Bea, como as� la gustaba que la llamaran (Beatriz), trabajaba
en la Oficina de Correos de una provincia cercana a Madrid. Era una muchacha de
unos 24 a�os aproximadamente, muy delgada, pero tampoco muy alta, lo que la
hacia una chica proporcionada, con las formas muy marcadas, morena, tanto su
mirada, como su tez y su cabello; largo y lacio hasta pr�cticamente la cintura.
Sus pechos eran peque�os, pero parec�an mas grandes debido a
su delgadez, su culito muy marcado junto con sus caderas, las cuales siempre
quedaban bastante se�aladas en su cuerpo.
Bueno, a todo esto debo indicar que mi nombre es Daniel
(Dani) tengo 33 a�os y trabajo en una gestor�a, lo que continuamente me provoca
desplazamiento a dicha oficina con el consiguiente calent�n que sufro al ver a
Bea. Tanto roce como pod�is imaginar hizo que mi relaci�n con ella pasara del
simple "buenas tardes" al "hola que tal estas" y de ah� al "saludo por la calle"
sin pr�cticamente habernos parado a charlar.
Pero todo cambio una tarde de noviembre del a�o pasado. Me
acerque a la oficina de correos a enviar un Burofax y unos cuantos certificados,
cog� mi numero de rigor, y esper� a que fuera mi turno En ese momento estaban
dos personas atendiendo al publico y una de ellas era Bea (pr�cticamente no me
fije) pronto fui atendido y tuve la suerte de que fuera Bea.
Todo marchaba como de costumbre, pero surgi� un problema, el
Fax no aceptaba mi env�o tras varios intentos in�tiles, lo que motivo que
viniera el Jefe de Servicio, el cual me invit� amablemente a que viera como se
realizaba el env�o desde una sala contigua de clasificaci�n de cartas, all� nos
desplazamos los tres. Bea, estaba nerviosa e insist�o a su Jefe realizar ella
misma el env�o, tras lo cual el mismo nos dejo solos a los dos. El ambiente era
muy fr�o, pues la sala aproximadamente de unos 50 m2 infund�a a ello.
La muchacha repet�a una y otra vez que no "entend�a" porque
no funcionaba su fax, que toda la tarde habia funcionado.
En ese momento, justo en ese momento, me fije detenidamente
en ella, vest�a unos vaqueros Levi�s 501 muy justos, cinto de piel marr�n ancho,
y un jersey de hilo de cuello alto muy ajustado, fino, tan fino que permit�a
met�rselo por dentro del pantal�n.
Yo situado detr�s de ella no pod�a dejar de mirar su culito,
"que co�o de culito" CULO, porque era un se�or culo, ajustado, (por cierto sin
marca de braga) lo que me induc�a a pensar que llevaba tanga.
Realmente no se como paso, pero cuando estaba agachada y se
levant� la tome por la cintura de espaldas y la apret� contra mi pecho, (espere
llevarme un guantazo), ella no dijo nada, realmente no hizo nada.
Se dej� llevar como si nos conoci�ramos de toda la vida, o
como si lo estuviera esperando, tal vez por el �mpetu, pero as� fue.
Yo tambi�n, me hubiera gustado poder dedicarla mas atenci�n,
pero las circunstancias, el lugar, la situaci�n, no lo permit�an y ella lo
sabia.
Jam�s la desnude pero me la folle, �como que si me la folle?
Como dios manda (o asi creo).
R�pidamente, desabroche su cintur�n, y baje a media altura
esos jeans que llevaba (no sin trabajo, por lo ajustado que los llevaba), su
tanguita, como ciertamente pens�, era negro, de esos de tira, fino, fin�simo,
que se introduc�a en la raja del culo y labios vaginales pr�cticamente sin
notarse, y su piel era fina, fin�sima y suave como los melocotones.
Yo, sin mediar palabra, descend� rapidamente hasta su ano, el
cual lam�, desesperadamente, prolongando la operaci�n hasta su cl�toris, fresco,
muy fresco ("es una sensaci�n que siempre me pasa con las mujeres que llevan
tanga. Su co�o tiene algunos grados menos de temperatura"). R�pidamente me
baj� la bragueta, mi berga, estaba roja, hinchada, a punto de estallar,("circunstancia
que de pensar que nos pudieran pillar, nunca hubiera estado as�"), jam�s
pretend� que me la chupara, pues no tenia tiempo, tenia de romper aquello, de
una manera o de otra, pero romperlo.
Apunte mi glande sobre su raja, y apret�; tengo de reconocer
que apret�, todo lo que pude y entre, entre en su co�o.
Comenc� a foll�rmela, con fuerza, pero no me hizo falta; Bea
tenia una cavidad vaginal, ampliamente dada de s�, pese a su reducido tama�o
f�sico. En ese momento yo me encontraba ya sentado en una silla giratoria y Bea
encima de mi de espaldas y abierta, muy abierta. Mientras continuaba el "va y
ven" yo la ayudaba al mismo agarr�ndola por las caderas, huesudas, marcadas por
su delgadez, pero hermosas. Bea pese a parecer una muchacha limpia
exteriormente, era una cerda, pues su co�o desprend�a un olor fuerte mientras
foll�bamos, pero agradable; y su ano, cuando se lo com� anteriormente
vislumbraba alg�n que otro resquicio de suciedad, pero no me importaba, estaba
buen�sima y este era mi momento.
La muchacha disfrutaba, pero debido al lugar donde nos
encontr�bamos conten�a sus gemidos, cosa que yo tambi�n ten�a que hacer.
Acto seguido, me decid� a romperla el culo. En la misma
situaci�n que nos encontr�bamos, no me era dif�cil sujetar a Bea con una mano y
con la otra apuntar mi glande sobre su ano.
Ella no dijo nada, yo esperaba que se negara, pero no dijo
nada. Circunstancia que me hizo presagiar que no era el primero en explotar ese
lugar. Efectivamente sin lubricaci�n alguna, solo con los jugos vaginales que
hab�an resbalado de la penetraci�n vaginal, se la introduje, a media altura,
hasta la mitad.
En ese momento Bea solt� las manos que tenia apolladas en mis
piernas y las dejo en el aire, (yo estaba anonadado) y cual fue mi sorpresa que
se quedo en vilo, solamente sujeta por su pies al suelo.
Sabia perfectamente lo que hacia.
Posteriormente se introdujo una mano por dentro del su�ter y
comenz� a acariciarse los pezones y con la otra se tocaba el cl�toris, ella
sola.
Sin decir nada comenz� a flexionar las rodillas para iniciar
el "vaiv�n" respectivo. Yo alucinaba, "me estaba follando ella a m�".
Para contribuir a su trabajo, levant� de un golpe seco la
pelvis de la silla, y entro "valla si entro" toda de un solo golpe. El
movimiento fue fren�tico, aquello era la gloria, su ano se ajustaba
perfectamente a mi polla, est�bamos acoplados de una manera integral, tanto que
en un abrir y cerrar de ojos me corr� dentro de su ano. En ese momento pens� que
aquello hab�a terminado, pero no, ella segu�a, necesitaba satisfacer su placer y
yo no pod�a defraudarla.
Yo tenia una sensaci�n agridulce dentro de mi, por un lado me
estaba follando a una delicia de muchacha, pero por otro lado aquello no tenia
ning�n merito, ese ano hab�a sido dilatado en muchas ocasiones pese a la corta
edad de la muchacha, lo que unido al lugar donde est�bamos y las circunstancias
del momento indicaban que ella estaba acostumbrada a ese tipo de juegos.
Mientras segu�a disfrutando de su ano, el cual por cierto,
ve�a desde mi posici�n como se tragaba mi polla con facilidad, contemplaba como
se desprend�a una sustancia lechosa (cuando mi polla estaba en la posici�n mas
alta y fuera del ano), de un color caf� con leche, era como "crema oscuro",
posiblemente producto de mi primera descarga de semen y residuos de excrementos
que l�gicamente se encontrar�a en sus intestinos. De repente ella hizo un
movimiento brusco de columna hacia atr�s. Concretamente hacia mi, lo que
facilito que con una mano tocara por el interior del jersey sus pechos peque�os
y firmes, bajo un sujetador de relleno; y con la otra mano acariciar el bello
situado encima de su cl�toris (Bello escaso, pero no depilado, de poca
altura, posiblemente rapado, en alguna ocasi�n) el cual me llam� mucho la
atenci�n, pues, solo era de unos cent�metros de longitud hacia el ombligo.
"Era una muchacha perfecta para llevar tangas o bragas de
talle corto, pues su mata de pelo era testimonial. "
En ese momento el vaiv�n se hizo fren�tico y ella tuvo un
orgasmo de fuerte caudal, tanto que mis canzoncillos y mis pantalones, situados
a la altura de los tobillos, quedaron impregnados de aquella sustancia viscosa.
Sin mediar palabra, Bea, de desacopl�, volvi� a colocarse la
tirita del tanga en su sitio, pues en ning�n momento se lo quit� y se subi� los
pantalones, con una mirada picara me dijo "vamos que hay que poner un Burofax" y
acto seguido conect� la maquina. Simplemente la enchuf� a la red el�ctrica. Me
sent� enga�ado, con una cara de "gilipollas" cuando me dirig�a a la salida que
no os pod�is imaginar; y para colmo los compa�eros de Bea la saludaban muy
amablemente.
La chica se tenia que haber "follado" a toda la dependencia
del Servicio de Correos de la provincia, y yo era una muesca mas en su co�o.
Los d�as pasaron y cuando yo me acercaba a Correos y ella
estaba all�, todo era como al principio saludos y nada mas. Nada mas, porque una
vez directamente en la ventanilla, donde ella atend�a al p�blico, la dije que
deseaba volver a follarla, pero esta vez en mi casa, con calma y a mi gusto,
pero nunca acept�. Siempre se evad�a.
Una de dos, "o no estuve a la altura de aquella mu�eca" �
"Bea, era una ninfoman�a, una putilla que no cobraba, pero en definitiva una
putilla".
Al poco tiempo deje de ver a Bea en Correos, meses despu�s me
la encontr� con un muchacho, de la mano, por la calle, y ella con un abrigo
largo, denotaba un cierto volumen en su cintura, � madre m�a, estaba pre�ada !
La salud� como de costumbre con un hola y adi�s, y pens�
"saldr� el bebe con una carta debajo del brazo"�