Somos una familia compuesta por mi padre Jos� de 48 a�os, mi
madre M�nica de 42, y yo Samuel de 18, el lugar donde vivimos lo voy a reservar
puesto que se trata de una historia real. Producto de los esfuerzos de mi padre,
tenemos una posici�n social y econ�mica bastante respetable.
A Ra�z de la muerte de mi abuelo, mi abuela Irene madre de mi
progenitora vive con nosotros desde hace aproximadamente dos a�os, con la cual
mantengo una �ptima relaci�n, ya que somos muy unidos.
En nuestra casa, existe una especie de departamento en la
parte posterior, al cual se llega por el Jard�n y es independiente del resto del
hogar, y al cumplir mis 18 a�os, mis padres me permitieron acondicionarlo para
vivir ah� de una manera un poco mas independiente.
La historia que voy a contar empez� hace aproximadamente tres
meses, mismo tiempo que ha cambiado mi vida. Empezar� por describirles a los
miembros de mi familia, mi padre como ya les dije tiene 48 a�os, es bajo de
estatura, con cierta calvicie, un poco regordete, y de aspecto intelectual, muy
r�gido en sus convicciones, motivo por el cual ha tenido tanto �xito econ�mico,
es empresario y due�o de una compa��a que el ha formado solo, y que ahora vale
muchos millones. Mi madre por su parte, sin ser una belleza despampanante, si es
una mujer muy hermosa, un poco mas alta que mi padre, y que se conserva en muy
buen estado f�sico, del que resaltan las piernas bell�simas y sus nalgas
generosas, pero casi siempre viste con faldas debajo de las rodillas y muy
holgadas, y en general de una manera muy conservadora, ya que casi no usa
maquillaje, siendo su trato muy afable y refinado, y casi siempre esta dedicada
a las labores del hogar y a labores sociales. Por su parte mi abuela, tiene
sesenta a�os, pero aparenta muchos menos y de un car�cter muy alegre, motivo por
el cual tiene muchos pretendientes, adem�s de que su cuerpo se conserva bastante
bien, con un par de tetas que son la envidia de cualquier mujer.
Volviendo a la historia, estando una ma�ana desayunando en
nuestra casa, mi padre me comunic� que ese d�a tendr�a que salir por un viaje de
negocios y que me encargaba la casa, pues mi madre ya sab�a de su partida por la
tarde, en eso est�bamos cuando llam� telef�nicamente el hermano menor de mi
madre de nombre Mario, avis�ndonos de su llegada para ese d�a alrededor de las
siete de la tarde ya que el vive en otra ciudad. Al enterarse de lo anterior, mi
padre puso cara de pocos amigos, ya que mi t�o no era persona grata para �l,
pues lo consideraba un vago y un libertino, puesto que en su vida hab�a
trabajado en un algo concreto y sospechaba que mi madre le enviaba dinero para
que pudiera vivir �l y su esposa.
Por otro lado, tanto mi madre como mi abuela se pusieron muy
contentas por su llegada, tan es as� que mi madre me pidi� si le prestaba a mi
t�o mi habitaci�n, que como ya dije era independiente del resto de la casa, y yo
podr�a ocupar un cuarto dentro de ella, al lado de donde duerme mi abuela, a lo
cual acced�, ya que siempre hab�a tenido un especial cari�o por mi t�o. Mi madre
nos inform� que ella pasar�a por mi T�o Mario a la estaci�n de autobuses, para
que no perdiera yo mis clases ya que ten�a una a esa misma hora.
Estando en la Universidad un compa�ero me pidi� prestado mi
auto, y como siempre hab�a tenido confianza con �l no me negu� a ello, pero le
solicite me dejara en mi casa. Al final de cuentas el maestro de la clase de las
siete no lleg� por lo que partimos rumbo a mi casa, pero en el trayecto ten�amos
que pasar por la central de autobuses por lo que le dije a mi amigo que vi�ramos
si estaba la camioneta de mi madre y si as� era me dejara ah�. Efectivamente,
encontramos la camioneta aparcada algo lejos de la central y ah� me quede a
esperarlos, y como tra�a llaves de la misma, se me ocurri� darles una sorpresa y
me escond� en la parte trasera, en donde no me pod�an ver.
Al poco rato de estar ah�, y al asomarme por las ventanilla,
que por cierto son polarizadas, veo que vienen mi madre y mi t�o abrazados y al
llegar a la puerta del copiloto, mi t�o sujeta a mi madre por su cintura y la
besa en la boca, yo cre� que mi madre protestar�a por esta falta de respeto
hac�a su hermana mayor, pero en lugar de ello, veo que le pasa las manos por el
cuello y lo abraza, abriendo la boca para recibir el beso, e incluso apreci� que
su lengua iba al encuentro de la de mi t�o.
Al ver esto me quede petrificado, no dando cr�dito a lo que
ve�a, pues mi madre tan recatada se encontraba besuqueandose en plena calle y
con su hermano menor. Al terminar de besarse, mi madre le abre la puerta y se
dirige a la puerta del conductor, entrando ambos en la camioneta, yo al ver lo
que hab�a visto, ya no pude darles la sorpresa que ten�a preparada y menos a�n
descubrir mi presencia, pero por el espacio entre los asientos pod�a verlos
perfectamente.
Al estar sentados volvieron a besarse en forma por dem�s
apasionada, hasta que mi madre dijo:
Por Dios Mario, que nos pueden ver, esp�rate hasta la
noche.
Es que no me aguanto las ganas de acariciarte �contest�
mi t�o llevando sus manos a las piernas de mi madre y levant�ndole la falda
pude apreciar sus bellas piernas enfundadas en unas pantimedias de color
negro, que mi t�o sobaba descaradamente y ante el benepl�cito de mi madre.
Pude o�r que ante esta caricia, mi madre empez� a jadear y
abri� mas las piernas para que mi t�o se las acariciara a plenitud, sin dejarse
de dar la lengua, hasta que despu�s de unos minutos, pareci� volver a la
realidad y le manifest�:
Acu�rdate que aqu� me conoce mucha gente por favor ya
para.
D�jame entonces que te de un beso en la concha peluda,
as� como estas con tus pantys- y dicho esto se inclin� y empez� a besarla
por en encima de sus ropas, por lo que los jadeos de mi madre se hicieron
mas intensos.
Haciendo un esfuerzo mi madre lo apart� se�al�ndole el
peligro que corr�an si los ve�an as�, motivo por el cual mi t�o aparentemente se
resign� y mi madre pudo arrancar la camioneta. En el camino a la casa escuche el
siguiente dialogo:
Ya tienes todo preparado para la noche?- pregunt� mi t�o
Si, convenc� a Samuel que te dejara su departamento y
como ya te hab�a avisado mi marido a estas horas ya esta de viaje, solo hay
que esperar que se duerman mam� y mi hijo, e ir� a verte.
Espero que no se te haya olvidado lo que me prometiste
cuando fuiste a mi casa el a�o pasado- dijo mi t�o.
No se a que te refieres � contest� mi madre � acu�rdate
que ese ultimo d�a cometimos muchas locuras.
Locuras que a ti te encantaron
No lo niego, pero no me acuerdo de ninguna promesa- dijo
mi madre
Me prometiste que la pr�xima vez que nos vi�ramos me
dar�as el culo, acu�rdate, ya que todo el viaje he tra�do la verga parada de
tan solo pensarlo, y la sigo trayendo igual.
Bueno ya veremos, pero dime de verdad la traes parada?- y
ante mi sorpresa llevo su mano derecho a acariciarlo por encima del
pantal�n- que barbaridad� que bien se te para, no se que va a pasar esta
noche, pero ya estoy toda mojada.
Porque no estacionas la camioneta y das una mamada.
No, como crees, aqu� es muy peligroso, aunque me muero de
ganas por llev�rmela a la boca y saborearte, como la �ltima vez.
Pero no dejaba de sobarle el paquete, por encima del
pantal�n, lo que pod�a apreciar desde el lugar en que me encontraba, y ya
supondr�n que con todo este cachondeo y esta platica, ten�a mi instrumento a
mil, puesto que no me imaginaba a mi madre en esta situaci�n y menos a�n que
fuera tan caliente, y como se hab�a iniciado en estos placeres incestuosos, cosa
que no tarde en averiguar, ya que sab�a que hac�a un a�o hab�a visitado a su
hermano y se hab�a hospedado en su casa los dos d�as que estuvo all�, pero
volvamos a su conversaci�n.
Si hubiera sabido que eras tan caliente, desde el primer
d�a que llegaste a mi casa te hubiera ca�do encima- le dijo mi t�o.
No es que fuera tan caliente, pero las copas que nos
tomamos con tu mujer, la m�sica, el baile y puede ser lo desesperada que
estaba, hicieron que me fuera rindiendo a tus deseos, lastima que tu esposa
se qued� dormida.
Si, pero eso no te impidi� mamarle la concha despu�s que
me la cog�- argument� mi t�o.
Calla, hay cosas que no me quiero acordar de esa noche,
que fue la primera que disfrute del sexo, pero todav�a siento verg�enza de
todo lo que le hicimos a tu mujer.
Pero no sientes verg�enza de los polvos que nos echamos,
�verdad?
No, �porque crees que te avise que mi marido se iba de
viaje?, aunque debo admitir que me encant� mamarsela llena de tus jugos,
pero ya deja de seguirme calentando porque ya estamos llegando.
En efecto, en el curso de esta conversaci�n llegamos a
nuestra casa, estacionaron enfrente y bajaron. Tuve que dar un tiempo prudente
para poder salir, cosa que aproveche para masturbarme ah� mismo en la camioneta.
continuar�
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