Era el primer d�a de un largo fin de semana en la casa que
uno de los amigos de mi novio, ten�a a las afueras de un pueblo del Pirineo.
En total �ramos siete, mi novio, yo y cinco amigos suyos,
ninguno de ellos con pareja. Desde que conoc� a Marc, me tuve que acostumbrar a
cargar con todos ellos si quer�a disfrutar de la compa��a de Marc. Suerte que me
ca�an bien y me parec�an divertidos, porque de lo contrario no creo que la
relaci�n entre Marc y yo hubiese funcionado. Llegamos a la casa bien entrada la
noche, y yo me fui directamente a dormir, dejando a los chicos solos con sus
cervezas y sus conversaciones. No tard� nada en dormirme ya que estaba agotada,
y ni siquiera me enter� cuando Marc se meti� en la cama.
A la ma�ana siguiente, se fueron todos al pueblo a
comprar, dej�ndome sola en la casa. O al menos eso cre�a yo. Como entre que
iban, compraban y volv�an, ten�an como m�nimo para una hora, decid� permanecer
en la cama y dormir un poco m�s. Me despertaron unos ruidos en la habitaci�n.
Abr� los ojos y me encontr� con Alex y Oscar.
Les pregunt� si ya hab�an vuelto del pueblo, y me
respondieron que ellos no hab�an querido ir, que hab�an preferido quedarse
durmiendo. Les dije que eso es lo que quer�a hacer yo, dormir, y les ped� que
salieran de la habitaci�n. Entre bromas y riendo, pretend�an sacarme de la cama,
diciendo que era una dormilona. Abrieron las ventanas para que el aire fr�o
invadiera la habitaci�n y amenazaban con quitarme las mantas si no sal�a de la
cama. Yo, riendo tambi�n, les dije que me dejaran dormir y ellos optaron por
quitarme las mantas. Me qued� en la cama con solo mi camiseta y mis braguitas, y
el encontrarme as� delante de ellos hizo que el juego dejara de parecerme
divertido. Supongo que ellos no esperaban encontrarme as� debajo de las mantas,
porque se quedaron petrificados. Me levant� de la cama y enfadada les dije que
salieran. Salieron un poco confundidos por lo ocurrido y yo me acerqu� a mi
bolsa para sacar ropa y vestirme.
No pasaron ni dos minutos cuando la puerta volvi� a abrirse
de golpe y Alex y Oscar se abalanzaron sobre mi. Y aunque Alex era alto pero
delgado, Oscar era enorme a lo largo y a lo ancho. Oscar me tir� sobre la cama,
cayendo �l sobre mi, inmoviliz�ndome con el peso de su cuerpo. Lo �nico que me
quedaban libre eran las manos, as� que ara�aba y golpeaba como una loca, hasta
que Alex se puso en la cabecera de la cama sujet�ndome las manos sobre la
cabeza. Ahora s� me ten�an del todo inmovilizada, y ya solo me quedaba rogar por
que Marc y el resto llegaran y me salvaran de lo que parec�a que iba a ocurrir.
Yo no pod�a parar de llorar y gritar, por lo que Alex me meti� un calcet�n en la
boca. Oscar se hab�a incorporado, ten�a mis piernas entre las suyas y estaba
sentado de rodillas con su peso sobre mis piernas. Meti� sus manos bajo la
camiseta para acariciarme los pechos. Pero Alex le dijo que me la quitara, que
los quer�a ver, y as� lo hizo. El tener los brazos sobre la cabeza, hac�a que
mis pechos se aplanaran y parecieran m�s peque�os; pero la visi�n de mis pezones
oscuros erectos por el contacto del aire fr�o les excit� a�n m�s.
Oscar trazaba c�rculos con la yema de su dedo �ndice
alrededor de uno de los pezones como hipnotizado por lo que ve�a. Nunca hab�a
estado con una chica, y a lo m�ximo que hab�a llegado era a un par de besos en
alguna discoteca. Por lo que aquella era la primera vez que disfrutaba de la
visi�n y el tacto del cuerpo de una mujer. Llev� su otra mano a mi otro pecho,
torturando as� a los dos. Amasando los pechos, estruj�ndolos, pellizcando los
pezones y tirando de ellos. Disfrutando del tacto de la piel suave y tierna, en
contraste con el tacto rugoso y duro del pez�n. Agach� su cabeza capturando uno
de los pechos con su boca, mordi�ndolo, lami�ndolo y chup�ndolo.
Su boca iba de un pecho al otro. Se introduc�a los pezones en
la boca, succion�ndolos con fuerza, hasta el punto de hacer que me retorciera de
dolor. Mientras segu�a con su boca en mis pechos, llev� sus manos a mis
braguitas tirando de ellas para quit�rmelas. Consigui� quit�rmelas, y abri� mis
piernas para colocarse entre ellas. Cosa que consigui�, a pesar de la
resistencia que puse para evitarlo. Baj� su mano, buscando entre mis labios mi
cl�toris y la entrada de mi vagina, intentando estimular torpemente mi cl�toris
para conseguir algo de excitaci�n en mi. Cosa que consigui� muy a pesar m�o.
Cuando encontr� algo de humedad se coloc� en la entrada de mi
vagina y empuj� con violencia, meti�ndose por entero dentro de mi. Se qued�
quieto un momento y entre el dolor que me hab�a provocado, pude notar como me
llenaba por completo. Cre�a que me iba a romper por dentro. Empez� a moverse
lentamente y pod�a notar perfectamente cada uno de esos movimientos en la
totalidad de las paredes de mi vagina, mientras entre jadeos le comentaba a Alex
lo estrecha que me notaba, y el gustazo que se estaba pegando. Y sigui�
movi�ndose cada vez con movimientos m�s r�pidos y violentos, con su cuerpo
goteando sudor sobre mi piel.
Hasta que en un fuerte embate, tens� su cuerpo y se corri�
dentro de mi. Dej� caer su cuerpo sobre mi, descansando su cabeza sobre mis
pechos, mordiendo uno de los pezones. Por fin hab�a terminado todo. Solo deseaba
que saliera de encima m�o y correr a la ducha. Lentamente, se fue apartando de
mi, aunque le costaba dejar de sobarme el cuerpo. Cuando intent� incorporarme,
me detuvieron al instante, dici�ndome que d�nde pretend�a ir, que aquello no
hab�a terminado, que ahora le tocaba a Alex. Al o�r aquello, empec� de nuevo a
pelear con ellos, intentando escapar, pero de nuevo todo fue in�til. Como Alex
era mucho m�s delgado y carec�a de la fuerza de Oscar para inmovilizarme, opt�
por ponerme boca abajo con varias almohadas bajo mi vientre, quedando as�
expuesta totalmente, mientras Oscar me sujetaba los brazos. Al igual que Oscar,
Alex entr� con una fuerte y �nica embestida.
Se qued� quieto dentro de mi, y empez� a estimularme el
cl�toris. Llevo uno de los dedos de su otra mano a su boca y lo ensaliv�,
llev�ndolo despu�s a mi ano y presionando en la entrada hasta ir introduci�ndolo
poco a poco. Cuando ten�a casi la mitad del dedo dentro, pas� a hacer
movimientos de mete-saca con �l, mientras segu�a frotando mi cl�toris con
movimientos r�pidos y circulares. Se notaba que ten�a m�s experiencia que Oscar,
porque estaba consiguiendo excitarme.
Oscar por su parte, pas� a inmovilizarme los brazos con su
cuerpo, para as� dejar sus manos libres y meterlas entre mi cuerpo y el colch�n
para encontrar mis pechos y manosearlos y presionarlos con sus manos. Los dedos
de Alex en mi ano y en mi cl�toris, estaban obteniendo el resultado esperado, ya
que Alex notaba como las paredes de mi vagina se contra�an alrededor de �l como
queriendo aspirarlo hacia dentro. Y fue como la invitaci�n para que comenzara a
moverse dentro de mi, primero lentamente pero con fuerza, y acelerando sus
embestidas despu�s.
Oscar sac� una de sus manos de debajo de mi cuerpo, para
masturbarse mientras ve�a como Alex me penetraba una y otra vez con fuerza. El
roce al entrar y salir de mi en aquella postura, y la presi�n en mi cl�toris,
hicieron que me corriera. Alex se vaci� dentro de mi, dej�ndose caer sobre mi
espalda y mordi�ndome el cuello con fuerza.
Oscar le dijo a Alex que me mantuviera as� inmovilizada, me
quit� el calcet�n de la boca y acerc� su pene a mi cara. Intent� apartarme, pero
Alex me sujet� la cabeza con fuerza, llev�ndola hacia atr�s y oblig�ndome a
abrir la boca para masturbar con ella a Oscar. Introdujo su pene en mi boca, y
empez� a moverse dentro y fuera de ella, moviendo mi cabeza con sus manos para
seguir su ritmo. Alex se hab�a vuelto a excitar de nuevo, notaba su
erecci�n cada vez m�s dura, y empez� a frotarse entre mis nalgas. Hasta que
volvi� a penetrarme, esta vez sin dificultad. Embisti� dos veces y sali�. Not�
como abr�a mis nalgas y como mojaba un dedo en mi vagina y untaba con �l mi ano.
Me retorc� temiendo lo que iba a venir, pero estaba totalmente inm�vil, Oscar
sujetando mis brazos y mi cabeza y con su pene en mi boca, y Alex sobre mi,
prepar�ndose para perforarme el ano.
Coloc� su pene en el centro de mi ano, y empez� a empujar sin
obtener resultado. Fue aumentando la presi�n, consiguiendo que mi ano se fuera
agrandando e introducir la punta de su pene. Dio una embestida fuerte,
consiguiendo entrar hasta la mitad. Yo hubiese gritado del dolor, de no tener la
boca llena por Oscar. Alex embisti� de nuevo hasta entrar por completo. Ese fue
el momento que Oscar eligi� para vaciarse en mi boca. Mientras yo escup�a
desesperada por no tragarme ni una gota, �l busc� de nuevo el calcet�n y lo
coloc� en mi boca.
Se puso de rodillas con mi cabeza entre sus piernas, para ver
m�s de cerca mis nalgas totalmente abiertas y como el pene de Alex aparec�a y
volv�a a desaparecer entre ellas. Oscar, contemplaba excitado aquella imagen, y
Alex me penetraba el culo una y otra vez hasta correrse dentro de mi. Al
salir, ambos se dedicaron a observar mi agujero dilatado, haciendo comentarios
obscenos, mientras pasaban sus dedos por �l y repart�an la corrida de Alex por
mis agujeros. Me dieron varias palmaditas y besos en mis nalgas, y salieron de
la habitaci�n dej�ndome all� tirada en la cama, desnuda y sucia.