Relato: Sumisi�n en la granja (1)
SUMISION EN LA GRANJA(II)
La despertaron con un par de descargas en sus pezones que
para ese momento ya estaban bastante sensibles, la levantaron y la condujo la
doctora con los ojos tapados a un gran sal�n en mitad del cual se encontraba una
gran cama redonda y la at� en forma de una gran x a los lados de la cama y con
los miembros completamente estirados y tensos, posteriormente chasque� los dedos
y entr� una chica vestida con una t�nica trasparente era como una gran diosa
rubia con el pelo largo y debajo de la ropa se ve�a que llevaba un cintur�n de
castidad, cosa que corrobor� la Doctora indic�ndola que era su esclava y que lo
llevaba para que no pudiera gozar esos d�as.
La chica tra�a un peque�o taz�n lleno de espuma de afeitar y
en la otra mano una palangana con agua y una maquinilla de afeitar, se sent� a
su lado y empez� a cogiendo espuma extend�rsela por todo el pubis
acarici�ndoselo, la verdad es que se lo daba con mucho cari�o pero como le
hab�an ense�ado no pod�a mostrar ning�n s�ntoma de excitaci�n con lo que se
deb�a controlar.
Cuando la sumisa rubia hubo acabado de extenderle la espuma
empez� a afeitarla el pubis con movimientos r�pidos y certeros para en unos
cinco minutos acabar con todo su vello pubico, cuando esto sucedi� a un
movimiento de cabeza de la Ama la solt� y at�ndola un collar de perra la hizo ir
a cuatro patas detr�s de ella hasta una habitaci�n alargada que su Amo hab�a
habilitado como vestuario y con una gran ducha corrida, la at� en una gran
barandilla que hab�a dentro poni�ndola de pies y haciendo que le diese la
espalda, ella se situ� a un par de metros detr�s y la roci� con una manguera de
agua caliente a bastante presi�n y despu�s la jabon� entera todos los cms de su
piel para luego aclararla con agua fr�a a presi�n, luego fue alternando el agua
fr�a y la caliente hasta que finaliz�, la dio una gran toalla y una t�nica
tambi�n transparente de color naranja y la dijo que a las dos de la tarde ten�a
que estar lista, bien peinada, a la entrada de la habitaci�n vestuario porque
las dos ten�an que servir la comida a sus amos y que ellas comer�an al mismo
tiempo.
Llegaron al comedor y sirvieron el primer plato, ella ten�a
que hacer lo que hiciera la otra sumisa, as� que extendi� una bandeja en el
suelo que no sab�a para que serv�a y les fue sirviendo el primer plato para
despu�s arrodillarse a su lado. Enseguida comprob� para que serv�a la bandeja su
Amo le echaba alguna porci�n de su comida a la bandeja y ella ten�a que comer
como la perra que era, cuando se agachaba su Amo aprovechaba para meterle un
dedo en el co�o o jugar con ella con el pie, lo mismo ocurri� con el segundo
plato pero al llegar el postre pudo comprobar que iba a consistir en otra cosa.
Entr� en la habitaci�n un hombre desnudo de aproximadamente 1,90 de estatura,
fibroso, muy bien formado y con una polla bastante grande y gruesa en la que
llevaba un anillo que como supo despu�s era regalo de su Ama.
Cogi� a cada una de las sumisas y las tumb� encima de la mesa
abri�ndolas las piernas y at�ndolas a los bordes de la mesa colocando el co�o al
borde de la misma justo delante de los .
Despu�s puso una bola de helado de fresa en el pecho izquierdo, una de helado de
chocolate en el derecho, una guinda encima de cada bola extendi� un poco de nata
en torno a cada pecho y en el ombligo champ�n muy frio y luego en el co�o dentro
de un triangulo de nata una capa de mermelada de fresa y un pl�tano pelado que
sobresalia solo un poco del co�o.
empezaron a dar buena cuenta del postre que les hab�a preparado el sumiso
primero con la cuchara y luego despu�s a lametones para dejarlas absolutamente
limpias.
Cuando hubieron terminado de comer el sabado
se retiraron a sus aposentos a descansar a echar la siesta pero como hab�an
quedado muy satisfechos con la comida que les hab�a preparado el sumiso pensaron
en darle un premio y dejaron que escogiera una de las sumisas y que se la pod�a
llevar a cualquiera de las dependencias de la casa y hacer con ella lo que
quisiera siempre que no la dejase marcada y que la cuidara.
Escogi� a Vanesa y se la llev� a uno de los s�tanos donde
hab�a varios instrumentos y coloc�ndola en una mesa desnuda la puso boca abajo y
la at� las mu�ecas a los lados para que no se pudiera mover y la hizo que se
mantuviera con las piernas abiertas que si no ser�a castigada, cogi� un poco de
vaselina y se la fue untando en el culo poco a poco con los dedos hasta que
comprob� que su dedo se deslizaba dentro sin ninguna dificultad, entonces puso
la polla en la entrada y se la fue intentando meter, primero entr� el glande y
luego m�s adelante fue entrando todo esa gran polla que hac�a que la chica le
doliera enormemente por el gran tama�o del aparato salt�ndole muchas lagrimas de
dolor, �l sigui� empujando y follandosela sin ning�n sentimiento mientras con
dos dedos se los met�a en el co�o y la jod�a con ellos masturb�ndola en algunos
momentos acariciando su cl�toris, de repente la sac� la polla y la liber� de las
ataduras y ech�ndose sobre el piso boca arriba la dijo:
Ahora putita te vas a sentar sobre mi polla y te vas a follar
con ella---le orden� desp�ticamente.
Vanesa que aunque ocultaba sus sentimientos y sus sensaciones
por si acaso era una prueba y mostrar todo su placer le pudiera conllevar alg�n
castigo, se fue arrodillando y sujetando ese pedazo enorme de carne se fue
clavando por ella emitiendo peque�os gemidos y grititos ya que el sumiso la
hab�a ordenado que se desinhibiese hasta que not� el tope del anillo met�lico en
su vulva pero no par� y el trozo de metal penetr� un poco situ�ndose de tal
manera que cada vez que ella se mov�a cabalg�ndole la rozaba el cl�toris
arranc�ndola grandes jadeos, nunca hab�a sentido tanto placer, cada vez se mov�a
m�s r�pidamente mientras el hombre la agarraba de sus pechos y pellizc�ndola los
pezones y tortur�ndoselos con sus manos hasta que ella lleg� a un gran orgasmo
levant�ndose de la polla y arrodill�ndose frente a �l se meti� toda su polla en
la boca comenzando a mamarsela suavemente sin prisa primero pero luego m�s
fuerte hasta que �l la tir� al suelo y se corri� encima de sus pechos.
Cuando hubieron acabado el hombre la llev� a lavarla y
dejarla tal cual estaba antes y conducirla a la mazmorra de los s�tanos donde la
sujet� a la pared a la espera de que llegase el Amo.
A las 5 de la tarde como con puntualidad brit�nica, el Amo
lleg� solo a la mazmorra y cogiendola de los pelos la solt� y la coloc� el
collar y dijo:
Ahora te voy a llevar para que puedas soltar los musculos
corriendo por el campo como las perras que al fin y al cabo es lo que eres y una
cosa me ha parecido que te sonaba la cara del sumiso que te has follado, pues si
fue tu profesor en la carrera pero no tengas miedo que no dir� nada.
Continuara.........................
Este es un relato imaginario pero si quer�is pod�is
escribirme sobre todo las mujeres.
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO