Casado Con Raquel, Cap�tulo VIII
Su disculpa lleg� en forma de dos docenas de rosas y una
carta dejadas a la puerta de casa. Nuestra vecina vi� que las dejaban y las
vigil� hasta que llegamos a casa. Me lo explic� cuando las trajo.
- Las ha dejado un hombre de color, muy grande... Al
principio no sab�a qui�n era, despu�s record� que lo hab�a visto un d�a con
vosotros en casa -Era una se�ora mayor pero sus ojos resplandec�an mientras lo
relataba- Dos docenas de rosas... Cualquiera dir�a que se est� disculpando por
algo que ha hecho mal.
- As� es...
- �Crees que lo perdonar�? -Me pregunt� la se�ora.
- No lo s�... -Le contest� evasivamente.
- �Qu� piensas de todo esto?... Un hombre color tan apuesto
enviando a tu mujer rosas y una nota -Insisti� la se�ora.
- No es lo que piensas...
- �Entonces qu� podr�a ser? -Sonri�- No es que naciera ayer
precisamente, pero en cualquier caso no es que sea algo de mi incumbencia.
Le d� las gracias y cerr� la puerta. Fue la primera vez que
me sent� identificado como un cornudo.
Pens� sobre el tema. Hab�a sentido tantas sensaciones durante
los dos �ltimos a�os: Traici�n, da�o, excitaci�n, perd�n, amor, sumisi�n, deseos
de protegerla, cuidarla, apoyarla en sus necesidades... Pero nunca me hab�a
sentido como cornudo.
Las rosas y la nota que las acompa�aban no me hab�an hecho
sentir as�, pero s� los comentarios de la vecina. Pens� sobre todo esto mientras
me tomaba una cerveza y esperaba a que Raquel llegara. Puse las flores en un
jarr�n con agua en la mesa de la cocina con la nota apoyada. Hice la cena y
segu� pensando en la etiqueta que ahora llevaba.
En realidad, Raquel me hab�a traicionado y me hab�a puesto
los cuernos, pero la etiqueta con la que yo me ve�a era la de un marido herido.
Ahora ella ten�a un amante, Javi se hab�a equivocado e intentaba la
reconciliaci�n. Esto era algo entre ellos. Javi no estaba interesado en mi
perd�n, sino en el de Raquel. Quer�a volver a nuestra cama para volver a hacer
el amor con Raquel.
De pronto me sent� como el tercero en discordia. Si lo
perdonaba, �ser�a en sus t�rminos o en los de �l? �Pasar�a de ser su caballero a
ser su esclavo cornudo?
No me entusiasmaba la idea; ser un caballero era m�s f�cil de
aceptar que la posici�n de un cornudo. Un caballero denotaba honor, obediencia,
caballerosidad mientras que un cornudo significaba una falta de poder que
eventualmente conduc�a a su menosprecio.
No creo que durara mucho en una relaci�n as� y me pregunt� si
deber�a de hacer las maletas. No me importaba compartir a Raquel mientras ella
fuera nuestro punto de referencia, pero no Javi. No quer�a un rey, sino una
reina.
Raquel llam� diciendo que se retrasar�a. Le dije lo que
estaba preparando de cena y que esperaba estuviera hambrienta. Me dijo que hab�a
tenido un d�a increiblemente agotador y que esperaba que estuviera preparado
para darle un masaje en los pies. Baj� su voz y a�adi�:
- Y algo de acci�n con tu lengua tambi�n...
El coraz�n me di� un vuelco.
- Creo que puedo complacerte...
- Te quiero... -Me dijo Raquel antes de colgar.
Era la primera vez en quince d�as que expresaba deseos de que
la lamiera. Mir� a las flores y la nota que las acompa�aba. Todo lo que ten�a
que hacer era hacerlas desaparecer, pero no lo hice. Ten�a que dejar que el
juego continuara hasta el final.
Raquel lleg� en un salto. Estaba sacando la lasa�a del horno.
- �Necesitas ayuda?
- S�lo que abras el vino. Los vasos est�n ya en la mesa.
Fue entonces cuando vi� las rosas.
- No deber�as...
Sonre�.
- No son mias, son de Javi...
Raquel frunci� el ce�o.
- Vaya... Bueno, lo leer� despu�s.
Cogi� las rosas y la nota que las acompa�aba y las llev� al
sal�n.
Nos sentamos a cenar y antes de empezar Raquel propuso un
brindis:
- Por mi caballero...
- Por mi reina... -Le respond�.
Brindamos y empezamos a cenar. Raquel me pregunt� qu� tal me
hab�a ido el d�a, aunque no ten�a mucho que contarle.
Despu�s de la cena recog� la cocina mientras Raquel sub�a a
cambiarse. Estaba tumbada en el sofa vistiendo el mismo albornoz que llevaba la
ma�ana que Javi la hab�a violado. Se hab�a traido un tarro de loci�n y mov�a los
dedos de los pies.
- Date prisa...
Me sent� en el sof� y Raquel puso sus pies en mi regazo.
- Tienes unas manos tan buenas para dar masajes...
No les hizo caso a las rosas, s�lo me miraba a m�. Le dije lo
bonitos que eran.
- Supongo que s�... �Pero a qu� mujer no le gustan las
flores?
Levant� la vista de sus pies.
- Me refer�a a tus pies... Son preciosos, aunque las rosas
tambi�n lo son... Pero a�n as� prefiero las flores sin espinas.
Raquel se ri�.
- No sab�a que te gustaran tanto mis pies...
- S� lo sab�as Raquel...
- S� lo que quieres, pero tendr� que esperar... Ahora hay
algo que quiero...
Se abri� de piernas y desabroch� su albornoz. Me puse entre
sus piernas y empec� a lamer tan lentamente como me fue posible, saboreando cada
mil�metro cuadrado.
Despu�s Raquel me complaci�.
- Desn�date...
Pens� que quer�a que la penetrara, pero lo declin�. Me abr�
de piernas y roci� con la loci�n mi dur�sima polla. Raquel utiliz� solamente sus
pies para hacerme llegar al orgasmo. Me corr� en sus dedos y la cara del pie.
Normalmente iba a por papel y se los limpiaba, pero aquella noche me dijo:
- Limpiamelos con la lengua...
As� lo hice. A Raquel tambi�n le gustaba que jugaran con sus
pies, aunque me dijo que nunca podr�a verse siendo rec�proca.
Tras limpiarselos, la com� por segunda vez utilizando ahora
mucho m�s mis dedos. La penetr� con tres dedos en su vagina y el me�ique en su
ano. Cuando apliqu� toda la presi�n en la parte superior de su vagina sus
orgasmos eran mucho m�s intensos y se corr�a a chorros. Tras recuperarse
coment�:
- As� es c�mo me sent�a con Javi...
- �Lo echas de menos?
- S�... Pero no en el sentido que piensas.
- �Entonces c�mo?
- No tengo ganas de hablar de �l... Quiero que me folles...
Me puse encima de ella y nos besamos. Raquel restreg� mi
glande contra su cl�toris hasta tenerla dura por completo.
- M�temela...
La penetr�.
- La tienes dur�sima... �Me sientes bien?
- Muy bien, Raquel...
Empez� a incrementar el ritmo sin detenerlo en ning�n momento
y sent� c�mo me acercaba.
- No te preocupes por m�... Quiero que te corras.
Al ritmo que estaba imprimiendo no podr�a aguantarme por
mucho tiempo m�s.
- �Te da gusto?
- S�, Raquel...
- S�, qu� bien... La tienes tan dura... Me gustan los hombres
que la tienen dura... Un hombre que la tenga grande y dura...
Me corr� con tanta intensidad que llegu� a sentir dolor.
- C�meme de nuevo... Sin manos, s�lo tu lengua...
Raquel se mantuvo con las piernas abiertas mientras miraba
como limpiaba con mi lengua el semen. Entonces se abri� bien los labios
vaginales y me se�al� a su cl�toris.
- Ch�pamelo... Bien rapido...
Al minuto se corri�.
Me qued� descansando en su pubis, me gustaba la sensaci�n de
su vello p�bico en mi cara. Raquel me acariciaba la cabeza.
- �Cu�ndo han llegado?
- Antes de que llegara del trabajo... La vecina las recogi�,
ha sido un detalle por su parte... Eso no es todo... Me dijo que hab�a visto a
quien las trajo, un hombre grande de color.
Raquel se ri�.
- Puedo imaginarme lo que estaba pensando...
- A�n hay m�s... Me pregunt� qu� pensaba de un hombre negro
que regalaba rosas a mi mujer... Me hice el tonto, pero no la enga��...
- �C�mo te hace sentir que nuestra vecina sospeche que estoy
teniendo una aventura con un negro?... Sabes que se lo va a decir a todo el
mundo...
El coraz�n se me sal�a por la boca.
- Para serte honesto, Raquel... Me siento vulnerable.
- �En serio?
- S�, Raquel... Es obvio lo que todav�a sientes por �l.
- Supongo que s�... Pero no me veo cambiandote por �l...
- Esta tarde me he sentido como un cornudo, Raquel...
- Pero no estoy ocultando nada...
- Lo s�, Raquel... Es s�lo c�mo me siento... Me preocupa
pasar a un segundo plano...
- M�rame... No dejar� que eso ocurra... La lealtad es en
ambos sentidos... Te lo debo todo... �Crees que te conozco mejor que nadie?
- Por supuesto, Raquel.
- S� que te gusta mirar, �verdad?
- S�, supongo que s� Raquel...
- �Supones que s�?
- Tienes raz�n Raquel... Me gusta...
- Me gusta que sea as�... Pero no dejes que llegue a ser lo
principal... S� que te sientes a gusto mirando, pero tienes que esforzarte en
participar... No te quiero en la habitaci�n contigua, te quiero con nosotros.
- No tienes por qu� decir eso, Raquel.
- S� tengo...
- �Vas a perdonarlo, Raquel?
- No lo s�... Las rosas son preciosas... Gracias por
arreglarlas y ponerlas en el jarr�n... Me sorprende que no las hubieras tirado.
- Pens� hacerlo, Raquel... Pero decid� que es a t� a quien te
corresponde decidirlo.
Su voz era ronca, de miedo y lujuria, o una combinaci�n que
hab�a hecho que su tono bajara un octavo.
- Dame el sobre...
Sus manos temblaban cuando lo abri�. Lo ley� en silencio y
despu�s en voz alta:
- Raquel, siento lo que hice. Estoy avergonzado por c�mo me
comport�. Pienso en t� a todas horas. Espero que encuentres en tu coraz�n un
lugar para perdonarme. El Caballero Negro.
- �Eso es todo?
- Eso es todo... La leer� otra vez: Raquel, siento lo que
hice. Estoy avergonzado por c�mo me comport�. Pienso en t� a todas horas. Espero
que encuentres en tu coraz�n un lugar para perdonarme. El Caballero Negro...
�Cu�l es tu impresi�n?
- No lo s�, Raquel... No es un hombre de muchas palabras.
- Creo que es sincero...
- Al menos la ha firmado como el Caballero Negro.
- S�, pero deber�a de haberla firmado como Tu Caballero
Negro.
Raquel continu� leyendo y releyendo la carta en silencio.
- �Qu� piensas?
- Traeme el telefono...
Al levantarme Raquel coment� en voz alta:
- Dios, estoy tan cachonda...
Con el coraz�n en la boca y mis manos temblorosas le entregu�
el tel�fono. Empec� a retirarme cuando Raquel me dijo:
- No, estate aqu�... Necesitas oirlo todo.
Javi estaba en casa. Raquel me hizo sentar junto a ella y
pod�a oir a ambos hablando.
- �Diga?...
- Javi, soy yo...
- Raquel, sab�a que llamar�as... �C�mo est�s?
- Estoy bien... He leido tu nota...
- �Entonces me has perdonado?...
- S�... �Pero qu� hiciste mal que necesitabas que te
perdonara?
Javi trat� de esquivar el tema, pero Raquel persisti�.
- Javi, no voy a ser yo quien ponga las palabras en tu
boca... �Qu� hiciste mal?
Su voz se difumin� tanto que no era audible.
- Dilo m�s alto, Javi... �Por qu� te est�s disculpando?
- Por ser violento...
- Por retorcerme el brazo, �es por eso?
- Ya sabes, por hacerte...
- Por hacerme, �qu�?
- Por el sexo...
- No tuvimos sexo, Javi... Tienes que ser m�s espec�fico si
deseas mi perd�n... �Qu� es lo que me hiciste que estuvo tan mal?
De nuevo su voz se diluy�.
- Eso es, me violaste... Te volviste loco y para probar que
eres m�s fuerte me violaste... Ahora disculpate.
Ahora s� pude oir su voz.
- Siento haberte violado...
- �Lo dices en serio o volver� a ocurir?
- Lo digo en serio... Lo juro... No volver� a suceder de
nuevo. Jam�s.
- Jam�s, �qu�?
- Jam�s te tratar� mal de nuevo. No volver� a violarte jam�s.
- Te perdono Javi, pero tendr�s que probar la sinceridad de
tus palabras.
- Como quieras, s�lo tienes que decirmelo.
- Vente ahora mismo y hazme el amor.
Raquel se fue a nuestra habitaci�n despu�s de colgar. Javi
lleg� al cuarto de hora. Evit� mirarme a los ojos, en parte por verguenza y en
parte por burla.
- �D�nde est�?
- Arriba...
Raquel le dijo que dejara abierta la puerta del dormitorio y
eso me permiti� escuchar dos cosas que me hicieron masturbarme. La primera fue
cuando Raquel le dijo a Javi que lo quer�a y la segunda fue lo que le dijo tras
haberla llenado de semen.
- No ser�a en absoluto infeliz si me dejaras embarazada...
- �En serio?
- S�, en serio...
- Eso un paso muy grande, Raquel...
- Lo s�...
- �Fantaseas mucho con quedarte embarazada?
- S�, pero no es s�lo con quedarme embarazada... Sino con
quedarme embarazada de t�, Javi...
Las palabras de Raquel tuvieron efecto pues no hab�an pasado
diez minutos cuando volv�an a estar follando, s�lo que esta vez con un ritmo
acelerado de principio a fin y unos gemidos de Raquel que hubieran levantado a
un muerto.
Para alguien que no soltaba palabrotas fuera del dormitorio,
No gimi� con susurros apagados al decirle a Javi:
- As�, as�... Hazme un precioso ni�o negro...
Hicieron el amor durante varias horas, pero Raquel le dijo
que se fuera. Javi me ignor� al salir de casa. No estaba feliz a juzgar por el
aullido de sus neum�ticos al arrancar.
Raquel me llam� y sub� las escaleras. Estaba en la cama con
las piernas abiertas por completo.
- Tengo un regalo para t�...
Raquel se puso a horcajadas sobre mi cara, el semen de Javi
rebosaba su vagina y se deslizaba por la cara interna de sus muslos. Mientras la
com�a mi polla estaba a reventar oyendo el relato de lo placentero que hab�a
sido el sexo.
- C�rrete en m�...
Me desabroch� el cintur�n febrilmente, me baj� los pantalones
y mientras Raquel me la cog�a para que la penetrara pude sentir un espasmo en mi
polla y me corr� en la palma de su mano. Esto la hizo sentirse euf�rica.
Raquel me mir� y me hizo un espect�culo lamiendo sus dedos
del semen de mi corrida y me sorprendi� continuando con una mamada.
- No me malinterpretes... Me gusta tu polla, pero si crees
que me lleva al s�ptimo cielo, est�s equivocado... El placer que siento con tu
polla palidecer�a a c�mo me hace sentir la polla de Javi...
Me puse a la defensiva.
- As� que soy un incompetente, Raquel...
- No, para nada... Tienes que aceptar tus limitaciones y
concentrarte en tus cualidades... Sabes lamer mejor que la mayor�a de las
mujeres lo hacen... Y Javi dice lo mismo de c�mo chupas una polla... Eres un
genio con tu lengua.
- �A d�nde nos lleva esto?... �Voy s�lo a lamerte a t� Raquel
y chuparsela a Javi?
Raquel se acerc� y me bes�. Sus ojos se fijaron en los m�os.
Ten�a una sonrisa en su cara que me hac�a estar cerca de dar el paso en la
direcci�n que ella quer�a que tomaramos.
- No, en absoluto... No est�s compitiendo con Javi. El
siempre ser� capaz de vencerte en ese terreno... Est�s ah� para sumarte a la
hora de hacer el amor, no para infravalorarte... Quiero que me folles, pero
tambi�n quiero que sepas que cuando los tres estamos juntos no estoy interesada
en correrme con tu polla... Es el placer de tu lengua lo que busco.
- Entonces... �Por eso es por lo que te gusta que me corra
r�pido?
- S�, pero no todas las veces... Quiero que seas capaz de
hacerlo de un modo u otro como si fuera poner un interruptor en una posici�n
diferente... Si te corres mientras me est�s comiendo entonces mucho mejor, pero
si eres capaz de aguantarte entonces por supuesto que quiero que me folles...
F�llame fuerte y f�llame r�pido. No retrases tu corrida pensando en mi placer.
Mi placer, cuando estamos los tres juntos, me lo proporciona su virilidad, no la
tuya.
- �Y qu� ocurre si no puedo, Raquel?
- Mientras lo est�s intentando eso es todo lo que te pido...
Si me preguntas qu� preferir�a, no tienes m�s que recordar tu obligaci�n como mi
caballero: Poner mi placer por encima y por delante del tuyo pues no es lo que
t� quieras sino lo que yo quiero.