Toda una semana me tuvo Dora sin facilitarme hombre alguno.
Yo siempre presentaba alg�n defecto que corregir o una meta que alcanzar. Me
ense�� a adoptar posturas incitantes, a bailar sugerentemente, a maquillarme, a
cuando acariciar suavemente o friccionar fren�ticamente una polla -eso con el
pene artificial que, colocado en un arn�s, utilizaba para perfeccionar el
provecho de mi culo- me ense�� a cosas raras como beber a chorro de un porr�n o
botijo, a recibir agua caliente en mi vagina, mil cosas practicamos de las
cuales la mitad no ve�a �tiles para follar. Pero cuando la preguntaba ella me
dec�a con ir�nica sonrisa que ya encontrar�a la causa. Como cuando se le ense�a
a un ni�o.
Una cosa me result� molesta. Mam� me coloc� dentro de la
vagina un cilindro que zumbaba cada hora para advertirme que deb�a colocarme
durante diez minutos una c�psula de vac�o sobre el cl�toris para alargarlo, ya
que, al tener los labios tan apretados y abultados, mi pepitilla no se ve�a, y
ella dijo que me quedar�a muy bien un cl�toris largo y grueso coronando mi raja.
Me ten�a preocupada mi hijo y fui varias veces a casa para
ver como estaba, mentirle con que la abuela estaba indispuesta y llevarme su
ropa para lavar. De la comida y la limpieza se ocupaba una asistenta.
Me llev� otras dos veces al sal�n de belleza para sesiones de
rayos UVA que dejaran igualado la tonalidad de mi piel por todo el cuerpo, a la
manicura y a controlar el depilado l�ser para que fuera definitivo.
Tampoco olvid� algo que, tonta de mi, yo no hab�a
considerado. Me llev� a un ginec�logo amigo suyo para que me recetara
anticonceptivos, ya que desde la ausencia de mi marido me hab�a despreocupado de
esa faceta. Ni qu� decir tiene que le cont� prolijamente al m�dico, delante de
mi y mis mil arreboles, todo mi problema y las t�cnicas que estaba utilizando
para resolv�rmelo.
En aquellos d�as logr� una gran destreza con la videoc�mara
para lograr tomas de mi misma mientras mi madre me adiestraba el cuerpo. Si no
las pod�a observar en directo en el televisor, las ve�a m�s tarde.
- Para ma�ana follas, cari�o. � Me dijo un d�a.
- �Por fin mam�?
- Si, hija. Pero la prueba de aptitud ser� dura. Te van a
usar dos de mis amantes m�s exigentes. Espero que te comportes.
- Con el entrenamiento a que me has sometido puedo admitir
cualquier polla en cualquiera de mis agujeros.
- Veremos. Tengo alguna duda sobre ti.
- Bah.
Y lleg� el gran d�a que tanto ansiaba. El de mi segundo
desvirgado. Mam� y yo esper�bamos a sus amantes en el sal�n. Ella con un
transparente y corto negligee, tanga, medias negras a medio muslo y sujetador
sin copas, apenas unas tiras para elevar los pechos, que permit�a apreciar a
trav�s del tejido los imponentes aros de sus pezones. Yo solamente vest�a un
tanga diminuto y sujetador de media copa que proyectaba mis gordas tetas hacia
el frente de forma un tanto insolente.
Mam� hab�a dudado de hacerme vestir el traje de l�tex, pero
decidi� que ser�a un incordio para la primera cosa que abordar�an sus amigos,
que ser�a examinar mis atributos f�sicos.
Llamaron a la puerta y mi coraz�n se aceler�. Por la c�mara
de seguridad mi madre comprob� quien era la visita y abri� la puerta. Esper� en
el sal�n y por entre la puerta y el cerco vi entrar a un se�or de unos 60 a�os,
gordo y bastante calvo y un negro algo m�s joven, muy alto, de unos 55, canoso.
No me gust� mucho el aspecto y pens� que no tendr�an ya mucha vitalidad para
follar. Pero no iba a hacer ascos. No s� por qu� raz�n me hab�a ilusionado con
que mi madre aportase alg�n semental de unos 45 a�os.
Desde el sal�n escuch� su conversaci�n en el vest�bulo
- Dora, put�n, qu� tal te va. Hace lo menos un mes que no
disfruto de tu caliente co�o.
- Bien, Ricardo, deseando verte y que me la metas. Ya sabes
que me he dedicado a la familia.
- Estoy deseando ver a tu zorra hija que dices has preparado
tan bien.
- Ahora la ver�s. Es de las que te gustan. Rellenita. Hola
Daniel, �c�mo est� tu gran manguera?
- Lista para enchufarla, zorrona m�a. Recuerdos de mi esposa.
- Le das un besazo de mi parte. Tiene en el co�o el surtidor
de los caldos m�s apetitosos que he probado de mujer alguna. Tenemos que
organizar una org�a un d�a de �stos.
- Eso est� hecho.
- Venid, que os presento a mi hija.
- Vamos a ver a esa nueva ramera. Dec�as que est� casada y
tiene un hijo. Me encantan las casadas. Me encanta poner cuernos.
- Esta vez no podr�s. Su marido la abandon�. Pero eso si, no
est� a�n separad ni abandonada.
- Antes que nada cari�o, ya sabes �Intervino el tal Ricardo.
- Como no, mi semental, a tu disposici�n.
Prestamente Mam� se despoj� de su negligee y tom�ndose de los
pechos pos abajo, ofreci� sus pezones al hombre. �ste sac� de su bolsillo una
cadenita y uni� un extremo por medio de peque�os mosquetones a los anillos de
los pezones de mam�, tirando despu�s de ella hacia si. Las tetas de mi madre se
estiraron desmedidamente hacia delante y ella, dando un salto se agarr� con sus
brazos al cuello del hombre rodeando su cintura con las piernas.
Ricardo la plant� las manos en las nalgas y as� la trajo al
sal�n donde la sent� sobre la mesa. Ella se abri� de piernas inclin�ndose hacia
atr�s, El hombre le separ� la tira del minitanga que llevaba y le trab� otra
cadenita en el anillo del cl�toris.
- Amor, c�mo me guste que me estires mis cositas cuando me
follas.
- Veamos a tu ni�a.
- Elsa, te presento a mis amigos: Ricardo y Daniel. Ense�ales
tus dones.
Los dos hombres se sentaron en un sof� con mam� sobre las
piernas de Daniel, el negro, quien, dada la posici�n se puso a juguetear con sus
largos dedos dentro del co�o de mam�.
Como me hab�a ense�ado mam�, me contone� ante ellos girando
varias veces para que me viesen bien.
- Rellenita la se�ora, muy bien.
- Lo que m�s me gusta es su graciosa carita redonda de puta.
Ya sali� aquello.
- A mi su gordo pandero blanquito. Me lo voy a comer a
bocados.
- D�jame esos rotundos jamones a mi.
Me desprend� del sujetador para mostrar completamente mis
pechos y balancearlos, estruj�rmelos y chuparlos poniendo cara de viciosa. Yo
creo que esa cara, ensayada en el espejo, me sal�a muy poco convincente, pero si
todo el mundo dec�a que ten�a cara de puta, pues quiz� tuviesen raz�n.
- A ver nena, ense�a tus agujeros.
Me baj� el tanga con muy poco arte, pues siendo tan fino se
me qued� enrollado en los muslos y no pod�a bajarlo. Despu�s me inclin� con el
culo hacia los se�ores y, con mis gordas tetas colgando, separ� mis nalgas con
los desdo para facilitarles una buena vista de mis intimidades. Como me hab�a
dicho mam� despu�s comenc� a acariciarme, a abrir bien los agujeros y a meterme
dedos que despu�s chupaba con el gesto m�s lascivo que pod�a imitar.
- Bien bien. Est� muy bien tu puta gordita, Dora. Buen
trabajo. Est� apetitosa.
- Pues �nimo y a disfrutarla.
Los dos hombres se acercaron a mi. Ricardo se apropi� de mis
suspendidas ubres y se puso a amasarlas fuertemente. El otro, despu�s de sobar
todo mi suave y pelado pubis me introdujo dos dedos en la vagina y los chup�
comentando el buen sabor de mis jugos, que hac�a rato empezaron a manar. Despu�s
evalu� el agujero de mi culo, catando tambi�n su sabor. Coment� algo de la
estrechez, pero mam� le dijo que no hab�a habido tiempo de dilatarlo m�s, pero
que no obstante engull�a las pollas sin aspavientos ni l�grimas. Con un poco m�s
de uso estar�a en condiciones de un perfecto rendimiento.
- Dora, es una pena que una zorra tan apetitosa no haya sido
explotada antes. Qu� p�rdida de tiempo.
- Qu� le vamos a hacer. Se cas� demasiado joven con un
inexperto pacato y meapilas.
- Veo que el cl�toris no lo tiene desarrollado como
convendr�a a unos labios tan abultados.
- Estamos en ello con c�psulas de vac�o. En seis meses tendr�
un �rgano con la dimensi�n justa para ese co�o gordo y jugoso.
- �Has pensado en decorarla?
- Bueno, ella ver� m�s adelante. Eso no es prioritario. De
todas formas hay que esperar a alongarle el cl�toris.
- �Y pre�arla?. Tiene buen cuerpo para pre�ar. Con una tripa
de siete meses estar�a arrebatadora.
- Ella decidir� lo que quiera en ese sentido.
Yo estaba espantada de la conversaci�n. Mientras tanto ya me
dol�an las tetas y estaba cansada de estar inclinada mientras los dedos hurgaban
mis agujeros, mis muslones, mis extensas nalgas, mi robusta grupa, en fin, no
dejaron un cent�metro de mi sin sopesar. Pero se cambiaron de lugar y hube de
aguantar un buen rato m�s sus manejos.
Pese a mis molestias debo reconocer que estaba soltando una
ingente cantidad de jugos por mi vagina. Volv�a a aparecer mi ignota tendencia
masoquista y me causaba placer exponer mi cuerpo humillantemente ante aquellos
hombres y que me tratasen como a un animal. Hablaban de mi como si fuese una
vaca expuesta en una feria de ganado. Y, misteriosamente, aquella situaci�n me
enloquec�a de gusto.
- La puta est� chorreando Dora. Es muy viciosa.
- Eso lo ha descubierto conmigo, su mam�. Hasta ahora era una
analfabeta sobre los goces del sexo.
Los dos hombres por fin me dejaron erguirme y, mientras se
desnudaban, me sent� en el sof� al lado de mi madre.
- Nunca he follado a una madre y su hija juntas. Esto me
cautiva. Tengo la polla como una estaca.
- �Has follado alguna vez a una madre y su hija por separado?
- Si, tuve un rollo con una se�ora de 35 a�os por la ma�ana
mientras que e tiraba a su hija de 14 por la tarde. Intent� convencer a la ni�a,
que sab�a lo de su madre, para follarlas juntas, pero se neg� siempre.
- Se�oras, estamos listos. Dora, �a quien eliges primero?
- Que elija Elsa. Es su bautismo de esperma.
- (YO) Prefiero empezar con Daniel.
Daniel, el negro, ten�a una polla largu�sima y de buen
grosor, pero el descomunal di�metro de la de Ricardo, el calvo barrigudo, me
repel�a un poco, adem�s llevaba una especie de aro met�lico fuertemente fijado
tras el escroto que me daba mala espina.
Daniel se acerc� a mi mientras Ricardo se hac�a cargo de mi
madre. Ambos presentaron sus respectivas herramientas en situaci�n de uso
inmediato. Mi madre tom� con sus delicados dedos el garrote de Ricardo y se puso
a acariciarlo suavemente a todo lo largo. Yo me qued� unos instantes viendo las
amadas manos de mi madre sobre aquel bestial garrote que imagin� invadiendo el
agujero por donde yo nac�. Sal� de mi despiste para seguir el ejemplo de mam� y
tomar la interminable verga de Daniel. Entonces apreci� el acierto de mi madre
al pintar mis u�as en n�car. Resaltaban deliciosamente sobre aquella venosa piel
de �bano. Me sent� contenta del efecto y mirando al negro vi que a �l tambi�n le
complac�a la imagen de mis blancos, regordetes y suaves dedos sobre su polla.
Poco a poco aceler� la fricci�n de su polla hasta que Daniel,
repentinamente la desprendi� de mis manos, me tom� del cuello y me la present� a
la boca, la abr� y me la introdujo comenzando a follar mi boca. Si, yo no
chupaba, era literalmente ser follada por la boca. Yo era absolutamente pasiva,
el dominaba mi boca metiendo su rabo hasta mi garganta. Mam� me hab�a ense�ado a
controlar la respiraci�n para alojar una polla hasta el es�fago, pero con la
colaboraci�n del invasor. En este caso Daniel solo retiraba su miembro cuando me
ve�a a punto de ahogar.
Deduje que lo hac�a a prop�sito para probarme, pues pronto
abandon� el juego de ahogarme para follar mi garganta a un ritmo m�s normal.
De pronto comprob� que la otra polla estaba tambi�n ante mi
cara y la ausencia de mi madre, lo que me llen� de pavor pensando en una
encerrona. Agarr� la verga gorda de Ricardo y comenc� a pajearla. Expulse de mi
boca la negra de Daniel y le di el mismo tratamiento con la otra mano. No era
capaz de usar mi boca en una y sincronizar mi mano con la otra. Supongo que eso
significar�a puntos negativos en mi evaluaci�n como ramera.
Volvi� mam� con la cesta de los juguetes del sex shop y otra
m�s con varios de los suyos. Se aplic� una crema en el culo y me la extendi�
tambi�n a mi. Ella se coloc� en posici�n a cuatro patas levantando tanto el culo
que me pareci� imposible tanta flexibilidad a su edad. Se separ� los cachetes
con las manos y Ricardo le aloj� la polla en los intestinos de un empell�n. Sin
empezar el vaiv�n, tom� la cadena del cl�toris de Dora y se la lig� tensa a un
arete que tenia en el herraje de su escroto, de tal manera que al echar atr�s el
pene mientras la follaba el culo, estiraba despiadadamente el cl�toris de su
hembra. Yo no ten�a de momento el mismo destino. Daniel me tom� de la mano y me
coloc� abierta de patas ante mi madre para que ella me comiese el co�o mientras
el segu�a en el empe�o de follar mi boca.
Cuando mi madre se apoy� de morros contar mi pubis comprend�
que hab�a sufrido su primer orgasmo. Ricardo no parec�a estar a punto y segu�a
con el metesaca.
Nos cambiaron de posici�n: M�ma sigui� a cuatro patas y yo
igual pero por encima de ella y apoyada sobre su espalda. Entonces Daniel desde
atr�s empez� a follar nuestro co�o alternativamente mientras la polla de Ricardo
se pasaba de una boca a otra.
Jam�s hubiera imaginado que mi primera penetraci�n en dos
a�os ser�a compartida con mi propia madre. Me estaba deleitando esa idea cuando
la gruesa polla de Ricardo quiso invadir mi boca. Mis mand�bulas no daban para
tanto, pero el hombre se empecin� tratando de forzarme la apertura con los
dedos. Como no pudo, se acerc� al cesto de los juguetes y regres� con uno de los
aparatos de los que yo no ha hab�a comprendido la utilidad.
No tuve que comprenderla intelectualmente, la experiment�. Me
coloc� el aparato en la boca y empez� a apretar unas palancas que me forzaron
las mand�bulas hasta un extremo tal que cre� se me descoyuntar�an.
Prob� a embutirme su pene y a�n no entraba. Apret� m�s las
palancas y por fin introdujo el salchich�n en mi boca comenzando a follarla..
toda esa maniobra en medio de mi aprensi�n por la integridad de mis mand�bulas
me hab�an distra�do del dulce placer de la larga picha de Daniel en mi co�o.
Placer que se entrecortaba cuando me vaciaba para endos�rsela a mi madre.
Se aburrieron del la posici�n y Ricardo sent� a mam� en el
sof� para comerle el co�o mientras ella se estiraba de la cadena del cl�toris y
de la de los pezones. Nadie se molest� en retirarme la molesta cosa de la boca
cuando Daniel decidi� sentarme al lado de mam� y taladrar mi ano poniendo mis
jamones sobre sus hombros. Mam� me entreg� el control de sus cadenas y se dedic�
a acariciar y mamar mis tetas mordiendo suavemente los pezones mientras con una
mano friccionaba mi proyecto de cl�toris gordo.
Alcanzamos las dos un orgasmo al mismo tiempo casi mientras
que los dos viejos segu�an intactos. Tras unos minutos en que Ricardo sigui�
trabajando con su lengua el co�o de mam� y Daniel sorb�a mis jugos producto del
cl�max, Ricardo se sent�, me oblig� a sentarme sobre su polla que se aloj� en mi
ano de espaldas a �l y Daniel me tapon� la vagina.
Era el primer s�ndwich de mi vida y me encontr� en la gloria.
Y m�s cuando mam� le ofreci� a mi boca su dulce co�o sin parar de estirarse su
cl�toris con la dichosa cadena. Despu�s de llegar mi cl�max, mam� recibi� el
mismo tratamiento para, al final, las dos arrodilladas ente los hombres, recibir
en nuestras bocas su semen, que intercambiamos en un beso para tener cada una
parte de cada semental.
Ser�an viejos, pero se hab�an comportado como verdaderos
toros.
Estuvimos descansando los cuatro amontonados sobre la moqueta
mientras comentaban la magn�fica faena. Digo comentaban porque yo segu�a con el
abrebocas puesto hasta que aullando consegu� su atenci�n y me lo quitaron.
Cuando se me pas� el dolor en la quijada yo suger� que la pr�xima vez
coloc�semos una videoc�mara para grabar las folladas y todos estuvieron de
acuerdo.
- Mira la pacata ama de casa con qu� nos sale. -coment� mi
madre.
- Si que es viciosa la bollito �sta.
- Desde luego Dora has realizado una magn�fica tarea . Ser�as
una gran madame en un burdel de lujo.
- No creas que no he pensado que esa era mi vocaci�n.
Despu�s de tomar unas copas volvimos al sexo m�s
relajadamente y jugando con los instrumentos del sex shop. Aprend� y prob� para
que serv�an todos, maravill�ndome de la capacidad de invenci�n humana para sacar
placer a cada parte del cuerpo. Tambi�n aprend� la infinidad de utilidades que
tienen unos pezones y un cl�toris o unos labios anillados y encadenados. Y eso
que, seg�n afirmaron, a�n hab�a muchos m�s.
Dora, con desprendido amor materno renunci� a las pollas
cedi�ndomelas a mi mientras ella se conformaba con los juguetes y presenciaba
como yo recib�a un nuevo s�ndwich, en el que la gruesa polla de Ricardo se vaci�
en mis intestinos y la larga de Daniel lo hizo en mi vagina. Pero ella no
renunci� a sorber el esperma que despu�s resbal� de mis dos agujeros.
Mam� y los hombres concertaron una org�a con otras gentes a
la que fui invitada y donde aprend� nuevas cosa y recib� placenteras sorpresas,
pero lo contar� en otra ocasi�n.
Me sumerg� en el disipado mundo de mi madre hasta el extremo
que ya no me asust� mi siguiente depravaci�n.
Una tarde, en su casa, despu�s de habernos beneficiado a otro
de sus amigos, cuando �ste pidi� un g�isqui y no quedaba, mam� me mando a
comprarlo d�ndome la llave de su casa para que no llamase al regreso porque los
dos se iban a duchar juntos mientras tanto.
Regres� con la botella e inadvertidamente me guard� las
llaves en el bolso. Tomamos las copas y el hombre y yo nos fuimos a nuestras
casas.
CONTINUAR� en los pr�ximos d�as.
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