Me llamo Laura y esto ocurri� hace muchos
a�os.
Pap� hab�a muerto en un accidente de
trabajo, y mam� estaba enferma de c�ncer. S�lo ten�a a mi hermano y era un par
de a�os m�s joven que yo, que entonces contaba con 16 a�os. Cuando muri� mam�,
un a�o m�s tarde, y para que no nos separaran a los dos hermanos, nos fuimos a
vivir con una t�a-abuela, por lo menos hasta que yo cumpliese la mayor�a de
edad. Yo estaba estudiando y por las noches trabajaba en un peri�dico,
limpiando, archivando cosas, etc., con lo cual me pagaba mis estudios. Con el
dinero que nos hab�an dejado mis padres, daba para que mi hermano estudiara y
para algo de ropa. Nuestra t�a, tambi�n era generosa con nosotros, por lo que no
pasamos grandes apuros.
Cuando estaba a punto de cumplir los 18 a�os, la t�a
enferm� y muri� muy r�pidamente. Tuve miedo de que separaran a mi hermano Pedro
de mi lado, pero como s�lo me faltaba un mes para cumplirlos, no pas� nada.
Viv�amos en una ciudad muy peque�a y nuestra casa estaba en las afueras. Era una
casa aislada. Despu�s de alg�n tiempo, una tarde entr� en el ba�o pensando que
no hab�a nadie y me encontr� a Pedro, desnudo, saliendo de la ducha. Los dos nos
ruborizamos y de refil�n, not� que a �l se le hab�a levantado el pene. Luego a
la noche, despu�s de cenar nos sentamos a ver la tele y Pedro me pregunt� a ver
si me hab�a besado alg�n chico. Yo le contest� que no y le pregunt� a ver si �l
hab�a besado a alguna chica. Lo neg� ruborizado, dici�ndome que era muy t�mido,
igual que yo. Entonces me contest� que si quer�a, pod�amos aprender juntos,
viendo como lo hac�an en las pel�culas.
A los pocos d�as, vino con unas pel�culas. Las hab�a comprado
en un videoclub que cerraba el negocio. Trajo media docena de pelis, la mitad
pornos. Quedamos en que esa misma noche, empezar�amos a aprender.
Me cont� que en clase, un doctor les hab�a dado una clase de
sexo. Me cont� c�mo hab�a que besar, c�mo se excitaban los hombres y las mujeres
y se terminaba con el coito. Yo estaba nerviosa y despu�s de cenar, le tap� los
ojos con un pa�uelo y eligi� una. Result� una de las pornogr�ficas. Era un d�a
de invierno, que aunque no llov�a ni nevaba, fuera estaba helando.
Pusimos el sill�n lo m�s cerca del fuego posible, nos pusimos
los pijamas y nos sentamos en el sill�n los dos muy juntos y con una manta
encima, para no enfriarnos. Empez� la peli y pronto not� que mi hermano se
estaba excitando por el bulto que le sal�a por debajo de la manta. Yo notaba una
humedad en el bajo vientre que me avergonzaba. Vimos toda la pel�cula entera, y
para el final, Pedro ten�a su pene totalmente erecto mientras yo estaba
empapada. Nos quitamos los pijamas y empezamos a tocarnos, por todo el cuerpo.
Pedro era muy alto para su edad y m�s bien delgado. Yo, aunque era tambi�n alta,
ten�a la constituci�n algo m�s robusta que �l. Juntamos nuestros labios y meti�
su lengua en mi boca. Ten�a una lengua muy suave y empezaron una peque�a lucha.
Yo, mientras, le acariciaba la espalda, el cuello, el pecho, con las manos
mientras �l me acariciaba las tetas con las suyas. Notaba que se iban hinchando.
Luego, le hice tumbarse en el sill�n y empec� a besarle el
cuello, las tetillas, fui bajando por el vientre y me met� su pene erecto en la
boca, tal y como hab�amos visto, con la condici�n de que luego �l me hiciera lo
mismo. Al principio no sab�a qu� hacer, pero empec� a pasar suavemente la lengua
por todo el pene. Pedro estaba totalmente estremecido de placer. Finalmente se
corri� en mi boca, ya que no tuvo tiempo de salir. Se me hizo muy raro el sabor
de su leche, pero me lo tragu� y me gust�. Luego, me tumb� sobre el sof� y
empez� a lamerme las tetas.
Entre beso y beso, me dec�a que le encantaba todo esto, luego
sigui� bajando su boca por mi vientre hasta llegar a mi sexo. Yo estaba
totalmente empapada y me daba verg�enza pero �l me dec�a que era porque me
excitaba con lo que �l me hac�a. Sent�a su lengua por mi cl�toris y luego
penetrando un poco en mi vagina. Explot�. Igual que yo, se trag� mis jugos
dici�ndome que le encantaba. Como �l ya estaba otra vez empalmado, se puso
encima de m� y me penetr�. Yo grit� de dolor y �l se par�. Luego, tal y como le
hab�an dicho, empez� a moverse suavemente. Yo notaba otras sensaciones muy
placenteras, me estremec�a y gem�a de placer. Cuando ya no pudimos m�s, �l
eyacul� dentro de m�, mientras yo gem�a y gritaba su nombre y me corr�a del
inmenso placer que me daba.
Esa noche nos acostamos juntos en la misma cama, y a la
ma�ana siguiente volvimos a hacer el amor. As�, viendo pel�culas, aprendiendo de
libros, etc, fuimos aprendiendo a nuestro modo.
Pasaron varios a�os y Pedro empez� a trabajar en la f�brica
del pueblo. Conoci� a una chica y empez� a salir con ella. Yo a mi vez, hab�a
conocido a un hombre que trabajaba en el peri�dico en el que hab�a trabajado en
mis a�os de estudiante, y al cabo de varios meses tuvimos una boda doble. Los
dos hermanos nos casamos a la vez en la misma iglesia. Tanto mi marido como mi
cu�ada, eran hijos �nicos. Los padres de mi cu�ada viv�an en otra ciudad, pero
mi marido se hab�a criado en un orfanato. Como nuestra casa es enorme, nos
pusimos a vivir las dos parejas all�. Una vez, le cont� a Marcos, mi marido c�mo
hab�a aprendido lo que sab�a sobre sexo, y a su vez, Pedro le cont� a Ana, su
mujer, c�mo hab�a sido nuestra primera vez. Posteriormente, una noche en que
est�bamos cenando los cuatro juntos, Ana sac� a colaci�n el tema. Marcos, por su
parte, dijo que no le importar�a cambiar de pareja alguna vez. Los cuatro
estuvimos de acuerdo y despu�s de cenar, Marcos cogi� a Ana por la cintura,
mientras que Pedro me abrazaba. Hicimos el amor, y fue fant�stico. Luego, cada
uno a su habitaci�n con su pareja respectiva, y vuelta a hacer el amor.
Ana y yo nos quedamos embarazadas a la vez. Yo estoy casi
segura de que fue esa noche, aunque ninguna de las dos sabe en realidad, qui�n
es el padre de nuestros primeros hijos auque no nos importa en absoluto. Pedro y
Ana tuvieron gemelos, una parejita. Marcos y yo un ni�o. En el segundo embarazo,
tambi�n con muy poco tiempo de diferencia, nosotros tuvimos trillizos y los
otros una ni�a.
Los chicos se han hecho mayores y s� que est�n liados los
unos con los otros. Siempre se han llevado de maravilla. Nosotros, los mayores,
seguimos cambiando de pareja a menudo. Desde esa primera vez, Pedro y yo hemos
aprendido mucho.
Espero que os guste la historia. Pod�is escribirme a la
siguiente direcci�n dici�ndome lo que os ha parecido.
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