SAMANTHA
Hab�a tenido un d�a horrible. El trabajo se hab�a vuelto
insoportable. �M�s problemas no pod�a haber! Gracias a Dios era Viernes, se
ven�a un fin de semana prometedor, adem�s el lunes era feriado. Una buena
oportunidad para desconectarse de los problemas diarios.
La noche ya se hab�a apoderado de la ciudad. Mir� mi reloj y
eran las 22:30. Iba por el parque camino a mi departamento. No hab�a usado el
auto porque me toc� restricci�n. Era una noche pl�cida, rayos de luna se
reflejaban por entre el follaje de los �rboles. En los esca�os se encontraban
algunas parejas de enamorados que sin lugar a dudas se promet�an fidelidad
eterna.
Aprovech� para disfrutar de esta obligada caminata nocturna,
adem�s no faltaba mucho para llegar al departamento. Todav�a no sab�a c�mo
planificar�a estos d�as que ten�a por delante. as� caminaba absorto, cuando a la
distancia, en sentido contrario, diviso una silueta. Me llam� la atenci�n, no
distingu�a muy bien pero era la figura de una mujer y bastante armoniosa al
parecer.
Impulsivamente y sin pensarlo me sent� en el esca�o que
estaba cerca de m�. As� podr�a observar bien a esa mujer que, extra�amente
andaba sola por el parque a esa hora. En mi mente se agolpaban una serie de
fantas�as alocadas. Una vez que me acomod�, saqu� un cigarrillo y lo encend�.
Mientras sent�a como su aroma se internaba por mis pulmones, pod�a apreciar como
se iba acercando m�s y m�s. Su caminar era muy desenfadado, lo que provocaba
intensamente mi libido. Tra�a una mini excesivamente corta y de esas muy
apegadas al cuerpo, la cual permit�a apreciar su hermosa figura. Era delgada
pero muy proporcionada. Sus piernas largas y bien torneadas. LLevaba una blusa
de un color algo as� como crema, muy ajustada y que apenas pod�a contener sus
dos hermosos pechos. No le sobraba ni le faltaba nada. Estaba todo en su justa
proporci�n.
Al llegar frente a m� se detuvo, lo cual hizo que el coraz�n
me diera un vuelco. Me dirigi� la mirada. �Su rostro era precioso! Podr�a haber
sido un �ngel perdido. R�pidamente no le d� m�s de unos 18 a�os. Morena, una
nariz respingada, dos inmensos ojos verdes, una boca peque�a, pero de unos
labios que invitaban a ser besados. Me sonr�e y me dice:
-"�Me podr�as convidar fuego por favor?- mostr�ndome un
cigarrillo apagado.
"Por supuesto"- le contest�- "No faltaba m�s".
En el acto me puse de pie como empujado por un resorte. Saco
el encendedor y le doy lumbre. Ella para evitar que el fuego se apague lo cubri�
con una de sus manos que roz� ligeramente la m�a. De m�s est� decir que ese
breve contacto tuvo como consecuencia una erecci�n casi inmediata. Con la pobre
luz del encendedor pude apreciar m�s de cerca su rostro. Jam�s hab�a visto algo
as� tan hermoso, una belleza fr�gil, et�rea, como si de pronto fuera a
desaparecer. Una vez encendido el cigarrillo me mira y sonriendo dice:
"Gracias". No sabes cu�ntas ganas ten�a de poder fumar:
"Me alegro de poder ayudarte en algo", contest�
inmediatamente. Me resultaba imposible separar la vista de sus hermosos ojos.
"Gracias", me dijo. �"Eres muy amable". Lanz� una
bocanada de humo y suspirando dice: -"Es una noche muy hermosa".
"No tanto como t�"- repliqu�.
"Vayaaaaa" exclam�. "�Parece que sabes usar muy bien las
palabras!"
"Bueno... seguramente eres t� quien las inspira" �
repliqu�.
"No puedo negar que es lo mejor que me han dicho en el
d�a" � me contest� con una voz y mirada que me estremeci� el alma. �"Debo
irme". Gracia por el fuego.
El saber que se marchar�a, fue como recibir un balde de agua
fr�a. Ten�a que pensar algo r�pidamente para impedir que semejante belleza
pasara tan ef�meramente por mi vida. Algo me dec�a que era lo que podr�a cambiar
mi vida en forma radical.
"�Es necesario que te vayas tan luego?" � "Podr�amos
conversar un poco". Tal vez tomarnos un caf� por ah�... digo si no tienes
nada m�s importante que hacer o no esperas a nadie.
-"En realidad s�lo sal� a tomar un poco el sereno. Me sent�a
algo asfixiada en casa y quer�a tomar un poco de aire" � Mientras dec�a eso,
fumaba coquetamente y pude observar sus largas u�as muy bien cuidadas. Me
observa, guarda silencio un instante, como pensando y luego con voz insinuante
me dice: -"�Y de qu� te gustar�a hablar?
Debo reconocer que su respuesta me desestabiliz�. Mis
neuronas se pusieron a mil para dar con una respuesta que estuviera a la altura
de la situaci�n.
Tratando de parecer hombre de mundo le dije:
"Bueno, podr�a sugerir un mill�n de temas, deportes,
pol�tica, espect�culos, pero en esta situaci�n preferir�a que habl�ramos de
la incre�ble casualidad que nuestros caminos se hayan cruzado. De pronto eso
puede significar algo importante en nuestras vidas. �O no?
-"Hmmm"- Me gustar�a saber qu� tanta importancia concedes a
este encuentro casual. Has logrado picar mi curiosidad". � Y mir�ndome
tiernamente agreg�: -"Espero no tener que arrepentirme de ser tan curiosa".
-"Yo tambi�n espero que no tengas que arrepentirte de
conocerme"- le respond�. � "Desde ya te prometo mi mejor esfuerzo".
-"De pronto eres t�, quien tenga que arrepentirse" � me
dice sonriendo.
-"Lo dudo mucho. De lo �nico que podr�a arrepentirme es de
dejarte pasar, sin conocerte un poco m�s".
Sonri� y luego me dice p�caramente: -"�Nos sentamos o
conversaremos de pie?
"�Disculpa! �Te ruego que perdones mi falta de
delicadeza! No faltaba m�s. Asiento por favor."
Y as� nos enfrascamos en una conversaci�n como hac�a mucho
tiempo no ten�a con alguien. Se pod�a decir que nos conoc�amos de siempre.
Abrimos nuestros corazones sin tapujos. Cada instante que pasaba me cautivaba
m�s y m�s. S�lo deseaba hundirme en ese infinito mar verde de sus ojos.
Su nombre era Samantha, con h como me recalc� muy bien. Ten�a
20 a�os, viv�a sola y manten�a un peque�o sal�n de belleza producto de la
herencia de sus padres, seg�n me dijo. No era millonaria, pero al menos le daba
para vivir decentemente y no depender de nadie.
Su infancia no hab�a sido muy feliz, pero gracias a su manera
de ver la vida hab�a logrado salir adelante, en realidad demostraba una madurez
poco com�n para su edad. Se notaba tambi�n muy culta, seg�n ella se deb�a a su
pasi�n por la lectura. Se puede decir que no hubo nada de lo cual no hayamos
hablado. Me dijo que su vida amorosa era muy pobre, no hab�a nadie que llenara
sus expectativas, ya que s�lo buscaban el sexo por el sexo y eso no iba con
ella. "Hacer el amor es una entrega mutua no s�lo de dos cuerpos; sino tambi�n
de dos almas que buscan en el otro su complemento". Mientras m�s la escuchaba,
m�s fuerte era mi atracci�n por ella. Jam�s me hab�a sucedido algo as�.
Imaginaba lo hermoso que ser�a estrecharla entre mis brazos y sentir su calor,
su aroma que era exquisito.
Como dije anteriormente, conversamos de todo, un tema que la
apasionaba mucho era el cine, una verdadera fan�tica y adem�s muy informada como
pude percatarme. Su pel�cula favorita era "El Juego de las L�grimas", la verdad
que yo no la conoc�a para nada. Por m�s que le ped� que me contarara el tema y
el por qu� de su elecci�n, ella sonr�a y me dec�a : -"Tienes que verla y all�
comprender�s todo".
De pronto ella mira la hora y sobresaltada dice: -"�Dios m�o!
�Son las dos de la madrugada! �C�mo ha pasado el tiempo! Lo siento pero debo
retirarme. De verdad que la conversaci�n ha sido muy agradable.
Fue algo tan repentino que s�lo atin� a balbucear: -"No te
preocupes. Yo te acompa�o. Si quieres vamos a buscar mi auto y te puedo
llevar..."
-"Gracias. De verdad que agradezco tu gesto. Pero no te
preocupes, prefiero regresar sola."
Un estremecimiento me sacudi�. Secretamente esperaba poder
llevarla, as� sabr�a d�nde vive y podr�a ubicarla con m�s facilidad.
"No te puedo dejar sola. A esta es muy peligroso que una
chica hermosa como t� ande sola por la calle..."
"De verdad no te preocupes. Toda mi vida he estado sola
en el mundo. S� cuidarme muy bien.
"Samantha, - dije t�midamente- me gustar�a much�simo
volver a verte. No imaginas cu�nto"
"�Ser� que no he estado entonces tan aburrida? �No te
cans�?
"No, Samantha, de verdad que no. Te lo juro. Al menos
d�jame tu tel�fono o ll�vate el m�o. �Por favor!
"No, Jaime" -me respondi�. Lo siento. No acostumbro a
hacer esas cosas.
"�Es que no me resigno a perderte as�! �A no verte m�s! �
supliqu�.
Bueno, bueno, si es tan importante para ti nos vemos
ma�ana a las nueve en este mismo lugar. �Te parece?
"�De verdad cumplir�s, Samantha?"
"No te preocupes. Soy una mujer de palabra. Cuando
prometo algo lo cumplo. Si as� no fuera, no te dir�a lo que te dije".
�Replic� muy seria.
"Disculpa, Samantha. Trata de comprenderme.
"No te preocupes, tontito. Entonces... �Tenemos una cita
ma�ana?
"Tenemos una cita ma�ana" respond�.
"�Ahhhhh! Una cosa m�s! � dijo.
"�Cu�l?"
"No se te vaya a ocurrir seguirme. Yo me dar�a cuenta y
ah� ya no me ver�s m�s.
Fue algo as� como si me hubiese le�do la mente.R�pidamente
contest�: -"No te preocupes. Jam�s har�a algo que me hiciera perderte"
"Eso espero, Jaime. Anda, �no me dar�s un besito de
despedida? � Agreg� cambiando su tono por otro m�s tierno.
"Por supuesto Samantha" � y acerc� su rostro hermoso al
m�o. El roce de la suavidad de su rostro rozando el m�o me llev� a mil.
�Dios sabe cu�nto esfuerzo tuve que hacer para contenerme!
"Hasta ma�ana, Jaime"
"Hasta ma�ana, Samantha".
Me volv� a sentar en el esca�o. Saqu� el �ltimo cigarrillo
que me quedaba. Lo encend� mientras contemplaba la figura de Samantha alejarse
lentamente. No hab�a tenido la oportunidad de observarla por detr�s. creo que no
existen palabras para describirla. Sab�a c�mo vestir y sacar partido de su
figura. La blusa entallaba perfectamente su cintura de avispa y la falda
ajustada como una segunda piel remarcaba muy bien lo sinuoso de sus curvas. Y
ese caminar tan provocativo, tan felino. Era como una verdadera pantera,
elegante en sus movimientos m�s m�nimos. No eran afectados, sal�an de manera
natural. All� estuve sentado hasta que desapareci� de mi vista. Este encuentro
me hab�a dejado muy conmovido. No me la pod�a quitar de mi mente y esperaba que
a ella le sucediera lo mismo. Deseaba que el reloj se apurara, que ya fuera la
hora de verla nuevamente.
Una vez terminado el cigarrillo, arroj� la colilla y enfil� a
mi departamento. Deseaba seguir fumando pero a esa hora no hab�a d�nde comprar.
Eso me puso de mal humor. Al llegar, me quit� la ropa quedando s�lo en boxer, y
me tumb� en la cama, deseaba dormir r�pidamente para no sentir el tiempo. Su
rostro, su figura, su aroma me persegu�a, no pude m�s, ten�a que dar rienda
suelta al deseo y me masturb� como nunca pensando en ella. S�lo as� pude
conciliar el sue�o.
El ruido de los autos en la calle me despertaron, a�n medio
dormido miro la hora en el reloj: Las doce del d�a. �Qu� manera de dormir! Ya se
hab�a ido medio d�a. Eso me alegr�. Me levant�, fui a la cocina y me prepar� un
caf� de esos bien cargados. Sent� el deseo de fumar y record� que no ten�a.
Maldije mi suerte. Me fui a escarbar en los ceniceros, encontre uno a medio
terminar. � "No todo est� perdido" � pense. Lo encend� y fum� �vidamente, como
si fuera un condenado a muerte.
Una vez que lo termine, me dirig� hacia la ducha, me quit�
los boxers, mi miembro esta dur�simo, casi pidiendo a gritos la conchita de
Samantha. Mientras m�s pensaba en ella m�s r�gido se volv�a, llegando hasta
provocarme dolor. Me imaginaba dentro de ella, sintiendo la suavidad de su
vulva, su tibia humedad y sus quejidos de placer, pidi�ndome m�s y m�s. Hasta
desbordarme en ella, inundarla con mi semen y hacerla terriblemente m�a. Tuve
que volver a masturbarme, mi semen sali� con una fuerza casi desconocida. �Qu�
me hab�a hecho esta hembrita que me ten�a a mil?
Una vez que me duch�, me vest�,me puse una remera, un jeans y
unas tenis. Quer�a comprar cigarrillos y comer algo por ah�. El hambre comenzaba
a hacerse notar. Baj� r�pidamente, me detuve en el kiosko de la esquina, compr�
los cigarrillos , saqu� uno y a buscar algun lugar donde comer.
Entr� al primer lugar que encontr�, no me pareci� un mal
lugar, la chica que atend�a no estaba mal. Tendr�a unos 23 a�os. Generosa de
formas. Usaba una blusa blanca con una serie de rayas a color con el nombre del
local, la falda era una mini blanca ajustada, muy delgada que dejaba traslucir
lo min�sculo de su tanga y como los tirantes se escond�an entre su cola que
estaba como para devorarla. Cada vez que la miraba, Samantha se me ven�a a la
mente. El almuerzo no estaba malo, aunque no le prest� mucha atenci�n. Una vez
que termin� ped� la cuenta, y le dej� una generosa propina a la muchacha, la
cual contenta lo agradeci�.
Me d� unas vueltas por ah�, y al llegar al departamento eran
las tres de la tarde. Me faltaban seis horas para ver a Samantha. Era lo mismo
que si me faltaran seis siglos. �Tanta era mi ansiedad!
Me tir� en la cama sin hacer. Tom� el contro remoto y comenc�
a hacer zapping por los canales. No encontraba nada que llamara mi atenci�n y
sin darme cuenta me dorm�. De pronto unos balazos del televisor me sacaron del
profundo sue�o en que hab�a ca�do. Ya estaba atardeciendo, me sobresalt�, a lo
mejor se me hab�a pasado la hora. Miro el reloj y marcaba las 19:30. Respire
tranquilo. Me quit� la ropa y a la ducha. Deb�a estar presentable para Samantha.
Me afeit�, desodorante, algo de loci�n, una camisa y jeans negros. Ya eran las
20:30. Si me iba a pie llegar�a casi justo a la hora.
Tom� mi billetera, las tarjetas de cr�dito, cigarrillos y a
la calle. La noche se sent�a fresca y agradable. Prend� un cigarrillo y a la
calle. La noche iba cayendo casi imperceptiblemente. Iba atento por si la
encontraba en el camino. En cada mujer que pasaba la ve�a. Llegu� al esca�o.
Estaba vac�o.Faltaban cinco minutos a�n. Me acomod� y otro cigarrillo. Me sent�a
algo inquieto y nevioso. �Vendr�a realmente?
Mientras fumaba el cigarrillo me entreten�a mirando a la
gente que pasaba. Cada minuto que pasaba me impacientaba m�s. Ya eran las 21:15.
�"Definitivamente me plantaron"- pens�. � "Esperar� 15 minutos m�s y me ir�." A
eso de las 21:25 , ya prepar�ndome para el regreso diviso una silueta
inconfundible. El coraz�n se me desboc�. �Era ella! �Samantha hab�a cumplido! Al
verme me hizo un saludo a lo lejos como si fuera una ni�ita peque�a, y apresur�
el paso. Al llegar junto a m� me abraz� y me saludo de beso en la mejilla.
-"�Gracias por esperarme! Ya no pensaba encontrarte. �El
tr�fico estaba terrible.! Pero ten�a la secreta esperanza de volverte a ver.
"Te habr�a esperado toda la vida, Samantha" As� s�lo
hubieras encontrado mis huesos en el esca�o"- Contest�.
Me qued� mirando seriamente y me dijo: -"�Habr�as hecho
tal cosa?
"S�, Samantha, y no s�lo una, sino mil veces." �
respond�.
Su rostro se turb� por un momento. Al parecer hab�a
llegado a su corazoncito.
"Nunca alguien me hab�a hablado as�" Gracias por tus palabras
tan lindas. Y se me acerc� d�ndome otro beso en la mejilla. Creo que eso fue lo
m�s cerca que he podido estar del cielo.
"Por favor dime que fue lo bueno que hice, para
repetirlo otra vez" � brome�.
"No te lo dir� porque entonces podr�a caer redondita en
tus manos" � contest� graciosamente.
Estaba maravillosamente vestida. Un jeans de esos como
descoloridos, con apariencias de viejo, bordado con flores a los costados, y que
se ce��a exquisitamente a su estilizada figura. Era adem�s a la cadera, con un
peto que mostraba su ombligo y un coqueto piercing en �l, que me dejaba m�s
loco.
"Te ves divina. Realmente maravillosa."
-"Gracias" � me dijo. Y estirando los brazos dio una vuelta
para que la admirara en forma completa. �"Espero que no te averg�ences de m�"
"�Jam�s" � respond�.
"T� tambi�n te ves muy guapo". Eres muy atractivo,
Jaime. El negro te viene muy bien".
"No sigas que me vas a sonrojar" Dije. Pero bueno, �Qu�
te gustar�a hacer?
"T� eres el hombre". Sorpr�ndeme.
"Cuidado con lo que dices Samantha" Eso se puede volver
en tu contra le dije.
"No lo creo, Jaime". Tengo mucha confianza en ti y no
te creo capaz de algo inapropiado.
Con esa respuesta me desarm�.- -"Bueno, entonces primero
iremos a comer algo y despu�s a una discoteca. �Te parece?
�Excelente idea! �Me gust�!
Entonces no perdamos m�s tiempo. Tengo mi carro
aparcado cerca de aqu�. Vamos. Samantha... �te puedo tomar de la mano?
Aqu� la tienes, Jaime. Ll�vame.
Le cog� la mano y como dos adolescentes nos fuimos
bromeando y riendo. Dem�s est� decir que yo no pod�a estar m�s feliz.
Cenamos en un lugar muy tranquilo y discreto, all� me
dijo que era vegetariana y que le gustaba mucho cuidar de su cuerpo, que su
�nico vicio era el cigarrillo, pero que trataba de controlarlo. Una vez
terminada la cena al auto y nos fuimos a la discoteca.
La discoteca era la CYROS, una de las m�s elegantes,
entramos y la atsmosfera era embriagadora, la m�sica, las luces, la gente.
Nos ubicamos en una mesita algo alejada del mundanal ruido. Pedimos los
tragos. Estaban excelentes. Sus ojos reluc�an como nunca. No pod�a dejar de
moverse al comp�s de la m�sica. Se notaba feliz de verdad.
"�Bailamos, Samantha?
"�Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!,
respondi� inmediatamente.
Nos fuimos al centro de la pista y comenzamos a movernos
al comp�s de la m�sica. Bailaba como toda una diosa. Al parecer llevaba el
ritmo en la sangre. Sus caderas parec�an tener vida propia. Y cuando llevaba
sus manos a la nuca y las enredaba en su sedoso cabello rojizo era para
volverse loco. El tema era uno de esos mix que no terminan nunca, pasado
unos 10 minutos nos fuimos a la mesa para beber y descansar un poco.
"Jaime, debo confesarte algo"- me dijo con voz
muy seria.
"Dime"- le dije.
� Hace mucho tiempo, que no me divert�a tanto"
"Es lo mejor que me puedes decir, Samantha"
"Pero a la vez me hace sentir un poco de miedo"- y su
rostro se entristeci� un poco.
"No entiendo por qu�"- le contest�.
Qued� pensativa un momento. Hizo el gesto de querer
expresar algo que le costaba. Para finalmente decir: -"No me hagas caso. Soy
una tonta."
No supe qu� decir. Solamente alc� mi copa y le dije
bebamos.
En ese preciso momento el ritmo de la m�sica cambi�, era
un blue muy rom�ntico, "Beautiful to night" .
"�Bailamos?" le dije estirando mi mano.
Me mir� fijamente, con esos ojos profundo y
tomando mi mano dijo: "Bueno".
Llegamos a la pista, las luces hab�an bajado bastante su
intensidad. La tom� por la cintura y ella pas� sus brazos por detr�s de mi
cuello. Sent�a su calor y su respiraci�n. Ese perfume que usaba me
embriagaba los sentidos y de a poco la iba atrayendo m�s junto a m� y ella
se abandonaba en mis brazos. Mi sexo estaba por explotar, y ella de pronto,
casi descuidadamente rozaba el suyo en el m�o sin decir nada, mientras Erik
Clapton cantaba . De pronto sent�a c�mo presionaba mi miembro pero como si
fuera casual, yo nada dec�a y ella tampoco. Al parecer los dos quer�amos lo
mismo pero ninguno se atrev�a a decirlo. Mis manos recorr�an su espalda,
ella apoy� su cabeza en mi hombro abandon�ndose dulcemente. La apret� m�s
contra m�. Mi mano derecha se enred� en sus cabellos , la aparte un poco de
m� y quedamos mir�ndonos fijamente. Su rostro se acerc� lentamente al m�o,
con sus labios entreabiertos hasta que se juntaron y nuestras bocas fueron
una sola. Nuestras lenguas se buscaban desesperadamente y nada m�s exist�a
para nosotros.
Nos cost� separarnos, la tom� de la mano y nos fuimos a
la mesa. Yo me sent�a terriblemente exitado, ella, adem�s se notaba algo
confusa.
-"Jaime, perd�name. Quiz�s qu� pensar�s de m�. No s� qu�
me pas�"
- "Samantha, c�lmate si no ha pasado nada malo. Somos
dos personas adultas que sabemos lo que hacemos".
- "Yo no soy as�, Jaime, de verdad, no soy as�" � me
repet�a casi suplicante. � "No s�, la luz, la m�sica..."
- "Samantha, t� eres lo mejor que me ha sucedido en
muchos a�os. Me gustas una barbaridad y desear�a tener algo serio
contigo." � Le dije. Algo me dec�a que ten�a que jug�rmela el todo por
el todo si no quer�a perderla:
"No estar�s hablando en serio, Jaime" Dime que no es
verdad lo que est�s diciendo. �Por favor d�melo!!!! � Respondi� casi
gritando y en sus ojos ya comenzaba a notarse el brillo inconfundible de
las l�grimas.
Yo no pod�a entender cu�l era el terrible problema y la
miraba con cara de explicaci�n. � "Pero Samantha, te estoy hablando en
serio. Quisiera que nos conoci�ramos m�s y a lo mejor podemos construir algo
hermoso juntos."
"No, Jaime. No puede ser. No me hagas sufrir m�s con tus
palabras. No puede ser. Jaime. ���NO PUEDE SER!!! �Salgamos de aqu�!
R�pidamente pagu� la cuenta, la tom� de una mano y
salimos. Samantha estaba de verdad angustiada y sollozaba como una ni�a
peque�a. Nos subimos al carro y le pregunt� si la iba a dejar. Me dijo que
no, que s�lo la llevara al lugar donde nos conocimos. Yo estaba consternado.
No sab�a qu� decir. En silencio llegamos al parque nos bajamos y entre
sollozos me dijo:
"Jaime, esto es un error, jam�s deb� aceptar tu
invitaci�n. Te mentir�a si no te dijera que siento una gran atracci�n por
ti, y eso me asusta mucho, no quiero acercarme al fuego demasiado. T�
mereces algo mejor. Se acrc� a m�, me abraz� y me dio un inmenso e infinito
beso y pude saborear sus l�grimas. Era un beso desgarrador, desesperado. Se
apart� y sec�ndose las lagrimas con las manos me dijo: - "Adi�s, Jaime.
Fuiste algo muy hermoso en mi vida. De verdad que lo has sido y me quedar�
con tu recuerdo en mi coraz�n para toda la vida." Dio media vuelta y se
alej� corriendo a m�s no poder.
Yo qued� desconsolado. Mi fin de semana se hab�a ido al
diablo. Ten�a la certeza que ya no la volver�a a ver nunca m�s. As� pas�
aproximadamente dos semanas. Le recordaba. Se me aparec�a por todos lados.
�Cu�l ser�a el terrible problema que le imped�a ser feliz? Por m�s que
pensaba no daba con una respuesta que fuera coherente y l�gica. Los fines de
semana se me hac�an infinitos. Como el carro estaba muy sucio decid� llevar
a lavarlo. Fui a una estaci�n de servicio y dej� el auto. Para matar el
tiempo me met� a un cine a ver una pel�cula que ni siquiera entend�. Al ir a
buscar el carro, el encargado me entreg� una libretita muy peque�a que
estaba debajo del asiento. No la hab�a visto jam�s, la recib� intrigado, al
subirme al carro la abr� y veo en ella la siguiente escritura: "Esta libreta
pertenece a Samantha, y debajo un tel�fono: 456.766.25. La respiraci�n me
faltaba. Tom� inmediatamente el celular y el maldito ten�a la bater�a
descargada. Me calm�. Segu� revis�ndola muy curioso. No ten�a nombre ni
direcciones, s�lo pensamientos que seguramente Samantha escrib�a cuando se
le iban ocurriendo y algunos peque�os poemas, en los que se reflejaba una
mujer ansiosa en busca de algo que le parec�a imposible: el amor.
Al llegar, lo primero que hice fue encender un
cigarrillo, acomodarme y tomar el tel�fono. Marqu� lentamente, y sent� el
t�pico timbre de llamada, por lo menos el tel�fono exist�a. Los segundos se
hac�an interminables, hasta que de pronto una voz conocida contest�: "�S�?
"�La se�orita Samantha?"
"S�, con ella. �Qui�n habla?"
"Samantha, mi amor, soy yo, Jaime, no me
recuerdas? �Tan pronto me olvidaste? dije casi suplicando."
"����QU�EEEEEEEEEEEE?????? �ERES T� DE VERDAD?"
"S� mi amor. tu Jaime que se muere por verte otra
vez"
"�Pero... c�mo conseguiste mi tel�fono?
"Por tu libretita, se te cay� esa noche debajo
del asiento del auto y la encontr� reci�n ahora."
"�Qu� rico! � exclam�! Pens� que la hab�a
perdido.
"Escucha, Samantha, que te parece si nos juntamos
ya mismo en el lugar de siempre?
Bueno, en una hora m�s.
OK.
Parec�a que la vida hubiese vuelto a m�. R�pidamente
anot� el numero del tel�fono en un lugar seguro. Tom� un caf� y me
dirig� al lugar del encuentro. Como a los 15 minutos de haber llegado,
apareci� ella. estaba m�s hermosa que nunca. Una falda mini de jeans, un
peto blanco y una casaquilla tambi�n de jeans. Unoas calcetas cortitas,
blancas con vuelitos rosados muy coquetones y unas tenis blancas. Eso le
daba mayor realce a ese par de piernas maravillosas que pose�a. Se
acerc� y me saludo sin acercarse demasiado. �"Hola Jaime. No sabes
cu�nto te agradezco queme la devuelvas. Es algo muy querido por m�"
Yo la miraba sonrientes blandiendo mi mano con la
libretita y le digo: -"Bueno, imagino que alguna recompensa habr�. �O me
equivoco?
Movi� la cabeza de lado a lado, como dici�ndome que
era un oportunista, se acerc� y me dio un beso delicado en los labios.
Bueno, dije, "Peor es nada" Y al pasarle la libretita le tome la mano y
la atraje casi violentamente a mi. La tom� entre mis brazos y le d� un
beso con toda mi alma. Al principio ella trat� de zafarse, pero yo ten�a
m�s fuerzas, y poco a poco se fue entregando a las delicias del beso y
devolvi�ndomelo con creces.
Al separarnos su respiraci�n estaba agitada, pod�a
notar la dureza de sus pezones a trav�s del peto. �"Ahora debo marcharme
musit�".
"�No se�orita!" � casi le grit�. "Esta vez usted
no sale con la suya." No te me escapar�s tan f�cilmente. Y la tom�
de la mano, llev�ndola casi a los tirones.
"�Est�s loco, Jaime? �A d�nde me llevas?
"Donde podamos conversar tranquilamente,
Samantha. No te preocupes que no te har� da�o. Te amo demasiado como
para hacer algo as�. pero al menos me dar�s las explicaciones del
caso. Creo que es lo menos que merezco.
"Como quieras"- dijo y me sigui�.
Llegamos al departamento, que por suerte estaba
ordenado, la sent� en el sillon y le ofrec� una gaseosa que acept�. Me
sent� a su lado y, ya m�s calmado le pregunt�: -"Samantha, quiero saber
cu�l es el proble que te impide ser feliz. En estos d�as me has hecho
mucha falta. Te amo, Samantha."
Ella me mir� dulcemente, sus ojos brillaban y
contest�: - "Est� bien, Jaime, creo que te debo una explicaci�n. Si yo
te hice falta, tu me hiciste m�s falta a m�. No imaginas cu�ntas noches
pas� llorando con la almohada pensando en ti. Pero lo nuestro no puede
ser, Jaime no puede ser. Por favor cr�eme. Lo nuestro est� destinado a
morir ante de nacer."
Comenz� a llorar, fui a buscar unos pa�uelos de
papel, al volver la vi sentada con sus piernas entreabiertas que dejaban
ver m�s de lo com�n. Realmente era hermosa. Pude distinguir su tanguita
blanca, lo que me subi� a mil la presi�n sangu�nea.
Me acerqu� , sequ� sus l�grimas y la abrac�.-"Te amo,
Samantha, te amo" Y me fui sobre ella sin dejarla reaccionar. Mi boca
buscaba la suya. Mis manos acariciaban sus muslos que eran suaves como
algod�n. �"Estas loco, Jaime, est�s loco"- me dec�a. �Por favor d�jame.
Pero yo atacaba con toda mi artiller�a. Una mano se desliz� por debajo
del peto y cog� una de sus tetas. �No Jaimeeeeeeeeeee,-me dec�a pero yo
estaba imparable. Poco a poco me percat� que ella tambi�n estaba siendo
presa del deseo, eso me anim� m�s y mis manos comenzaron a recorer
nuevamente sus muslos buscando su entrepiernas, su sexo. Pero cuando
estaba a punto de llegar, reaccion� y con todas sus fuerzas impidi� que
mi mano llegara a su sexo.Me apart�, se puso de pie y me dijo:
-Te lo advert� Jaime- mientras se ordenaba un poco la
ropa. Pues bien ahora me entender�s.- Se dio media vuelta d�ndome la
espalda y comenz� a quitarse la casaca. Luego cruz� los brazos y se
quit� el peto. A continuaci�n la falda, quedando s�lo con la tanga que
era un hilito en la parte posterior. Yo estaba extasiado. La vista era
hermosa, su cuerpo perfecto, ni un miligramo de m�s ten�a. All� se
detuvo y se dio vuelta, sus pechos eran turgentes, bien proporcionados y
la tanga apenas ocultaba su sexo, dejando entrever unos vellos bien
rasurados.
-�Te gusta lo que ves? me dijo.
Realmente la ptrgunta estaba dem�s. �C�mo no iba a
ustarme lo que ve�a? Una hermosa hembra joven.Su piel levemente oscura,
un par de tetas turgentes del tama�o justo para su figura, con los
pezones erectos en medio de una preciosa aureola. Su abdomen no
evidenciaba un solo miligramo de m�s con una cintura fr�gil y armoniosa
y unas caderas suavemente redondeadas. Su tanga blanca, apenas cubr�a su
sexo y evidenciba sutilmente sus vellos primorosamente rasurados. Yo,
sentado en el sill�n s�lo atinaba a mirarla extasiado.
- "S�, mi amor, claro que me gusta", - murmur�
apenas. Se acerc� lentamente, quedando frente a m�. Su sexo casi rozaba
mi rostro. Estir� los brazos y acarici� sus gl�teos. Su piel era muy
suave, muy cuidada.No pude descubrirle ninguna imperfecci�n. Ella,
mientras, con las manos detr�s de la nuca, se mov�a sensualmente.
-"Bueno, Jaime, recuerda que fuiste t�, quien llev� las
cosas haste este punto"
Me dijo.
"S� mi amor. � Contest�. �"No te preocupes".
"Eso espero, Cielo, que no lo olvides".
De all� no dijo nada m�s. Lentamente al son de la
m�sica se fue agachando hasta quedar de rodillas frente a m�. Con
ternura me empuj� suavemente hacia atr�s hasta quedar acostado. Separ�
mis piernas, se inclin� sobre m� comenzando a desabrochar mi camisa.
-"Te har� feliz, mi Vida" � me dec�a. � "Te dar� lo
que tanto has deseado" Una vez que termin� con la camisa acariciaba mi
pecho con sus manos y ubic�ndose sobre m� comenz� a recorrerlo con sus
labios, deteni�ndose golosamente en las tetillas, jugando con su lengua
y mordizque�ndolas suavemente.
-"Ya ver�s mi Amor, lo que es tener una hembra de
verdad. Te har� sentir placeres que ni siquiera imaginas. �As� lo
deseabas, verdad? �Yo apenas asent�a con la cabeza. �"Ser� tu puta.
Nadie mejor que yo para saber lo que te gusta y hace feliz".
Comenz� a descender, desliz�ndose lentamente sobre mi
torso desnudo, bes�ndome mil�metro a mil�metro. Yo me sent�a en el
cielo, flotaba entre nubes y me abandonaba a la voluntad de Samantha. De
pronto siento algo que me electriza, sus manos acariciando mi sexo por
sobre la ropa. Me masajeaba muy suavemente en forma circular, tratandpo
de identificar y precisar su campo de acci�n.
- "Mmmm" � dec�a, - aqu� est� el bonito" � Y con la
yema de los dedos lo recorr�a en toda su extensi�n. A ratos presionaba
m�s fuerte �"�Vaya con el se�or! �Parece que est� enojadito! Bueno,
pronto su mami lo calmar�" � Todo esto que dec�a serv�a para calentarme
m�s. Realmente sab�a como exitar a un hombre. �Qu� suerte la m�a haber
encontrado a una hembra as�!
A veces cambiaba las caricias por peque�as mordidas
en mi sexo, todo sin quitar la ropa. Me era dif�cil aguantar, pero no
quer�a acabar, deseaba pasar por todo lo que Samantha ten�a preparado
para m�. Sus manos se dirigieron a mi cintura y comenz� a aflojar el
cintur�n, luego el bot�n del pantal�n y baj� la cremallera, mientras con
voz sensual me dec�a:
- "Veamos qu� tienes para Samantha. Quiero ver a mi
mu�equito juguet�n. S� que nos llevaremos muy bien". � Levant� un poco
las caderas para que pudiera quitarme el pantal�n. Con la ayuda
r�pidamente qued� en boxer.
-"�Hay un bultito delicioso por aqu�! � dijo- y comenz�
a besarme. �"Rico, papito, muy rico! Ya no soporto m�s, tengo que ver a mi
bebito" dijo ansiosa. De un solo tir�n me quit� el boxer. Mi sexo salt�
como un endemoniado, estaba dur�simo, enhiesto, listo para la acci�n.
-"�WAUUUU! � exclam�. �"�Est� como se quiere! � dec�a
alborozada. �"Veremos si puedo hacerlo feliz".
Dicho y hecho se aferr� a su tarea. Primero lo
acariciaba con sus cabellos, la sensaci�n era francamente deliciosa. Juro
que jam�s una mujer me hab�a hecho sentir tantas cosas como Samantha.
Despu�s lo tom� con las manos y lo acariciaba tiernamente. Adivinaba
cuando estaba por irme, entonces cesaba y luego arremet�a otra vez. No s�
c�mo explicarlo, pero me ten�a en una especie de orgasmo continuo.
- "�Est�s s�per lubricado! � dijo. Y era verdad, se
incorpor� un poco sobre m�, con su mano hizo el miembro hacia atr�s hasta
dejarlo sobre mi vientre. Acerc� sus rostro y comenz� a besar mis bolas,
luego pasaba la lengua, las mamaba. Se tomaba algunos descansos para
calentarme dici�ndome cosas:
-"�Me vuelve loca este aroma a macho! �Est� exquisito,
papi!... anda... dime... no seas malito, �de qui�n es este mu�equito?
-"�Tuyo, Samantha, s�lo tuyo!", le respond�a.
-"�M�s fuerte, Cielito! �Qui�n es la due�a?"
- "�SAMANTHAAAAAAAAAA! � le gritaba.
-"As� me gusta" � dec�a. � Y lleg� el gran momento.
Comenz� a recorrer mi miembro con su lengua. Jugaba con la cabeza
rode�ndola con su lengua h�meda.
-"La gatita tiene hambre, Jaime" � dijo -�Le dar�s su
lechecita?"
-"�S� mi Amor! �Toda la que quieras! �Es tuya, s�lo
tuya!"
-"Eso est� bien" � respondi�. Abri� su boca y con los
labios rode� el miembro, presion�ndolo suavemente. Su lengua parec�a tener
vida propia. Se la tragaba entera, hsta las bolas y comenz� a succionar
con un ritmo casi salvaje. A ratos se deten�a para decir:
-"D�mela toda, papi. Hasta la �ltima gota" � y
comnezaba con renovados br�os. Hasta que ya no pude m�s. Mi mente se
volvi� en blanco, lanc� una alarido infrahumano y el chorro de semen casi
hirviendo inund� la boca de mi hembra. Ella lanz� un gemido de placer y el
semen le chorreba por la comisura de los labios, pero con una cara de
satisfacci�n plena. Cuando ya vio que me hab�a liquidado y con su boca
repleta de semen se acerc� a la m�a y se fundi� a mi en un beso,
haci�ndome saborear mi propio semen. Eso era algo nuevo para m�, y no
puedo negar que me agrad�. Luego se recost� a mi lado, apoyando la cabeza
en mi hombro y me pregunt�:
-"�Te gust� mi amor?"
-"Samantha, �qu� te puedo decir? �Eres fant�stica!"
-"�Lo dices en serio?"
-"S�, mi amor. Me hiciste gozar como nunca antes. Te lo
puedo jurar.
-"Eso me gusta, Cielo, porque te amo con toda mi alma.
�Qu� mejor que hacer feliz al hombre que se ama?
Arrull�ndonos nos quedamos un rato hasta que me cogi�
el sue�o y me dorm�. Cuando despert�, estaba solo en la habitaci�n. Ni
rastro de Samantha. Todo parec�a un sue�o, pero las evidencias de su paso
estaban por todos lados. Mi sexo no pod�a desmentir lo sucedido y a�n me
quedaba en la boca el sabor de mi semen.
Me puse el boxer, encend� un cigarrillo. "Esta mujer
vale su peso en oro"- pens�. Al fijar la vista en la mesa del tel�fono veo
una nota pegada en �l. La tom� para leerla, era de Samantha y dec�a as�:
"Mi amor:
Quiero agradecerte por los momentos maravillosos que
pas� a tu lado. Ojal� te hayas dado cuenta que puse lo mejor de m� para
hacerte feliz. Deseaba dejarte uin recuerdo para que supieras todo, todo
lo que inspiras en m�. Eres un hombre maravilloso, pero desgraciadamente
lo nuestro es imposible. Por favor qu�date con las im�genes de esta noche.
Siempre tuya,
Samantha.
La nota me dej� absorto. Todo segu�a igual que
antes. �Cu�l ser�a ese terrible drama que ensombrec�a la vida de Samantha?
Bastaba querer para ser feliz. Pod�amos construir una vida juntos si ella
quisiera, yo estaba totalmente dispuesto. No quer�a, por nada del mundo,
perder a esta mujer. Mir� el reloj y la noche ya estaba muy avanzada para
llamar, lo har�a al d�a siguiente. Fui a la regadera, me quit� el boxer y
ante la tibieza del agua no pude evitar masturbarme pensando en Samantha.
Pas� una semana, por m�s que llamaba, nadie contestaba.
Mi desesperaci�n iba en aunmento. Tosos los d�as la llamaba por lo menos
unas cinco veces al d�a. Al parecer el tel�fono no lo hab�a cambiado ya
que consult� en la compa��a, tampoco estaba desconectado.
Si Samantha ma hab�a cautivado desde el primer d�a,
imag�nense c�mo estar�a despu�s de aquella jornada. �Jam�s podr�a
olvidarla! Despu�s de tres semanas, un s�bado, volv� a llamarla y grande
fue mi sorpresa cuando o� del otro lado:
"Hola, Jaime"
"�Samantha? � contest�. ...pero... c�mo supiste
que era yo antes de siquiera hablarte?
"Es que soy brujita" � contest� con voz de ni�a
regalona. �"Lo que sucede es que mi tel�fono tiene identificador de
llamadas, es tu n�mero. �Qui�n m�s podr�a ser?
-"Est� bien. Lo entiendo. Pero... �por qu� no me
contestabas? �Sabes cu�nto tiem�po llevo llam�ndote?
"S� mi Amor, lo s�. Pero ya te he dicho que lo
nuestro no puede ser. Adem�s me da temor involucrarme y sufrir
despu�s."
"No digas eso, Samantha." � respond�. � "Te amo
de verdad".
"No puede ser, Jaime, no puede ser. De verdad que
no.
"Entonces, �por qu� me contestaste ahora? �Acaso
no es una contradicci�n de tu parte?
"No lo s�, Jaime, no s� por qu� te contest�. Fue
algo superior a m�. Necesitaba o�r tu voz. No imaginas el
sufrimiento que me causaba no contestarte. Yo tambi�n tengo mi
coraz�n. Me has hecho mucha falta y s�lo pienso en esa noche
maravillosa que tuvimos"
"Samantha, quiero verte"
"Cari�o, to tambi�n, pero no s� si ser�
correcto."
"Olvidate de eso, por favor, d�jate guiar por tu
coraz�n, deja que las cosas fluyan como son. Dime d�nde te recojo"
Est� bien, Cielo. No te preocupes. En una hora
estoy all�. Un beso.
"Bueno, Cari�o. OK. un besito para ti"..
Por lo menos parec�a que no hab�a pasado inadvertido en
la vida de Samantha. Algo parec�a necesitarme. R�pidamente arregl� y dispuse
todo para su llegada. Champagne, algo de comer y, por supuesto, m�sica.
Habr� pasado una hora y media de nuestra conversaci�n
cuando el timbre son�. Tom� el cit�fono y contest�: -"�S�?" � "Hola, soy
Samantha." - "Pasa mi Amor. Ya conoces el camino". � y apret� el bot�n para
abrir la reja.
A los pocos segundo, apareci� Samantha, estaba soberbia.
Llevaba su cabello suelto y un vestido blanco, mini, de esos elasticados,
que se apegaba a su cuerpo de una forma divina. Sus muslos invitaban a ser
acariciados.
-"Hola mi Amor" � le dije.
-"Hola Cielo" � contest�.
-"�D�nde puedo dejar esto? � Me pregunta d�ndome
una cajita. Era helado de fresas.
"�Me encanta! dijo t�midamente � y no cre� que
tuvieras".
"Pensaste bien mi amor". � Le dije. Y lo llev� a
la nevera.
Me acerqu� a ella, le acarici� el cabello y nos besamos
largamente. �Besaba como toda una diosa! Sentir el frescor de su aliento,
deleitarme con su saliva y enredar nuestras lenguas era sensacional.
Est�bamos abrazados fuertemente, mis manos recorr�an su espalda y acariciaba
golosamente su cola. Con mis dedos segu�a, por sobre el vestido, los
el�sticos de su tanga y casi pod�a ver su exquisito contenido.
Cuando nos apartamos, nuestras miradas estaban idas,
ten�amos los ojos brillantes y nos consum�a el deseo. Camin� hacia el equipo
de m�sica, busc� entre los CD, escogiendo uno de m�sica brasile�a, muy suave
y sensual.
Le pregunt� si quer�a algo de comer. �"S�" � me dijo. �
Pero con una condici�n.
"�Cu�l? - pregunt�.
"Que comencemos por el postre".
"�El helado?
Sonri� p�caramente y dijo: "No. El postre eres
t�"..-Subi� el volumen a la m�sica y comenz� a bailar para m�. Era un
espect�culo indescriptible. Ten�a que recurrir a toda mi concentraci�n para
no eyacular. Sus caderas se mov�an de una manera impresionante, luego me
daba la espalda y se sub�a un poco el vestido, dejando ver el inicio de su
maravillosa cola, en la cual apenas se distingu�a el hilito de su tanga.
Luego me tom� la mano y me dijo: -"Ven"- Me llev� a la
pared, me puso de espaldas a la misma, yb ella, delante de m� se inclin�
colocando las manos en sus rodilla y comenz� a frotar su cola en mi sexo. Yo
no sab�a en qu� mundo estaba. Sab�a perfectamente c�mo moverse, cu�ndo
presionar para darme mayor placer. Luego se enderez� y me pidi� que la
abrace, llev�ndome las manos a sus tetas, mientras con su cola segu�a
estimul�ndome.
"As� mi amor as�" � me susurraba. � "D�jate llevar por el
ritmo. �"Mmmm! puedo sentir a mi bebito. Est� durito, como me gusta. �Te
agrada. papi?
"SSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII" � s�lo atinaba a decir.
"�Te agrada lo que te hace tu Samantitha? �Anda! �Dilo de
una vez! Dime que soy la mejor. Que s�lo yo s� lo que te gusta. Que jam�s
has tenido una hembra como yo... que soy la m�s zorra, la m�s puta, la m�s
caliente...
- �Quiero penetrarte, Samantha! �Quiero comer tu choca!
�Beber tus jugos! � Ya no se lo gritaba, se lo imploraba.
Se dio vuelta y d�ndome besitos en los labios me
tranquilizaba dici�ndome:
"�Calma, beb�, calma! Samantha sabe lo que hace.
�Ya?
"S� mi amor, s�. Lo que t� quieras.
"Ese es mi ni�ito bueno" me dijo mientras jugaba con mi
oreja., pasando su lengua y bes�ndome en el cuello mientras su sexo se
frotaba con el m�o. Me quit� la camisa, luego el pantal�n y el boxer,
dej�ndome completamente desnudo. Mi miembro estaba a punto de estallar,
gotas de lubricante se dejaban caer.
"As� me gusta verte, mi amor" � dijo �"No
imaginas cu�nto me calienta verte as�, deseando cogerme, inundarme
con tu semen. �Te gustar�a verdad?"
"�SSSSSIIIIIIIIII! " � gritaba yo
desesperadamente.
- "Entonces ven. Vamos a la cama". � Me tom� de la mano y
me condujo a la habitaci�n. Me tendi� de espaldas en la cama y me pidi� que
esperara un momento ya sali�. Al poco rato regres�, tra�a un pa�uelo de seda
y me cubri� la vista.
- "�D�jate llevar por m�!" � dijo � "Ver�s que te hago
muy feliz" Y as� fue. Una vez m�s estaba a merced de Samantha. Me abandon� a
su voluntad. Siento que se sube a la cama y por sobre m� siento algo muy
placentero, eran sus cabellos que recorr�an todo mi cuerpo, deteni�ndose en
mi sexo.
"Eres mi hombre, Jaime" .- dec�a- "S�lo t� has
sabido sacar la hembra en celo que llevaba escondida. Por ti soy
capaz de cualquier cosa. �Te amo!"
"Samantha, por favor, d�jame penetrarte" � le
imploraba. - �"No seas cruel!"
Pero ella se manten�a en silencio antes mis
requerimientos. Y coloc�ndose en posici�n ubic� mi sexo entre sus tetas. Su
suavidad me emborrachaba de placer. Podr�a haber pasado el resto de la vida
as�.
Luego me dijo que me haria sentir cosas que nunca podr�a
haber imaginado. Que ella ser�a mi maestra y que me ense�ar�a a conocer mi
cuerpo. Me pidi� que me volviera boca abajo y as� lo hice.
"Rel�jate, mi amor" � repet�a � "Tu putita te
har� feliz" � y sentada a horcajadas sobre mi trasero acariciaba mi espalda. Luego se
tendi� a lo largo sobre m�, refreg�ndose contra m�. Su lengua me recorr�a entero
e iba descendiendo lentamente. Finalmente lleg� a mis nalgas. Comenzaba a
sentirme algo sobresaltado, no cre�a que fuera a hacer lo que me estaba
imaginando. Jam�s me hab�an hecho algo as�. Ni siquiera como fantas�a se me
hubiera ocurrido. Y lo que tem�a sucedi�. Con sus manos separ� mis nalgas y que
su rostro se perd�a entre ellas. Me sobrecog�, intent� detenerla pero me dijo:
"Tranquilo, amor. No te har� da�o. D�jame
entregarte nuevos placeres. Anda, s� buenito" - y me dio una palmada
en las nalgas.
La dej� hacer. Su rostro se volvi� a sumergir entre mis
gl�teos y su lengua ubic� r�pidamente mi ano. Me hizo revolcar de placer. Me
desconoc�a. Estaba descontrolado totalmente. No pod�a disimular el placer.
Ya no me importaba nada. Casi sin pensarlo, y para facilitarle la tarea
levant� mi trasero y separ� mis piernas para que estuviera m�s c�moda.
Imaginaba como su lengua jugaba con el borde de mi
esf�nter, para despu�s irla introduciendo de a poco. Yo estaba totalmente
enloquecido. gru��a, me quejaba, gritaba de este nuevo placer. �Tanto tiempo
sin saberlo! De pronto el alarido no se dej� esperar. Fue casi animal. Ve�a
estrellas por todas partes y sin poder evitarlo me corr�. Fue tanto el
placer que estaba casi desfalleciente, todo me daba vueltas. Sencillamente
no �pod�a creerlo. No pod�a creerlo. Pero estaba sucediendo de verdad.
Me quit� el pa�uelo de los ojos, me d� vuelta y all�
estaba ella, s�lo con su tanga color carne, con su rostro todo mojado por su
propia saliva, pero mir�ndome feliz, su rostro irradiaba un amor infinito.
"Parece que te gust�" � me dijo sonriendo.
"Me mataste de placer, Samantha. S��i que sabes
como complacer a un hombre.
"Correcci�n" � me dijo. � "No a un hombre
cualquiera. S�lo a M� hombre � recalc�.
"Perd�n" � dije. "Sabes c�mo complacer a tu
hombre".
"Ser� porque soy una mujer muy, pero muy
especial. Tanto que no te imaginas" � Contest�. "Debo marcharme
ahora � agreg�. Se incorpor� y se visti� r�pidamente. Y fue al ba�o
para asearse la cara. Al regresar me dijo: "Se me olvid� el helado.
Lo dejaremos para ma�ana, no te lo comas todo" y desapareci�.
"�Ma�ana?" � pens�. "Entonces vendr�" Me hubiera gustado
que se quedara. Fue tan intenso el placer que no me d� cuenta y qued�
dormido hasta el otro d�a, tal como Dios me ech� al mundo.
Al d�a siguiente me despert�, me d� un regaderazo, orden�
un poco y por tel�fono ped� u