Era de noche y volv�a a mi casa en colectivo. Como estaba muy
cansado no me di cuenta y me quede dormido. Llegu� a la parada de colectivos
dormido. Obviamente estaba muy lejos de casa y el chofer, que yo ya conoc�a de
antes, me propuso que le haga compa��a un rato y despu�s me llevaba gratis en la
pr�xima vuelta que le tocaba en media hora.
Todos los choferes de la l�nea sab�an que yo era gay pero
nunca les hab�a confirmado nada. A mi realmente me gustaba viajar en colectivo
m�s que nada para verlos a ellos. Hay algo en estos hombres que me atrae mucho.
Tal vez sea la camisa azul que tan bien les queda, los lentes oscuros que usan
para que no los encandile el sol, o el hecho que cada d�a est�n m�s lindos
porque se preocupan por producirse, ponerse gel y estar prolijitos, sobretodo
los choferes m�s j�venes.
Nos quedamos esperando en el colectivo y para que el tiempo
pasara un poco m�s r�pido comenzamos a hablar con Enrique, el chofer. Y fue el
momento en el cual Quique no perdi� tiempo y se decidi� a sacarse la duda de mi
inclinaci�n sexual. As� que sin dudarlo me pregunto de una si yo era gay. Yo lo
negu� por precauci�n, al fin y al cabo no dejaba de ser un desconocido y no
sab�a como iba a reaccionar.
Q: Que lastima. La habr�amos pasado muy bien.
Y: Bien?
En ese momento se dio cuenta que le hab�a mentido. Y cuando
comenz� a hablar me puso la mano en la nuca y me acariciaba.
Q: Claro, me habr�as hecho olvidar que hace mucho tiempo que
no cojo con mi esposa. No ten�s una idea de cuanta leche tengo acumulada. � dijo
mir�ndome a los ojos. Se qued� mirandome un rato y como yo no reaccionaba al
hecho que me estaba tocando y mirando fijamente aprovech�.
Q: Si no me crees comprobalo por vos mismo. � me agarro la
mano y la puso sobre su entrepierna. Al tocarla sent� algo muy duro bajo esos
pantalones y de muy buen tama�o por lo que pude tantear. � Viste? Esta re dura.
Siempre me pasa, ser� el movimiento del colectivo? No se, pero siempre estoy
encarpado.
Despu�s de decir eso comenz� a re�rse. No sab�a porque pero
me di cuenta cuando el levant� sus manos y me dijo.
Q: Yo tengo las manos arriba y vos segu�s toc�ndome el bulto.
No que eras h�tero vos? Que paso? Te agarro el fanatismo por la pija de pronto?
Por mi est� bien, papi, toc� tranquilo.
Yo no sab�a que decir, solo disfrutaba del momento. Mi sue�o
de tener la pija de un chofer entre mis manos se estaba cumpliendo. Quique se
comenz� a poner c�modo y se desabroch� la camisa dejando a la vista su cuerpo.
Sac� un atado de cigarrillos y se prendi� un pucho. Yo no perd� tiempo y al ver
sus tetillas me abalance sobre ellas para chuparlas y calentarlo a�n m�s.
Q: Ah bua! Te sali� el puto de adentro. � dijo Enrique entre
risas. Sigui� fumando su cigarrillo y dijo. � Segu� que me encanta que hagas eso
putito.
Estuve un buen rato chupando esas tetillas grandotas y
peludas, hasta que Enrique me desplaz� con el brazo y comenz� a desabrocharse el
cintur�n. Se paso a la fila de asientos individuales y termin� de abrirse la
bragueta, sac� su pija y comenz� a masturbarla. Le dio unas pitadas al
cigarrillo y mientras lanzaba el humo por la nariz. Con la mano en que ten�a el
cigarrillo me hizo se�as para que me acercara.
Q: Apuremos un poco esto porque dentro de un rato tengo que
salir de nuevo a dar otra vuelta. Ven�, arrodillate y chupamela un rato as�
terminas con lo que empezaste. � termin� de decir esto, apoy� su espalda contra
la ventanilla y estir� su entrepierna para adelante.
Yo ni lento ni perezoso me apure para estar frente a aquel
macho que me ofrec�a su sexo. Cuando estaba ya arrodillado a sus pies puso una
de sus mano en mi cabeza y con la otra se agarr� la base de la pija. Me acerc�
la cara a su verga y me la refreg� un poco por los cachetes y por los labios sin
llegar a met�rmela todav�a en la boca. Me dijo que primero se la besara y fue lo
que hice. Le bese la cabeza, peg�ndole peque�as lamidas, me qued� un buen rato
ah� hasta que no aguante m�s y me la empec� a meter en la boca.
Q: Siiii, as� putito! Tr�gatela entera que es toda tuya. �
cuando dijo eso me agarr� la cabeza con sus dos manos y empez� a forsarme. �
Dale tiragoma, hasta el fondo!
Yo segu�a saboreando ese pedazo de carne que ten�a entre mis
labios, dentro de mi boca. Lo recorr�a con mi lengua y presionaba con mis
labios. Sub�a y baja r�pidamente, de vez en cuando me frenaba en la cabeza de la
pija y solo cubr�a esa parte. Lo miraba a los ojos y le saboreaba la boquita de
su pija con la punta de mi lengua. En sus ojos se ve�a que realmente lo estaba
disfrutando. Me rebajaba con la mirada, me hac�a sentir poca cosa y yo
disfrutaba por eso.
Mientras yo le estaba haciendo el pete �l se tocaba, se
apretaba las tetillas y gem�a de placer. Me insultaba entre dientes y yo
respond�a aumentando el ritmo de mi mamada. En un determinado momento se cans�
un poco de esa posici�n. Me sac� la pija de la boca, apoy� su pie sobre mi
pecho, me empuj� e hizo que me cayera sobre el suelo del colectivo. Se par� y
puso su pie en mi garganta como para asfixiarme y agarrandose la verga me dijo:
Q: Puto, sos una basura. Como te gusta que te humille. - Se
sent� sobre mi pecho poniendo sus piernas a ambos lados de mi cara. Levant� mi
cabeza con su mano y me puso a chuparsela de nuevo. � Dale que ya te estoy por
acabar.
Me agarr� la cabeza con las dos manos y ahora era �l quien
guiaba la mamada. No era una posici�n c�moda ni para mi ni para el, as� que me
sac� la pija de la boca y empez� a pajearse frente m�o, sobre mi cara. Mientras
�l se pajeaba yo comenc� a chuparle los huevos, antes no lo hab�a hecho porque
no los ten�a a mi alcance. Quique se acomod� los huevos para que se me hiciera
m�s f�cil com�rselos. Eran grandes y muy peludos, me encantaba atragantarme con
sus pelos. Cuando le chupe los huevos comenc� a sentir el olor a hombre que
emana de esa zona, yo tocaba el cielo con las manos.
Q: Uhhhhhh ... ya me vengo. Abr� la boquita que tengo tu
premio. � dejo de pajearse y apoy� su pija en mis labios.- Abr� la boca puto!
Tr�gatelo todo.
Yo abr� la boca justo a tiempo para recibir el primer chorro
de esperma que largo. Estaba acabando en mi boca. Su leche me lleno la boca y
chorreaba por mis comisuras. Quique se tiro sobre mi clav�ndome nuevamente su
pija hasta el fondo.
Q: Dale puto, esto era lo que quer�as, disfrutalo. Aaaaaaaah,
puto del orto! � Se doblaba de placer y a pesar de que dej� de acabar mantuvo su
pija dentro de mi boca un buen rato. Nuevamente se sent� sobre mi pecho y me
paso la pija por los labios, como para que reaccionara. � L�mpiamela que no
puedo guard�rmela as� como est�, toda pegajosa. Ponete a lamer papi, que no
quede ni un solo rastro de mi leche.
Volv� a comerle la pija, ahora para limpi�rsela bien. Recorr�
cada cent�metro con mi lengua, se la deje bien limpita, lustrada. Su pija se
pon�a fl�cida en mi boca, una sensaci�n �nica. Despu�s de tanta acci�n ped�a un
descanso, aunque me sorprendi� cuando comenz� a tomar nuevamente forma, pero no
del todo.
Q: Abr�, abr�, abr�. � yo abr� la boca � Tengo un regalo m�s
para vos, pero vos traga, no pienses, traga. � en ese momento comenc� a sentir
algo calentito en mi garganta. Me estaba meando. Sus ojos daban vueltas, era
como una segunda acabada, disfrutaba much�simo el vaciar su vejiga en mi
garganta. � Disculpame, pero siempre me dan ganas de mear cuando acabo. Ser�
para limpiarme del todo la pija? Yo que se. � se meti� la pija adentro, subio
sus calzoncillos, la bragueta y abrocho su cintur�n.
Yo quede alucinado por lo que acababa de pasar y tarde en
reaccionar, segu�a acostado en el piso con mis labios llenos de una mezcla de
semen y orina. Desde esa posici�n lo miraba como estaba parado arregl�ndose el
pantal�n y me encantaba.
Q: Pareces una puta satisfecha as� tirado en el piso.
Lev�ntate que tengo que salir a dar la otra vuelta. �Me vas a acompa�ar? Porque
si lo haces te tengo una sorpresita.
Y: Claro que te voy a acompa�ar. � En ese momento reaccione y
me aviv�, el resto de la noche la iba a disfrutar. Esperaba ansioso esa sorpresa
de la que me hablaba.
El se sent� en el asiento del chofer y yo en el asiento
individual que est� pegado a la puerta por donde ingresa la gente, justo al lado
del chofer. Fue una vuelta corta, porque en una hora ten�a que estar nuevamente
en la parada. En cada sem�foro que nos deten�a Quique aprovechaba para hablarme
y preguntarme como estaba. Yo le respond�a "Excelente" y le gui�aba el ojo. El
respond�a con un "No ten�s remedio vos. Lo que te espera".
Yo aprovech� para observar cada detalle de su persona, como
manejaba, como me miraba, como miraba a los pasajeros que sub�an, escuchaba su
tono de voz cuando hablaba con alguien que le preguntaba algo, lo miraba desde
distintos �ngulos aprovechando los espejos que tiene a su alrededor. Note que
manejaba con una sola mano, la derecha, la otra mano la ten�a puesta en su
entrepierna, que ya empezaba a dibujar un generoso paquete del cual no sacaba
mis ojos. En un momento se dio cuenta que lo estaba viendo, se sonri� y se
apret� el bulto con fuerza, moviendo su mano haciendo como que estaba cogiendose
a alguien.
El viaje fue muy tranquilo, hasta que en una esquina subi�
otro chofer. El muchacho no se percat� de mi presencia y se qued� parado al lado
de Quique hablando tonter�as, nada de importancia. Realmente no sab�a que hacer
as� que cuando llegu� a la altura de casa atin� a bajarme, pero Quique me fren�.
Q: �Te vas?�No me acompa�as a la parada?
Y: No s�.
Q: Te presento a Marcelo, es un compa�ero m�o. Ahora nos
tenemos que quedar los dos esperando un rato en la parada. �No quer�s
acompa�arnos?
Y: Claro.
Quique le hizo una se�a a Marcelo y le dijo algo al o�do.
Mientras escuchaba lo que Quique le dec�a, Marcelo me miraba y empez� a
dibuj�rsele una sonrisa picarona en su rostro. El coche ya estaba casi vac�o
cuando Marcelo se sent� detr�s m�o, pero segu�a hablando con Enrique, a m� no me
prestaba atenci�n. Estiraba sus piernas haciendo contacto con las m�as y notaba
lo bien formadas que estaban. Cuando baj� el �ltimo pasajero se inclin� un poco
hacia delante y comenz� a acariciarme la nuca.
M: �As� que te gusta la pija a vos? � Yo me di vuelta para
verlo � Ahora que te veo bien, ten�s cara de tiragoma. Enrique me cont� lo que
hicieron hace un rato. Sos trola, chuparle la pija a un hombre casado, �Que
verg�enza! ... El castigo para las putitas como vos es m�s pija y yo tengo una
para vos. � Termin� de decir eso y, haciendo fuerza con la mano que ten�a en mi
nuca, me tumb� hacia el asiento donde �l estaba, llevandome la cara a su
entrepierna. Me refreg� su paquete y, sac�ndome de mi asiento, me oblig� a
arrodillarme frente a �l. Sus piernas ahora estaban a ambos lados de mi cuerpo,
estaba entre sus muslos y con la cara en su bulto. Enrique miraba por el espejo
retrovisor y hac�a algunos comentarios.
Q: Dale, tratalo as� que le gusta. Es una puta barata.
M: No te preocupes que yo se como tratar a estas basuras.
Quiere pija, se va a cansar de comer pija.
Termino de decir eso y comenz� a desabrocharse el pantal�n.
Mientras �l hac�a eso yo le acariciaba las pantorrillas que eran muy musculosas.
Pasaba mis manos por debajo de su pantal�n para ver si ten�a o no pelos y como
era de imaginar eran las tipicas piernas de hombre, muy peludas. Yo me deleite
toc�ndole sus piernas hasta que Marcelo liber� por completo su pija que era m�s
grande que la de Enrique. Cuando vi ese pedazo de carne no dude en abalanzarme
hacia el y comenzar a deglutirlo, eso provoc� la risa de Marcelo.
M: Me parece que lo dejaste con hambre al putito este, mira
como chupa.
Q: No, yo le di de comer bien, pero no se llena con nada. Es
bien putita esta.
M: S�, lo estoy sintiendo. Como le gusta chupar, me esta
volviendo loco. � Mientras dec�a eso agarr� mi cabeza con sus manos y me oblig�
a trag�rmela toda. � Com�tela toda che! No te quedes con la puntita, que tengo
mucha pija que todav�a no tocaste.
Q: Lo vas a atragantar as�.
M: Que mierda me importa.
Marcelo sigui� oblig�ndome a comerle toda la pija, lo que me
atragantaba y provocaba su risa y placer. Cuando llegamos a la parada de
colectivos, Quique par� el coche ubic�ndolo en un lugar apartado de la posible
vista de alguien que pasara por ese inh�spito lugar. Yo segu� arrodillado
comi�ndome la pija de Marcelo cuando Quique sali� del asiento del conductor.
Q: Yo tambi�n quiero, no seas verga che!
M: El pete me lo est� haciendo a mi, si vos quer�s cojertelo
ah� lo tenes con el culo parado, aprovecha. Seguro que se la banca de a dos.
Enrique se apoy� sobre mi trasero y empez� a bombear como si
me estuviera cogiendo. Me usaba de caballito, me galopaba envisti�ndome con
fuerza. Me pegaba nalgadas y yo instintivamente paraba cada vez m�s la cola. Al
hacer eso sent� su poderoso bulto que buscaba mi hoyito, cada vez me la
ensartaba m�s profundo con la �nica barrera de ambos pantalones que imped�an que
me cojiera, pero yo paraba m�s y m�s la colita para sentirlo m�s cerca de m�.
M: Ves ... esta parando la colita. Me parece que este quiere
guerra.
Q: Yo no me aguanto, a este puto me lo tengo que culear.
�C�mo tenes el culito papi? �Lo tenes dilatado o hay que prepararlo?
Yo no pude responder porque ten�a la pija de Marcelo en la
boca y no ten�a ganas de dejar de chuparla. Pero esta actitud no le gust� a
Marcelo.
M: Respondele che! Quique te esta haciendo una pregunta. � Me
agarr� de los pelos y me sac� su pija de mi boca.
Y: Nunca me hicieron la colita, soy virgen. � Termin� de
decir mi verdad y Marcelo me ensart� nuevamente hasta el fondo su pija en mi
boca para que siguiera haciendole el pete que le estaba haciendo.
Q: Uuuh, voy a desvirgar a aun puto. Esto te va a doler papi,
porque mira que cuando yo culeo, culeo fuerte, con ganas, porque me copo mal. �
Mientras dec�a esto comenz� a bajarme el pantal�n, dejando descubierta mi
colita. � Tenes buenas nalgas che, parecen de nena.
Quique me meti� un dedo en la boca para que chupe y luego me
lo meti� en el culo. Sus dedos eran gruesos y me abr�an bien el orto. Comenz� a
mandar dedo como loco y cuando el pens� que ya estaba lo suficientemente
dilatado escupi� sobre mi culito y sobre su pija. Desparram� la saliva con la
mano y sigui� meti�ndome el dedo un rato. En un momento determinado siento que
algo se apoya sobre la entrada a mi culito, era la pija de Enrique a punto de
entrar.
Q: Ya estoy en la puertita. Toc toc � Dijo Enrique luego de
golpear dos veces mis nalgas con su pija � �Hay alguien en casa? Ja ja ja ja ja
M: Ja ja ja ja. Dejate de joder y cojetelo de una vez que se
le debe estar haciendo agua la colita.
Esas palabras fueron suficientes para que Quique me taladrara
con su pedazo de carne. Sin compasi�n introdujo su pija hasta el fondo, de una.
El dolor que sent� fue inmenso, hasta comenz� a chorearme un poco de sangre.
Q: Uhhhh ... mira ... le rompi el orto. Ja ja ja ja. � Dec�a
en referencia a la sangre que largue por esa tremenda envestida.
As� comenz� a bombearme con fuerza. Al principio estaba
arrodillado, pero despu�s se levant� y apoy� todo su cuerpo sobre mi culo. En
esa posici�n sus embestidas comenzaron a ser cada vez m�s violentas. Mientras me
penetraba jadeaba, realmente la estaba pasando bien. Me calentaba el sonido de
su cuerpo chocando sobre mis nalgas.
Q: Ahhh ... que buen orto que tiene este puto. Mira Marce,
mir� como el pendex me come toda la pija con este culote caliente.
M: Uhhh ... que hijo de puta. Que buena tragadera que tiene.
Dale duro que este se la banca.
Mientras Enrique segu�a bombe�ndome el orto y Marcelo recib�a
una soberana mamada, entre ellos comenzaron a hablar.
M: Uhhh ... cuando le contemos a los dem�s la joyita que nos
encontramos.
Q: Va a estar buen�simo. Todos van a querer cojerselo. La de
leche que se va a tragar este culo y esta boquita petera.
M: Va a ser la putita de la l�nea.
Q: Las partuzas que podemos hacer, vamos a darle de a muchos.
M: As� como le estamos dando ahora. Por atr�s y por adelante.
Bien duro como le gusta.
En ese momento Marcelo agarro mi cabeza haciendo que me
atragantara con su verga. La mantuvo un rato en mi garganta y se re�a de mi
cuando me quedaba sin aire.
M: La putita quiere respirar ... jajajaja. O chupas pija o
respirar papi. Mejor no te doy a elegir porque me gusta como me la estas
chupando.
Q: Y no sabes lo que es ac� atr�s, esta colita aprieta que da
calambre y est� re calentita.
M: A ver, dejame probar. Me gusta como me la chupa pero
quiero hacerle el orto tambi�n.
Enrique me sac� la pija del orto. La fue sacando despacio,
para que la sintiera bien. Al sacarla qued� un gran vaci� en mi culito que ya se
hab�a acostumbrado a alojar a semejante falo. Marcelo segu�a en su lugar,
sentado. Yo me pare y lo vi en todo su esplendor, estaba con los pantalones y
calzoncillo en las rodillas, su remera abierta y su pija en la mano, apuntando
hacia arriba. Enrique se paro y, agarrandome de los hombros, me oblig� a darme
vuelta, de espaldas a Marcelo. En eso Marcelo agarr� mis caderas y me hizo
sentar en la punta de su verga.
M: A ver como te tragas mi pija papi, seguro te va a gustar
m�s que la pija del puto de Quique ... jajaja.
Q: Callate cara de verga.
Marcelo comenz� a apretarme contra su pija pero yo lo detuve
porque me estaba haciendo doler mucho.
Y: Espera que yo me la ensarto solito.
M: Como quieras.
Marcelo levant� sus manos y las puso en su nuca. Yo agarr� su
pija con una mano, la apunte hacia mi culito y comenc� a trag�rmela con el orto.
Cuando estuvo toda adentro, yo me qued� un poquito levantado y le dije que me
bombeara desde esa posici�n. Marcelo sub�a y bajaba, en cada subida me la
ensartaba hasta el estomago pero luego sal�a para darme un poco de aire. Me
gustaba ver como con cada esfuerzo que hac�a para dar las envestidas sus
pantorrillas se formaban, ten�a las piernas muy musculosas y eso me calentaba
mucho. Comenc� a gemir un poco, pero no mucho porque Enrique se encontraba
frente a m� con su pija en la mano, por lo visto no quer�a dejar de participar
en la fiesta. Quique, que hac�a rato que no ten�a pantalones, apoy� el pie sobre
el asiento donde estaba sentado Marccelo y agarrandome de la nuca me ofreci�
para que le chupara todo su sexo.
M: Ten�as raz�n Quique, que buen orto tiene este hijo de
puta. Como me aprieta la pija.
Q: Disfrutalo que somos los primeros en abr�rselo. � Marcelo
saca su pija de mi culito y empieza a pasarme la mano.
M: Y como se lo abrimos ... es un agujero negro esto.
Q: Esta especialmente hecho para que nos coma las pijas.
M: Ninguna mina me comi� la pija de esta forma.
Marcelo agarr� nuevamente su pija y me la ensart� de una sola
envestida. La escena era por dem�s excitante. Me encontraba aferrado a un muslo
de Enrique chupandole la verga, mientras de reojo miraba las pantorrillas
musculosas de Marcelo quien me estaba taladrando el orto. Las envestidas de
Marcelo comenzaron a aumentar, estaba por acabar.
M: Quique, yo ya estoy por llenarle el orto de leche al
putito. Vamos a venirnos juntos
Q: Yo tambi�n ... le voy a dar su lechita a este mariconcito.
M: Ah� me vengo ... aaaahhhhh ... ahhhhhh ... toma puto ...
toma lechita.
Q: Ya ... ya .. chup� chup� que yo ya estoy.
Mientras Marcelo me llenaba el orto con su leche entre
puteadas Enrique se pajeaba y me daba la cabeza de su pija para que siga
chupando. En el vaiv�n fren�tico de la brutal paja que se estaba echando, me
golpeaba la cara sin querer. Marcelo me mantuvo toda su pija ensartada hasta que
termino de derramar su �ltima gota de lechita caliente en mi culito. Cuando
Marcelo me sac� la pija del orto fue el turno de recibir mi raci�n de esperma
por parte de Enrique. Quique dej� de pajearse y me hizo una se�a para que siga
chupando. Ni lerdo ni perezoso comenc� a chupar a gran velocidad. Quique me
agarraba de la cabeza para guiar la mamada, hasta que en un determinado momento
me empuj� para que la trague toda.
Q: Ahhhhhhhh ... toma tu lechita ahhhhh ... tr�gatela toda
puto!
Enrique comenz� a lagar chorros y chorros de leche por su
pija, y eso que hac�a solo una hora que me hab�a llenado la boca con su acabada.
Estuve con su pija en la boca un buen rato hasta que termino de larga la �ltima
gotita de esperma. Mientras segu�a chupandole la pija a Quique para limpi�rsela,
Marcelo se paro frente a nosotros.
M: Mira como me dejaste la pija papi! Esta hecha un
enchastre, l�mpiamela puto! Dale cometela a las dos juntas!
As� fue como termine de limpiarle la pija a los dos. Mi
lengua iba de una pija a la otra, los miraba como disfrutaban y yo disfrutaba.
Estuvimos as� un buen rato hasta que los dos se tuvieron que ir. Se pusieron los
pantalones, se prendieron las camisas, se arreglaron las corbatas y ajustaron
sus cinturones. Marcelo se fue a su colectivo y yo me qued� con Enrique, que me
llev� gratis a casa. Cuando baje Quique me saludo:
Q: Nos vemos papi. Pasa cuando quieras por la parada � Me
dijo mientras ten�a su mano en su bulto y me gui�aba el ojo.