ado simplemente cambio el g�nero de canciones usando canciones
de jazz, baladas y blues con su misma voz pero en ingles, franc�s y espa�ol; la
clientela no lo reconoci� ni los empleados del lugar. Eso le dio confianza al
cu�ado para continuar con la farsa.

Estaba amaneciendo cuando el cu�ado entro a la recamara
contento por el �xito obtenido en el bar y Uriel estaba acostado en la cama as�
que aquel se sent� cerca de este y puso su mano en la frente para checar su
temperatura; Uriel abri� los ojos y pens� que continuaba su sue�o protagonizado
por su esposa y el, la mano de Uriel se coloco en el muslo izquierdo del cu�ado.
Conversaron por un rato hasta que el cu�ado se dio cuenta que estaba Uriel
alucinando y lo estaba confundiendo con su esposa as� que se levanto de la cama
para quitarse la ropa pero apenas se quito los accesorios cuando sinti� a Uriel
atr�s de el abraz�ndolo. Tomo las manos de Uriel para evitar que se colocaran en
sus genitales ya que desconoc�a la reacci�n al descubrir que estaba alucinando
por la enfermedad.

Al cu�ado le sorprendi� que la fallecida haya practicado el
sexo anal mientras Uriel se arrodillo para levantarle la falda y colocar su cara
entre los gl�teos del cu�ado; la �nica prenda masculina que se puso el cu�ado
fue un soporte atl�tico as� que su trasero estaba accesible permiti�ndole a
Uriel hurgar por entre los gl�teos y lamer el orificio anal, el cu�ado tuvo que
apoyar sus manos en un mueble pues sus piernas se estremec�an al sentir aquella
lengua acariciando dicha zona. Uriel estaba desenfrenado atendiendo aquella
parte del cuerpo del cu�ado pues desde que hab�a quedado viudo su actividad
sexual con alguien era nula; sus sue�os er�ticos eran su �nico medio de placer y
este le parec�a tan real que quer�a gozarlo plenamente mientras el cu�ado si
hab�a tenido algunas experiencias con algunas clientas del bar pero sin
penetraci�n para evitar alguna enfermedad ven�rea.

Las manos de Uriel separaban los gl�teos del cu�ado para que
su lengua ingresara lo mas posible y el cu�ado separaba sus piernas para
facilitarle su tarea; la excitaci�n era tal en el cu�ado que el soporte atl�tico
estaba completamente h�medo ya que su semen iba saliendo de su pene
gradualmente, sus gemidos motivaban mas a Uriel a continuar con mas intensidad.
Uriel se levanto y coloco su pene erecto humedecido por el lubricante natural en
aquel orificio levemente dilatado mientras sus manos acariciaban el abdomen
sobre la blusa y sus labios se rozaban en el cuello y nuca; el cu�ado tem�a el
dolor provocado por el ingreso de aquel pene erecto pero Uriel tenia gran
destreza en penetrar as� que dejo que su pene fuese ingresando conforme se
dilataba aquel orificio anal, el cu�ado se estremec�a de gozo al sentir como era
invadido su trasero que no se dio cuenta que las manos de Uriel desabrocharon la
blusa y comenz� a tocar su pecho. Uriel no noto diferencia pues su esposa era de
pechos peque�os; sus dedos pellizcaban los pezones hasta que su pene ingreso
completamente exhalando profundamente. El sexo anal para el cu�ado no era
desconocido pues hace algunos a�os lo practico con una amiga que era lesbiana
quien por primera vez penetro el ano del cu�ado con un consolador; de esos que
se acomodan ellas como si fuese un calz�n y que incluye un estimulador vaginal,
al cu�ado le hab�a agradado esa experiencia repiti�ndolo con su amiga pero esta
vez era diferente las sensaciones por ser un pene de verdad el cual se sent�a
latir dentro de su ano.

Uriel jalo al cu�ado hacia la cama; sus piernas las separo y
junto las del cu�ado, ninguno de los dos se quito sus ropas y la espalda de
Uriel yac�a en la cama.

El cu�ado segu�a al pie de la letra las indicaciones de Uriel
hasta quedar aquel sobre este con las piernas dobladas as� que Uriel levanto su
torso para colocar sus manos debajo de la falda separando los gl�teos y posar
sus labios en los del cu�ado buscando su lengua ahora ingresar en la boca; el
cu�ado envidiaba la vida sexual que hab�a tenido la fallecida con Uriel pues
jam�s hab�a logrado obtener estas sensaciones, Uriel beso el cuello para despu�s
acariciar los pezones con su lengua, luego besarlos y morderlos delicadamente.
Las esf�nteres del cu�ado aprisionaban el pene de Uriel mientras este atend�a su
pecho dej�ndolos tan sensibles que al soplar en los pezones estremec�a al cu�ado
quien agradec�a montando el pene de Uriel hasta sentir el semen humedecer las
paredes de su ano. Ambos se quedaron abrazados por unos minutos.

El cu�ado no alcanzo a responder cuando se dieron la vuelta y
el pene de Uriel hurgaba en su ano delicadamente; el pecho del cu�ado era
lamido, mordido y chupado, sus piernas abrazaban la cintura de Uriel quien
incrementaba la velocidad de sus embestidas hasta volver a eyacular. Se
acostaron de lado y Uriel aun estaba hambriento de placer as� que volvi� a
embestir el ano del cu�ado hasta quedar completamente agotados despu�s de varias
eyaculaciones.

Mas tarde, el tel�fono son� y el cu�ado tomo la bocina para
evitar que Uriel se despertara.

El cu�ado colg� la bocina y trato de zafarse de los brazos de
Uriel pero estos lo abrazaban m�s fuerte.

Y as� sucedi� pues cada viernes en la noche el cu�ado hacia
su show vestido de mujer para luego tener sexo con Uriel al llegar a casa
mientras los ni�os estaban con los suegros quienes jam�s se dieron cuenta de lo
que suced�a entre aquellos. Cabe aclarar que ambos solo ten�an sexo cuando el
cu�ado lucia como mujer pues Uriel imaginaba que lo hacia con su esposa
fallecida as� que para Uriel observar el cuerpo desnudo de su cu�ado no era
motivo de excitaci�n.

Un d�a Uriel estaba en su veh�culo saliendo de la cochera
cuando le llamo su jefe.

Luego Uriel se dirigi� a la recamara para avisarle al cu�ado
que estar�a con un cliente en la sala encontr�ndolo ocupado con su pene; sus
manos lo acariciaban mientras escuchaba m�sica en su reproductor de CD personal,
Uriel observaba como se masturbaba as� que se acerco para ayudarlo en su
actividad de tal manera que cuatro manos estaban sobre los genitales del cu�ado
quien no abri� los ojos prefiriendo sentir aquella sensaci�n. Adem�s tem�a que
si Uriel se daba cuenta de que lo observaba dejara de ayudarlo con la
masturbaci�n; Uriel se agacho y comenz� a pasar su lengua por aquel pene
estremeci�ndose el cu�ado de placer.

Uriel sin importarle la junta con el cliente se puso a acatar
las instrucciones del cu�ado; primero paso sus labios por los genitales, luego
su lengua hasta humedecerlos completamente. Beso el glande para tragarlo y
succionarlo; despu�s lentamente irlo introduciendo en su boca hasta sentir el
glande en su garganta, mas tarde su cabeza sub�a y bajaba motivado con los
gemidos del cu�ado quien le aviso antes de eyacular pero Uriel quiso conocer el
sabor de aquel semen el cual lo trago completamente. El pene del cu�ado sal�a de
aquella boca lentamente manteni�ndose aun erecto; ambos sonrieron para besarse
profundamente intercalando la penetraci�n de sus lenguas. Para Uriel era la
primera vez que degustaba un pene pero lo hizo en reciprocidad a todas esas
noches de placer que le obsequiaba el cu�ado.

Uriel no quiso ser sincero con el cu�ado con respecto a
penetrarlo en ese momento pues cuando lo hab�a hecho este vest�a la ropa de su
esposa as� que no podr�a hacerlo estando el desnudo ya que Uriel gozaba
imaginando que tenia sexo con una mujer en vez de un hombre; las preferencias
sexuales de Uriel no se hab�an modificado despu�s de tener sexo con el cu�ado,
el sexo oral que le aplico hace un rato fue simplemente para ayudarlo en su
masturbaci�n sin significar que le gustaran los penes.

Mas tarde, Uriel conclu�a la junta con su cliente y su jefe
cuando bajo las escaleras el cu�ado quien vest�a con una camisa de colores y
unos jeans ajustados al cuerpo; indumentaria poco usual en este ya que siempre
usaba ropa holgada y oscura. El cliente observo al cu�ado y lo reconoci�.

El cu�ado miro a Uriel pues no sabia que decir pero el jefe
de Uriel sugiri� que cumpliera el requerimiento del cliente as� que le paso la
guitarra que estaba cerca de la escalera; el cu�ado canto las canciones
solicitadas por el cliente quien no dejaba de estar cerca de aquel provocando
cierto enojo en Uriel al ver como sus cuerpos estaban tan cercanos y en algunos
momentos frot�ndose, el cliente cantaba algo desafinado pero el jefe de Uriel le
aplaud�a al concluir cada canci�n como si fuese tan agradable escucharlo. El
cliente le preguntaba al cu�ado sobre la cantante extranjera pues deseaba
contratarla para un evento que su esposa estaba organizando en el club donde son
miembros pero el cu�ado explicaba que no la conoc�a en persona por trabajar en
un d�a que el no lo hacia; el cliente invito a todos al bar el pr�ximo viernes
para que escucharan a esa cantante extranjera y le pidi� al cu�ado le reservara
la mejor mesa del bar, el cu�ado respondi� que lo comentar�a con el due�o del
bar. Como el cliente hab�a aprobado la maqueta de Uriel, el jefe de este le dio
el d�a libre qued�ndose en la casa solos Uriel y el cu�ado al salir de la casa
aquellos.

El cu�ado se acerco a Uriel restregando su trasero en el
bulto p�lvico de este.

Luego se sent� sobre Uriel para aflojar el saco que tra�a
impidiendo la movilidad de los brazos de este y se levanto para quitarse el
pantal�n lentamente quedando el cu�ado solo con la camisa y el soporte atl�tico
el cual era cubierto por la camisa.

El cu�ado desabrocho el pantal�n de Uriel para baj�rselos
hasta los tobillos exponiendo sus genitales; el cu�ado se arrodillo para
lamerlos hasta dejarlos h�medos de su saliva generando la erecci�n en el pene,
despu�s lami� las ingles y por unos minutos lami� exclusivamente los test�culos
trag�ndose uno por uno. Uriel hab�a experimentado algo similar con su esposa as�
que gozaba de ello; estando el pene erecto el cu�ado separo sus piernas y acerco
su pecho a la boca de Uriel mientras su trasero descend�a para dejar que fuese
penetrado; Uriel disfrutaba de esas tetillas enormemente y gozaba como su pene
se iba introduciendo en aquel ano, ambos gem�an de placer.

Esta seria la primera vez que no lo hicieran en la recamara
por lo cual resultaba mas atractiva para ambos pero con tiempo limitado ya que
los ni�os estaban por regresar de la escuela as� que lo hicieron con mas
intensidad; la boca de Uriel succionaba esas tetillas mientras el ano del cu�ado
aprisionaba fuertemente el pene intruso, el pene del cu�ado se ocultaba debajo
del soporte atl�tico el cual estaba completamente h�medo por el lubricante que
sal�a de este. Aquella silla resist�a los movimientos bruscos y acelerados de
aquellos cuerpos sedientos de pasi�n, el saco cayo al piso as� que los brazos de
Uriel quedaron libres para acariciar los gl�teos del cu�ado mientras sus labios
besaban el cuello y mejillas de este; el cu�ado montaba el pene de Uriel con
gusto y velocidad hasta que Uriel emiti� un fuerte grito al sentir como su semen
humedec�a las paredes de aquel ano que segu�a oprimiendo aquel pene, ambos se
besaron en la boca mientras sus cuerpos estaban h�medos de sudor. Por unos
minutos se quedaron as� juntos para luego separarse y vestirse para recibir a
los ni�os; aquel celo provocado en Uriel al ver a su cu�ado tan cerca del
cliente, demostr� que mas que pasi�n sent�a un afecto emocional por su cu�ado;
deseando que ambos siguieran juntos por mucho tiempo.

A partir de esa vez; Uriel ya no necesito que su cu�ado
vistiese con la ropa de su esposa pues comprendi� que la atracci�n hacia aquel
no consist�a solo en la similitud f�sica ya que aquel hab�a logrado conquistar
su coraz�n, ambos incrementaron sus t�cnicas sexuales encontrando cada vez mas
zonas er�genas en sus cuerpos logrando la satisfacci�n mutua; jam�s tuvieron que
comunicar su sentimiento a los dem�s.

Cuando los hijos de Uriel ya no requirieron tanta atenci�n,
Uriel se enamoro de una mujer volviendo a contraer nupcias y el cu�ado se fue a
vivir con el due�o del bar despu�s de que este se animara a confesarle su amor;
no lo hizo antes porque no quer�a que el cu�ado lo malinterpretara por su
atracci�n con ropa de mujer ya que conforme lo observaba en cada presentaci�n se
reafirmaba su sentimiento hacia aquel.