�EROTICO ENCUENTRO�
Llega el momento en que una mujer m�s aparece en la vida de
Kite, este, por su parte, se encuentra en el dilema de que hacer para saciar su
sed que le ofrece aquella er�tica mujer, que termina por proporcionarle un
encuentro er�tico.
Fin de semana con los �ltimos copos del invierno. Me
encontraba en el asiento trasero de la camioneta donde viajaba, dirigi�ndome
rumbo a una caserona antigua donde viv�a una t�a que ni siquiera conoc�a. Y mis
pensamientos se atropellaban cuando me formulaba la cuesti�n de que iba a pasar
todas mis vacaciones ah�. Pero el terror reinaba cuando un "si" aparec�a. En
fin, ya �bamos a llegar a la casa de la dichosa t�a.
En la camioneta �bamos toda una perrada. Yo, el peque�o Kite,
que se encontraba entre el culo de dos t�as gordas, y al frente, un t�o que
conduc�a, su esposa, y mi exquisita prima (que luego les contar� de ella) en
fin, cuando llegamos a la casa de mi t�a tuve que ponerme agua helada en el culo
debido a la entumici�n.
La puerta de la casa se abri� ante nosotros por una sirvienta
que nos invit� a pasar. Dijo que mi t�a estaba arriba y que luego bajaba. Y
cuando lleg� el momento, yo me qued� estupefacto, in�til y tieso como un
cad�ver.
Era una mujer alta y blanca, de labios carnosos, un tanto
delgada, con su suave cabello descansando sobre sus hombros, de un casta�o
claro. Sus piernas eran grandes y hermosas, como su cuerpo. Llevaba un vestido
verde que le apretaba los senos y las caderas, y mis primos y yo nos quedamos
embobados mirando aquel monumento a la belleza. No sab�a que ten�a una t�a tan
buena, pens�.
En fin, cenamos, bailamos, re�mos, todo lo que hace una
familia aparentemente normal cuando se visita. Mi t�a era tan hermosa que no
pude dejar de verla en toda la noche, y cuando nuestras miradas se cruzaban, nos
sonre�amos, pero la diferencia era que yo me sent�a iluminado al sentir esos
hermosos, grandes y claros ojos sobre m�. Y sus ojos no reflejaban nada que me
dieran alguna respuesta, pero ya sospechaba algo de mis lujuriosas miradas.
Despu�s de tontear, por ya muy noche nos quedamos los primos
y mi t�a. Seg�n, nos quer�a conocer mejor mientras todos estaban dormidos.
---�Y tiene esposo t�a? �pregunt� una de mis primas.
----Oh no �mi t�a se llev� una mano a la boca, ocultando una
risa, m�s bien alguna penuria ---me divorci� hace a�os.
----�Y no se ha vuelto a casar? �pregunt� un primo.
-----No ---mi t�a se acomod� el cabello, algo inc�moda, y por
un momento me mir� ---ning�n hombre se me ha vuelto a ser interesante. �dijo.
----Si, todos son unos animales ---dijo otra prima.
----Y es una l�stima ---dije yo.
----�Por qu� Kite? ---mi t�a se inclin� hacia m�
----Siendo usted tan hermosa ---dije.
Ella esboz� un sensual gesto de gratitud, tan hermoso y
er�tico, que casi me vengo ah�. Una sonrisa del cielo, pens�.
La noche cay� y despu�s de platicar de tonter�as nos sentimos
cansados y nos fuimos a dormir. Mi habitaci�n, por suerte a mi mente lujuriosa
de aquellos momentos, estaba a un lado de la habitaci�n de mi t�a. Antes de irse
a dormir, entr� a mi habitaci�n. Se desped�a de todos (que t�a tan linda pens�
riendome) antes de ella misma irse a dormir. Yo pensaba en ella, en como podr�a
ser la mejor manera de tir�rmela, pero era un posible que una mujer de esas
alturas y siendo tan hermosa se fijara en un mocoso de nombre de circo(1). Yo
estaba a punto de hacerme una chaqueta cuando ella entr�. Y las ganas no se me
quitaron al verla en su camis�n de noche, rojo transparente corto que dejaba ver
un enorme pero enorme culo musculoso, duro, ancho, yo casi me vuelvo loco.
Quer�a toc�rselo, mam�rselo, ten�a unas ganas enormes de echarla a la cama y
montarla hasta saciar mi sed de esa mujer. Se sent� junto a mi, yo ocultando la
chaqueta que me hac�a.
---Buenas noches sobrino �me dijo ---es un placer tenerlos
aqu�, estando yo aqu� sola ---me sonri� �me aburro.
----No se preocupe �le dije tom�ndole una mano ---yo estoy
aqu�. Dicen que soy un ni�o problema, tal vez sea un remedio contra el
aburrimiento cuidarme.
Ella ri� de buena gana. Nunca la hab�a visto re�r, y si una
sonrisa de ella me volv�a loco, su risa casi me hizo foll�rmela ah� mismo.
----Eres muy dulce Kite �me acarici� mi cara ---ojal� y todos
mis sobrinos sean as�.,
Me dio un beso de buenas noches, en mi mejilla, pero yo di la
vuelta e hice que me lo pegara en los labios. Fue una sensaci�n exquisita, pegar
nuestros labios, los m�os, sedientos de su sabor. Prolongu� el beso hasta que
ella se separ�, al parecer frustrada. No dijo nada y se dirigi� a la puerta, y
antes de salir, se volvi� para mirarme, y de march�.
Por la ma�ana, no me dirigi� palabra alguna m�s que saludarme
y preguntarme cuestiones necesarias. Y yo me sent�a algo culpable, �c�mo evitar
no besar una mujer tan hermosa, que parece en tu habitaci�n, sensual y
exquisitamente vestida? En fin, la reun� en la cocina a solas. Ella vest�a unos
jeans ajustados a su cadera, exquisitos tambi�n, apretando su enorme culo que
chance y era m�s grande que yo. Llevaba una blusa blanca pegada al cuerpo,
dejando ver unos sostenes blancos que ocultaban dos enormes y hermosas tetas. Me
miraba ahora diferente, pero lo que me gustaba y extra�aba era que no con
hostilidad, si no con una brillantez en sus ojos...
----�Quer�as hablar conmigo Kite?
----T�a, siento lo de anoche. Es que, usted sabe, cosa de
adolescentes, no me pude contener.
----No me importa ---sonri�todos caen tarde o temprano.
Re� con ella. Despu�s de todo, de alguna manera ella comet�a
un error al perdonarme. Me estaba enamorando m�s y m�s de ella, y supuse,
seguro, que ella lo sab�a. Cenamos al anochecer y nos fuimos a dormir como
cualquier otro d�a. Y al pasar el tiempo de vacaciones, nos hab�amos vuelto
amigos, muy buenos amigos. Pero hubo una tarde muy especial.
Las primas tuvieron la tonta idea de ir a pescar al lago que
se encontraba en el bosque. Y yo sinceramente si fuera pescador me morir�a de
hambre, o tuviera que llevar un traje de astronauta por que la �ltima vez que
fui me enterr� el anzuelo en la espalda....y...mont�n de calamidades, pero lo
que era bueno y m�s que bueno fue que me qued� solo con mi t�a. Ese d�a ella se
sinti� mal y se qued� toda la ma�ana en su cama, con su mismo camis�n rojo.
Ten�a gripe y yo me qued� excusando que la cuidar�a, y mi t�a, con su sonrisa
tan hermosa y er�tica acept�. Yo me met� a ba�ar en el cuarto de los primos,
osea, el de hu�spedes. Cuando sal�, solo ten�a una toalla a la cintura y cual
fue mi sorpresa que mi t�a estaba recostada en una de las camas, con la espalda
en la cabecera, cruzada de piernas y mir�ndome fijamente mi cuerpo semidesnuda.
Yo y apenas me pude controlar, y mi erecci�n se dej� ver por debajo de la
toalla.
---Qu�tate la toalla ---me dijo, pero m�s que eso, me lo
orden�.
----�Qu�?
Mi t�a se puso en cuatro mir�ndome, despu�s se recost�,
alzando su enorme culo. Mi erecci�n hizo que autom�ticamente mi toalla se
cayera. Mi t�a mir� mi miembro, ah�, enorme y rojizo, ante ella con esa sed de
devorarla. Mi t�a me sonri� y se sali� de la cama, frente a m�, y nos besamos.
Fue un beso largo y apasionado, nuestros cuerpos se juntaban,
nuestras lenguas, nuestros labios. Pas� mi mano por todo su cuerpo, ella
tambi�n, mi miembro erecto apret�ndose contra su cuevita, caliente y h�meda: un
secreto revelado. Bes�ndonos y acarici�ndonos, pasamos toda una tarde. Se hinc�
ante m�, sonri�ndome, acarici�ndome las piernas, con ese gesto lujurioso que
ahora la gobernaba.
Se llev� mi miembro a la boca, ah�, en su lengua larga y
traviesa, sinti�ndome palpitar dentro de ella. Sus labios eran un regalo de la
deliciosa er�tica, recorriendo mi miembro de arriba abajo, maniobrando con su
mano y caus�ndome placer. Era una experta. Me recost� en la cama, ella, encima
de m�, haci�ndome tentar el placer con su lengua. Era una experta mamadora. Par�
por un momento para tomar respiraci�n, y la volv� a besar. Parec�amos animales.
De cualquier modo, ambos ten�amos una sed y una necesidad que s�lo el encuentro
de nosotros podr�a apagar. Por fin la pose�. Recostada boca arriba, mir�ndome
fijamente a los ojos mientras yo lentamente la penetraba, entrando y saliendo
como lujurioso y caliente hombre que era. Ella lo gozaba tanto como yo,
abraz�ndome y bes�ndome, susurr�ndome cosas en el o�do. Nos abrazamos a cada
penetraci�n m�s fuerte, yo escuchaba sus gemidos en mi o�do, envuelto en sus
cabellos casta�os. Alcanz� su orgasmo, teni�ndome ah�, dentro de ella, ba��ndome
en sus l�quidos. Me bes� con pasi�n, mientras que con dos generosos dedos la
penetraba. Se dio la vuelta, bes�ndome la espalda, acarici�ndome las nalgas, y
susurr�ndome al o�do cosas que cada vez me pon�an m�s cachondo
---No sabes cuanto esper� este momento ---dijo.
No lo pod�a creer. Aquella mu�eca que al fin pose�a me dec�a
eso, eso, que tantas veces imagin� y pens�. La puse boca abajo mientras le
besaba la espalda, le respiraba en su cuello mientras tentaba y acariciaba su
culo, grande y musculoso, con mi verga roja y caliente, palpitante rozando entre
sus carnes. Se puso en cuatro, con las manos en la pared, mir�ndome de soslayo,
mientras yo la penetraba lentamente por detr�s, en ese rinc�n tibio y delicioso,
que me apretaba mi miembro, quien entraba con suavidad y amenazando ya con
estallar. Las penetraciones fueron m�s r�pidas y las embestidas con m�s
frecuencia, gimiendo como animales envueltos en el gozo que nos invad�a. No
aguant� m�s y ella gritando y gimiendo, movi�ndose violentamente recibi� mi
lechita, calientita y en abundancia. Nos recostamos en la cama, exhaustos,
mirando yo a esa mujer que se postraba sobre mi regazo, durmiendo ahora,
tranquila, y pens�, ese momento, que mi pr�ximo encuentro ser�a, de seguro, m�s
emocionante que al anterior, este que tanto gozo nos dio, y ella, adem�s de la
sensaci�n carnal, otras variadas; por que me necesitaba, y yo la necesitaba a
ella.
(1)La palabra "Kite" se origina del ingl�s que significa
"Cometa" y su pronunciaci�n es Kait.
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