Mi Diosa
La conoc� hace 5 a�os; Anita es su nombre; en cuanto la vi
por vez primera so�� con hacerle el amor. Era y a�n es la criatura m�s hermosa
que jam�s he visto; sus labios redondos y rosados; esbelta y risue�a; creo que
mide aproximadamente 1,67m; su luz natural hac�a que el vestido rosa que tra�a
puesta aquella tarde pareciera de neon; su faldita era lo suficientemente
elegante y a la vez corta y apretada para revelar un par de exquisitas piernas
que dentro de aquel nylon color claro brillante de sus medias luc�an largas,
estilizadas, fuertes y sensuales. Su cabello era largo y de color negro (ahora
es corto), muy suave; sus ojos oscuros y su tez trigue�a brillante le daban un
aspecto de reina egipcia. Su cintura sigue siendo la gloria� ahhhyyy, bueno, lo
que quiero decir es que ha sido es y ser� mi Diosa y mi �nico amor.
Nuestras primeras citas fueron maravillosas�risas, charla,
miradas, roces y sue�os; todo se dio en un marco de las mil y una noches. He
tenido enamoradas y novias pero jam�s una como mi actual esposa, cada vez que
pienso en ella suspiro y a la vez me hierve la sangre pues en mi vida pens�
encontrar una mujer que fuera capaz de amar con tanta pasi�n y dulzura a la vez,
atizando el fuego del momento con fantas�a e inteligencia; tan madura e infantil
cuando quiere y capaz de tornar todas mis fantas�as en realidad.
Todo empez� cuando �ramos novios; nuestros juegos amorosos
fueron cada vez m�s y m�s lujuriosos de tal forma que fue cada vez m�s y m�s
dif�cil contenernos. En una de nuestras noches de fiesta ocurri� lo inevitable�
estuvimos juntos, nos besamos, nos quitamos la ropa, nos acariciamos, nos
juramos amor y nos amamos� pero adem�s de eso experimentamos lo incre�blemente
lujurioso y prohibido como es el sexo anal y finalmente nos casamos.
Han pasado ya cuatro a�os de nuestras experiencias
prematrimoniales, mi esposa tiene 24 a�os ahora y yo bordeo los 30. A�n atesoro
como el m�s excitante y lujurioso momento de todos aquella noche despu�s de un
a�o y medio de nuestra boda, cuando mi esposa lleg� una noche del trabajo;
apareci� insinuante y seductora; tra�a unas medias nylon caf� oscuras, una
minifalda color negro muy ce�ida al cuerpo, sandalias negras de tac�n alto,
blusa blanca de manga larga e interiores de color negro. Esa noche me sent�a
como un loco; hab�a bebido bastante el d�a anterior y no se que rayos ocurre con
la qu�mica de un hombre luego de una noche de tragos, pero al d�a siguiente el
libido impera. La �ltima vez que tuvimos sexo fue la semana pasada, pero sexo
anal lo tuvimos cuando �ramos novios; no entiendo que pas� ni porqu� no volvimos
a tocar el tema; lo �nico que s� es que aquella noche nuestra relaci�n pas� de
lo dulce a lo exquisitamente salvaje.
Nos sentamos en la sala a mirar televisi�n luego de haber
tomado un caf� y comido unos huevos con jam�n; eran algo as� como las ocho de la
noche; creo que ella quer�a solamente descansar e ir a dormir pero yo insist� en
charlar; miraba sus muslos de manera obsesiva; cuando ella cruzaba la pierna su
minifalda revelaba dos bellas y muy largas piernas; re�a cuando yo la observaba,
se sent�a admirada y deseada y eso le gustaba. Me sent� a su lado y empec� a
hablarle al o�do, la hice re�r y enseguida coloqu� mi mano en su pierna derecha;
el brillo del nylon de sus medias me excitaba much�simo. Nos besamos largo rato
hasta que pregunt� maliciosamente � "quieres hacer el amor?"� Mi respuesta fue
obvia y adem�s le ped� que luciera algo especial para m� accedi� y al momento
se incorpor� y se dirigi� al dormitorio; no perd� ni un detalle de sus curvas
cuando se alejaba meneando traviesa y sensualmente su trasero. Dej� la puerta
entreabierta mientras se cambiaba; me levant� del sof�, me acerqu� un poco y
pude divisar aquel seductor acto de streap-tease; primero se desnud� completa y
lentamente, sab�a que yo la espiaba; me dej� observar perfectamente como se
colocaba sus medias negras de encaje con una costura en la parte de atr�s que
recorr�a toda su pierna, estaba sentada al pie de la cama mientras yo miraba con
gran atenci�n y excitaci�n como se colocaba las medias, una a la vez y como las
deslizaba muy delicadamente hasta alcanzar su muslo. Luego se coloc� los
ligueros que iban enganchados a un cintur�n ancho de encaje negro transparente
colocado en su cintura. Entonces se puso el baby doll color negro que yo le
hab�a regalado en nuestro �ltimo aniversario; no us� panti ni sost�n y
finalmente se calz� unas sandalias negras de tiras entrelazadas y tac�n alto que
se abrochaban en los tobillos. Yo la miraba extasiado, no pod�a creer lo que
ve�a. Apenas termin� de vestirse o desvestirse o como sea, me llam� en voz alta
por mi nombre a�n a sabiendas de que yo me encontraba en el pasillo, esper� unos
segundos y entr� en la habitaci�n, me qued� at�nito por unos instantes mientras
la estudiaba de pies a cabeza; ella se encontraba recostada de lado con su
cabeza apoyada sobre su brazo derecho mientras sonre�a como una ni�a
avergonzada; me desnud� casi fren�ticamente y me recost� junto a ella, se me
acerc� meti� su legua en mi boca de una forma que jam�s hab�a sentido; enlaz�
con su pierna izquierda mi cintura y as� nos besamos y nos acariciamos por largo
rato mientras yo me deleitaba deslizando mi mano sobre su hermoso muslo cubierto
de aquella capa sensual de sus medias. Las �nicas prendas que le quit� fueron
sus sandalias de tac�n para que estuviera m�s c�moda y tambi�n para poder
acariciar sus dos bellos pies. Hicimos el amor de la manera m�s hermosa y com�n
que una pareja puede experimentar, pero lleg� un momento en el que mi lujuria
sobrepas� a mi sentido com�n. Est�bamos en el dormitorio, tuvimos sexo oral y
practicamos las poses tradicionales, pero en aquel momento algo explot� en mi
cabeza, algo hizo que mi temperatura se elevara a mil� tal vez eran las medias
negras de Anita o su cintura con aquel porta ligas de ensue�o� No lo s�, pero el
instinto me oblig� a tomarla de la mano y llevarla caminando hacia la sala, para
entonces perfumada pues hab�a quemado s�ndalo antes de nuestra reuni�n
En su rostro de reflejaba el deseo, pero m�s que eso� la
incertidumbre. Ya en el piso inferior de nuestro departamento la conduje hasta
la alfombra y retir� la peque�a mesa de centro. Hice que se sentara en un sof�
con las piernas abiertas, me arrodill� frente a ella y comenc� a besar todo su
sexo; estaba extasiada, sent�a como temblaba cada vez que mi lengua rozaba su
cl�toris. Lam�, lam� y lam�, alternaba mi labor entre acariciar fuertemente su
cl�toris con mi lengua y succionar los labios de su sexo; de reojo pude
observarla para percatarme de que estaba con los ojos cerrados, perdidos en no
se donde, su respiraci�n se volvi� jadeante y entrecortada, sent�a como a cada
lamida su vientre se endurec�a por la sensaci�n de placer. Luego de largo rato
de devorar ansiosamente su sexo me incorpor� y sequ� mi boca con mi antebrazo
derecho, todo alrededor de mis labios se encontraba mojado en una mezcla de
saliva y jugos �ntimos del sexo de mi diosa. Me acerqu� y la bes�; sus p�rpados
casi cerrados parec�an temblar; no s� cuanto tiempo nuestras lenguas jugaron
tratando de entrelazarse, empujarse, introducirse, esconderse; a ratos inm�viles
y a ratos explorando apasionadamente la boca del ser amado hasta que sent� que
lleg� la hora de lo que tanto hab�a esperado!. Con una �gil maniobra hice que su
cuerpo girara y que sus piernas descansaran sobre el espaldar del sill�n y su
espalda se posara sobre el asiento mismo, ten�a su cabeza colgada hacia atr�s;
entonces, arrodillado en el piso me acerqu�, tom� mi pene y lo dirig� hacia su
boca.- ella no mostraba desacuerdo alguno as� que proced� comenc� a empujar
poco a poco hasta que mis test�culos casi rozaban sus labios... Lo sacaba y lo
met�a suavemente una y otra vez; sent�a como sus am�gdalas casi rozaban el
glande de mi pene, lo empujaba despacio y hasta el fondo y lo manten�a ah� por
unos momentos, luego lo sacaba y lo volv�a a empujar hasta el fondo nuevamente
hasta sentir que ella ten�a arcadas y entonces lo sacaba inmediatamente; la
excitaci�n de aquel acto era indescriptible. Segu� trabajando de la misma forma
pero con mas fuerza cada vez; penetr� su boca m�s y m�s r�pido y hasta el fondo,
cuando repentinamente ella tom� mi pene con su mano derecha y lo sac� de su
boca� respir� con aliento de quien se est� ahogando y dijo "ya no mas"; gir�
sobre su espalda y volvi� a sentarse en el sill�n inmediatamente , de rodillas
frente a ella como yo estaba, la tome de la cintura, la jal� hacia mi y la hice
girar hasta que cayo de rodillas en la alfombra con sus pechos apoyados sobre el
sill�n. Ten�a un maravilloso espect�culo en frente; ella yac�a boca abajo
mostr�ndome desinhibidamente sus mayores y mas apreciadas curvas. Me coloqu�
justo detr�s de ella y tomando su cintura con mis manos las deslic� hasta
alcanzar sus hombros y as� correr el baby doll hacia arriba y sac�rselo. Su
espalda desnuda era una invitaci�n a las caricias; ahora la �nica prenda que
tra�a encima eran sus medias negras y sus ligueros. Yo segu�a con incre�ble
minuciosidad la costura de sus medias desde que part�an desde los dedos de sus
pies hasta llegar a sus talones y entonces se deslizaban sensualmente por la
parte trasera de sus muslos hasta encontrar el encaje alrededor de sus piernas
casi junto a su sexo.
Observ� su maravilloso trasero por unos momentos y penetr�
sin inhibici�n alguna su dulce vagina; era apretada y sent�a como el flujo de su
interior se corr�a por todo mi pene hasta llegar casi hasta mi pubis. La pose�
por largo rato a cuatro patas mientras acariciaba sus nalgas y la tomaba de la
cintura para penetrarla con m�s fuerza. Mientras la cabalgaba observaba su
agujerito; luc�a tan peque�o, estrecho y maravilloso; era de un color oscuro y
apenas rosado en su interior; mi pene lo hab�a visitado hace tiempo, cuando
�ramos novios y luego de eso ella jam�s quiso volver a propon�rmelo o a
probarlo. Sus maravillosas nalgas casi ocultaban aquel rinconcito de gloria en
su totalidad. Mientras m�s lo ve�a m�s lo deseaba� Hasta que lleg� un momento en
el que saqu� mi pene de su vagina y le pregunt� maliciosamente si deseaba
masajear mi afortunado �rgano con sus nalgas (eso es algo que ella nunca ha
dejado de hacer), a lo cual sonri� y acept�. Tom� mi pene y frot� el glande
fuertemente contra su ano; mientras m�s babeaba mi pene, m�s dulce y excitante
se volv�a la sensaci�n; la cosa result� mejor de lo que esperaba ya que la
secreci�n de su sexo en conjunci�n con mis masajes lubricaron bastante aquel
lugarcito entre sus nalgas. De todos modos fui en busca de aceite, vaselina o
algo parecido; en cuanto me par� ella me pregunt� a donde voy, a lo que
respond� "A buscar algo que te va a gustar". No tard� mucho en regresar con un
popote de vaselina que lo coloque en la alfombra junto a sus piernas� Introduje
dos dedos en el frasco, tom� la suficiente vaselina y la unt� sobre el ano de mi
amada. Finalmente todo empez� tom� mi pene y lo coloqu� justo entre sus nalgas;
ella comenz� a contraer y aflojar los m�sculos de su hermoso trasero; yo tomaba
mi pene fuertemente con una mano y frotaba con furia mi glande contra su ano
mientras ella apretaba y aflojaba aquellos gl�teos maravillosos� Todo su trasero
estaba ya bastante lubricado pero mientras lo hac�a mir� su rostro y pude ver
que sus ojos se cerraban, sus p�rpados temblaban y su boca entreabierta trataba
de decir no se qu�. No pude resistir aquella sensaci�n y empec� a empujar mi
pene suave y reiteradamente sobre su agujerito, ella no dec�a nada� Empuj� m�s y
m�s duro hasta que de repente la o� gemir� creo que dijo "� aiiiyyhh, basta !" �
Era demasiado tarde pues mi excitaci�n era m�s fuerte que cualquier s�plica.
Empec� a empujar con m�s y m�s fuerza� ella estaba inmutable, no se mov�a; su
rostro descansaba boca abajo sobre el acojinado del sill�n lo cual me impuls� a
seguir. Mi glande se deslizaba maravillosamente entre sus nalgas cuando de
pronto una sensaci�n incre�blemente placentera y poseedora se apoder� de m� la
cabeza de mi pene se estaba introduciendo muy despacio y estrechamente entre las
paredes del peque�o agujerito de mi amada. En cuanto el glande de mi pene
comenz� a perderse introduci�ndose en su apretado ano inmediatamente la o�
decir� -" �aaaahhhh�qu� haces!"� eso fue lo �ltimo que alcanz� a decir hasta que
no hizo m�s que articular un gemido y morder el coj�n que abrazaba bajo sus
pechos mientras con sus pies descalzos apretaba mi trasero en se�al de dolor�
Boca abajo como se encontraba, tom� repentinamente mi pene con su mano izquierda
intentando que no se introduzca m�s, pero era in�til, ya no me pod�a contener;
retir� su brazo, coloque mis manos sobre su duro trasero y con mis pulgares
separ� sus nalgas para poder observar como el esf�nter de su ano se dilataba
mientras suavemente mi pene se deslizaba hacia su interior. Segu� empujando
hasta que la mitad de mi �rgano estaba completamente dentro de su apretado culo.
Ella no dejaba de morder el coj�n y de empujar mi trasero con sus pies: lo
recuerdo como si fuera ayer � Con su boca entreabierta y sus ojos cerrados me
dec�a �"�ya s�camelo!" Pero eso era imposible, yo segu�a empujando y empujando,
pasando de la suavidad a la brusquedad hasta que finalmente llegu� a tocar mis
test�culos contra sus nalgas. Saqu� mi pene de su culo y mir� como su rostro con
los ojos cerrados parec�a aquietarse. Por un momento frot� mi pene en medio de
sus fuertes nalgas hasta que nuevamente coloqu� el glande sobre su agujerito;
separ� nuevamente sus nalgas con mis pulgares y volv� a empujar, pero esta vez
con un poco m�s de fuerza hasta que nuevamente vi como mi pene desaparec�a
enterr�ndose hasta el fondo de su apretado culito.
Ella segu�a boca abajo abrazando el coj�n. Comenc� a
apresurar el ritmo de la penetraci�n, m�s y m�s r�pido cada vez; era inenarrable
la excitaci�n que experiment� al ver como mi pene sal�a de su ano casi en su
totalidad y se enterraba reiteradamente y hasta el fondo; repentinamente la tom�
de la cintura y jal� con fuerza su trasero hacia m� hasta que mis test�culos
golpearon contra sus nalgas, cuando por primera vez desde que estamos casados y
hacemos el amor la he o�do gritar� - "aaaaahhhhh�.basta". Creo que la reacci�n a
ese aullido espont�neo fue contraproducente. Ya no exist�a pudor ni respeto ni
algo que se le asemejara; tan s�lo hab�a lujuria�tan s�lo lujuria. No pod�a
dejar de penetrar ese hermoso trasero con tanta furia y excitaci�n mientras o�a
gritar a mi diosa calladamente cuando mord�a el coj�n del sof� con signos de
dolor y placer a la vez� en cada arremetida mi pene llegaba hasta al fondo de su
ano; me encantaba tomar sus nalgas con mis manos, separarlas y mirar una y otra
vez como su esf�nter se dilataba cuando mi pene entraba estrechamente y hasta el
fondo de aquel maravilloso culo y c�mo mis test�culos golpeaban sus nalgas al
choque de nuestros cuerpos.
La sensaci�n de mi �rgano introduci�ndose tan apretadamente
dentro de su ano era una satisfacci�n incomparable; jam�s hab�a sentido al
igual� Segu� perfor�ndole el culo por un buen rato hasta que le pregunt� �"�te
gusta?" a lo cual no respondi�; volv� a preguntarle��"�te gusta?" al momento que
le introduje el pene golpe�ndola con fuerza y sin obtener respuesta comenc� a
sodomizarla con m�s fuerza todav�a hasta que la o� decir � "siiihhh �"; bast�
esa contestaci�n para que tomara sus tobillos, uno en cada mano y la cabalgara
con todas mis fuerzas; cada embestida llevaba mi pene hasta el fondo de su
apretado ano, sus nalgas temblaban a cada golpe de mi pubis contra su trasero
hasta que estuve a punto de explotar. No pod�a permitir que aquella fabulosa
sensaci�n termine, as� que saqu� mi pene de su culo y descans� por unos segundos
frot�ndolo entre aquellas brillantes nalgas mientras ella me regresaba a ver con
una mirada acusadora y casi despectiva pero incre�blemente lujuriosa. No se
movi� de su sitio mientras me deleitaba con aquel suave masaje.
De pronto sent� el deseo de preguntarle� - "Que tan el�stica
te sientes ?" a lo cual respondi� � "mas o menos, por qu� ?"; al no encontrar
objeci�n en su voz ni en su mirada, le respond� -"Ya vas a ver!" ; por lo que
decid� cambiar de posici�n y hacer una pose de esas que hacen en las pel�culas,
as� que la puse boca arriba en la alfombra, coloqu� sus piernas en mis hombros y
la empuj� despacio mientras me incorporaba hasta sentir que su trasero casi se
elevaba hasta la altura de mis test�culos; sus rodillas cayeron hacia atr�s para
por poco rozar su barbilla; yo me encontraba de pi� sosteni�ndola con mis manos
por la parte interna de sus rodillas para poder mantener el equilibrio; abr� las
piernas de a poco para quedar casi sentado sobre sus nalgas; apenas lo hicimos
vi una mueca de dolor en su rostro pero no hice caso. Juro que me sent�a como el
protagonista de una pel�cula porno; de pronto tom� mi pene en una mano, apunt�,
frot� el glande contra su ano y empuj�, parec�a que esta vez su culito se hab�a
reducido, era una sensaci�n extra�a y excitante, pues entraba m�s apretado que
antes hasta que llegar hasta el fondo; ella estaba nuevamente con los ojos
cerrados y la boca entreabierta.
Ya con todo mi pene dentro de su culo, tom� sus piernas y
comenc� a cabalgarla, creo que hasta mis test�culos entraban en cada
penetraci�n, solo que ahora pod�a ver su rostro y acariciar su cl�toris.
Mientras me almorzaba su culito la miraba, estaba impasible, parec�a muerta,
solamente cuando sacaba por completo mi pene de su culo y se lo volv�a a
enterrar con fuerza ve�a como su boca se abr�a y trataba de emitir un gemido.
Estuve a punto de terminar nuevamente pero lo que yo realmente deseaba con
terribles ansias era terminar en su culo pero en cuatro patas, as� que la volv�
a poner en cuatro al filo del sill�n y sin pedir permiso de ning�n tipo le
enterr� el pene hasta el fondo de su hermoso trasero; ella quiso nuevamente
volver a tomar mi pene para controlar la penetraci�n por su ano pero tal era mi
excitaci�n que termin� apres�ndola por las mu�ecas y cabalg�ndola con una furia
mayor a la primera vez, sacaba completamente mi pene y se lo volv�a a meter, o�a
como gritaba calladamente mientras mord�a el tapete del sof�; reiteradamente
saqu� mi pene por completo y se lo volv� a enterrar por el culo hasta los huevos
hasta que ya no pude contenerme; explot� dentro de su apretado ano; trat� de
sac�rselo en el acto pero parte de mi esperma se derram� sobre su esf�nter. Fue
un momento glorioso� recog� con mi glande parte del semen alrededor de su ano,
lo conduje hasta el centro y empuj� hacia adentro aquella secreci�n junto con mi
pene.
Luego de aquel fabuloso orgasmo mi esposa qued� tendida por
varios minutos: No sab�a que esperar de ella, pero de pronto se volte� y me
bes�
Apenas estoy empezando a comprender lo que le gusta a una
mujer� Tal vez a muchas no les agrade el sexo anal y talvez a muchas otras s�,
lo �nico que quiero decir es que a ellas tambi�n les gustan las pr�cticas
prohibidas, excitantes y todo tipo de pasiones desbordantes. Est�n dispuestas a
amar hasta el l�mite y m�s all� de lo prohibido. Son mucho m�s fuertes y
apasionadas que nosotros y a�n as� no nos piden m�s que un poco de compa��a y
comprensi�n. Hay que saber o�rlas, pero para escucharlas hace falta m�s amor que
inteligencia.
Muy a pesar de esta maravillosa experiencia, no olvido otras
tantas travesuras que hicimos en el transcurso de nuestra relaci�n� cada
escapada era la gloria !!!
Continuar� �