Buenas a todos/as.
D�a tras d�a, excitado con los relatos que aqui se envian,
pienso en mis propias experiencias, y en lo cerca o lo lejos que he estado de
compartir vivencias como las que en otras historias aparecen. Tambien, d�a tras
d�a, se despierta en mi una especie de necesidad por el morbo independiente de
la cantidad o calidad de las relaciones sexuales que tenga. Antes mi principal
deseo era encontrar a una mujer que quisiera mantener una relacion de cibersexo
conmigo. Pero unicamente de cibersexo. Cuatro a�os despues, aunque ya no es una
de mis prioridades, todavia no he encontrado a ninguna chica.
Si, lo reconozco. No soy prodigo de chats de sexo, por la
unica razon de que la mayoria de los que en esos sitios se hacen pasar por
mujeres, son hombres, y a estas alturas ya somos perros viejos como para que
vengan con ese cuento.
Hombres tras el teclado, graciosos del monton, e incluso una
se�ora que lo que queria era quedar para cobrar, han sido lo unico que he
encontrado durante todo este tiempo. Ahora, un poco desilusionado, y aunque no
reniego de desearlo todavia (si alguien se anima, no tengo webcam, pero me
gustaria que la que conetara conmigo si que la tuviera, aunque no es
indispensable), si que he visto modificado mis deseos.
Durante toda mi vida he vivido distintos sucesos que me han
hecho ser como soy. Me gusta el morbo. Me encanta el morbo. Soy un adicto al
morbo. Mi deseo de morbo es tal, que desde aqui os digo, a vosotras, o a
vosotras con pareja, que si deseais contactar conmigo (en Valencia) unicamente
para temas morbosos (nada de acostarnos) lo hagais a mi direccion, y ya
hablaremos.
Mi vida sexual, que yo recuerde, comenzo siendo muy peque�o.
Recuerdo haberle estraperlado, con mas ansia que pericia, las antiguas revistas
eroticas a mi padre, que adquiria y guardaba "por los articulos", y que
disfrutaba detras de la mesa de mi estudio. En aquella epoca tendria no mas de
seis a�os, asi que os podeis imaginar como respondia ante el morbo. En aquella
edad ni siquiera llegaba a acariciarme, y lo unico que alcanzaba a sentir era
una sensacion extra�a, placentera
Mi primer contacto sexual fue con una prima mia, de mi misma
edad, cuando tenia los ocho recien cumplidos. En aquella epoca eramos u�a y
carne, y nos dedicabamos a pasar todo el dia jugando por el monte, con palos,
piedras y sudores. Pero de los de verdad, no de los almizcle�os que aparecen con
el sexo. De los de estar horas y horas corriendo, imaginando fantasias y
viviendo las de otros.
Un dia, simplemente fuimos a lavarnos las manos. Habiamos
estado corriendo toda la tarde, y estabamos sucios como solo los crios en el
monte pueden estar. Como queriamos comer algo, y nos habian ense�ado a no entrar
en la cocina con churretones de barro entre los dedos, nos dirigimos al cuarto
de ba�o para arreglarnos un poco. Entramos, y mi prima, Clara, comenzo a lavarse
las manos. Yo, como buen primo, en lugar de dejarle que lo hiciera con
tranquilidad, le empujaba con el hombro, molestandola, e intentando alcanzar el
jabon antes que ella. Entre risas, acabamos de lavarnos y mientras yo me secaba
las manos, ella se sento en el water para mear. Como yo tambien me estaba
meando, me baje los pantalones, y con la pilila cogida entre los dedos, me puse
delante de ella.
- Venga, termina, que yo tambien me estoy meando.
- Te aguantas, que ahora estoy yo.
Claro, ante tama�a provocacion, adelante el pito con un claro
gesto ofensivo.
- Mira que te meo... que te meo, eh!
Y justo en ese momento, ella adelanto la mano, me la cogio, y
me dijo:
- Ahora ya no puedes. Ja ja ja.
Yo intente retroceder, con la mano de ella cogiendomela, pero
con cuidado porque ya sabia que algo asi podia hacer mucho da�o.
- Que no? Ahora veras?
Y volvi a adelantar la cintura. Como ella no me habia soltado
del todo, el movimiento hizo que mi pilila (en aquella epoca no podia llamarse
de otra manera) se frotara con la mano acariciadora de ella, y aquel movimiento
me hizo unas cosquillas muy especiales. Asi que volvi a repetir el movimiento
hacia atras y hacia delante mientras seguia diciedo "que te meo, que te meo",
pero con un estra�o deje ronco en la voz debido a la sensacion que tenia. Justo
en ese momento, oimos pasos que venian y me dio el tiempo justo para subirme los
peque�os pantalones de verano que tenia y hacer como que seguia lavandome las
manos.
Eso fue lo unico que hicimos aquel dia, y en muchos a�os no
volvimos a tener ningun encuentro de ese tipo. No porque creyeramos que estaba
mal, o porque no nos atrevieramos, o porque pensaramos que en aquella epoca
podiamos romper nuestra relacion de amistad y... etc etc etc. Simplemente
teniamos 8 a�os, y aunque el sexo estaba despertando en nosotros, habia muchos
otros juegos mas excitantes y divertidos.
Cuando cumplimos los dieciocho a�os, un dia y sin venir a
cuento, recorde aquella escena, y se lo comente. Los dos la habiamos olvidado, y
de no ser porque entramos a lavarnos juntos las manos en una comida familiar,
creo que jamas hubieramos vuelto a recordarlo. De hecho, justo cuando empezamos
a lavarnos las manos, nos empujamos, repitiendo la complicidad que teniamos
cuando eramos peque�os. Y al empujarnos, nos miramos en el espejo de la pila.
Sonriendo, le dije:
- Voy a mear...�A que hoy ya no te atreves a sentarte antes?
- �Que no? Mira-. Y se sento rapidamente sobre el water, con
los pantalones puestos. Yo, ni corto ni perezoso, le respondi rapidamente:
- Mira que hoy si que no voy a echarme para atras. Estamos
solos, y nadie va a impedir que acabe por hacertelo encima.
- No te atreveras.
- Ja, que te crees tu eso-. Asi que me baje la bragueta, y
sacandome el miembro, se lo apunte directamente. Nunca he tenido un pene enorme,
y tan solo mide unos 16 cm en ereccion, pero la sorpresa de versela delante, a
escasos centimetros de su rostro, hizo que abriera los ojos como platos.
- �Pero que haces?
- Pues ya lo ves. Y como no te apartes, te meo encima-. Yo
tenia la voz ronca, del deseo, al igual que ella. Y con esa voz ronca, alargo la
mano, y cogiendomela suavemente de la punta, me dijo:
- No vas a poder.
- Ah, �no?- pregunte, retirandome hacia atras y viendo como
sus dedos, con mucha suavidad, hacian que la piel de mi polla se retirara hacia
delante, dandome un placer exquisito con un solo movimiento.
- No, no vas a poder.
Volvi a adelantar la cintura, y su mano, estatica, dejo que
sus dedos provocaran que la piel se retirara hacia atras, descubriendo
lentamente el capullo de mi ya erecta polla. Sin embargo, el movimiento,
exasperantemente excitante, no solo hacia que me pusiera a cien, sino que ademas
acercaba la punta de mi miembro a los labios de mi prima.
Cuando llevabamos un rato asi, yo moviendome hacia atras y
hacia delante, y mi prima mirando hipnoticamente como mi polla se acercaba y se
alejaba, acerco los labios, de donde asomaba la punta de una lengua curiosa,
sonrosada y nerviosa, que lamio el liquido preseminal que comenzaba a aparecer
en la punta de mi glande y lo provo nerviosa.
Entonces me miro desde abajo, me sonrio, y me dijo que estaba
dulce, y se metio el capullo entero en la boca, y me lo estuvo comiendo
suavemente mientras me acariciaba torpemente el miembro. A los pocos segundos
(si, no voy a mentir), un chorro de esperma salio de dentro de mi, chorro que
ella recogio con la boca y con las manos, pues acabe soltando tanto debido a la
excitacion que no podia aguantarlo todo.
Cuando los espasmos de mi primera vez remitieron, y me
relaje, ella se limpio la boca y las manos, y me sonrio con ternura. Abandonamos
el cuarto de ba�o, y sorprendido (al menos yo), nos fuimos a la piscina.
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