Yo me llamo Dar�o. Tengo diecisiete a�os y quer�a contarles la primera vez.
Como fue hace muy poco tiempo tengo todos los recuerdos y sensaciones bien
frescos. Pero ante les voy a ir contando algunas cosas, a Los catorce a�os una
noche de mi primera borrachera, estaba con mart�n en su casa, aprovechando que
los dos estabamos muy desinhibidos intent� tocarlo, cuando estabamos ya en
calzones y tirados en su cama, pero �l se puso furioso. Yo le dije que fue sin
querer y que no se pusiera as�. Pero �l no entr� en razones. Eso hizo que no me
animara a acercarme a un hombre, no estaba dispuesto a tener esa misma
experiencia. Dicen que cuando no lo buscas aparece y as� fue.
Una ma�ana llam� a Natalia ya que ten�a que recupera unos CD que le hab�a
prestado. No estaba pero el padrastro me dijo que pod�a pasar al mediod�a a
buscarlo. �l Tipo era macanudo y siempre hab�amos tenido buena onda. (Nada que
ver, no se imaginen nada porque �l era un tipo agradable con todos) A las doce y
media estaba yo en la puerta de la casa de Natalia. �l me abri� y me dijo: Sub�
a buscarlos� Estuve un rato en el cuarto ya que ten�a todos los compactos
desparramados por toda la pieza. Cuando me dispon�a a irme �l me invit� a
almorzar, yo no ten�a nada que hacer as� que acced�. �l tipo estaba re bien una
canas en la sien lo hac�a parecer un actor de pel�culas, no era muy fornido pero
el short que ten�a puesto le hac�an una cola magn�fica y adem�s no ten�a nada
puesto arriba y dejaba ver su pecho, apenas bronceado y con muy pocos pelos.
Tomamos un poco de vino y �l me preguntaba cosas �ntimas. Hata que me
pregunto si era virgen y que ya iba a conseguir una chica� que ten�a que
esperar, que no me ponga mal. Lo mir� con odio y me fui sin explicaciones al
ba�o. Las lagrimas me brotaban y no sab�a que explicaci�n le iba a dar a este
buen se�or. Cuando escuche que golpeaban la puerta los sollozos se hicieron
llanto. Me hablaba del otro lado de la puerta y yo no pod�a contestar. Las
lagrimas y la humillaci�n me hab�an dejado sin voz. �l abri� la puerta y me
abraz� me hablaba de forma muy tierna pero yo no lo escuchaba, me dio vuelta y
su pecho qued� a la altura de mi boca. No s� como hice, ni que me anim� a hacer
lo que hice. Su olor a transpiraci�n me excit� tanto que lo abrac� con mucha
fuerza y �l me respondi� ese abrazo, luego me separ� y mi pene roz� su entre
pierna. Me volv� a apoyar en su pecho y le bese la tetilla, saque mi lengua y le
juguete en el pez�n� Sent� una breve erecci�n de su parte y como le gustaba, yo
insist�. Le pellizqu� el otro pez�n y mis besos se convirtieron en mordiscos. �l
me puso una mano en la nuca y la otra fue bajando por mi espalda. Yo estaba como
en un sue�o. Un hombre hermoso me estaba acariciando. Nunca imagin� que esto me
pudiera pasar. yo con esto estaba conforme y si todo acababa ah� estaba
satisfecho. Pero el me tomo la mano y me llev� a la sala, me dej� en el sof� y
se sent� muy cerca de m�.
Me puse a jugar con los poquitos pelos que ten�a en el ombligo. All� todo
cambi�, �l tom� la iniciativa, me sac� la remera, me estir� el brazo y se
zambull� en mi axila. Eso me excito como nunca lo hab�a estado y quise hacerle
lo mismo. �l baj� mis short y mi calz�n, que estaba todo mojado de tanta
excitaci�n. Le dije que nunca hab�a estado con un hombre y �l me dijo que
tampoco� nos desnudamos y nos pusimos a jugar con nuestros penes. Yo no
aguantaba m�s y puse mi boca a la altura de su pene y comenc� a chuparlo de
apoco �l gem�a y se mov�a y yo me la iba comiendo entera.. Sent� que pronto �l
iba a acabar y yo iba a recibir su n�ctar. No entend� por que �l me detuvo y se
recost� sobre la alfombra. Yo le ofrec� mi verga pero la rechaz�, sin embargo se
puso a ol�rmela. La olfateaba, la miraba y la tocaba como si fuera la m�s
delicada de las cosas que tuvo entre sus manos. En segundos se puso a juguetear
con su lengua en mi glande hasta que se la trag� entera. Me vengu� sac�ndola y
le ofrec� el ano para que me lo chupara. Y si que me lo chup�, yo quer�a que me
penetrara pero no se lo pod�a pedir. Fue entonces que me meti� primero un dedo y
luego otro y yo estaba fatal gem�a, gritaba, me revolv�a de placer. �Hay m�s
placer que esto? Saco sus dedos y me los ofreci� para que se los lamiera y lo
hice.
Me puse en cuatro patas. Si esto no lo entend�a yo me hac�a monje tibetano.
Apoy� la cabeza de su polla y yo sent�a mi ano latir. Pero de repente un dolor
inmenso me invadi�. Pens� que me la hab�a metido toda pero solo hab�a entrado la
cabeza. Le ped�, le suplique que la sacara, que no estaba preparado para eso y
que con los dedos me gustaba m�s. Pero Francisco no me escuchaba y sigui� su
camino por mis entra�as. Cuando sent� el choque de sus bolas en mis nalgas sent�
que lo peor ya hab�a pasado y en eso �l empez� a bombear� primero en forma lenta
y luego con todas sus fuerzas, El dolor se convirti� en un hermoso placer, lo de
los dedos era solamente un aperitivo.
Francisco se corri� dentro de m� y al sentir su leche caliente yo me corr�.
Me hab�a partido en dos. Tard� unos instantes en sacarla pero cuando lo hiz� me
abalanc� ante su pene. Fuente inagotable de placer. Se lo dej� brillante ya que
se le hab�a ensuciado con mi excremento. Me gust� limpiarle la verga y tragarme
esa mezcla de sus jugos y mis s�lidos. Not� que m�gicamente mi pene se alzaba
como si nunca hubiera eyaculado. Francisco estaba desparramado sobre la
alfombra, pero lo v� desanimado, yo cre� que era porque sent�a que todo hab�a
acabado� y entonces lo empec� a franelear.
Le hice mimos como si fuera a tocarle el ano pero cuando me aproximaba al
punto de tocarlo me alejaba. Su culo palpitaba y esa fue la se�al para dejar el
jueguito y encaminarme hacia su culo. Lo lam� dos o tres veces y le lo introduje
dos dedos, lo masaji� y cuando lo note dilatado se los llev� a la boca� primero
los rechaz� pero luego se los trag� enteritos. Con tanto entusiasmo los chupabas
que me dio ganas de besarlo. Jugaron nuestras lenguas y le dije - Ahora te toca
a vos� Francisco estaba tan caliente que me pidio que lo penetrara. Y lo hice.
Le di un golpe y entr� entera. El grito y yo me re�. Sin darle aliento lo empec�
a bombear, pero no fue por venganza sino que no me pod�a controlar. Con las
manos busque su pene y y lo empec� a pajear. Le acabe toda la leche de un solo
tir�n, el tambi�n se corri�.
Saqu� el pene de su ano y note que le corr�a un torrente de sangre y de
leche� se lo lam� hasta que dej� seco. Nos quedamos abrazados y satisfecho.
Un beso tibio fue el epilogo de tama�a jornada.
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