Relato: Mi sangre a la parrilla (madre/hijo)

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MI SANGRE A LA PARRILLA (MADRE/HIJO)

Una relaci�n familiar, un atavismo ancestral y un apetito
carnal que se sacia en la parrilla del hogar.

Estoy montado sobre Graciela, mi prima hermana, la tengo en
cuatro sobre el catre de su recamara, le estoy dando por donde mas le gusta, yo
tambi�n lo disfruto con gula, por que a su pedido le estoy agrandando el
di�metro del esf�nter, del orificio terco que insiste en ajustar.

Vive en la casa contigua y ya cumpli� los 17, la muy glotona
goza provocando a su primito menor, ella me lleva mas de tres a�os, pero a
tenido tanta guerra que ya chanca como veterana.

Claro que logra ponerme calent�n, pero no tanto como mi
hermana y jam�s como mi reina, es decir, la que me pari�.

Si le doy cuando reclama, es por que adem�s de ser mi sangre,
le gusta que la ase viva en la parrilla de su cama, con el calor que da el hogar
se prepara la mejor carne, preferible si queda en casa, para comerla sin salir.

Cuando le doy vueltas a este asunto, me preocupa mi rumbo,
por que seg�n dicen es aberraci�n, pero no se imaginan como me ponen las hembras
de la familia, no le encuentro excusa, pero la cercan�a va tomada de la mano con
la intensidad de la provocaci�n.

Entro en calentura desmedida cuando mi progenitora pavonea en
pa�os nimios, anda sin reparar en la conjura de sus encantos, ni en la secuela
de su provocaci�n, no soy un experto y desconozco mi flujo emocional, su
contoneo cadencioso termina siempre desquici�ndome.

Cualquier hembra de la familia y en toda circunstancia, es
buena para la parrilla de la pasi�n y es inmejorable motivo para avivar la braza
del deseo.

Mis t�as tambi�n me ponen muy cachondo y por doble motivo,
por que la sangre llama y por que las mayores saben gozar mejor.

Mi hermana no queda de lado, pero no se iguala a la due�a de
mi candente inspiraci�n, mi se�ora madre, mi reina, el manjar que mas deseo pero
que talvez nunca logre probar.

Obviamente, no existe ninguna mujer como ella, la musa de mis
manuelas, tanto de las mentales como de las hechas a solas, ninguna se le
compara, me lo asegura el s�tiro que tengo abajo y que siempre me acompa�a.

Claro que con mi mamy tengo que sujetar mi rumbo un poco, soy
mas recatado con ella que con mi hermana, con quien tengo mayor confianza,
aunque se hace la desentendida, se que la desvelan mis afanes.

Con mi madre siento el asunto mas vedado, sin embargo, cuando
lanzo, ella sonr�e y me mira desafiante, como midiendo los alcances del
contendor.

Claro que su aire me reprime aunque no tanto, pero tambi�n
estimula mis rondas cerebrales mas lejanas, aquellas que me obligan a babear.

No puedo ocultar, que en forma muy extra�a y evidente, cada
d�a es mayor mi gana y mas peque�a mi verg�enza, temores y recato.

Es algo que me estimula la sexualidad y me impulsa a mayor
audacia, tal vez sea por el asunto de la ebullici�n hormonal, propia de los
chicos mi edad.

Hay oportunidades, en las que ya no puedo mas, poniendo mi
cara de inocent�n me prendo del cuello de mi vieja, le hago un candado y le
demuestro mi cari�o, la babeo por donde puedo y me pongo a cien.

Al sentirme la pegada durante nuestras sesiones de forcejeo,
le palpita el coraz�n con fuerza y si logro coloc�rsela con mejor orientaci�n,
la palpitaci�n baja a esconderse dentro de su ropa interior.

Pero lamentablemente, tengo la impresi�n que le teme al
peligro, por que cuando enca�ono certero, inmediatamente arruga y se aleja como
si nada, cuidando de no herir la susceptibilidad de su cachorrito ma�os�n.

Esa es mi historia de seductor frustrado, hasta
que........................................................

Cierto d�a, el club social al que est� ligado mi padre, nos
envi� una invitaci�n para toda la familia, se trata de una reuni�n social de
gala, todos nos arreglamos de lo mejor, como para salir lindos en la filmaci�n.

Muy acicalados nos disponemos a salir con puntualidad
inglesa, delante est� mi padre con mi hermana, lo sigue mi hermano mayor y la
veterana est� de la mano con su consentido, o sea yo, de pronto
...........................................................................................

Para mi sorpresa, ella evita mi salida demostr�ndome su
fuerza, mientras los dem�s se despiden y se van como si nosotros no fu�ramos de
la familia.

Yo quiero ir, iba a gritar desconcertado por lo que estaba
ocurriendo, pero mamita lo impidi� muy atinadamente, me puso una mano en la boca
y me susurr� al o�do : ssssssssssssssss, calla ,no digas nada, qu�date
tranquilo, aqu� vamos a pasarla mejor.

Al quedar solos, mi creadora cierra la puerta, me abraza, se
pega bien juntito a mi y en un tono muy sensual lleno de malicia me dice al
o�do: Esta es nuestra noche, ahora mamita te va a ense�ar cositas que te
gustar�n.

Sin mas palabras, empezamos a comernos la boca de manera poco
civilizada, situaci�n que causaba notorios desordenes abajo mis pantalones.

Nuestras lenguas aprend�an a hacer lazos, caricias
enardecidas despiertan la sensualidad y la pasi�n, balbuceamos como lactantes,
entre las piernas ya llevamos brasas.

No reconozco m�rito en mi y no comprendo el milagro, pero
mejor me callo, no sea que termine metiendo la pata, total "A yegua regalada no
se le mira el anca". (lo acabo de inventar).

A mi reinita se le ve radiante y fogosa, demuestra tener
mucha mu�eca para estas cosas, me excita su entusiasmo, se nota que abajo est�
quemando pelambre a rabiar, adem�s no se trata de una puta cualquiera, se trata,
con mucho respeto, de mi putamadre.

Me encuentro en estado de arrechura comatosa, puede ser
fatal, ella se da cuenta y me calma: Amorcito, no te impacientes, tenemos
toda la noche para nosotros, disfrutemos cada momento sin prisa, va a ser
maravillosa.

Eso me cay� como ag�ita de azahar, comprend� que no ten�a que
comer todo de un solo bocado y olvid� los malos concejos de mi agarrotado
s�tiro.

Me calm� un poco y recuperando el seso pude notar que no
estaba ante aficionados, velas en la mesa del comedor, flores al centro, una
botella de espumante en la hielera y dos copas de cristal para brindar, parece
todo un acontecimiento.

Media luz, m�sica rom�ntica, humito de varillas arom�ticas,
no jodan, talvez me est� filmando el enemigo.

Con tanto preparativo y tantas preguntas en el tintero, corro
el riesgo que se me encoja, pero conf�o en las hormonas que me regal� el se�or y
tiro pa�lante.

Mi amorcito se pone romanticona y quiere bailar, se trata de
un bolero burdelero de Ledesma, primero un brindis por lo que viene, un beso
sella el acuerdo sobreentendido y luego bailamos muy pegaditos dejando que
ellos, los de abajo pues, tambi�n se vayan familiarizando.

Mientras bailamos quiero vaciarle el tintero y disipar mis
dudas, pero me corrige de inmediato: Mi amor, no es momento para preguntas,
deja eso y solo disfruta.

Bonita manera de taparme la boca, prendi� un cigarrillo
casero y me dijo: F�mate uno de estos, se que te va a ayudar a ponerte a
tono.

Efectivamente, el porro estuvo bueno y cumpli� su cometido,
me sintoniz� a las mil maravillas.

Seguimos con el baile, y todos los dem�s ingredientes
conocidos para estos casos y a mi mamita se le despert� un apetito voraz de
carne humana cruda.

Me ronrrone� al o�do: Mi vida, no sabes como he esperado
este momento, he pasado noches enteras dese�ndote, tambi�n he gozado con tu
padre imaginando que eras tu. Por fin a llegado el d�a esperado.

El s�tiro entendi� el discurso mejor que yo y exigi�
airadamente que lo dejen intervenir, mas a�n al tener por sobre su cabeza las
caderas de la veterana rond�ndolo insinuantes, al comp�s de la m�sica.

Mi reinita est� brava, ya le humea la cabellera de Venus y
seguro que tambi�n gotea, yo hace rato que estoy a punto y ella lo sabe.

Con vocecita antojada, me pide quedito: Estoy listita para
ti mi amor, estoy impaciente, ya quiero que seas mi marido, hijito calent�n de
mis entra�as.

Llegamos a la parrilla pasional de mi habitaci�n y nos
desvestimos muy lentamente como profesionales, as� es como le gusta a ella,
adem�s es quien manda.

Despejamos totalmente la curiosidad de nuestros ojos, con
mucha complacencia y sin ninguna decepci�n, sus movimientos se hacen cada vez
mas seductores y disolutos, mi prometida est� que revienta.

Queda la hembra libre de pa�os, sin prenda alguna, me entero
que se ha afeitado la pelambrera y tiene la papa peladita, eso me permite verle
mejor la sonrisa vertical, tiene todo de primera y se ha burlado de la gravedad.

Ella tambi�n quiere sacarle el jugo a su boleto y goza del
espect�culo, sus ojos quedan pegados a mi tranca completamente tiesa, la compara
con las que conoce y me halaga, el ambiente est� cargado de apareamiento y
excitante depravaci�n.

Cobra sin pedir permiso y comienza a saborearla, se llena la
boca y todav�a sobra un buen pedazo, yo tambi�n quiero probar de abajo, pero
est� de rodillas sobre el piso y me resulta imposible llegar.

Pido co�o y me da, nos tumbamos en el suelo yo abajo y ella
sobre mi, ahora los dos tenemos a la mano lo que nos gusta.

Tiene un perfecto manantial, el fluido brota a torrentes y
hace su recorrido por las piernas, yo me deleito con lo que queda, la chupo
todita.

Me como su fruta madura, saboreo su rica miel y me detengo en
la crestita de aullar, que me espera completamente erecta, saltada lejos de su
base debido a su estado emocional.

Gozo lami�ndola por abajo, yo ya estuve ah� metido nueve
meses hace mucho tiempo, me mudo al chico y noto que tiene el ano bien
trabajado, provecho por mi viejo.

Con la madre no se juega y se le debe dar lo mejor, la
retribuci�n viene con creces a la hora de gozar, por que con la vieja no hay
comparaci�n, y nadie sin tal experiencia me lo puede discutir, para saber hay
que haber probado, al saz�n de la mama es sin igual.

Grita y se estremece, siento que se corre incontenible,
parece epil�ptica, la enfermedad es muy contagiosa, yo tampoco puedo contener el
chorro y tambi�n grito de placer, parecemos endemoniados y nos venimos casi
juntos. Polvo para el recuerdo.

Ni bien dejamos de boquear, otra vez la maquinaria est� a
punto, caliente y lubricada, la pongo sobre mi ubicados en la cama y la empitono
por el recto, me pide eso para el final y ella misma lo cambia de sitio, lo
dirige magistral y se empala por completo, se come todo el bate solo desperdicia
pelos y cojones.

Se queda medio virola y puja un poco, saca su temperamento y
sacude el culo con virulencia, le da vueltas, lo bate y lo restriega tratando de
calmar la comez�n que trae dentro. Si que me pari� una mujer arrecha, que
alegr�a tengo a quien salir.

Que r�pido se viene, la acabo de clavar y otro orgasmo de
inmediato, est� carretona, l�ase urgida, o tiene f�sico para rato, pero goza
como si le fueran a quitar.

Que fuerte aprietan sus anillos interiores, parece que
tuviera un perro guardi�n escondido en el co�o � que fuera parte de una
maquinaria de succi�n.

Sacude y a�lla con vehemencia, �ste se le viene con furia y
tal vez me vote de la cama, me digo esta vez no me la saca, pero cuando me pide
leche no puedo aguantar y de nuevo hago d�o con ella y nos corremos de
campeonato, no importa, a mi edad tengo hasta para regalar.

Se tumba boca abajo conmigo encima, sigue empitonada pero
despu�s del polvo la tengo a media ca�a. Pienso si ir� a tener un
hijo/hermanito, pero creo que mi hembra ya no est� para esos trotes, y adem�s
debe saberlos evitar.

Mientras descansamos me dice: Tesorito, que bruto eres, me
ha llegado a la garganta, bien guardadito te conserv� por ser la mejor pieza de
la casa, la espera no fue en vano, por que me est�s dando divino y me la sacas
rapidito .

Para despu�s del comentario, nuevamente ya tengo el le�o
atizado, ella tampoco necesita mas descanso y quiere guerra con urgencia. As�
como este hubieron muchos mas asaltos en diferentes posiciones, ella se sabe el
kamasutra de paporreta, pero nada nos refrena.

Nos hemos engolosinado, y ya van no se cuantos, cada cual mas
bravo que el otro y pienso que hoy no me cumplir� lo prometido, pero mi madre es
una mujer de fiar y siempre me cumple, cuando menos lo esperaba ella muestra su
impaciencia por honrar su palabra.

Se cuadra al filo y me pide piernas al hombro: Papito ya,
te falta mi culito, no lo hagas esperar mas, que se impacienta por probarte.

Se muestra y me hace gui�os con el ojo posterior, lo tiene
ensopadito y sabe pedir sin hablar, estoy desesperado por entrar y la enca�ono
de inmediato.

Se sujeta de mis brazos y se levanta un poco para ver la
incursi�n, ejerzo un poco de presi�n y el ano responde de maravilla, es un ojete
bien entrenado, afloja solito y se abotona, la meneo un poco y le hago
circulitos para ayudar, ella sabe lo suyo y me contesta con serie de ochos,
mientras tanto el cabezotas se va resbalando y sigue su camino como si no
conociera a nadie.

Gime, los ojos se le saltan un poco y la cara se le pone
roja, resopla, saca fuerzas y fiel al castigo colabora, se come toda la tranca y
comienza a batir desesperada.

Grita como desquiciada, vibran las lunas, me preocupa que no
la podr� gozar con mi padre en casa, pero inconvenientes a parte, result�
buenaza mi veterana, es una m�quina de culear.

Debido a la pose estamos cara acara, nos vemos desencajados y
un poco depravados, en su cara veo cada polvo, le puedo llevar la cuenta, a mi
ya no me saca ninguno desde hace rato, ya no tengo jugos, pero sigo bestia de
verle la cara cada vez que la da.

Me gusta verla gozar, es que la quiero mucho, por algo es mi
reina y la madre que me pari�, pero ya no queda polvo en pie.

Ella ya no jala, est� al tope y ya no puede mas, tampoco yo;
tiene el ojete rojo y la almeja inflamada y a mi la pieza se me cae a pedazos,
nos hemos encamado por primera vez, pero como si fuese la �ltima, somos tal para
cual, un par de viciosos.

Al fin calmados nos morimos de hambre, en el comedor hay
sorpresitas que devoramos, luego nos ba�amos y nos acostamos cada uno en su
cama, como si nada, dormimos como angelitos.

La miel nos est� durando buen tiempo, mi nueva mujer esta en
su segundo aire y vive quemando, no desperdicia miga, me da como bombo de
procesi�n, me ha agarrado ojeriza y me quiere mantener seco, tiramos por qu�tame
estas pajas, ya no quedan vidrios por romper, su registro es muy alto.

Yo vivo al garrote, ya he roto varios calzoncillos y no me
queda le�a para nadie, ni para mi hermana Viviana, a quien ya me di el gusto de
graduar, los sementales de casa me miran feo, pero mi mamita est� pendiente y se
desvive consol�ndome, por mi parte yo no pierdo oportunidad para cobrar.

Mi viejita ya me explic� lo del preparativo ese, en el que
toda la familia tram� mi favor, se trata de un rito de iniciaci�n; al cumplir la
edad apropiada, se me otorga legalmente algo as� como una licencia para comerme
a la familia con autorizaci�n generalizada.

Despu�s entre todos ellos me llenaron el archivo de
conocimientos, ahora ya s� hasta para ense�ar, se llama atavismo ancestral, lo
llevamos en las venas y somos de una casta digna de envidiar.

Muchos viejos atr�s, all� por Alejandr�a, escribieron su
g�nesis propio con reglamento incluido, le pusieron mas condimento, los de
nuestra sepa sabemos cocinar, los calentados los comemos en casa y no gustamos
invitar.

En casa tenemos buen diente y nos despachamos en gran forma,
todos picamos a discreci�n y sin arranchar por que hay hasta por dem�s, nadie se
hace de rogar, al contrario todos nos queremos anotar de buena gana sin que
nadie suplique a nadie.

Es muy raro que se entere el ajeno, pero si alguien le
comenta estas cosas, es dato que se filtr�, ninguno de nosotros suelta prenda y
menos en papel, el pendejo que lo narre es por que tiene radar o por que se
dedica a chuponear, no imagino ninguna otra explicaci�n.

OCTOPUSI � 22/06/04