Una org�a, un travesti, un ba�o y yo
Este es el primero de una serie de relatos donde todo es real
y nada es ficticio. Intentar� no obviar detalles para el deleite de todos y para
que puedan disfrutar tanto como yo lo hice.
Mi nombre es Fernando, mido 1,82 y peso 79kg. Soy bisexual
desde que tengo uso de raz�n y puedo decir sin dudas, que gozo tanto con hombres
como con mujeres en muy diversas circunstancias.
Como muchos de los que est�n ac� cada tanto me doy una
vueltita por alg�n cine porno para disfrutar de los placeres de la vida y estar
con alg�n que otro macho; pero mi deseo real siempre fue estar con una travesti;
hasta que un d�a se me cumpli�.
Entre al cine, pague la entrada y me sent� en una butaca de
las filas de atr�s. A pesar de que no es el motivo principal por el cual voy a
estos cines, me gusta disfrutar de las pel�culas, especialmente cuando la mujer
est� en cuatro patas y es culeada por una tremenda poronga.
Una vez que me acostumbre a la oscuridad pude ver como tres
butacas a la derecha de donde estaba yo un hombre se acariciaba la chota
mientras otro que estaba sentado al lado de �l se agachaba para trag�rsela.
Empezaron un vaiv�n maravilloso que mov�a toda la hilera de butacas hasta que en
un momento percib� que el hombre que estaba sentado emiti� un gemido y el que
estaba agachado empez� a escupir un material blanco y espumoso que seguramente
era una mezcla de semen con saliva.
Esto me puso al palo, as� que me levante y me dirig� a la
platea superior del cine donde van parejas (aunque realmente va cualquier
persona).
Una vez que llegue all� pude ver como un tipo sentado en unas
de las butacas de atr�s se dedicaba a chupar 2 pijas mientras se acercaba un
tercero y un cuarto.
Sin dudarlo me acerque a este espect�culo, desabroche mi
pantal�n y me empec� a pajear viendo como el hombre segu�a chupando 2 porongas y
las otras dos eran masajeadas por sus propios due�os.
Uno de ellos me mir� y acerco su pija a la m�a con lo que
tentado ante ese pedazo de carne decid� agarrarlo y empezar a pajearlo; a los
pocos segundos el otro hombre agarr� mi otra mano y la puso en su verga.
Mientras me acariciaban el culo uno de ellos me agarr� por la
nuca y me oblig� a bajar con lo que no tuve m�s opci�n que comerme las 2 vergas.
Una no era muy grande (unos 14 cm.) pero la otra era mucho mas larga y gruesa,
creo que de unos 19 cm. Chupaba un rato una y un rato la otra, bajaba hasta los
huevos y los leng�eteaba un poco; hasta que uno de ellos se empez� a pajear y
tir� toda su leche en mi cara; al mismo tiempo el otro me hizo girar la cabeza y
tambi�n se dedic� a maquillar mi cara con su liquido blanco y caliente.
Saque un pa�uelo, me limpie la cara y decid� ir al ba�o para
limpiarme mejor ya que tenia la cara pegoteada despu�s de tanta leche.
Una vez que llegu� all�, abr� la canilla y me limpie la cara
con agua. Acto seguido me dieron ganas de mear con lo q me met� en uno de los
ba�itos individuales. Mientras estaba orinando, mir� hacia atr�s y en uno de los
mingitorios veo a un travesti que tambi�n estaba orinando y me estaba mirando.
Era una morocha de pelo enrulado, largo, y ten�a una remera
negra ajustada con unos pechos hermosos y un jean que ocultaban un culo como
pocas veces hab�a visto.
Al cruzar nuestras miradas gir� un poco y me dejo ver su
hermosa verga. Estaba muerta pero se pod�a prever que cuando estuviera listo
ser�a un ca��n de dimensiones considerables. Me sonri� se abrocho el pantal�n y
camino hacia donde estaba yo y me dijo:
Me calent� lo que hiciste arriba con esos 2 tipos, me
dejas pasar?
Pasa (es lo �nico que pude decirle mientras miraba sus
pechos)
Entr� y trab� la puerta con el pasador. Ni bien termin� de
hacer esto se dio vuelta y me dio un soberbio beso con una lengua que intentaba
llegar hasta mi es�fago.
Mientras jug�bamos con nuestras lenguas se bajo el pantal�n y
dejo escapar su verga.
Cuando la agarre no lo pod�a creer; una verga de unos 22 cm.
x 6cm. Que ya estaba mojada con el l�quido seminal.
Me bajo los pantalones y agarro mi pija que tambi�n estaba
h�meda por la calentura acumulada de las chupadas y por la franela con mi nueva
amante.
Nos besamos un rato largo con lenguas en la oreja, cuello y
pecho. En una de mis incursiones a sus fabulosas tetas me bajo hasta su pija
donde pude comprobar visualmente lo que mi mano hab�a percibido; una verga
dur�sima como una piedra con unas venas que parec�an explotar, de un color
oscuro, con un largo y grosor pocas veces visto y sin ning�n pelo que pudiera
dificultar mi trabajo.
Empec� pasando la punta de mi lengua por sus huevos al mismo
tiempo que dibujaba c�rculos en esas formidables bolsas que empezaban a
contraerse y tornarse con m�s pliegues producto de la excitaci�n.
Conjuntamente con esto segu� con la paja mientras Mariela
(que as� se llamaba) emit�a gemidos de placer. Despu�s empec� mi trabajo sobre
esa enorme cabeza que ya sudaba l�quidos por todos lados; al igual que antes
empec� con la punta de la lengua para pasar a trag�rmela hasta el fondo con lo
que pude ver que a�n quedaba un pedazo afuera de mi boca. Enseguida empec� a
pajearla mientras su verga segu� ocupando toda mi boca; ella empez� a moverse
hacia atr�s y hacia adelante y saco mi mano de su verga y se dedic� a cogerme la
boca, mientras que con sus manos en mi nuca me empujaba en sentido contrario a
la embestida. Sent�a nauseas, ese tremendo pedazo de carne pegaba contra mi
�vula y las arcadas eran inevitables, a ella mucho no le importo y sigui�
d�ndome m�s adentro al tiempo que me dec�a:
Cometela toda putito
Cuando logr� zafarme (o mejor dicho cuando ella quiso) me
solt� y deje escapar una gran cantidad de saliva al mismo tiempo que me dio un
acceso de tos debido a la gran invasi�n que hab�a sufrido mi boca.
Sin darme tiempo para la recuperaci�n se apoyo de frente a la
pared, se hecho un poco para atr�s, separ� las piernas y me ofreci� su hermoso y
suculento culo. Sin mucho tiempo para recuperarme empec� a pasar mi lengua por
su agujero mientras intentaba cojerla con la lengua. Sus gritos y gemidos iban
en aumento al punto tal que vi a una persona que desde el ba�o de al lado se
hab�a trepado para presenciar el espect�culo. Esto me excito m�s y chupe con m�s
ganas ese fabuloso hoyito negro que parec�a no tener fin.
Como estaba a punto de acabar, y mientras segu�a comi�ndome
su ojete, comenc� a ponerme un forro para taladrarle el culo y hacerle sentir
mis 18 cm. de verga. Pero mientras estaba haciendo esto Mariela se incorporo, me
levanto desde las axilas, me dio vuelta y me puso cara a cara con la pared;
abri� mis piernas y empez� ella a sobarme el culo. Me retorc�a de placer, mi
mente estaba ausente, solo gozaba con la lengua que ten�a en mi ojete y con los
ojos que me estaban mirando trepados que ya eran seis y por lo que pude ver en
sus rostros se estaban pajeando.
Se levant�, apoyo su verga en la raya de mi culo y me dijo:
Queres que te la ponga?
Como no hab�a podido entender lo que me dijo debido a que
estaba en la estratosfera me repiti�:
Dale, putito, no te hagas el boludo; queres que te coja?
S�lo atin� a mover la cabeza en el sentido de la afirmaci�n
pero antes que termine de hacerlo, ya estaba apoy�ndome la punta de la poronga
en mi agujerito. Sent� como una puntada, un pinchazo en el culo que de a poco se
iba transformando en dolor. Empez� a empujar lentamente al tiempo que me
agarraba de las caderas y las empujaba para atr�s; yo sent�a como cada cm. iba
entrando por mi recto hasta llegar hasta las profundidades de mis intestinos; al
poco tiempo tomo mi mano, la llev� hacia mi culo y me susurro:
Ya est� papi, la tenes toda adentro
Cuando termin� de decir esto la saco un poco, tomo impulso y
me la clavo hasta al fondo; sent� como un taladro que me abr�a y llenaba mis
entra�as de carne caliente y deliciosa.
Comenz� a darme fuerte, un mete y saca tremendo cada vez mas
r�pido que permiti� que mi dilatado agujero deje de sentir dolor para dar lugar
a un placer extremo. Mi cuerpo estaba fuera de si, solo acompa�aba a esta
morochaza que no paraba de cojerme y de disfrutar como me estaba rompiendo el
culo. Me dec�a cosas como: que puto que sos, te voy a romper el culo todos los
d�as, te voy a ba�ar en leche, etc, etc; yo respond�a s�lo cuando mi mente me lo
permit�a cosas como: dame mas, rompeme el culo, soy todo tuyo y otras cosas que
no recuerdo.
El vaiv�n era espectacular, a un ritmo vertiginoso que hacia
que la pija de Mariela se salga de mi culo, pero que no tardaba mucho en volver
a su lugar e invadirme y bombearme nuevamente.
Estuvimos como 15 minutos en esa posici�n hasta que la saco y
me empuj� hacia abajo; sin muchas opciones y sabiendo que vendr�a algo
inevitable y esperado por mi (porque mi culo no iba a resistir mucho tiempo m�s
semejante pedazo de verga.) me agache y espere ansioso el momento. Con su
poronga apuntando hacia mis ojos se empez� a pajear violentamente, mientras que
con la otra mano me separaba la cara para poder apuntarme mejor; s�lo me
permit�a cada tanto unos peque�os leng�etazos en la punta de la pija.
De repente y precedido por un grito, los 22 cm. empezaron a
escupir una cantidad enorme de liquido blanco, espeso y caliente que se deposito
en mi cara tap�ndome los ojos, la nariz y toda mi cara. Estuvo un rato largo
acab�ndome encima y cuando se escapo la �ltima gota, me pego con su poronga en
la cara un par de veces y la puso en mi boca para que se la limpiara.
Me limpie la cara con el pa�uelo, nos cambiamos,
intercambiamos tel�fonos y nos fuimos cada cual para su lado.
Cuando llegue a mi casa no pude hacer otra cosa mas que
pajearme pensando en la situaci�n vivida.
Espero que les haya gustado, y no se olviden que esto total y
absolutamente real, y que pronto tendr�n m�s historias m�as. Saludos.