Mi hermana se encarg� de tra�rmela nuevamente un Jueves por
la tarde, estuvimos conversando algo. Entramos al tema del estr�s y esas cosas,
aprovechando de eso, yo habl� de la Hipnoterapia y propuse hipnotizarlas a ambas
a la vez, cosa que accedieron sin ning�n inconveniente.

Puse una m�sica suave y mon�tona, les suger� entrar en
relajamiento de a pocos.



-Rel�jense, desean estar relajadas, escuchen la m�sica y mi voz, escuchen con
profunda atenci�n, dejen que mi voz se incruste en sus mentes d�jense inundar
completamente por mi voz que les llena de paz y de tranquilidad.



Ellas solamente asintieron con un gesto de aprobaci�n. Luego empec� a hablar con
mayos �nfasis usando el singular en vez del plural para que surja mayor efecto
en cada una, especialmente en Mari, pues a mi hermana ya la ten�a dominada y no
era necesario mucho trabajo con ella, cosa contraria con Mari a quien deb�a
programar lentamente.



-Ahora te sientes en paz, en calma y deseas estar as�, siempre as�, en esta paz
que te causa la m�sica y mi voz, quieres sumergirte en el relajamiento, lo
deseas, lo anhelas, quieres caer profundamente en el relajamiento, en la
hipnosis. Por tanto, d�jate sumergir por m�.



-S�. Dijeron las dos de manera t�trica y pausada.



-Te sientes bien y no quieres dejar este estado de calma, de paz, adoras este
estado hipn�tico en el que te encuentras y deseas hacer lo que te diga con el
fin de permanecer as�, en paz, en calma. Verdad que s�.



-S�, lo deseo, har� lo que digas por que as� lo quiero. Al un�sono dijeron las
dos, cosa que me sorprendi� un poco.



-Ahora, deja que tu voluntad te abandone, siente c�mo tu voluntad te deja y se
va muriendo. Contar� de 10 a 0 sentir�s, con cada n�mero que diga, que pierdes
tu voluntad propia por que as� lo quieres, deseas perder tu voluntad.



-S�. Repiti� cada una.



Hice el conteo regresivo, al llegar a cero continu�.



-Ahora, tu voluntad no te pertenece, no tienes voluntad propia, se ha muerto y
te ha abandonado. Ahora deja que mi voluntad cubra el lugar que dej� tu
voluntad, d�jame tomar el control de tu persona, lo deseas, quieres que yo te
controle, deseas que te mi voluntad asuma tu voluntad, lo anhelas, lo deseas.



-S�, o deseo, lo quiero, toma el control de mi ser. Dec�an las dos pausadamente.



-Contar� hasta 5, as� como vaya contando, sentir�s que mi voluntad va asumiendo
el control de tu mente y de tu ser, porque as� lo deseas. Cuando diga 5 dejar�s
caer tu cabeza hacia atr�s y har�s cuanto yo te diga, entendido.



-S�, entiendo.



As� fue, empec� a contar, al llegar a 5, la cabeza de ambas se hizo hacia atr�s.
Seguidamente me acerqu� a mi hermana, la despert� de su trance y le ped� me eje
a solas con Mari, entonces ella sali� de casa.



-Escucha Mari con atenci�n y sigue mis instrucciones.



-S�, oigo y act�o.



-Dame cuanto traigas de dinero.



Me entreg� algunos billetes, los guard� en mi bolsillo.



-Ahora, Mari, despertar�s cuando te toque la frente, pero cada vez que yo te
diga "Mimaridominio", caer�s en este profundo trance hipn�tico, entendido.



-Entiendo.



Le toqu� la frente, ella parpade� un poco, estaba algo contrariad y confusa, no
le d� tiempo a reaccionar, y dije "Mimaridominio". Ella qued� est�tica como
inerte. Y comenc� a hablarle, le di sugerencias que iban modelando su ser a mi
manera, empec� a sugestionarla reduciendo sus inhibiciones poco a poco. Le tuve
casi 5 horas hipnotiz�ndola.

Luego de ello salimos juntos ya de noche, caminando, de
cuando en cuando, nos par�bamos en alg�n lugar y nos bes�bamos, nos
acarici�bamos como si fu�ramos una pareja normal, pero yo le pasaba mis manos
por todo su cuerpo y por momentos le tocaba sus parte m�s �ntima por encima de
sus ropas, cosa que a ella le gustaba, pues notaba un gesto placentero en su
rostro. Faltaba ultimar los detalles para convertirla en mi mujer, en mi amante,
en mi esclava sexual.