Melo y yo , �ramos dos chiquillas inocentes, que ya por los
17 and�bamos bien desarrolladas. Melo era alta, morena de pelo largo; buenas
curvas y delgadita. Yo era casta�a clara, delgada y de curvas pronunciadas.
Hab�amos pasado nuestra infancia juntas, ambas est�bamos muy unidas, pero a�n
nos faltaba mucho por conocer. Apenas hab�amos salido del pueblecito de la
sierra en el que nos hab�amos criado, y nuestras tardes juntas no pasaban de
juegos inocentes y refrescos en la cafeter�a de mi padre. Ninguna de las dos
hab�amos tenido a�n contacto con chicos, y ni siquiera nos atra�an. Lo curioso
es que nosotras atra�amos bastante al g�nero masculino, no pasaba un d�a sin
recibir insultos y piropos obscenos.
Una tarde de Julio, en �poca de fiestas, fuimos como todos
los a�os a la feria. Y hab�a un divertimento en especial para nosotras, y ese no
era otro que montarnos en "el pulpo" una atracci�n de sube y baja. Me mont� con
Melo en uno de los brazos del pulpito feroz, y detr�s nuestra dos macarras de
turno, de unos veintitantos, ambos con piercing en la oreja. Desde un primer
momento escuchamos sus risitas y comentarios, pero no le dimos importancia. Eran
dos pavos como otros cualquiera. La verdad es que bastante feos los dos, a pesar
de sus veintitantos eran dos cr�os con acn�.
Eh, putitas! Zorras hambrientas!!
Seguro que no hab�is probado polla todav�a!
Melo y yo empezamos a sentirnos inc�modas. Pasaba de la
gracia a la incomodidad.
Estais para haceros un favor!!
S�, unos cuantos!
El viaje por suerte no se prolong� mucho, y nada m�s bajar
hicimos amago de irnos, pero los dos macarras nos siguieron. El miedo empezaba a
apoderarse de mi, y Melo ten�a cara de angustia.
Venga, dejarnos en paz
S�, meteros con las de vuestra edad
Ambos se re�an escandalosamente, ten�an cara de viciosos
depravados. Hab�a demasiada gente, pero tambi�n demasiado ruido. Entre la
multitud logramos acercarnos a la caseta de tiro. Parec�a que se hab�an olvidado
de nosotras. Pero cuando me dispuse a disparar al globo, note algo tremendamente
duro en mi culo. Y alguien me susurr�:
Hola puta sin estrenar, quiero que me dejes ense�arte a
follar
Yo me estremec�, apenas sab�a lo que era un hombre. El otro
estaba a espaldas de Melo. Las dos nos miramos, e intentamos huir de all�. Los
dos macarras salidos nos siguieron, y al salir de la multitud nos agarraron del
brazo. Hab�a un parque cerca, oscuro y solitario, tan solo alumbrado por la luz
de la luna. Nuestros secuestradores no paraban de reirse, era evidente que
adem�s de salidos estaban borrachos. Me tiraron contra un �rbol, y qued� de
espaldas agarrada al tronco.
Mira que culito tiene la zorra... est� para hincarla bien
Ufff... y mira esta que patitas, que polvazo ten�is las
dos me cago en la ostia!
Melo estaba arrodillada en el suelo, suplicando a su agresor
que no la hiciera da�o. Uno de ellos se acerc� a mi, y empez� a sobarme el culo
por debajo del vestido de flores que llevaba; primero por encima de las
braguitas y despu�s sin estas. Me las quit� y despu�s de olerlas se las pas� a
su compa�ero para que hiciera lo mismo.
Hueles a puta...a calentorra...a ver como est� ese co�ito
de h�medo
Apoyando su entrepierna en mi culo, pas� una mano por mi
vientre y la otra la dirigi� a mi cuevita. Desliz� su dedo por toda mi raja, a
lo que yo respond� con un gemido muy placentero. Por primera vez en la vida
sent�a un placer hasta ahora desconocido. Sigui� deslizando el dedo y lo
introdujo en mi co�o empapado, producto de la situaci�n. Casi sin darme cuenta
empec� a disfrutarlo.
Ahhhh...que gusto,
Te est� gustando verdad puta! Ver�s cuando pruebes mi
polla...te vas a retorcer de placer
El otro estaba concentrado en mi amiga. Estaba tirada en el
suelo, con las bragas a un lado y chupando la polla enorme que a su agresor le
sal�a del pantal�n.
Chupa peque�a zorra...uffff como me pones condenada ni�a!
De repente not� un placer y un cosquilleo inmenso que me
sacudi� el cuerpo. Mi agresor, o compa�ero en este juego tan perverso se
desbroch� el pantal�n y despu�s de quedarse con ellos por la rodilla vi el
inmenso aparato que ten�a entre las piernas.
Espero que te guste nena, porque la vas a tener todita...
Me apoy� de nuevo contra el �rbol y acerc� su polla a mi
culo, el cual chorreaba l�quidos...todos ellos emanaban de mi fuente de placer.
Estaba fuera de mi, disfrutando como una verdadera puta. Pas� su polla por toda
mi raja entre gemidos e insultos que me encend�an cada vez m�s. La meti� de un
solo golpe, y el dolor que sent� fue indescriptible, me parti� en dos. Ah�
empez� a envestirme con fuerza, meti�ndola una y otra vez en mi co�ito dolorido
y lubricado.
S�! T�mala puta! Tr�gala entera!!! Ahhhh...!!!
Hmmmm....argggg, me duele, pero dame m�s...as�!!!!
Entre los gemidos de Melo y su agresor y los de aquel salido
que ten�a detr�s foll�ndome sin parar, estall� en otro orgasmo que contrajo cada
uno de los m�sculos de mi cuerpo. Segundos despu�s Melo y su compa�ero
comenzaban a gemir, y se o�an sus gritos desesperados, ahogados por el espasmo
que al igual que a mi nos devoraban el cuerpo. Sent� entonces una cantidad
monumental de lache ardiendo que me quemaba por dentro, y las manos de �l
clavadas en mi culo.
Ahhhhhh!!!!! Siiiiii, tr�gate mi leche, eng�llela,
toma!!! Ahhhh
5 minutos despu�s, los cuatro yac�amos en el suelo, casi sin
aliento. Recuerdo la sonrisa p�cara de Melo cuando nos miramos entre los jadeos
de nuestros secuestradores...agresores...o profesores del placer.
No volvimos a ver a aquellos dos macarras nunca m�s, pero
desde aquel d�a Melo y yo estamos hechas unas verdaderas zorritas. De los juegos
infantiles pasamos a jugar a otro juego, infinitamente m�s...mucho m�s
placentero.
Espero vuestras cr�ticas.