Rebelde Natalia.
Me llamo Natalia, tengo 19 a�os y vivo en las afueras de
Madrid. El m�o es un barrio dif�cil, donde hay que pelear duro para salir
adelante, y donde abundan los cabrones dispuestos a jug�rtela. Este ambiente ha
curtido mi car�cter, convirti�ndome en una chica de temperamento fuerte,
atrevida y muy promiscua sexualmente. Me gusta jugar un rol dominante con los
chavales de mi barrio, y eso me hace ser admirada por mis amigas y deseada por
los t�os. Ese deseo se ve incremenatdo por mi f�sico: 1�70, piel morena y
cabello liso y rojizo, grandes y duras tetas, culo resping�n y muy guapa de
cara. Dos tatujaes y varios piercings adornan mi cuerpo.
Como habr�is advertido soy una chica rebelde y con
personalidad. Pero esto tambi�n tiene sus desventajas, y una de ellas es la
dif�cil convivencia con mis padres. Las broncas de mi viejo eran entonces
continuas, por mis malas notas en el instituto, por las compa��as, por lo tarde
que volv�a, etc. Cualquier motivo era bueno para gritarme, y �ltimamente hab�a
uno nuevo: mi afici�n por rapear. En el hip-hop hav�a descubierto una forma de
desfogar la mala leche que ten�a dentro, y cada vez me lo tomava m�s en serio.
Para acabar esta introducci�n a la historia que os voy a
contar, he de deciros que la vida en el barrio estva muy marcada por la
presencia de un hombre llamado Juli�n Carmona. Carmona era el "mafias" de la
zona: controlava el tr�fico de drogas y ten�a un par de garitos de muy mala fama
en el barrio. Era tambi�n el "patr�n" de un grupo de chavales un poco m�s
mayores que yo que le hac�an los trabajos sucios. Mi padre tambi�n conoc�a a
Carmona, y no s�lo de o�das. Cuando mi viejo se enter� que la gente de Carmona
pasava droga en mi instituto, se fue decidido a buscarle a uno de sus bares,
donde le amenaz� con denunciarle a la policia. Desde ese d�a mi padre necesita
dos muletas para andar.
Pero vayamos ya a los hechos. Una tarde cualquiera estaba en
la plaza de siempre con mis colegas, fum�ndonos unos "petas" y echando unas
risas, cuando lleg� corriendo Sebas, el colega que pinchava la m�sica mientras
yo rapeava:
- Eh Natalia!! No te has enterado?- Me pregunt� muy excitado.
- No, qu� pasa, t�o?- Le repond� con curiosidad.
- El s�bado tenemos nuestro primer concierto!. Hoy me ha
llamado el del pub Alexis para pedirme que actuemos all�, que ha escuchado
nuestra maqueta y que le mola mucho.
- Joder, qu� fuerte! nuestro primer concierto y adem�s en el
barrio! Pues ya podemos ir a ensayar que s�lo falta una semana!
El pub Alexis era uno de los locales propiedad de Carmona. De
vez en cuando se hac�an conciertillos peque�os, pero era la primera vez que o�a
que se iba a hacer uno de hip-hop. A m� me daba igual que ese local fuera del
cabronazo de Carmona, era mi primer "bolo" y eso era lo que importaba. No dije
nada en casa, pues si mi padre se enteraba me montar�a un n�mero y hasta ser�a
capaz de intentar impedir que actuara. As� que pase los d�as que faltaban
ensayando y esperando ansiosa que llegara la gran ocasi�n.
Era s�bado por la noche en el Alexis. Llegaron a mis o�dos
las primeras notas pinchadas por Sebas, y yo, entre nerviosa y emocionada,
comenz� a rapear poniendo el alma en cada verso. En la sala habr�a unas
cincuenta personas, es decir, la clientela habitual m�s los colegas. Llevaba una
escotada camiseta de tirantes que me llegaba por el ombligo, luciendo as� mis
tatuajes en el brazo y ri�ones. Tambi�n llevaba unos ajustados pantalones
deportivos negros que marcan a la perfecci�n mi redondo trasero y mis bien
formadas piernas. La verdad es que por la cara que pon�an algunos t�os estoy
segura que se fijaban m�s en mis curvas que en mis canciones, pero me daba
igual, me lo estaba pasando en grande y lo cierto es que me excitaba un poco
esto de "exhibirme" en p�blico.
El concierto hav�a acabado y est�bamos mi grupo de amigos
celebr�ndolo por todo lo alto con cervezas y alg�n que otro porro. De vez en
cuando se acercaba alg�n mosc�n intentando ligar conmigo, pero esa noche pasaba
de historias, me lo quer�a pasar bien entre colegas y despachaba a los que se
acercaban con la misma lengua larga con la que improviso los versos de mis
canciones. Pero de repente lleg� alguien a qui�n no pod�a mandar a la mierda:
Juli�n Carmona.Tiene unos cincuenta a�os, es alto, corpach�n y algo barrigudo.
Lleva barba de dos d�as y tiene el pelo cano y muy corto. Como la m�sica estaba
muy alta, me cogi� de un brazo y se acerc� a mi o�do para hablarme:
- Hola Natalia, te ha gustado cantar aqu�?- Me dijo con una
voz ronca y el aliento apestando a wiskhy.
- Ha estado genial, de verdad. - Le respond� con una sonrisa
de compromiso.
- Me alegro mucho. Montar esto ha sido iniciativa m�a (su
mano ya estaba en mi hombro), creo que hay que apoyar a los artistas del barrio,
no crees?
- Claro, claro, eso est� muy bien.
- Pero hay un problema, cuando cantabas estaba atendiendo
unos asuntos y no he podido escucharte. Te quer�a pedir si ser�as tan amable de
cantar al menos una canci�n para m�. Hay una peque�o sal�n en el piso de arriba
donde no nos molestar� el ruido.
Esa petici�n me hav�a dejado un poco perpleja y dud� a la
hora de responder. No me hac�a nada de gracia interrumpir la fiesta con mis
amigos y menos para cantarle en privado a ese t�o. Pero por otra parte tampoco
quer�a parecer borde ni desagradecida y acced� a su demanda. Entramos en una
habitaci�n amueblada con un sof�, una mesa y un mueblebar. Carmona se sirvi� un
wiskhy y me dio otro para m�.
- No, gracias, no me gusta- Le dije.
- Vamos nena, pru�balo, es a�ejo y del bueno- Me respondi�
gui��ndome el ojo.
Acept� para no discutir y le d� algunos sorbos. La verdad es
que estava bueno. Despu�s sac� una bolsita con coca e hizo varias rayas en la
mesa.
- Seguro que con esto cantas mejor, o tampoco te gusta?- me
pregunt� con cierto sarcasmo.
- S� que me gusta- Me estava jodiendo ese trato paternal, y
para no parecer una cr�a me met� dos rayas del tir�n. Yo hab�a probado alguna
vez la coca en peque�as cantidades, pero esa harina era muy buena, y las dos
rayas me colocaron much�simo. Me acab� el wiskhy de un trago y le dije a Carmona
que se sentara, que iba a empezar la actuaci�n.
- Demu�strame lo que sabes- me dijo con una media sonrisa
mientras se sentava en el sof�.
Mientras cantava, el alcohol y la coca iban haciendo efecto y
me iba soltando cada vez m�s. Me mov�a mucho, y mis tetas acompa�aban el r�tmico
movimiento, cosa que no pasaba inadvertida a los ojos de Carmona. Por un momento
me fij� en su paquete y vi que ten�a un bulto considerable. El cabr�n se estava
poniendo cachondo conmigo. Esa situaci�n, lejos de asustarme, despert� mi lado
provocador, me acerqu� m�s a �l y le d� la espalda, dejando que mi culo se
moviera ante �l.
La euforia de la noche, junto con las drogas y la chuler�a
innata en m� hac�an que no calibrara a d�nde me pod�a llevar todo aqu�llo.
De repente, me cogi� con sus fuertes manos de la cintura y me
sent� encima suyo. Con una mano sob�ndome las tetas, inclin� mi cuerpo sobre el
suyo y desliz� la otra mano por debajo de mis pantalones y tanga hasta llegar a
mi co�o, que empez� a frotar suavemente con sus dedos gordos y duros. Todo esto
hab�a pasado muy r�pido, y no sab�a como reaccionar. Mil cosas pasaron
desordenadamente por mi cabeza en d�cimas de segundo, debati�ndose entre salir
de all� corriendo o quedarme y follar con el mayor hijo de puta del barrio y que
adem�s hab�a dejado cojo a mi padre de una paliza. �l ya hab�a metido dos dedos
en mi vagina que empezaba a responder a su estimulaci�n, con la otra mano me
hab�a alcanzado una teta, que amasaba con fuerza, y pellizcaba mi pez�n erecto.
Por fin se produjo mi reacci�n, y �sta fue empezar a mover mi culo arriba y
abajo sobre la dura polla de Carmona. �ste celebr� mi reacci�n.
- Muy bien, Natalia, muy bien. Sab�a que no me
decepcionar�as- Me susurr� al o�do, que acto seguido se puso a lamer y
mordisquear.
Me estava poniendo cachonda como una perra, mi co�o ya
chorreaba con la paja que me estaba haciendo y que aceleraba a la par que mis
gemidos, y acab� en un sonoro orgasmo, arqueando mi espalda y juntando mi cara
con su mal afeitada barba. Pens� para m� que esta vez no iba a ser diferente a
las dem�s, y que ser�a yo la que tomara la iniciativa. Me levant� y me puse de
cara a �l, que me miraba con su media sonrisa de siempre, y me quit� la camiseta
y el sujetador, mostr�ndole mis pechos grandes y duros, cuyos pezones
despuntavan considerablemente. A continuaci�n me baj� despacito los pantalones y
el tanga, y me qued� totalmente desnuda ante �l, que admiraba mi cuerpazo con
evidente satisfacci�n. Quer�a tocar su polla y me arrodill� y empez� a besar y
lamer su paquete por encima del pantal�n.
- Qu� zorrita est�s hecha, Natalia. Nos lo vamos a pasar muy
bien, no todo los d�as me tiro a una jovencita tan guapa como t�.- Mientras
dec�a esto le desabroch� los pantalones y de debajo de sus calzoncillos apareci�
un enorme poll�n, tanto de largo como de ancho, venoso, moreno y maloliente. Sin
pens�rmelo dos veces introduje la enorme tranca en boca y empez� a chupar con
empe�o, mientras las manos de Carmona guiaban mi cabeza arriba y abajo.
- Es la primera vez que me la chupan con un piercing en la
lengua. Muy bien, zorrita, sigue, sigue...
Me jod�a mucho que me llamara "zorrita" pero curiosamente eso
acrecentaba mi deseo sexual y me hac�a m�s "zorrita" cada vez. Le pasaba la
lengua de punta a punta, procurando que notara el acero del piercing, de vez en
cuando me deten�a en besar y lamer su capullo y sus huevos. El muy cerdo estava
disfrutando de lo lindo y eso me estaba dando mucho morbo.
- Me voy a correr en tu boca, putita, y te lo vas tragar
todo, entendido?- Dicho esto cogi� mi cara con sus manos, meti� su falo hasta mi
garganta y empez� a echar chorros de semen caliente que a duras penas pod�a
tragar.
- M�rame a los ojos Natalia.- Le mir� a los ojos mientras
acabava de tragar los �ltimos lecherazos.
- Mientras mi polla descansa en tu boca, te voy a explicar
una historia que seguramente conoces. Trata de un padre muy preocupado por su
hijita, porque teme que gente desalmada pueda venderle drogas y pervertir a su
princesa. Conoces esa historia?
Qu� hijo de puta. Conoc�a esa historia perfectamente, y
mientras la polla de Carmona se volv�a cada vez m�s fl�ccida dentro de mi boca,
�l iba explicando el relato que ya conocemos, con pelos y se�ales, todo para
regodearse en mi humillaci�n y en la de mi padre.
- Jajajaja, y aqu� est� la princesita, comi�ndole la polla al
malvado pervertidor de hijitas, jajaja, qu� crees qu� dir�a tu padre si nos
viera, Natalia?
No estaba dispuesta a parecer d�bil o herida por sus
palabras, y volv� otra vez a chup�rsela como si no hubiera o�do nada. Cuando la
tuvo otra vez erecta, me levant� y me sent� sobre �l. Pens� en decirle algo para
reafirmar mi autoridad y mi fortaleza, pero mi imaginaci�n de rapera se hab�a
acabado, y empez� a morrearle, entrelazando lengua con lengua, con ese maldito
aliento a wiskhy lleg�ndome a la nariz. Le desat� la camisa, y acarici� y bes�
su pecho peludo y sudado. Su barriga era asquerosamente gorda. �l apretaba mis
redondas nalgas y acariciaba la suave piel de mis piernas arriba y abajo. Me
levant� un poco e introduje la gruesa polla de aquel tipo en mi co�o. Con mis
manos en su pecho empez� a cabalgar salvajemente sobre Carmona, que admirava el
espect�culo de mis tetas saltar al ritmo del polvo. Se puso una en la boca,
jugeteando su lengua con mi pez�n duro y mordi�ndolo hasta el punto de
producirme dolor. Mis gritos eran cada vez m�s fuertes, tuve un orgasmo, y
continu� saltando sobre la polla de Carmona, casi como un loca. �l tambi�n
jadeava con su voz ronca, hasta que arque� mis espalda hacia atr�s, y apoy�ndome
en sus rodillas, tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida. Carmona, con sus
manos en mi cintura, descargava todo su semen dentro de m�.
Me inclin� hacia delante y me quede recostada contra su
pecho, exhausta.
-Qu� bien follas, Natalia, eres una zorra de primera, y
adem�s cantante, jajaja- Me dijo susurrando mientras acariciaba mi cabeza
recostada en su hombro.
Hab�a tenido suficiente. Ahora ve�a m�s claro que hab�a
llegado demasiado lejos con un tipo como Carmona, y aunque yo tambi�n hab�a
disfrutado cre� que ya era hora de irse. Me levant� y me agach� para recoger mi
ropa y vestirme, cuando el brazo fuerte de Carmona atenaz� mi cintura y me dijo
con su t�pico sarcasmo:
- � A d�nde va nuestra cantante putita? �es que no vas a
hacer ning�n bis?
- D�jame ir, mis amigos me est�n esperando- Le respond�.
Ignorando lo que le hab�a dicho, me llev� casi en volandas
hasta la mesa que hab�a en la habitaci�n, y cogi�ndome de las manos me recost�
en ella, quedando mi culo a su merced.
- Pero Natalia, cari�o, si ahora viene lo mejor.- Y mientras
me dec�a esto acariciaba mi ano con su dedo pulgar.
Aquello no me gustaba nada. Era virgen por detr�s, y la
enorme polla de ese t�o auguraba un dolor insufrible. Pero, ten�a alguna
posibilidad de marcharme?. Un dedo se iba introduciendo ya poco a poco en mi
ano. Si aquello ya me estaba doliendo no quer�a ni imaginar lo que vendr�a
despu�s. Pero una vez m�s me arm� de valor y para nada estaba dispuesta a
parecer una v�ctima ante nadie. Me apoy� bien en la mesa, separ� las piernas y
saqu� bien ese precioso culo para que Carmona me lo petara.
Cuando me hubo dilatado un poco el ano y lubrificado con
saliva, puso su gordo capullo en la entrada de mi ano, y empez� a a penentrar
lentamente pero sin pausa. Yo apretaba los dientes y reprim�a mi gritos de
dolor, que no pasaron inadvertidos a Carmona.
- Te duele Natalia? Hoy vas a salir de aqu� hecha una
mujercita!- y palme� dos veces mi culo.
Casi tanto como el dolor f�sico, me jod�a much�simo ese trato
de fuerte a d�bil, y con l�grimas cay�ndome por las mejillas ech� para atr�s mi
culo hasta meterme todo el cipote de Carmona, que cogi�ndome bien de la cintura
empez� a bambolearse. Pese al intenso dolor intentava acompa�ar sus moviminetos,
y llev� mi mano hasta el cl�toris para procurarme algo de placer.
- Toma, zorra, toma, que culo tan bonito y apretadito tienes!
y te lo estoy reventando yo, puta!
Sus embestidas cada vez eran m�s fuertes y r�pidas, intentaba
que mis gritos de dolor parecieran gemidos, pero por dentro rezaba para que
aqu�llo acabara pronto. Carmona no paraba de insultarme y repetir como gozava
revent�ndome el culo, mientras sobaba mis doloridas tetas y masajeaba mis
nalgas. Despu�s de un buen rato de salvajes embestidas, en las que cre�a que me
iba a partir en dos, Carmona, asi�ndome bien de la cintura, descarg� su semen en
el �nico agujero que le quedava, mientras vociferava con su voz ronca.
- Me corro Natalia!! toma! toma!, aaaaaaaaaahh!!, te gusta
tanto como a m�, zorra!?
Se separ� de m� d�ndome un par de cachetes en el culo, y yo
me qued� unos instantes apoyada en la mesa, recobrando un poco el aliento y
sec�ndome las l�grimas para que no me las viera Carmona. Despu�s vi que por mis
piernas bajaban semen y sangre juntos. Me limpi� y anduve como pude hasta mi
ropa, intentando mantener un aire de dignidad, y me vest� ante Carmona, que se
hab�a sentado en el sof� y se fumaba un cigarro. Mientras me vest�a me dijo:
- Te has portado muy bien Natalia. Seguro que tu padre
estar�a orgulloso de ti.
- Mi padre nunca sabr� esto.
- Puedes volver a cantar aqu� cuando quieras.
- Lo pensar�.
Fin.