LA TARDE ABURRIDA DE WILMA.
Era un s�bado por la tarde y Wilma estaba aburrida en casa.
Pedro y Pablo se hab�an ido a la bolera, Betty su querida amiga, hab�a tenido
que ir a cuidar a su madre, que estaba en cama con una terrible gripe. As� que
Wilma se hab�a quedado sin plan, sola y aburrida en casa un s�bado por la tarde.
Hac�a calor, puso el televisor y se sent� frente a �l, daban el mismo programa
aburrido de cara s�bado tarde. Pens� que lo mejor ser�a acostarse un rato para
descansar. Sali� al jard�n, llam� a Dino. No le gustaba dejarlo fuera a pleno
sol con ese calor. Dino acudi� presto a entrar en la casa. � Muy buen chico � lo
acarici� cerrando la puerta � ahora te estar�s quietecito mientras yo descanso
un poco.
Dino se qued� quieto junto al sof�. Wilma se dirigi� a la
habitaci�n, se quit� el vestido, ya que pens� que as� estar�a m�s fresca y
tambi�n la ropa interior, y se tumb� sobre la cama. En pocos segundos el sopor
se apoder� de ella, y comenz� a adormilarse. Empez� a so�ar, que Pedro estaba
junto a ella, que deslizaba una mano hac�a su culo y lo apretaba, la mov�a
despu�s hasta su sexo y acariciaba el cl�toris. Cuando empez� a sentir la
humedad en su sexo se despert�. Mir� a su alrededor, estaba sola, lo hab�a
so�ado.
Volvi� a cerrar los ojos, y de nuevo en pocos segundos,
sinti� una mano acariciar sus pechos desnudos, y luego descender hasta su pubis
y acariciar su sexo, lo que la excit� a�n m�s, sobre todo cuando sinti� una
lengua lamer su vagina. Fue entonces cuando empez� a despertarse.
�Uhm, Pedro, que pronto has vuelto! � exclam� a�n con los
ojos cerrados.
Repentinamente oy� un ruido extra�o, fuera de lo normal en
Pedro, por lo que abri� los ojos.
�Dino, �qu� haces?! � exclam� nerviosa, Dino levant� la
vista, la mir� con alegr�a y volvi� a lamer su sexo.
Wilma pens� que en el fondo le gustaba. La lengua de Dino,
era mucho m�s suave que la de Pedro, y m�s caliente, as� que se dej� llevar, y
dej� que Dino siguiera lamiendo su sexo. Enseguida empez� a sentir un
cosquilleo, que no hab�a sentido nunca antes, un placer diferente, que la
llevaba poco a poco hasta el l�mite del placer. Wilma empez� a gemir extasiada,
notando aquella caliente caricia sobre su sexo, su cuerpo se convulsionaba.
Repentinamente Dino dej� de lamerle el sexo, Wilma se sinti�
un poco decepcionada, pero enseguida Dino sustituy� la lengua, por la punta de
su cola, movi�ndola arriba y abajo por la h�meda vagina. Un suspir� escap� de la
garganta de Wilma. Estaba sintiendo m�s placer del que nunca hab�a sentido con
Pedro. Dino decidi� explorar la femenina vagina, por lo que introdujo la cola en
el oscuro agujero femenino. Wilma suspir� al sentir el fr�o de la piel de Dino
en su interior, realmente aquello era totalmente diferente a cuanto hab�a
sentido jam�s. Se dej� llevar por las sensaciones, y empez� a sentir un intenso
fuego en su interior. Pero repentinamente una voz en su interior le dijo que
aquello no estaba bien, por lo que grito:
-�Dino, sal de aqu�! � apart� al animal, se levant� de la
cama y se puso una bata.
Se dirigi� hac�a la ducha y tras cerrar la puerta, encendi�
el grifo del agua fr�a y dej� que el agua cayera por su piel para apagar el
fuego.
Tras la ducha, decidi� comer algo. En cuanto abri� la nevera,
Dino corri� a su lado, saltando y moviendo la cola alegremente. Al comprobar que
su due�a no le hac�a caso, Dino empez� a lamerle la pierna.
�D�jame en paz! � grit� Wilma preocupada por volver a caer
en la tentaci�n.
Pero Dino no cej� en su empe�o de conseguir que le diera
algo, por lo que sigui� lami�ndole la pierna, ascendiendo por su muslo, metiendo
la cabeza por debajo de la bata, mientras Wilma se dejaba hacer. Dino alcanz� el
culo desnudo, ya que bajo la bata, Wilma no llevaba nada, y comenz� a lamerlo,
metiendo la lengua por entre los cachetes, en busca del dulce manjar que su
due�a guardaba entre las piernas. Wilma entreabri� las piernas, dejando que
aquella h�meda caricia la transportara de nuevo a un mundo de sensaciones. El
calor volvi� a surgir en su cuerpo. No quer�a sentirlo, pero necesitaba
sentirlo. Se mordi� el labio inferior, al sentir una fuerte sensaci�n de placer
en su sexo, justo en el mismo momento que Dino introduc�a su lengua en la h�meda
vagina. Un suspiro, un gemido y un estremecimiento cruzaron su cuerpo y se
extendieron por la cocina, Wilma se agarr� con fuerza a la pila, sent�a que las
piernas le empezaban a flaquear. Dino introduc�a la lengua insondable en aquel
h�medo y dulce agujero. Wilma gem�a enloquecida, sent�a que el orgasmo empezaba
a surgir de su sexo. Dino al sentir aquellos bellos gemidos, sac� la lengua y de
nuevo le introdujo la punta de la cola. Wilma suspir� y sus gemidos se tornaron
m�s intensos, al sentir aquella caricia, a�n m�s fr�a, pero m�s intensa.
El fuego quemaba cada vez m�s en su interior, y cada vez
necesitaba m�s que ardiera.
�Oh, s�, s�! � musit�.
Dino comenz� a acelerar el movimiento de mete-saca que le
estaba aplicando, lo que hizo que las sensaciones se aceleraran en el cuerpo de
Wilma, y en pocos segundos, el calor ardi� m�s fuerte, estall� en su sexo y la
hizo caer al suelo en una fuerte convulsi�n, que derram� el placer por todo su
cuerpo. Dino sac� la cola del h�medo agujero y se fue corriendo hac�a el jard�n,
mientras Wilma a�n turbada y con las piernas flojas intentaba levantarse.
Acababa de tener el mejor orgasmo de su vida y se lo hab�a provocado su fiel
amigo Dino, no pod�a entenderlo, la cabeza le daba vueltas.
Se fue a la habitaci�n, se acost� sobre la cama, tap�ndose
con las s�banas y dej� que el sopor la adormeciera.
�Hola, cari�in! � la despert� la voz de Pedro al entrar.
-�Wilma?
Pedro entr� en la habitaci�n, Wilma se incorpor�, mir� a
Pedro y luego se mir� a si misma, a�n llevaba el vestido puesto. �Hab�a sido un
sue�o?. Dino entr� en la casa, alegremente.
Pobre Dino � se lament� Pedro. � Lo has tenido atado toda
la tarde, mientras dorm�as aqu� tranquila.
Er�tika (Karenc) del grupo de autores de TR.