Mi mujer y yo nos convertimos en sumisos ( 1 )
Voy a contaros en este relato nuestra experiencia como pareja
esclava. Me llamo Jos� y mi mujer Marta. Esta relaci�n de sumisi�n no la
buscamos nosotros fue el amo quien nos encuentro. Todo comenz� en primavera
cuando vino el buen tiempo y comenzamos a salir al campo a tomar el sol. Nunca
pensamos que aquella ma�ana cambiar�a nuestras vidas.
Mi mujer tiene 32 a�os y tiene un cuerpo que no est� nada
mal, es de constituci�n delgada tal vez con alg�n cent�metro de m�s de barriga,
pero tiene unas tetas y un culo muy bien proporcionados. Adem�s, aunque a ella
no le acabe de gustar, siempre me empe�o en que se vista de forma provocativa
cuando sale conmigo, le pido que use tanga, minifaldas, escotes pronunciados o
se maquille bastaste, normalmente me salgo con la m�a. Me gusta que los hombres
la miren, y as� cuando hacemos el amor le recuerdo las situaciones morbosas que
ella a podido crear con su aspecto, nos excita mucho recordarlo.
Pues bien aquella ma�ana del s�bado quer�amos salir pronto,
hab�amos decidido ir a pasar el d�a a una zona de recreo que hay en un embalse a
pocos kil�metros de nuestro pueblo. Cuando terminamos de preparar la bolsa, le
dije a mi mujer:
- Marta hoy arr�glate bien, quiero que cuando estemos en el
r�o los t�os no te quiten los ojos de encima, sabes que eso despu�s nos excita
mucho y ma�ana es domingo, el ni�o est� con mi madre y tenemos toda la noche
para nosotros.
- No s� para que quieres que haga eso, saber que a m� no me
gusta provocar a los hombres por que si, m�s de una vez alguien ha querido ligar
conmigo y a ti eso no te gusta. Dijo ella.
- Eso solo ha sucecido un par de veces, piensa que la mayor�a
de los hombres se poden cachondos cuando ven a una chica que esta buena y sabe
arreglarse, seguro que al verte a ti m�s de uno hace el amor esta noche con su
mujer. Le dije.
- Esta bien, que quieres que me ponga.
- Quiero que estrenes el top rosa que te regal�.
Se trata de una prenda que encontr� por casualidad en una
tienda de quincea�eras. Es como un saquito ancho de tela que se pone sobre las
tetas, sin llevar sujetador, y se ata por detr�s. Cuando la chica camina las
tetas se le mueven dentro y no hay t�o que no deje de mirar e imaginar lo que
hay dentro. A ella le daba verg�enza pon�rselo porque le parec�a demasiado
atrevido.
- Est� bien hoy me lo pondr� porque donde vamos hay poca
gente, pero no me hagas caminar mucho.
- Tambi�n quiero que te pongas esos pantalones pirata blancos
que son casi transparentes, en los que se te nota perfectamente el tanga que
llevas.
- As� voy a parecer casi una puta. Ya est� bien. Dijo
- Solo una m�s para acabar, quiero que te pintes los labios
de rojo, muy muy rojo.
Casi a rega�adientes accedi� a todas mis peticiones. Y la
verdad cuando termin� de arreglarse estaba guap�sima, precisamente el d�a
anterior hab�a ido a la peluquer�a. Hoy si que �bamos a crear situaciones
morbosas, y tanto que la creamos.
Cogimos el coche y salimos hacia nuestro destino. Llegamos y
aparqu� el coche debajo de un �rbol.
- Tengo un poco de verg�enza de salir del coche. �Por qu� me
has hecho vestirme as�?
- Vamos no es para tanto si no ense�as nada. Recuerda el d�a
que fuimos a la playa nudista, al principio no quer�as ir pero despu�s no
quer�as irte.
- Eso era diferente, all� todos est�bamos desnudos.
- Pero bien que nos hemos acordado en la cama de c�mo te
miraban los viejos y como te mojas cuando te lo recuerdo, si en fondo te gusta
exhibirte. Le dije.
Salimos de coche y comenzamos a pasear cerca de la orilla del
r�o, hab�an varias familias con ni�os peque�os, algunos padres de familia no
pod�an dejar de mirar, eso si disimuladamente, a Marta. La verdad es que el top
que llevaba era excitante se notaba como saltaban la tetas dentro de �l, tal vez
demasiado provocativo para su edad. Sentado dentro de un todo terreno un hombre
de unos 50 a�os nos observaba, al principio no le di importancia y continuamos
paseando hasta que nos alejamos de la gente.
- Me gusta como te sienta el top que te he regalado, pareces
una ni�a. Le dije.
- No s� por que te hago caso, �venimos a descansar despu�s de
toda la semana trabajando o ha recrear tus fantas�as sexuales?
Siempre me hab�a sido dif�cil poner a tono a mi mujer,
siempre ten�a que ser yo el que comenzara cuando quer�a hacerle el amor pocas
veces hab�a sido ella, pero todo estaba a punto de cambiar. El hombre que un
rato antes hab�a visto sentado en su coche, se acerc� poco a poco hacia nosotros
y se quedo mirando descaradamente a mi mujer de arriba abajo.
- Est�is casados. Nos pregunt�.
- S�. Le contest� un poco perplejo por la pregunta.
- Me gusta como vas vestida. �Te obliga tu marido a ir as�?
Le pregunto a mi mujer
Hablaba muy seguro de si mismo, como si nos conociera de
siempre y supiese lo que le �bamos a contestar en cada pregunta.
- Jos� me regalo el top para mi cumplea�os y hoy me lo
puesto. Mi mujer le respondi� con una facilidad que no me imaginaba en ella,
como si le gustase que le interrogara ese desconocido.
- Y la tanga tambi�n ha sido idea tuya. Me pregunto a m�.
- Si. Le respond� no sab�a en ese momento hasta donde quer�a
llegar.
- Me gustan las parejas como vosotros. Parec�is t�midos, no
teng�is miedo no pasar� nada que vosotros no quer�is que pase. Los dos sois muy
guapos y muy j�venes. �Llev�is mucho tiempo casados?
- Seis a�os. Contesto mi mujer que disfrutaba respondiendo de
sus preguntas.
- �Ten�is cr�os?
- Si, un ni�o
- �D�nde os lo hab�is dejado?
- Est� con mi suegra desde ayer por la noche.
- As� que ten�is todo el d�a libre. �Y que pensabais hacer
hoy?
- Venir aqu� a pasar el d�a, ahora que hace buen tiempo.
- Y tu marido te viste as� �No estar�as buscando algo m�s?
- Puede.
Me sorprend� al o�r esta respuesta a mi mujer, que quer�a
decir con "puede", en nuestras fantas�as sexuales si que hab�amos experimentado
representando una infidelidad pero en la vida real es muy distinto.
- Tiene muy desatendida a tu mujer. �Cu�ntas novias has
tenido?
- Solo ha ella. Le conteste.
Se acerc� un poco m�s a mi mujer y le puso la mano en la
cintura, no me atrev� a decirle nada, parec�a que ten�a controlada la situaci�n,
sab�a lo que ten�a de decir y hacer. Dentro de m� empec� a sentir un cosquilleo
que nunca hab�a tenido, no s� si lo que estaba pasando se me estaba hiendo de
las manos pero me gustaba lo que estaba sintiendo.
- Buena chica �C�mo te llamas? Le pregunto a mi mujer bajando
su mano hasta ponerla encima de su culo.
- Marta.
Se acerc� el cuerpo de mi mujer hacia el suyo cogi�ndola por
el culo hasta que sus tetas, protegidas por una delgad�sima tela, chocaron
contra su pecho, se dieron un par de besos en las mejillas. La imagen me excit�
una barbaridad y estuve a punto de decir basta nos vamos a casa, pero no pude,
el morbo pod�a conmigo. Mi mujer y yo somos de constituci�n delgada, el sin
embargo era bastante m�s alto que nosotros y de constituci�n gruesa, la
diferencia de edades y de volumen entre sus cuerpos me excitaba aun m�s. Sent�a
que el pene me iba a estallar dentro del pantal�n.
- A mi llamarle se�or.
Me mir� el paquete, el pene ya se me hab�a levando dentro del
pantal�n y no se pod�a disimular, sonri�.
- Si quer�is os puedo adiestrar en el mundo de la sumisi�n
siempre que est�is de acuerdo en cumplir mis reglas.
- Qu� reglas hay que cumplir. Pregunto mi mujer con una
curiosidad que nunca hab�a notado en ella.
- No tan deprisa perrita, si fueses mi sumisa recibir�as un
castigo por hablar sin mi permiso. Las reglas las ir�as conociendo poco a poco
conforme os vaya sometiendo y adentrado en este mundo. Los primeros d�as
estar�as a prueba. Por mi experiencia os puedo decir que sois una pareja id�nea;
sois bastante t�midos, con poca experiencia sexual y estar�is alrededor de los
30 la mejor edad para comenzar. No sab�is la cantidad de cosas que os est�is
perdiendo.
La situaci�n hab�a llegado a un punto en que no sab�a que
hacer, quer�a hablar a solas con mi mujer para saber su opini�n, ten�amos
"material" para un mont�n de fantas�as sexuales pero el morbo en ese momento era
tan intenso que ten�a la mente bloqueada. Pero no as� Marta que le pregunto:
- �Cu�ndo podr�as comenzar?
Cre�a que me iba a morir a o�r esta pregunta, 14 a�os con
ella entre novios y matrimonio y nunca hubiera pensado que fuese capaz de
formular esta pregunta.
- Podemos comenzar ahora mismo si tu marido est� de acuerdo,
t� s� que ya lo est�s.
Al o�r esto casi me corro dentro del pantal�n, la verdad es
que ten�a experiencia en el tema nos conoci� enseguida al vernos desde su coche,
sab�a a que parejas dirigirse para no fallar.
- Nos compromete a algo si comenzamos hoy. Le pregunte un
poco asustado.
- Durante el periodo de prueba, nadie se compromete a nada,
vosotros os pod�is ir y yo os puedo echar. Eso si, recordar que el objetivo de
este periodo es llegar a la sumisi�n total y cu�ndo se alcanza este estado no
hay vuelta atr�s.
- Si mi mujer ya sabes que esta de acuerdo, y por la forma
que la oigo hablar parece que es as�, yo tambi�n lo estoy. Le conteste, un poco
m�s relajado.
- Muy bien, a partir de ahora vais a aprender a cumplir mis
ordenes sin cuestionarlas, recordar que cada vez que no lo hag�is recibir�is un
castigo y estar�is obligados a cumplir nuevamente la orden y as� sucesivamente.
Esta vez habl� con un todo de voz m�s fuerte y mir�ndonos
fijamente a los ojos, nos dimos cuenta enseguida mi mujer y yo que estaba
acostumbrado a adiestra a parejas. Sab�a que pedir a cada uno en cada momento
para que el morbo fuese en aumento para todos y que de esta forma cada vez no
gustase m�s estar con el.
- Voy ha haceros unas preguntas para conoceros mejor, quiero
que me contestes ahora t� putita �Cu�ntos a�os tienes?
- 32.
- �Cu�ndo perdiste la virginidad vaginal?
- a los 19
- �Y la anal?
- No estoy segura Jos� intento meterlo por el culo varias
veces, sobre los 20.
- �Tomas la p�ldora?
- Ahora si
- �Te tragas el semen?
- No
Conforme le iba haciendo estas preguntar le iba tocando el
cuerpo poco a poco con las manos, comenz� por los labios, el cuello, le manose�
las tetas hasta encontrar los pezones, bajo hasta la barriga que ten�a
descubierta y por �ltimo le puso la mano entre las piernas. Estaba a punto de
correrme, Marta jadeaba parec�a que nunca hab�a disfrutado tanto en su vida,
solo pod�a mirar lo que le estaba haciendo a mi mujer, pero por extra�o que
parezca me gustaba nunca hab�a estado tan excitado como en ese momento.
- �Te gusta exhibirte desnuda?
- No, aunque me desnud� en una playa nudista.
- �Tienes el co�o depilado?
- Si
- �Has hecho el amor con otra chica?
- No
- �Y con otro chico que no sea tu marido?
- Si
- Perrita me gusta tu cuerpo es aprovechable pero tendr� que
hacerle algunos cambios, de eso ya hablaremos m�s tarde. Ahora tu, nunca
pronunciaba mi nombre, contesta a mis preguntas. �Lo has hecho con otro hombre?
- No
- �Te gusta darle por el culo a tu mujer?
- Si
- �Tienes los huevos depilados?
- No
Mientras respond�a a sus preguntas desabroch� el bot�n de mi
pantal�n y antes de que su mano tuviese contacto con mi pene me corr�, sali� un
chorro de leche impresionante, creo que nunca hab�a tenido tanto placer
masturb�ndome. Mi mujer no se perd�a detalle de la escena. Est�bamos lejos de la
gente y nadie se hab�a acercado por all�.
- Muy bien ahora est�s m�s tranquilo. Tendr�s que aprender a
controlarte eres muy nervioso y los sumisos tienen que ser tranquilos.
Tenia los dedos manchados con mi semen y sonri�, con cuidado
levant� la mano y se la puso a Marta a la altura de sus labios.
- Saca la lengua zorrita. Le dijo.
Ella sin vacilar sac� su lengua y el poco a poco se limpio
sus dedos con ella uno a uno, hasta que quedaron limpios y la lengua de mi mujer
llena de leche.
- Tr�gatela poco a poco, sabor�ala. Le dijo
Ella se meti� la lengua en la boca e hizo lo que le ped�a.
Nunca se hab�a tragado mi semen y ahora lo estaba hab�a sin rechistar, que f�cil
ha sido para el dominarla.
- Ves que buena est�, ahora besa a tu marido. Le dijo a mi
mujer.
Nos dimos un beso, su boca esta llena saliva y sab�a a semen,
me meti� la lengua en la boca como nunca lo hab�a hecho, estaba teniendo un
orgasmo en ese momento. El miraba como nos besamos sin perder detalle.
- Basta, aqu� no podemos continuar, vamos a mi coche.