Marcos, mi jefe, es un hombre de unos 55 a�os, m�s bien
canoso, alto, fornido y con una incipiente barriguita que tanto morbo me hab�a
dado siempre.
Una ma�ana entra en su propio despacho, pero no se sorprende
al encontrarme ah�, me sorprende �l a mi, tom�ndome de la cintura y baja
lentamente hasta mi culo, apret�ndome con fuerza.
Para esos momentos yo ya me hab�a dejado llevar por lo
excitante de la situaci�n. Marcos sube hasta mis pechos, y me los acaricia
lentamente, mientras poco a poco ya se va notando por encima de mi blusa mis
pezones super erectos. Los sigue acariciando con maestria, y me dejo llevar.
Yo, empiezo a cariciarle el abdomen y voy bajando tan
lentamente como �l antes lo hab�a hecho, hasta encontrarme con un enorme bulto,
tan duro que me quit� la respiraci�n. De repente su lentitud y suavidad se
trasforma en frenes� y de un manotazo me arranca la blusa, dejando al aire mis
pechos blanquitos y de pezones grandes, oscuros y completamente duros.
Me los beso apasionadamente y lame con todo su �mpetu, yo no
puedo dejar de suspirar profundamente...me abre las piernas y me apoya encima de
la mesa del despacho, me quita los jeans y el tanguita rosa, ya completamente
mojado, y empieza a lamerme mi conchita como nunca, jugueteando con mi cl�toris
como un autentico desesperado, no tard� en correrme por primera vez.
Al darse cuenta, par� repentinamente. Lade� la mesa del
despacho y se sienta en su sill�n, le sigo, me agacho y me meto la punta de su
enorme verga en la boca, la saboreo lentamente y me la meto enterita de golpe.
El ritmo se va acelerando y �l empieza a acompa�ar mis movimientos con los
suyos.
Cuando not� que iba a venirse me apart� y �l se enfad�, pero
quer�a hacerle "sufrir" un poquito. Te compensar�, le digo.
Le hago se�as de que se levante y se viene conmigo hasta el
sof� del despacho. Se sienta y a mi me encanta saltar encima de una verga, as�
que sin pensamelo dos veces me sent� encima de �l, me la clav� y empec� a
saltar, arriba y abajo, primero suavemente, luego en circulos y cada vez m�s
r�pido, y mis pechos saltando...�l me los acariciaba, mord�a...empez� un arriba
y abajo fren�tico y �l se corri� brutalmente en mi.
Pero yo no ten�a suficiente, as� que me levanto, me apoyo de
nuevo en la mesa, y abri�ndo las piernas, la gran verga de Marcos volv�a a
quedarse parada y nos sumimos otra vez en un incesante mete-saca que me llev� a
correrme de nuevo.
Espero que les haya gustado. Para cualquier cosa:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO. Te
espero.