CLASES PARTICULARES
(SEGUNDA PARTE)
Javier sigue adentr�ndose en un mundo que cada vez le fascina
m�s.
Cuando sal� de la casa de mi profesor estaba feliz. �Hab�a
sido mi primera mamada! A�n pod�a sentir el sabor del semen en mi boca. Esta
primera experiencia sirvi� para que pudiera entender algunas cosas, la
principal: me gustaban los hombres. La otra: me encantaba asumir el papel de
hembra, pero tambi�n entend�a que ser�a un arduo, largo y sacrificado camino.
Dentro de mi corta edad me hice una promesa: en alg�n momento, lo m�s pronto que
pudiera me transformar�a en mujer. Esa idea jam�s me abandonar�a de ah� en
adelante. Por ahora poco o nada pod�a hacer al respecto ya que era menor de edad
y depend�a de mis padres para todo.
Cada vez que ten�a oportunidad miraba las revistas de moda
femeninas, especialmente las de lencer�a. So�aba con sentir la delicadeza de las
ropas en mi piel. En la calle observaba a las chicas para tratar despu�s de
imitarlas en la intimidad de mi habitaci�n. Esperaba con ansias mi segunda clase
de biog�a. Un d�a qued� solo en casa y me fui al dormitorio de mis padres.
Registr� la ropa de mi madre para ver si encontraba algo que fuera de mi gusto,
pero aparte de tener ella un cuerpo m�s voluminoso que el m�o su ropa interior
no ten�a nada de encantador, desprovista totalmente de la magia con la cual
so�aba. Me fui entonces a la pieza de mi hermana.
Ella tiene 19 a�os y seg�n he o�do en el colegio tiene fama
entyre los varones por ser muy caliente. Dicen las malas lenguas que en su
vocabulario no existe la palabra no. En todo caso no la puedo culpar. �Todo lo
contrario! Si los hombres son tan encantadores. En su caj�n encontr� una
tanguita min�scula, preciosa. El solo verla e imagin�rmela puesta colm� mi
mente. No pude escapar a la tentaci�n. La tom� y me encerr� en el ba�o para
coloc�rmela. Me quit� la ropa y me puse la tanga. La suvidad y elasticidad de la
prenda apeg�ndose tan bien a mi cuerpo me enloqueci�. Sent�a c�mo la parte
posterior se met�a entre mi rajita y el suave roce que se produc�a al caminar
era algo hermoso. As�, yendo contra todo el sentido com�n decid� conservarla.
Hab�a tantas en el caj�n de mi hermana que una menos sin duda que no la echar�a
de menos.
Al d�a siguiente me fui al colegio con ella puesta. �Pas�
excitado durante todo el d�a! Cuando me toc� biog�a el coraz�n me dio un brinco.
Me sent�a especial, en un plano distinto. No creo que hubiese otro que pudiera
decir que se la hab�a mamado al profesor. Ansiosamente espera de �l alguna
sonrisa, alg�n trato especial, algo que pudierta notar de alguna manera, lo cual
era una estupidez de mi parte, pero en ese momento no lo ve�a as�. En todo caso
nada de eso sucedi�.
Al d�a siguiente me despert� temprano y muy feliz, ya que
deb�a ir a la casa de mi profesor. Quer�a que el tiempo pasara r�pido, los
minutos se me asemejaban siglos. Cuando sal� del colegio me fui r�pidamente a mi
casa, almorc�, me duch� y adivinen� �me puse la tanguita! Cuando llegu� a su
casa me recibi� amablemente como siempre. Me hizo pasar. Apenas cerr� la puerta
me tom� de los hombros y me estamp� un beso que me dej� sin aliento. -"Chiquita,
no sabes cu�nta falta me has hecho" - dijo, volviendo a besarme
desesperadamente. Me ten�a tan apegada a su cuerpo que pod�a sentir la dureza de
su miembro, ese mismo cuyo sabor hab�a probado la semana anterior. -"�Me has
extra�ado, mi nene hermosa? - me pregunt�. Yo asent� con la cabeza. -"�Quieres
jugar con tu mu�equito?" Mi respuesta fue inmediata. -"Siiii". El sonri�. Se
abri� el pantal�n y dej� a la vista ese bazooka que ten�a. En mi interior me
preguntaba cu�ndo me har�a mujer. Deseaba perder mi virginidad, experimentar lo
que sienten las mujeres cuando tienen a un hombre entre las piernas. Me tom� de
la mano y me llev� al dormitorio. All� se quit� toda la ropa de inmediato. Era
la primera vez que lo ve�a desnudo. Me gust� verlo as�. Ten�a un bello cuerpo.
-"Ahora t� - dijo- desn�date" - mi pulso se aceler�. Al parecer hoy ser�a el
gran d�a de perder lo que tanto ansiaba. Me quit� la camisa, sent� un poquito de
fr�o, pero era m�s que nada debido a los nervios del momento. �l.
Tirado en la cama me miraba desnudarme mientras con su mano
acariciaba su pija. Cuando me quit� el pantal�n no pudo evitar su asombro al
verme con la coqueta tanguita. -"�Vaya con el mariconcito! - dijo- �te ves
preciosa!". Tambi�n era para �l la primera vez que me ve�a tan ligero de ropa.
-"Date vuelta -orden�- quiero ver tu culo" Obedec�. Se qued� mir�ndome por un
buen rato. Luego se acerc� y d�ndome una palmadita en el trasero. Me dio una
cosa indescriptible. Me sofoqu� un poco. Me hizo dar vuelta quedando frente a
�l. �Qui�n lo hubiera dicho! All� estaba yo con una tanga de mi hermana frente a
mi profesor de biolog�a completamente desnudo. El era bastante m�s alto que yo.
Sent� como su miembro se apegaba a mi vientre. Esa cosa dura y grande rozando mi
piel. Tirit� de la emoci�n. Tom� mi rostro entre sus manos y me dijo: -"Parece
que te gusta vestir de nena". Mi cara se sonrij� completamente. Se ri� al ver mi
turbaci�n. -"�Vamos. No te averguences - dijo- conmigo no debes preocuparte.
Adem�s te ves muy rica as�" y terminando de hablar comenz� a besarme en la boca
muy tiernamente. -"De ahora en adelante, cuando vengas te llamar� Javiera. �Te
gusta? - �Javiera! Me sonaba maravilloso a los o�dos, lo encontraba hasta
po�tico. -"Javiera, Javiera, Javiera, Javiera" - repet�a en mi mente. Me tom� en
brazos con una facilidad asombrosa y me deposit� en la cama para luego decirme:
-"Quiero que tu inicio sea lo m�s grato posible. No debes jam�s, �me oyes?
�jam�s! Avergonzarte de c�mo eres ni de lo que sientes. Te asombrar�a saber
cu�ntas personas hay como t� y por supuesto otro tanto de personas como yo que
son capaces de comprenderlas, de marlas y ayudarlas a que se sientan mujeres de
verdad que es lo que son realmente" -qued� en silencio por algunos momentos,
mientras me acariciaba los muslos. -"La pr�xima vez que vengas te convertir� en
mujer. Te har� m�a, me pertenecer�s por completo. Ver�s lo hermoso que es
sentirse mujer."
Cada palabra que me dec�a llegaba a lo m�s profundo de mi
coraz�n. Era el maestro y yo la alumna. Hasta el d�a de hoy le estoy agradecida
a la vida porque haya sido mi primer hombre, el que me hizo mujer, el que me
marc� y me hizo ver lo que realmente quer�a ser. Siempre fue tierno, amoroso,
con la palabra justa para aconsejarme y confortarme cuando fuera necesario. Se
tendi� en la cama, desnudo como estaba, su pija erecta como un m�stil.
-"Javierita - dijo - quiero dejarte hacer. Que explores el cuerpo de un hombre.
D�jate llevar por tu instinto. Pregunta todo lo que quieras y realiza todo lo
que desees, excepto una cosa: hoy no te penetrar�. Ya te dije que ser� la
pr�xima vez en la cual te tendr� una sorpresa que s� te gustar�". Cuando termin�
de hablar se recost� nuevamente y all� se qued� con los ojos cerrados
esper�ndome. No lo pod�a creer. Ten�a all� en la cama a un hombre desnudo para
m� solita. Me puse de rodillas a un costado de �l, comenc� a recorrerlo con las
manos.
El sentir su piel en mis palmas me provocaba un intenso
placer. Sent�a la suavidad de sus vellos. Luego me inclin� sobre �l y comenc� a
besar su rostro, me detuve en sus labios. Algo embriagador me inundaba por
dentro. Estar as�, casi adorando a un hombre, sinti�ndome terriblemente mujer
extasiaba mis sentidos. Con mi lengua comenc� a jugar con sus tetillasd y
comprob� que se pon�an duras. Le pregunt� el por qu� y me explic� con lujo de
detalles, pero m�s que la explicaci�n fisiol�gica fue el comentario con el cual
remat� su explicaci�n lo que realmente me agrad�. -"Tambi�n significa que lo que
est�s haciendo va muy bien. Que me est�s excitando much�simo." Decid� recorrer
su cuerpo entero bes�ndolo por completo. Lo hice prolijamente, por todo su
pecho, luego su vientre. De all� me fui por su muslo izquierdo hasta llegar al
pie. Sub� e hice lo mismo con su pierna derecha. Me gustaba acariciar sus muslos
fuertes y velludos. Ni siquiera toqu� su sexo. Ese era el postre, el plato
principal y quer�a dejarlo para el �ltimo. Le ped� que se diera vuelta quedando
boca abajo. Era un espect�culo magn�fico. Un trasero precioso, muy varonil, bien
formado. Bes� toda su espalda. Se notaba que mi sensei estaba feliz y
satisfecho. Cuando llegu� a su trasero me detuve y comenc� a fregar mi rostro en
�l. La verdad no s� de d�nde sacaba tanto valor para hacer todo lo que estaba
haciendo. Pero me sent�a muy tranquila y relajada. Deseaba hacer tantas cosas
que terminaba poni�ndome tonta. Quer�a aprovechar cada segundo al m�ximo.
Aprovech� de hacer todo aquello que m�s de alguna vez hab�a
estado solamente en mi imaginaci�n. Cuando ya me saci�, le ped� nuevamente que
se diera vuelta. Era el momento de jugar con mi mu�equito. Me puse lo m�s c�moda
posible. Comenc� a recorrer su sexo con la yema de mis dedos. Me enloquec�a
sentir la protuberancia de sus venas. La cabeza, el glande eran inmensos,
parec�a un soldado con casco. Cuando lo acariciaba sent�a c�mo palpitaba, con la
sangre bullente en sus venas hinchadas. Cobij� ese cuerpo col�ndrico en la palma
de mi mano derecha, acerqu� mi boca y mis labios comenzaron a acariciarlo, desde
su cabeza hasta la base de su tronco. No hay nada m�s hermoso que una polla bien
formada. La miraba sin cansarme, pensando en todo el placer que son capaces de
brindar. Sentir ese aroma tan t�picamente masculino embotaba mis sentidos.
A ratos jugaba con �l lenguete�ndolo como si fuera un helado
y recorri�ndolo con ella a todo lo largo y ancho. Mirar c�mo se asomaban las
primeras y cristalinas gotas de su l�quido preseminal, escurri�ndose
graciosamente por la superficie brillante y lisa de su glande. Si de m� hubiese
dependido, me habr�a gustado que esos instantes no terminaran jam�s.. Deslizaba
mi mano cerrada alrededor de su miembro, sintiendo el poder�o masculino, listo
para penetrar, para horadar, para dar placer y para poseer a su hembra. Acarici�
sus bolas, se notaban henchidas de leche, duras. Eran de color m�s oscuro y con
vellos m�s largos por todas partes. Las conten�a en una mano mientras mi lengua
acariciaba el fabuloso tronco. Luego �l me tom� y me hizo dar vuelta, me quit�
la tanga y me cubri� con su cuerpo de tal forma que su miembro pudo cobijarse a
lo largo de mis gl�teos. �Qu� sensaci�n tan exquisita! El se mov�a suavemente y
yo comenc� a hacer lo mismo, lo aprisionaba entre mis nalgas lo m�s fuerte
posible, hasta que sent� una h�meda tibieza que se deslizaba por mi rajita. De
inmediato me di cuenta que era su semen escurri�ndose por entre el canal de mis
gl�teos. Se apart� un poco, hundi� su rostro entre ellos y con la lengua comenz�
a limpiarme bebiendo de su propio semen en un muy original recipiente: mi
trasero.
El tiempo hab�a pasado r�pidamente as� que me fui a la ducha,
me vest� y desped� con un apasionado beso. No pod�a quejarme. Cada sesi�n al
parecer iba a ser m�s intensa que la anterior. Si mi historia les agrada,
escr�banme para que sepan qu� sucedi� en mi tercera lecci�n de biolog�a, cuyo
tema podr�a ser perfectamente: la mutaci�n.
Besitos. KARLA.