Esta historia es una mezcla entre cuento de hadas e historia
er�tica. Es para aquellos que crecieron oyendo y leyendo cuentos de hadas y que
ahora que somos mayores, bueno porque no? podemos a�adir a esos cuentos algo de,
como dir�a mi abuela "picard�a".
CENICIENTO.-
Rub�n fue un ni�o querido desde el mismo momento de su
concepci�n, aunque su madre falleci� cuando el vino al mundo. Su padre, estaba
tremendamente enamorado de aquella mujer menuda, pero con la fuerza de car�cter
de un tit�n y cuando muri�, el amor que sent�a por ella lo traslado a su hijo,
Rub�n fue el centro sobre �l giraba su vida. Por cuestiones de su trabajo
viajaba mucho, era un abogado de prestigio en un bufete importante de la
capital. Pero el tiempo que pasaba en su casa, lo dedicaba por entero a su hijo.
Siempre que volv�a de uno de sus viajes, venia con un regalo
para el. A veces eran cosas sin importancia detalles que le gustaron del pa�s o
regi�n en la que estaba, otras veces eran detalles caros, pero Rub�n los
aceptaba todos caros o baratos con igual alegr�a, era una de esas personas a las
cuales no le importaba el regalo en si, si no lo que el regalo significaba. Lo
que m�s le gustaba era cuando le tra�a alg�n libro, ya que Rub�n como bien dec�a
su padre era, un rat�n de biblioteca. Pasaron los a�os y un d�a cuando Rub�n
contaba con 13 a�os el regalo que su padre le trajo al volver a casa sorprendi�
a Rub�n. Su padre le tra�a una nueva madre y dos hermanastros. El acepto a los
nuevos miembros de la familia como �l sol�a hacer todo, con generosidad, en su
coraz�n siempre hab�a cabida para querer a alguien m�s. Aunque esa generosidad
no era reciproca, su madrastra no dijo nada pero ella lo odio desde el primer
momento.
Ella quer�a que sus hijos fueran los �nicos, los primeros y
que Rub�n existiera, hacia que eso no fuera posible. Se encargo de sembrar en
sus hijos la semilla de la animosidad y la envidia por lo que ellos tambi�n lo
odiaban. Rub�n ya a la edad de 13 a�os, despuntaba y dejaba entrever lo que
seria en un futuro, un hombre arrebatadoramente guapo. Tenia un cabello color
oro viejo que hacia resaltar aun m�s si cab�a sus ojos verdes y su rostro de
�ngel provocaba que todo el que lo conociera quedara como embrujado, perdido en
lo profundo de sus ojos. Esto hacia que su madrastra lo odiara aun m�s y
maldiciera por lo bajo, ya que el padre de Rub�n nunca hubiese permitido lo
contrario. Cuando Rub�n cumpli� los 15 a�os, su padre estaba fuera en uno de sus
viajes. Ese d�a llamaron por tel�fono a casa y era para darle la noticia m�s
triste de toda su vida, su padre hab�a fallecido.
El avi�n que lo tra�a de vuelta a casa se hab�a estrellado. A
partir de ese d�a su vida cambio radicalmente, la madrastra y sus hermanastros
dieron rienda suelta al odio que sent�an por �l. En secreto cambiaron el
testamento de su padre y dejaron sin nada a Rub�n. Con eso el calvario de Rub�n
no hizo mas que empezar, fue despojado de todo lo suyo, su cuarto, sus ropas,
todo. Paso a dormir en un cuartucho al fondo de la casa junto a la cocina, lo
obligaban a hacer todas las tareas de la casa, limpiar, atender el jard�n, lavar
los coches, limpiar la piscina, ect... Su vida se convirti� en un martirio,
trabajaba de la ma�ana a la noche y todo esto acompa�ado de desprecios. Lo �nico
que no le quitaron fueron los libros que su padre le hab�a regalado y en las
noches se quedaba a escondidas junto a la chimenea leyendo y amanec�a con la
cara llena de holl�n, lo que provoco que le pusieran el mote de ceniciento.
Los a�os todo lo curan y hacen que uno se acostumbre a todo y
eso fue lo que le paso a Rub�n, en aquella casa. Hoy le tocaba limpiar la
piscina, se levanto temprano se puso un traje de ba�o viejo de uno de sus
hermanastros. A el le daban todos sus restos, le quedaba algo justo, pero le
tocaba fastidiarse. Al pasar frente al espejo roto de su habitaci�n se detuvo un
momento en mirar el reflejo de su imagen. En los �ltimos diez a�os hab�a crecido
hasta el 1.82, en su cuerpo los m�sculos se hab�an marcado con una presicion de
escultura griega debido al trabajo f�sico diario. Continuo la inspecci�n de su
cuerpo y el mismo no pudo menos que admirar su culo que a trav�s del ba�ador
blanco que llevaba se notaba duro y formado hasta quedar prieto y respingon de
una forma casi perfecta, que hacia que la gente hombres y mujeres por igual
volvieran la cabeza para mirarlo andar por la calle. Los rasgos de su cara
hab�an madurado, tenia unos rasgos varoniles y masculinos pero sin ser toscos,
que lo hac�an mas atractivo aun, si cabe. Bajo a la piscina en ba�ador, cogi� la
red y comenz� a limpiarla, el traje de ba�o blanco que llevaba hacia resaltar el
bronceado de su piel.
Adem�s de quedarle muy justo tambi�n trasparentaba dejando
entrever su precioso trasero y un paquete que sin ser grande tenia unas medidas
apetecibles. Sinti� que alguien lo miraba y al dar la vuelta vio que su
hermanastro Ignacio lo miraba desde la ventana de la casa, tenia esa mirada de
cuando quer�a algo y sabia que lo conseguir�a. Ignacio, era un chico no muy
alto, cosa que al le molestaba y para compensar esa poca estatura hab�a hecho
musculaci�n hasta tener una fuerza y desarrollar los m�sculos de su cuerpo hasta
niveles que Rub�n cre�a imposible. Sus espaldas eran tan anchas como para que
Rub�n durmiera sobre ellas, tenia unos b�ceps grandes y anchos como mazos,
capaces de estrujarte hasta dejarte sin aliento. A Ignacio le gustaba usar ropa
que marcara su cuerpo, sus muslos como columnas parecieran que iban a reventar
los pantalones y siempre iba marcando el paquete. La visi�n de Rub�n en ba�ador,
hab�a perturbado a Ignacio, tenia que reconocer que a pesar de la aversi�n que
sent�a por Rub�n, �l era uno de los hombres m�s atractivos que hab�a conocido y
�l verlo hay, semidesnudo, con ese ba�ador tan estrecho marcando su culo hizo
que se pusiera a mil.
Tuvo que contenerse para no cruzar el jard�n y penetrarlo
all� mismo sobre el c�sped que rodeaba la piscina, pero mejor esperar�a a la
noche para hacerle una visita. Cuando todos dorm�an en la casa, Ignacio fue
hasta la habitaci�n del fondo, Rub�n so�aba placidamente pero no seria por mucho
tiempo. Ignacio le quito la manta con la cual se tapaba y por unos instantes se
recreo en aquel cuerpo moreno y de l�neas definidas. Se recost� sobre el con
todo el peso de su cuerpo el ya estaba acostumbrado a poseerlo cuando quisiera y
pareciera que no se cansara de el. Rub�n se despert� bruscamente al sentir a
alguien sobre �l, era Ignacio que lo venia a follar de nuevo y a el no le
quedaba mas remedio que aceptarlo si no le dar�a una paliza de muerte. Al
principio cuando hab�an empezado sus visitas el se hab�a revelado pero de nada
servia. La fuerza f�sica y el cuerpo de Ignacio pod�an con �l y lo �nico que
obten�a era amanecer lleno de golpes, as� que termino aceptando la situaci�n y
aprendi� a disfrutar de aquellas folladas, aunque no era lo que a el le gustaba.
Ignacio era un amante brusco le gustaba hacerlo todo con prisas y a lo duro. Al
tumbarse sobre �l lo inmovilizo, y fue rozando su polla corta pero gorda contra
la de Rub�n mientras hacia movimientos de pelvis como si lo estuviera
penetrando.
Le mord�a el cuello y con sus manos le acariciaba el pecho a
Rub�n, pellizc�ndole las tetillas hasta hacerle da�o. Cogi�ndole por los pelos
acerco la cabeza de Rub�n a su polla dici�ndole -aqu� esta tu amo, sal�dalo como
se merece- y le incrusto la polla en la boca. Rub�n ya sabia como le gustaba a
Ignacio y se la mamo de una forma r�pida y salvaje la sacaba y met�a en su boca
de forma apresurada, lami�ndosela, le mordisqueaba sus huevos y la zona entre
los muslos, haciendo que aullara de placer. Ignacio le dio la vuelta y sin
lubricarlo y sin previos poso su polla en la entrada del culo de Rub�n y de un
solo empuj�n se la meti� hasta los huevos, Rub�n aguanto de forma estoica el
embate, mientras se agarraba a la cabecera de cama y pon�a en pompa su culo para
facilitarle el trabajo a Ignacio.
Este comenz� a moverse meti�ndole hasta el fondo la polla en
aquel culo que tanto deseaba, despu�s de unos cuantos embates se corri� e inundo
con su leche los intestinos de Rub�n. Se tumbo sobre su espalda hasta que su
polla volvi� a la normalidad, le hubiera gustado seguir tir�ndoselo, pero
aquella noche tenia que salir lo dejar�a para otro d�a........ Las visitas de
Ignacio dejaban a Rub�n con una sensaci�n de abandono y de insatisfacci�n,
Ignacio solo se ocupaba de su propio placer y dejaba a Rub�n al palo. Al salir
Ignacio del cuarto Rub�n se relajo y dejo vagar su imaginaci�n, mientras con la
mano derecha acariciaba su polla y se masturbaba de forma cadenciosa con la otra
acariciaba su pecho y estomago, subiendo y bajando su mano.
Aumento el ritmo de la masturbaci�n hasta que se corri�
abundantemente sobre su pecho y estomago. A la ma�ana siguiente se levanto
temprano, como todos los d�as deb�a preparar el desayuno para cuando se
levantara sus hermanastros y su madrastra. Comenz� a servir la mesa, pero
faltaba su hermanastro Luis su madrastra le dio instrucciones para que le
llevara el desayuno a la cama.
Entro en la habitaci�n de Luis haciendo malabarismos para que
no se le cayera la bandeja del desayuno, la puso sobre la mesita de noche y
descorri� las cortinas. Luis se desperezo en la cama, en verdad era un chico
mono, o sea no era de esos hombres que tu solo verlos dices- joder esta follable
el chico- pero sin ser guapo tampoco era feo, estaba bien proporcionado y era
alto hasta llegar al 1.90 y tenia el encanto suficiente para convencer a
cualquiera de que era lo que tu esperabas de el, pero eso era solo una pantalla
en verdad era un tipo ego�sta y egoc�ntrico que solo pensaba en el. Cuando Rub�n
quiso coger la bandeja para retirarla, tiro de el hacia la cama, dici�ndole �
hoy no se me apetecen tostadas para desayunar, se me apetece algo mas dulce, tu
por ejemplo - Rub�n ya estaba acostumbrado a servir de desahogo sexual a sus dos
hermanastros, lo venia haciendo desde los 15 as� que no le sorprendi�. A Luis le
gustaba ser el centro de todo, incluso en el sexo.
Rub�n sabia muy bien lo que deb�a hacer, no en vano era un
buen aprendiz. Se deshizo de sus manos y mientras Luis se quedaba tendido en la
cama acarici�ndose con una mano la polla sobre los calzoncillos y con la otra se
pellizcaba un pez�n. La verdad es que era un contraste explosivo el ver a aquel
hombre de piel blanca sobre las sabanas de raso negro, que lo miraba con ojos de
deseo mientras se acariciaba. Rub�n se puso frente a el y se meti� el dedo
�ndice en la boca chup�ndolo lo sacaba y met�a de su boca, lo recorr�a con su
lengua, mientras se contoneaba de forma er�tica. Bajo su mano y sobre el
pantal�n recorr�a con el dedo que anteriormente se hab�a sacado de la boca por
la raja de sus nalgas, mientras continuaba lami�ndose el dedo de la otra. Se
quito los zapatos y los calcetines sin dejar de contonearse delante de Luis este
lo miraba desde la cama dese�ndolo como no hab�a deseado a nadie y como estaba
seguro no desearia. Moviendo las caderas y contoneando el culo termino de
quitarse los pantalones tambi�n se quito los calzoncillos de a poco a poco para
hacer sufrir mas a Luis cuyos ojos se le iban salir de las orbitas, pues aunque
se hab�a follado con anterioridad a Rub�n, nunca dejaba de sorprenderse de lo
bueno que estaba y pareciera que estuviera embrujado ya que nunca se saciaba de
poseerlo. Rub�n sin pantalones ni calzoncillos solo con una camiseta blanca
puesta que marcaba sus pectorales formados y sus b�ceps era una visi�n
enloquecedora.
De frente lo �nico que se ve�a de Rub�n era la punta de su
polla entre los dos muslos fuertes y formados pero sin ser exagerados, se dio la
vuelta d�ndole la espalda a Luis, para que este pudiera apreciar su culo
parcialmente tapado. Se inclino hacia adelante y abri� las piernas mientras con
las dos manos tiro de sus nalgas y mostr� imp�dicamente el agujero a Luis que ya
no pudo aguantar mas y se levanto de la cama atrapo en el aire a Rub�n y tiro de
el hacia la cama, le rasgo la camiseta que llevaba arranc�ndosela. Lo acariciaba
por todo el cuerpo de forma fren�tica por el deseo contenido mientras Rub�n se
dejaba hacer. Rub�n tumbo de espaldas sobre la cama a Luis y se dedico a darle
peque�os mordisquitos acompa�ados de besos y lamidas empez� en el cuello y
sigui� la l�nea de pelos que comenzaba en el pecho hasta llegar a su polla, era
una polla grande aun sin ponerse dura, pero ahora que la tenia a mil llegaba
casi llegaba a los 23 cm. Rub�n tenia siempre problemas para met�rsela en la
boca, pero los a�os de practica hab�an hecho que fuera capaz de trag�rsela hasta
los huevos, la met�a y la sacaba de su boca y la acariciaba, se la lubricaba con
su lengua empezando en la punta y terminando en su tremendo tronco.
Tenia unos huevos a juego con la polla, grandes y redondos
adornados con unos pelos negros, huevos que Rub�n mordisqueaba y lam�a d�ndoles
el mismo tratamiento que al resto de la polla. Luis lo agarro por la cabeza
controlando la velocidad y profundidad de la mamada que le estaba dando Rub�n y
ya no pudo dejar de bombear en esa boca sensual y profunda corri�ndose
copiosamente, de la boca de Rub�n se escapaban hilillos de semen que ca�an sobre
las sabanas negras dejando huella de la fren�tica actividad que acababa de tener
lugar all�, Luis termino de eyacular y acariciaba con su polla la cara de Rub�n
luego se la pasaba por los labios para que se la dejara limpia una vez que Rub�n
hubo terminado el trabajo de dej�rsela como nueva Luis le dio una palmada en su
buen culo y le dijo que se vistiera que quer�a desayunar. Rub�n, siempre acababa
de las sesiones de sexo con sus hermanastros con una sensaci�n de vaci�, ellos
solo pensaban en su propio placer no en el de el y a el le gustar�a encontrar a
alguien que le diera a ser posible todo, sexo-placer-compa��a en definitiva eso
que llaman amor.
A media ma�ana tocaron en la puerta, Rub�n fue a abrir,
frente a el hab�a un hombre con uniforme de chofer que le entrego una invitaci�n
para la fiesta del aniversario de la fundaci�n de la empresa en la que tantos
a�os hab�a trabajado su padre. La invitaci�n indicaba que seria una fiesta de
disfraces y que era para todos los miembros de la familia pero ya de antemano el
sabia que a el no lo llevar�an. Pero aun as� cuando le entrego el sobre a su
madrastra le pregunto.
Ella no le dijo que no, solo se limito a decirle que si hacia
todas sus tareas antes de la noche, se lo pensar�a. Se paso todo el d�a,
corriendo de un lado a otro, las horas se le hac�an pocas para intentar terminar
todas sus tareas a tiempo, llego agotado pero las termino. Entro al sal�n donde
estaban su madrastra y sus hijos le indico que ya hab�a terminado y que por lo
tanto podr�a acompa�arles esa noche. Su madrastra secamente le contesto- yo no
he dicho que podr�as venir con nosotros he dicho que me lo pensar�a, ya me lo he
pensado y creo que ser� mejor que te quedes, adem�s no tienes que ponerte- en
las caras de sus dos hermanastros se dibujo una sonrisa. Rub�n se retiro a su
habitaci�n abatido, tanto esfuerzo para nada, si no fuera porque se hab�a
prometido no hacerlo se habr�a puesto a llorar de rabia. Al poco de partir su
madrastra y sus hermanastros a la fiesta tocaron apresuradamente en la puerta,
Rub�n estaban perdido en sus resentimientos y tardo en ir a abrir.
El que estaba al otro lado de la puerta no era otro mas que
su padrino, era un hombre bajo y gordo hasta lo indecible, pero con un coraz�n
tan grande como su cuerpo. �l trabajaba como chofer para los due�os de la
empresa donde trabajo el padre de Rub�n. Aquel hombre enorme le dio un abrazo de
oso a su ahijado mientras le dec�a: -me imaginaba que no te llevar�an a la
fiesta esta noche, as� que yo estoy aqu� para hacerte el milagro, te he
conseguido una invitaci�n, adem�s te servir� de chofer y por ultimo te he tra�do
este disfraz para que puedas asistir. En la cara de Rub�n se dibujo una bonita
sonrisa de oreja a oreja y eso fue suficiente recompensa para su padrino. Pero
hay un problema le dijo este � has de salir de la fiesta mas tardar a las doce
pues a esa hora he de regresar la limusina al garaje. El disfraz, que le hab�a
conseguido su padrino era de pr�ncipe medieval. Lo cierto es que Rub�n se ve�a
muy bien con �l, el pantal�n era una malla blanca que realzaba el buen culo que
Rub�n tenia, marcando adem�s sus muslos bien torneados.
La parte de arriba era un jub�n negro de amplias mangas,
bordado en hilos de plata abierto hasta medio pecho, que dejaba ver el comienzo
del lampi�o pecho de Rub�n. Un antifaz color blanco sobre sus ojos pareciera que
solo hacia llamar mas la atenci�n sobre su romana nariz y sobre sus carnosos
labios, realmente Rub�n causar�a sensaci�n en aquella fiesta, as� se lo hizo
saber su padrino cuando lo llevaba en la limusina hasta la fiesta. La casa donde
se celebraba la fiesta, era una de las m�s bonitas que hubiera visto Rub�n en su
vida. Un camino bordeado por arboles a cada lado conduc�a hasta la entrada
principal, jardines iluminados con antorchas rodeaban la casa. Se ve�an pavos
reales con las colas extendidas paseando entre los �rboles y una hermosa piscina
exterior ocupaba una gran parte del terreno.
La casa tenia apariencia de castillo jalonada de almenas y
torres, a Rub�n le parec�a que estuviera viviendo un cuento de hadas. Nada mas
entrar en la casa no pudo menos que admirar los muebles, las porcelanas los
cuadros originales de pintores impresionistas(los preferidos de Rub�n) que
adornaban las paredes. La mansi�n tenia un gran sal�n de baile al cual se
acced�a tras subir unas amplias escaleras, all� los anfitriones iban recibiendo
a cada uno de los invitados. Cuando le toco el turno a Rub�n de ser presentado,
por poco de la impresi�n cae al suelo. Ante el tenia al hombre m�s guapo que
hubiera visto en su vida, tenia la misma altura que �l , con una complexi�n
atl�tica pero sin exageraciones, un rostro masculino y viril sumamente
atractivo, pero en definitiva no se trataba de su apariencia f�sica si no que
aquel hombre parec�a que estuviera rodeado de un aura que hacia que la gente lo
mirara. Rub�n lo miro a los ojos y pareciera que se ahogaba en el mar de
aquellos ojos azules tan profundos. Y al estar cerca de el aquel olor de macho
impregno sus sentidos convirtiendo a Rub�n en sumiso esclavo al servicio de
aquel hombre.
Daniel se presento �l era el hijo del due�o de la empresa y
hab�a ocupado el puesto de su padre al jubilarse este. Cuando le dio la mano a
Rub�n una corriente el�ctrica corri� en ambas direcciones durante unos minutos
se quedaron mir�ndose quedamente a los ojos y mantuvieron unidas sus manos hasta
que la gente que esperaba para saludar los hizo volver a la realidad. Rub�n
nunca hab�a sentido aquello por nadie, pareciera que conoc�a a Daniel de toda la
vida y se sent�a atra�do por �l, igual que una polilla siente una atracci�n
irresistible por la luz. Rub�n deambulo por la casa hasta llegar a una piscina
interior que hab�a en una sala apartada de la casa, sinti� la tentaci�n de
quitarse los zapatos y meter los pies en el agua.
Una voz a su espalda le dijo � ah, estabas aqu�, sabes? te he
estado buscando por toda la casa, y hasta ahora que doy contigo- del susto Rub�n
s� cayo a la piscina, cuando sali� a la superficie vio a Daniel que lo miraba
desde la orilla divertido. Le pidi� la mano para que lo ayudara a salir y Rub�n
tiro de el hasta hacerlo caer al agua � ahora estamos en las mismas condiciones-
le dijo a Daniel sonriendo. Los dos se miraron con complicidad y se rieron,
ahora si a carcajadas, Daniel se acerco a Rub�n y tom�ndolo de la nuca con ambas
manos lo atrajo hacia �l, bes�ndolo en los labios comenz� un caliente beso donde
sus leguas se entrelazaban apresuradamente, sus cuerpos mojados se rozaban y la
ropa paso a ser una molestia. Las manos de Daniel recorrian el cuerpo de Rub�n
sobra la ropa h�meda, pos�ndose sobre su impetuoso culo donde se entretuvo en
explorar detenidamente ambos cachetes masaje�ndolos y magreandolos. Con el dedo
coraz�n comenz� a sobar su entrada sobre la malla blanca del disfraz que llevaba
queriendo penetrarlo. Rub�n sinti� como sus esf�nteres iban dilat�ndose bajo la
presi�n de aquel dedo juguet�n.
- Ser� mejor que vayamos a un sitio mas seco, le dijo Daniel
a Rub�n mientras lo ayudaba a salir de la piscina. Ya en la habitaci�n de
Daniel, este se acerco por detr�s a Rub�n bes�ndole la nuca y acarici�ndolo
mientras su polla erecta se posaba entre sus nalgas, Rub�n era como plastilina
entre sus manos se dejaba hacer y disfrutaba como nunca antes lo hab�a hecho.
D�ndole la vuelta comenz� a quitarle la ropa despacio, Daniel acompa�aba cada
gesto de caricias y peque�os besos que segu�an el camino que sus manos
anteriormente hab�an marcado recorriendo el cuerpo de Rub�n. Le subi� la camisa
empapada para sac�rsela por el cuello, momento que aprovecho para besarle el
estomago de lavadero de Rub�n, su lengua recorr�a cada cuadrado de aquella
fant�stica barriga y se perdi� en el pozo de su ombligo lamiendo cada uno de sus
pliegues. Siguiendo el movimiento de la camisa mientras se la sacaba fue
subiendo de sus estomago a su pecho y se prendi� de sus tetillas mordi�ndolas
como si se las quisiera arrancar y ya una vez sin camisa con ambas manos le
acaricio aquellos dos erectos botones, pellizc�ndoselos y solt�ndolos para luego
volver al ataque, Rub�n se retorc�a entre gemidos de placer.
Daniel tiro del pantal�n de Rub�n y se aparto para recrearse
por unos segundos con aquel cuerpo arm�nico que estaba en esos momentos bajo su
dominio. Se acerco a el y tambi�n le bajo el calzoncillo rojo que llevaba, la
polla de Rub�n quedo sin sujeci�n y se pego a su ombligo de lo excitado que
estaba. Daniel se agacho ante �l y comenz� a chupar aquella polla que lo estaba
pidiendo a gritos, se la lami� con la lengua como si se tratara de un polo, por
momentos le daba peque�os mordiscos d�ndole tirones y con abundante saliva le
recorr�a el glande acarici�ndole el agujero de la polla. Se retiraba de la punta
para recorrer el tronco hasta llegar a aquellos dos huevos del tama�o de bolas
de golf que tambi�n lami� con deleite y recorri� con la lengua, para luego
introduc�rselas en la boca, mientras que con ambas manos acariciaba la parte
interna de los muslos de Rub�n. La lengua experta de Daniel abandono los huevos
de Rub�n para ir acerc�ndose de poco a poco hasta la entrada de su culo mientras
le levantaba las piernas a Rub�n para que le facilitara su labor de explorador.
Se entretuvo lamiendo y recorriendo en redondo con su lengua el espacio entre
los huevos y la entrada del culo para hacer desear mas a Rub�n que se la
metiera.
Definitivamente Daniel sabia como hacer disfrutar a un hombre
en la cama aun a costa de su propio placer, pensaba Rub�n mientras disfrutaba
del tratamiento lingual que estaba recibiendo sus partes bajas. La lengua de
Daniel comenz� a acariciar la entrada de Rub�n, aquella lengua caliente
acariciaba en c�rculos la entrada para luego entrar en el culo como si fuera una
peque�a polla y masajear la parte interna movi�ndose como serpiente Rub�n no
pudo aguantar mas y sin tocarse siquiera se corri� sobre la espalda de Daniel
abundantemente. Daniel tambi�n ya estaba a mil se hab�a contenido haciendo un
esfuerzo tit�nico su polla le ped�a a gritos entrar en aquel apetecible culo y
sin mas pre�mbulos se la metio. Rub�n estaban h�medo hasta donde no pens� nunca
que podr�a estar as�, que la polla de Daniel aun siendo de grandes dimensiones
unos 20 cm de largo por 5 cm de di�metro, entro sin dificultades y sin causarle
da�o al contrario sus esf�nteres la atraparon ya que Rub�n hacia presi�n para
que el disfrute de Daniel fuera mayor. La polla de Rub�n cogi� de nuevo calor y
se volvi� a poner dura por el trabajo de Daniel en su culo. Rub�n acariciaba la
espalda y el culo de Daniel mientras este lo penetraba empuj�ndolo hacia el
siguiendo su ritmo.
Daniel le susurraba al o�do de Rub�n lo mucho que le gustaba,
desde el primer momento cuando lo saludo le atrajo, etc.... y eso hacia que la
libido de Rub�n aumentara. Mientras se besaban y las piernas de Rub�n
descansaban en la espalda de Daniel, la penetraci�n de este se hizo mas profunda
y ya sin poder aguantarse mas se corri� dentro de Rub�n mientras este se corr�a
por segunda vez, sin tocarse. Al rato Rub�n quiso levantarse para irse su
padrino lo esperaba pero Daniel tiro de el hacia la cama �Donde crees que vas?
Le dijo - esto todav�a no ha terminado solo acaba de empezar, ma�ana yo te
acompa�o a buscar tus cosas, ahora que te he conocido no te dejare ir as�, como
as�. Rub�n se acost� a su lado mientras Daniel lo abrazaba. Y comieron perdices
y vivieron felices, colorin colorado este cuento se ha acabado. Jajaja.