Por la Ruta Austral
En un verano fuimos con el pololo de la epoca y con una
pareja de amigos a recorrer la ruta austral. En ese tiempo yo pololeaba con
Francisco, y nuestros amigos que eran novios, se llamaban Gustavo y Karen.
Apenas llegamos a nuestro primer destino, levantamos nuestra
carpa, y estuvimos conversando hasta muy tarde, despu�s apagamos la luz, y nos
dispusimos a dormir. Me encontraba durmiendo, cuando en mitad de la noche
despert� y pude notar, que Gustavo abr�a el cierre de su saco y Karen a la vez
lo hacia con el suyo, se acercaron y comenzaron a besarse y supongo que tambi�n
a acariciarse, porque el movimiento del saco era muy notorio.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, pude
apreciar mejor lo que hac�an, estaban tocandose y acariciandose mutuamente. Vi
como Karen abrazaba a Gustavo y succionaba su lengua, mientras por el movimiento
de la tela del saco de dormir, me di cuenta perfectamente que ella le estaba
amasando su miembro. Me puse muy nerviosa y excitada, mientras observaba con
toda mi atencion, sin perder detalle de sus vaivenes, al mismo tiempo no pude
evitar que debido a mi creciente excitacion, mis ganas sexuales se hicieran
presente con toda intensidad, inicie entonces unas suaves caricias a mis tetas,
especialmente en mis pezones que se endurecieron r�pidamente.
Era notorio por los gemidos y movimientos que �l le estaba
metiendo sus dedos en la vagina, mientras ella jugaba con su pene, de pronto
escuche que ella le preguntaba casi en un susurro:
-�Ma la vas a meter rico, gordito!
-�Te la voy a poner por todos lados! Le respondio �l, casi en
un murmullo.
Enseguida �l la tomo por detr�s y la abrazo, vi como su mano
agarraba las tetas de Karen y como sus dedos apretaban los pezones duros y
erectos de ella, Karen empujaba su trasero hacia el pene de �l mientras
suspiraba suavemente.
Yo estaba en verdad excitada, al tocar mi vagina pude notar
que la tenia increiblemente mojada. Justo en ese instante sent� a Francisco,
acomodandose detr�s m�o, abrazandome por la cintura mientras me dejaba sentir su
miembro entre mis nalgas, mientras me besaba la oreja, puso su mano en mi
chochito, y continuo masturbandome tal como yo lo hacia antes. La cabeza de su
pene se mojo r�pidamente con mis jugos,
En ese momento Francisco se acomodo a mis espaldas, y
agarrandome por las caderas, me sujeto firmemente por las nalgas y me dijo que
me acomodara la inmensa cabeza de su aparato justo a la entrada de mi vagina,
entonces sin decir "agua va", empujo su dura y erecta estaca logrando que mi
concha se tragara de un solo envion su terrible y herguido miembro. Su gruesa
espada de carne dura y abrasadora, busco el fondo de mi rugiente utero,
enterrandose por completo en mi concha y Francisco comenz� a penetrarme,
metiendomelo deliciosamente, lamentablemente la penetrada fue bastante rapida,
ya que en breves momentos, me dijo que acabar�a.
En ese mismo momento nuestros amigos, se destaparon y pude
ver como terminaban de quitarse la ropa, quedando los dos totalmente desnudos.
Gustavo se acosto de espaldas y Karen comenz� a chuparle su pene, era incre�ble
poder mirarlos, mientras tenian sexo. Gustavo miro en m�s de una oportunidad
hacia donde estaba yo, pero no podia darse cuenta que yo los miraba. El le tomo
la cabeza con sus dos manos y comenz� a darle una penetrada bucal, ella parec�a
gozar de este juego, y por supuesto yo tambi�n, yo me tocaba m� cl�toris cada
vez m�s aceleradamente, intentando no hacer demasiado notorios mis movimientos,
mis dedos estaban totalmente mojados con mis l�quidos, y se desplazaban entre
los pleigues de mi vulva, la que palpitaba intensamente pidiendome m�s y m�s
atenciones.
Debido a su estado de calentura, ellos habian perdido todo el
recato, y a esas alturas se habian olvidado por completo de nuestra presencia en
la carpa. El la puso de espaldas y le levanto las piernas hacia arriba, la
agarro de las nalgas y literalmente le perforo el chocho. Yo observaba con
lujuria el mete y saca de Gustavo, "el cuadro era extraordinario". Pronto me
entere que Gustavo era un verdadero sibarita, ya que de pronto, retiro el pene
de la vagina de Karen, con la evidente intenci�n de embutirselo por el culo.
Mi mano masturbo a�n con m�s fuerza mi rajita. Sin cambiar de
posici�n, y a�n con las piernas de Karen en sus hombros �l le penetro el culo
hasta el fondo, Karen se mord�a una de sus manos para evitar gritar, se movi�
furiosamente dentro de ella hasta que de pronto se lo saco del culo y ayudandose
con la mano, le solto toda su esperma en la cara, ella solo intentaba bebersela
con su lengua, tomaba semen con sus dedos y se lo llevaba a la boca.
Imaginando que se trataba de una violaci�n anal, que es una
de mis fantas�as favoritas, retrocedi con fuerza hacia Francisco, sintiendo como
la gruesa cabeza entraba en mi ano, al notar mi cooperaci�n, Francisco tambi�n
empujo su miembro, y este se deslizo suavemente hacia mis interiores, podia
sentir como cada cent�metro de su pene avanzaba por mi recto hacia adentro.
Francisco comenz� a moverse dentro m�o, mientras yo con mi mano me masturbaba
fren�ticamente, a trav�s de sus jadeos pude notar como se pon�a r�gido, y su
pene parecio inflarse al m�ximo, cuando me solto su regada de semen en mi
interior, no aguante la emoci�n y me descargue como nunca lo hab�a hecho en mi
vida, parec�a que mi vagina inundaria la carpa por la forma en que soltaba
liquido mientras Francisco me llenaba el culo de su semen.
Despu�s de acabar, reci�n nos dimos cuenta que Gustavo y
Karen, nos miraban mientras se acariciaban mutuamente. Despu�s de esta
experiencia nos tomamos confianza, y todos los d�as tirabamos delante de la otra
pareja, obviamente mantuvimos la distancia, solo lo haciamos tarde en la noche y
en total oscuridad, por supuesto que cada uno lo hacia solo con su pareja, pero
fue de las mejores experiencias, hacer el amor mientras se observa como otros
tambien lo hacen.
Jacqueline
Santiago - Chile