CASI LA PRIMERA VEZ
Desde hac�a un tiempo estaba manteniendo relaciones con un
nuevo amigo, pero siempre en calidad de activo. En mi interior me preguntaba
c�mo ser�a tenerla adentro, pues hab�a experimentado apenas a medias una vez, y
siempre quise completar aquella experiencia. Se lo hice conocer, y �l de buen
grado acept� ser quien "trabajar�a" mi cola cuando as� yo lo deseara.
Un encuentro posterior fue motivo para repetir mis palabras
de que deseaba experimentar a lo que �l no se opuso. Le mam� la pija hasta
dejarla bien erecta, mientras �l me masajeaba el aro del ano para ir
prepar�ndolo. Primero un dedo de a poco hasta introducirlo hasta la mitad,
mientras estiraba los labios del esf�nter anal. Yo en tanto, prosegu�a con la
mamada y cuando dese� tenerla se lo hizo saber.
Me pidi� me pusiera en �ngulo de 90 grados y �l se ubic�
detr�s tras colocarse el profil�ctico. Quiero decir igualmente que su pene es de
16 cm, fino, pero lo que destaca es el enorme glande. Tiene forma de cono, pero
sin punta, algo "mocho" y sobrepasa al tronco en no menos de medio cent�metro,
lo cual habla a las claras del portentoso tama�o y de las maravillas que su roce
en el canal anal provoca.
Al sentir ese glande presionando contra mi aro marr�n, me
relaj� y esper� la invasi�n. S�lo fue menos de un segundo, y la presi�n de su
glande hizo ceder mi aro y se adentr� en el canal anal. Se detuvo y comenz�
suavemente a quitar y poner.
Sentir ese trozo de carne y m�sculo ingresando en mi ano, me
puso muy excitado y empuj� hacia atr�s recibiendo otra porci�n. No hubo dolor,
pero si un gozo que fue aumentando en la medida en que �l aumentaba a su vez la
velocidad de quita y pon y me penetraba cada vez m�s adentro. Percibir el masaje
de su glande en mi recto, me hizo erectar, se�al de que estaba comenzando a
gozar por anticipado. El lento ir y venir de su pija me llevaba al s�ptimo cielo
(si es que existe) y entre gemidos le ped�a que lo hiciera as�, lentamente para
mayor disfrute de esa carne cil�ndrica.
Le ped� m�s y de un golpe me ensart� hasta los pelos. Sent�
un agudo dolor en el fondo de mi canal anal y luego se sucedieron los empellones
de su glande (bastante grande).
Comenzamos a movernos al un�sono y o respond�a a sus
empujones con similares hacia atr�s haciendo que su verga se mantuviera
enterrada continuamente. Not� que �l gem�a y resoplaba, se�al de que mi culo lo
estaba satisfaciendo, mientras no dejaba de culearme. Me acariciaba las tetillas
y me besaba dulcemente en el cuello, por momentos me tocaba la verga dura, pero
sin dejar de hacer los movimientos del coito, lo que me produc�a mayor disfrute.
Yo no dejaba salir ni un cent�metro de ese poderoso ariete que trabaja en mi
cola y me sent�a por momentos una mujer desesperada por pija, pero el punto era
que me estaba comiendo mi primera pija de verdad, es decir, que estaba siendo
penetrado como tantos a�os hab�a so�ado.
Debemos haber estado al menos unos quince minutos, cuando
agitado me dijo que estaba por acabar. Le rogu� no la quitara y que lo hiciera
adentro.
Me abraz� de la cintura y hundiendo si pija hasta los huevos
me cule� aceleradamente y medio de los quejidos de ambos derram� su leche.
Se estuvo adentro unos momentos y tras ello sac� su pija. A
trav�s del profil�ctico pude observar que hab�a derramado abundante leche, pues
el dep�sito del l�tex y algo m�s hacia adentro estaba completo.
Se quit� la goma y enfil� esa pija hermosa hacia mi boca, que
recibi� sus �ltimas gotas, hasta dejarla limpia y brillante.
Nos tendimos uno al lado de otro y disfrutamos de un momento
de silencio y relax. Cuando "regresamos", nos miramos y nos besamos.
Le dije que estaba satisfecho, pues la "otra parte" de mi
persona estaba ahora completada gracias a su pija. Se sinti� adulado y me
agradeci� haber sido quien en alguna medida me desvirgara momentos antes.
Cuando se fue, corr� al sanitario y me toqu� el ano. Estaba
dilatado y muy sensible. No hubo dolor, sino disfrut� de su enculada y me sent�
muy satisfecho de haberlo hecho.
En d�as posteriores, estuve pensando sobre lo acontecido y
resolv� repetir la experiencia, no ya con �l, sino con otro, pues creo que me he
convertido en bisexual, y no en un puto como generalmente dice la gente que no
comprende este tipo de relaciones.