Me llamo Albi, soy una mujer casada de 44 a�os, de color
trigue�o, baja de estatura aunque no tanto, pero esto se recompensa porque la
verdad, sin falsa modestia, me conservo demasiado bien, sin celulitis ni nada
por el estilo. Tengo un busto normal, de caderas anchas, nalgas bien paraditas a
pesar de mi edad y mis piernas conservan la misma piel sin manchas. Reconozco
que los hombres me miran bastante, m�s si uso ropa apropiada para la situaci�n,
cuando quiero ser deseada, como nos ocurre a todas las mujeres.

En veinte a�os de casada con mi esposo Rodrigo, que es un a�o
mayor que m�, nunca le hab�a sido infiel, salvo algunas veces en la imaginaci�n
y cuando alg�n hombre guapo me molestaba, a pesar que �l si me enga�� muchas
veces, yo nunca intent� vengarme. Solamente una vez cuando un ex enamorado,
conociendo que nos hab�amos separado por causas de su infidelidad, me invit� a
la playa a comer un ceviche en un bar, fuimos en su carro y ya en la mesa se me
volvi� a declarar. Quiz�s por las iras que sent�a estuve a punto de aceptarle su
insinuaci�n de irnos a un motel, pero a �ltima hora pens� en las consecuencias y
lo dej� con las ganas.

Desde inicios de este a�o, mi marido empez� a entrar a
internet y encontr� esta p�gina de . Una noche lleg� del trabajo y
todo ardiente me pidi� que nos tom�ramos un vino en el balc�n de la casa.
Sugiri� que me ponga muy sexi como a �l le gusta (le fascina verme con falditas
mini e hilo dental). Le d� gusto como siempre lo hago para que se sienta bien y
yo tambi�n. Ya en el balc�n, me sent� frente a �l y empezamos a hablar de todo.
Al calor de los tragos (yo casi nunca beb�a m�s de una copa), me cont� que hab�a
encontrado en internet casos de mujeres infieles e intercambios de parejas.

La verdad es que me interes� y le dije que me contara todo.
Conforme me contaba los relatos, inexplicablemente sent� que me mojaba y cada
rato iba al ba�o con alg�n pretexto, pero era para lavarme mi parte �ntima
totalmente empapada. Mi sorpresa era enorme al sentir que cuando hablaba de
mujeres que nunca hab�an tenido una experiencia extramarital y ten�an sexo con
otros hombres, me produc�a tal excitaci�n que a�n es dif�cil entender, incluso
me imaginaba en el lugar de ellas y sent� que tuve un orgasmo tan bonito que
parece que �l se dio cuenta. A la tercera noche de estos juegos de relatos,
empec� a interesarme m�s en ellos. Una noche, mi marido lleg� a casa y me pidi�
lo mismo, acept� encantada. Esperamos que los chicos se durmieran, me puse una
faldita blanca muy sugestiva, tanga tambi�n blanca pero diminuta, blusa negra
sin sost�n y tacos altos (esta ropa a �l le gusta much�simo). Nos fuimos al
balc�n del segundo piso y empezamos a tomar vino y conversar. Al rato inici� su
conversaci�n que ahora era su preferida, la de las infidelidades femeninas. En
ese momento me percat� que le gustaba o�r de m� algo parecido porque me
preguntaba si yo nunca lo hab�a enga�ado o si lo pensaba hacer. Me propuse
seguirle el juego y encenderlo completamente aunque a m� tambi�n me estaba
gustando una enormidad sentir esa sensaci�n de serle infiel.

Precisamente frente a la casa nuestra hab�a un edificio de
cinco pisos de apartamentos y estaba asomado en su balc�n un hombre que era
miembro de la Infanter�a de Marina, bastante guapo y atl�tico, de unos 28 a�os y
color trigue�o. Nunca le hab�a contado a mi esposo que ese hombre cada vez que
me asomaba me saludaba muy amable y no me quitaba el ojo de encima hasta que me
entraba. Bueno esa noche me dispuse a ver su reacci�n ya que era muy celoso.
Cuando le dije que le quer�a contar algo pero que no se disgustara, me dej� con
la boca abierta al decirme que no me preocupara y que le interesaba saber si yo
lo hab�a traicionado con otro hombre y al decir esto se puso nervioso de la
excitaci�n. Me lanc� al ataque y le dije que nunca lo hab�a enga�ado pero que si
ten�a ganas de estar con otro hombre para saber que se siente. Le gust� mi
confesi�n, trajo m�s vino, se acomod� y empez� a fumar m�s seguido. Me dijo,
quiero que me cuentes todo, quien te atrae y que has pensado hacer y no te
preocupes que no voy a enojarme, al contrario, me gustar�a entenderte.

Mira dije, el militar de enfrente siempre me mira
insistentemente cuando t� no est�s y me saluda en una forma coqueta y la verdad
es que nunca me disgust� que lo haga, es guapo y trigue�o como a m� me gustan.
Respondi� �pero nunca han salido juntos?, dije que no pero que cuando nos
disgust�bamos me daba ganas de coquetearle. Su respuesta fue asombrosa: vamos a
ver un d�a de estos si al verte sola te vacila o si te propone algo. Al tercer
d�a, el militar se asom�, me salud� y le respond� con una sonrisa coqueta, me di
cuenta que le gust� mi cambio y como la calle que nos separa es angosta me
comenz� a hablar y yo le respond�a. A la semana, al salir del trabajo, encontr�
en la acera a mi esposo y al militar conversando amigablemente, mi marido me
llam� y me present�. Era super guapo y sensual para hablar y dar la mano,
demostraba seguridad en si mismo. El s�bado en la noche, cuando los chicos se
fueron a la discoteca de la playa, salimos al balc�n nuevamente a tomar unas
copas. Esa noche hab�amos quedado en tener algo fuera de lo com�n.

Mi marido me compr� una faldita roja, una tanga del mismo
color que m�s parec�a hilo dental, solamente me tapaba mi raja por detr�s y por
delante s�lo los labios vaginales, la blusa a su gusto muy apretadita al cuerpo,
dejando ver mi ombligo. Bueno me puse sexi a m�s no poderm me rasur� los vellos
de mi sexo dejando un tri�ngulo peque�o en la parte superior. As� ya lista para
una noche sensual sal� al balc�n: como a las diez y media de la noche, lleg� el
militar, subi� a su departamento y sali� al balc�n. Nos salud� y se sent� a
tomar cerveza mirando de reojo cada momento. Mi marido se dio cuenta de esto y
me dijo, ese parece que te tiene ganas, yo me re� y vino su propuesta que cambi�
la rutina sexual de mi vida. Mira Albi, quiero ver como se pone ese tipo cuando
te vea en mini, p�rate en el balc�n y coquet�ale. Lo qued� viendo dudosa y me
dijo que me tranquilice que solamente quer�a poner en pr�ctica algo que ley� en
un relato. Bueno, con su venia me lanc� decididamente a complacerlo aunque en el
fondo yo era la m�s deseosa de hacer esto, siempre quise coquetear
descaradamente y mucho mejo con la aprobaci�n de �l, pero me dijo que lo haga
cuando �l se entrara y hacer el militar crea que coqueteaba a espaldas de mi
marido. Me par� de espaldas al balc�n y de cuando en cuando miraba hacia donde
�l.

Este hombre se dio cuenta de mi coqueter�a y me hac�a se�as
hasta que se atrevi� a lanzarme un beso volado. Cuando mi esposo se levant� a
ver hielo, qued� frente al amigo y me tir� otro beso, me sonre� con coqueter�a y
l3e hice se�as que ya ven�a mi esposo, le cont� lo sucedido y se ri�. Pas� el
tiempo y mi esposo ya no aguant� m�s, estaba con una erecci�n monumental. Me
hizo sentar y me dijo. Mira, tu nunca has tenido nada con otros hombres y yo
quisiera que alg�n d�a me compararas para saber si estoy haciendo bien o no. Lo
qued� mirando y le dije que cuando me permit�a eso. Me respondi� que yo decid�a.
En son de broma le dije: yo quiero ahora y en este momento, � aceptas?. Poniendo
cara de triste me dijo que por mi felicidad iba a aceptar, pero que lo haga ah�
en la casa no por otro lado. Me entr� una alegr�a inmensa y me prepar� a hacer
lo que siempre so��: ser acariciada y penetrada por otro hombre. Aunque debo
confesar que con mi marido nunca quedo insatisfecha, quer�a sentir la sensaci�n
de serle infiel por una vez y gozar con algo nuevo.

A las dos de la ma�ana llegaron los muchachos y se encerraron
en sus cuartos a dormir. Mi marido se entr� y se acost� a dormir en el sof�,
precisamente para que el militar viera que se iba a dormir, despu�s se
arrepinti� y se levant�. Me qued� muda cuando fue al balc�n y le dijo que porqu�
no ven�a ac� a la casa a tomar unos tragos para que no est� solo. El tipo acept�
y ni corto ni perezoso baj�. Le fui a abrir la puerta, mandada por mi marido, �l
entr� y me salud� con un beso en la mejilla. Fuimos al balc�n y empez� algo tan
rico que siempre lo recuerdo. Con los tragos me convert� en una mujer
desenvuelta y coqueta. Mi marido me miraba y no pod�a creerlo, pero se sonre�a
discretamente. Yo lo miraba a �l y no cre�a que aceptara que su mujer coqueteara
abiertamente frente a �l. Los dos disfrut�bamos nuestra nueva situaci�n y ahora
se lo agradezco profundamente, lo amo y deseo m�s, aunque tambi�n deseo por
momentos vivir lo que viv� tan intensamente esa noche.

Ya bien entrada la madrugada, nos dio fr�o y bajamos a la
segunda planta de la casa, mi esposo primero, yo le segu�a y luego el hombre que
me hizo disfrutar lo m�s rico de lo rico. En la escalera me alcanz� To�o (el
militar) y me quiso ayudar a bajar, le respond� que no estaba mareada y se lo
agradec� coquetamente, me mir� a los ojos y s�lo dijo "nunca imagin� que fuera
tan alegre adem�s de bonita", otra vez respond� con m�s coqueter�a "gracias" y
me re� discretamente.

En la sala de abajo, pusimos m�sica y mi marido me sac� a
bailar una balada de "Los Terr�colas", pero al tomarme de las caderas yo sent�
que se me sub�a un poco la mini, me di las ma�as para ponerme frente al espejo
mirando de reojo y comprob� que se me ve�a la tanga y una parte de las nalgas.
Para disimilar me hice que estaba un poco mareada y dando vueltas logr� pasar
por donde estaba To�o.

El espejo de frente lo reflej� mir�ndome las nalgas. Nos
sentamos a seguir tomando cuando le pidi� a mi marido que si pod�a bailar
conmigo, acept� enseguida y salimos. Mi marido fue a la cocina a no se que y �l
me tom� de la cintura, le puse discretamente mis senos en su pecho de militar y
To�o entrelaz� sus manos en mis caderas. Ah� sent� todo su potencial de hombre.
Era rico sentirme abrazada por otro hombre que empec� a cantar en voz baja
siguiendo la canci�n. En el o�do me susurr� "gracias por permitirme bailar
contigo" y me bes� en la oreja, me estremec� involuntariamente y le ped� ir a
sentarnos. Volvi� mi marido y To�o fue al ba�o.

Al regresar ya estaba Rodrigo a mi lado y �l se sent� al
frente de m�. Poco a poco, e dediqu� a la dif�cil pero exquisita tarea de abrir
las piernas para que viera con m�s tranquilidad mi tanga mientras yo me hac�a la
que miraba a otro lado. Me percat� que el bulto de su pantal�n se hac�a m�s
grande y de pronto se levant� para bailar nuevamente, lo hice pero esta vez �l
me meti� los dos pulgares por la falda llegando a tocar mi tanga, le ped� que
sacara las manos de ese sitio y se me declar�, mi marido dio la espalda para
poner otro cd y cuando nos sentamos To�o fue nuevamente al ba�o (supongo que a
lavarse el semen que de seguro hab�a botado como igual me pasaba a m�). Rodrigo
me pregunt� de inmediato si pas� algo y le dije que me gustar�a estar con ese
hombre solamente esa noche. Oh nueva sorpresa. Me dijo que esa noche era para m�
enterita pero que le diga a To�o que �l no sab�a nada de mi enga�o, pero que
nunca m�s lo iba a hacer. Qued� prometido. Le dijo a To�o que estaba mareado y
que le agradec�a por haber venido, se despidi� y se fue.

Le dije a Rodrigo que nos fu�ramos al cuarto a ver que
hac�amos. Acordamos que �l se iba a hacer el dormido. Me puse una tentadora
blanca con su respectiva tanga muy ce�idita y con su consentimiento fui arriba a
cerrar la puerta del balc�n. Haci�ndome la inocente sal� al balc�n as� como iba
vestida y escuch� un shiii, mir� al frente y era To�o. Dijo. Quiero hablar
contigo un momento, �puedo ir un ratito?, le dije que haga silencio poniendo un
dedo en los labios y le fui a abrir, pero antes de eso le dije a Rodrigo lo que
estaba pasando. Apagu� las luces de arriba y baj�. Abr� y entr� To�o. Qu� pasa
To�o, le pregunt�, �l respondi�, es algo bastante largo, �puedo entrar?, �tu
marido est� dormido? S�, le dije, parece que se emborrach� bastante. Le permit�
entrar y al hacerlo me hice la asustada, ay, que verg�enza, por el apuro baj�
as�, respondi� que no me preocupara, que as� estaba bell�sima.

Nos sentamos en la sala a media luz y me rog� que le diera un
trago. Al ir a serv�rselo al bar, sent� que me taladraba las nalgas con la
mirada. Al volver, me clav� los ojos en mi parte �ntima, me estremec� de gusto,
le di el trago y me pidi� que me siente a su lado, lo hice y al instante comenz�
a decirme que era bella, sexi, sensual y tantas cosas m�s que dicen los hombres
cuando tienen a una mujer ajena con tentadora, mostrando todo y sin poder
acariciarla, le respond� que estaba muy mareada y que no sab�a porque lo hab�a
dejado entra a riesgo que baje mi marido y lo vea ah�. Me tom� de la mano, la
bes� algunas veces. Me dio un trago y ahora si me hice la mareada totalmente. Me
levant� "cuando casi me caigo alcanzando a tomarme en sus brazos", me acost� en
el mueble grande y yo a prop�sito me puse boca abajo diciendo, que mal que me
siento To�o. El dec�a tranquila princesa, descansa un poco, mientras tanto te
voy a dar un masaje para que te pase la bebida. Empez� a sobarme el cuello e iba
bajando a la espalda y volv�a a subir.

Entonces ide� algo para que al d�a siguiente �l creyera que
era por que estaba borracha. "Ya media dormida y mareada" le empec� a decir,
Rodrigo, tengo sue�o (le iba a hacer creer que quien me masajeaba era mi marido"
y no se si cay� en la trampa porque me respond�a despacito "si mi amor, descanse
tranquila que yo te cuido" . Como a los diez minutos sus masajes fueron bajando
de mi cuello a mi espalda hasta que llegaron como era lo esperado por m� hasta
mis nalgas y ah� se quedaron. Se dedic� a darles masaje completo, me baj� la
tanga y se peg� a besarme mi huequito con tanta pasi�n que "despert� media
dormida".

Dije en voz baja, Rodrigo que rico siento, el trago me mare�
pero no quiero dormirme sin que me hagas el amor. El hombre rico no esper� m�s.
Yo segu�a con los "ojos cerrados totalmente borracha". Solamente sent� unos
brazos que me viraron boca arriba y unos dedos que me separaban la tanga que
cubr�a mi vagina, luego una lengua que me devoraba mi interior, esa lengua
mord�a mi cl�toris y me sum�a en la completa felicidad, yo me estremec�a de
gusto, sabiendo que no era mi marido y que estaba siendo infiel con su
consentimiento, pero si me imaginaba que �l estar�a arriba en la obscuridad
mirando todo como era su fantas�a y m�s me excitaba saber eso.

Cuando me di cuenta, To�o estaba desnudo y yo lista para ser
penetrada, "me quise despertar" por que me sent� que iba a cambiar mi vida de
ahora en adelante, pero al sentir un pene enorme por el grosor de su cabeza,
mand� todo mi pudor hacia otro lado y me prepar� a sentir dentro de m� lo que
ahora pienso fue mi mejor y �nica aventura sexual. Al penetrarme, To�o lo hizo
tan rico que involuntariamente gem� con fuerza, pero es que fue tan delicioso
sentir ese miembro enorme dentro de m� que lloraba de alegr�a y deseos. To�o me
hizo el amor casi dos horas, me puso en todas las poses imaginables e sin
imaginar, se inventaba posiciones y eso me encant� tanto que tuve cuatro
orgasmos y de los buenos que al terminar el �ltimo, alcanc� a decirle con tanta
felicidad, gracias mi amor mi amor, me has regalado la mejor noche de mi vida.
Me qued� dormida abrazada a �l, cuando sent� que me despertaban y era Rodrigo.
Vamos arriba, b��ate y te espero en la cama.

Dorm� riqu�simo, aunque mi marido no me hizo el amor, yo
estaba satisfecha. Pero a partir de ese momento, mi marido me pega unas sesiones
de sexo que me sorprenden por su forma de hacerlo, parece que vio todo lo que me
hizo To�o y la verdad es que ni esposo es tan rico como To�o, aunque su miembro
no es tan grande, lo hace bien y la sabe utilizar, que no hace falta buscar a
To�o. Pero como dije al comienzo, To�o se las ingenia para buscarme cada tiempo
y lo hacemos r�pido y rico.

Reconozco que los dos son buenos amantes, pero si tengo que
escoger les dir� que nunca lo cambiar� a mi marido por To�o. Mi marido tiene
todo, me satisface, me llena totalmente, me hizo probar otro hombre y lo
compar�. El otro es mejor dotado, mama rico, hace el sexo rico, pero es la
novedad y el gusto de sentirse infiel como toda mujer lo tiene, pero mi esposo
es tan rico que le permito cualquier aventura escondida, aunque siempre le digo
que use el cond�n. Mi vida tiene otro sentido. Hice lo que siempre quise hacer,
tener otro hombre con la venia de mi marido y los compar�. Al fin de cuentas, he
hecho otra vez el amor con To�o a escondidas de mi marido pero estoy comprobando
que m�s gusto siento con mi marido que con To�o.

Mujeres del mundo, por favor, les ruego seamos m�s sensatas,
en verdad es bueno sentir otro hombre en nuestras vidas, pero no nos dejemos
llevar solamente por el sexo, el sexo es solamente eso, SEXO, el sexo con amor
es riqu�simo, no cambiemos lo bueno de toda la vida por lo buen�simo de solo
unos pocos d�as.

Albi