Relato: Hermanitas (II)

M�nica estaba medio tumbada en la cama de Susana, mirando
hacia su hermana, y sonre�a levemente seg�n hablaban de sus cosas. No intentaban
evitar el tema de lo ocurrido entre ellas pero no sali� para nada, simplemente
era una conversaci�n de amigas, eso si, muy distendida.



Susana sentia ganas de volver a hacer cosas juntas como antes, de recobrar
costumbres que tenian; lo primero que le vino a la mente fue cuando se probaban
ropa y comentaban como les quedaba y se sugerian un conjunto u otro... pero esta
vez al pensar en ello solo le venia a la mente el cuerpo desnudo de su hermana,
se habia quedado grabado en ella. Ahora inocentemente en su cama, vestida con
una camiseta blanca de tirantes y unos pantalones cortos tambien claros, y unos
calcetines grises con los que jugueteaba quitandose uno con el pulgar del otro
pie mientras hablaban.

Asi no se parecia en nada a la de aquel dia... pero en el interior de Susana
todo seguia igual... "c�mo me gusta mi hermana" parecia decir su subconsciente
cada vez que se giraba hacia ella cuando la conversacion lo requer�a. Sentia el
deseo de levantarse y saciar sus deseos con ella en ese mismo momento. Pens� en
la suerte que tenia de que quiza su pasi�n fuera correspondida por M�nica pero
ni de lejos se atrever�a, de hecho trat� de dejar de pensar en ello y
concentrarse en lo que hablaban, ya que quedarse en blanco por unos segundos
habr�a provocado una incomodidad enorme entre las dos. Pero M�nica, extra�a-
mente para su edad, todo este tiempo desde su primer encuentro y tambien en este
momento, estaba sabiendo llevar la situaci�n perfectamente, (incluso a veces
aliviando a Susana de situaciones embarazosas).

Lo cierto es que en estos dias se llevaban mejor que nunca y habia aumentado
logicamente la confidencialidad. Susana sent�a que en ese momento no necesitaba
estar mas que con M�nica y lo demas importaba poco, en todos los sentidos se
sentia afortunada de ser hermanas y de lo que hubiera ocurrido hasta llegar a
esa situaci�n.



Volvi� a pensar en lo de probarse ropa y le pareci� demasiado fuerte as� que
propuso a su hermana ir al cuarto de ba�o y hacerle un peinado especial o
intentarlo. Al rato estaban en ello, rieron juntas un rato y de vez en cuando,
Susana, que estaba detr�s, le pegaba achuchones a M�nica sonriendo, o acariciaba
sus mejillas, y empez� a creer que lo de su hermana no era madurez o saber
estar, los gestos de ella eran de hermana; de cari�o pero no el que Susana
queria sino fraternal, a lo que Susana sonreia aparentando que todo iba bien.

Terminaron y ya estaban cansadas de pasar buenos ratos desde que sus padres
salieron de viaje, era viernes de vacaciones, a media tarde, un dia genial.

Nada m�s salir del cuarto de ba�o M�nica se gir� y abraz� a Susana en un
arranque de los que solian tener ahora y le dijo que se alegraba de que su
relaci�n hubiera mejorado. Susana se alegr� aunque pens� que eso no ven�a a

cuento. Monica ech� hacia atr�s la cabeza unos cent�metros hasta que quedaron
mir�ndose a los ojos. Susana pensaba lo precioso que era el rostro de su hermana
cuando vio que se acercaba y posaba los labios sobre los suyos. Fue el beso m�s
dulce que le habian dado nunca, sin darse cuenta se lo estaba devolviendo
apret�ndola hacia s� por la cintura, sintiendo los labios ligeramente
entreabiertos de M�nica, que se mostraba realmente experta besando.
Transcurrieron unos momentos hasta que separaron sus bocas, no asi sus cuerpos.



- �Qu� significa esto? - pregunt� Susana.

- Creo que me estoy enamorando de ti - respondi� M�nica sin pens�rselo. Para
Susana el d�a de su primera vez esto hubiera sobrado, solo importaba la
atracci�n que sent�a por ella, pero la situaci�n hab�a cambiado y aquello era lo
que m�s deseaba oir.

No respondi� a lo que hab�a dicho M�nica, al menos con palabras pero s� con m�s
besos, esta vez m�s largos, disfrutando el momento. De nuevo sinti� que lo �nico
que necesitaba estaba entre sus brazos.



- �Te das cuenta de lo que estamos haciendo? - dijo Susana.

- Nada malo, algo tan encantador no puede ser malo, �no crees? es imposible -




Susana se puso a la espalda de ella y la abraz� desde atr�s al tiempo que
caminaban hacia su habitaci�n. Se tiraron en la cama de Susana, la que estaba
mas cerca, y con calma se besaron sin decidirse ninguna a tomar la iniciativa.
Esta vez no hab�a que cerrar la puerta, ni acallar los gemidos, no hab�a nada
que se interpusiera en la atracci�n mutua que sent�an. Susana, que era la que
estaba debajo, pensaba en la suerte que tenian de que este momento hubiera
llegado sin sus padres en casa. Sent�a que su hermana menor estaba entregada,
que podia hacer con ella lo que quisiera. Le pidi� que se desnudara, algo que
M�nica estaba deseando, pero que hizo con una lentitud que la desesperaba. Ese
cuerpo era definitivamente tan bonito como recordaba, quiz� m�s a�n como es
l�gico, ahora ya no se lo ten�a que imaginar, podia verlo y sobre todo tocarlo,
cuando se dio cuenta estaba ya acariciando su cintura, y directamente pas� a sus
pechos, not� su gran suavidad, los bes�, y despu�s su ombligo, su abdomen, sus
muslos.



- Vamos, yo tambien quiero verte - dijo M�nica. En este caso fue ella la que
empez� a desnudar a su hermana, cuando le quit� la camiseta sob� sus tetas por
encima del sujetador blanco a la vez que la dio un corto pero intenso beso en la
boca, introduciendo su lengua. Mientras le desabrochaba el sujetador se seguian
dando peque�os besos; Susana ayud� a la hora de quitarse los pantalones y las
bragas, sobre todo por sus propias ganas de marcha. M�nica se humedeci�

la mano derecha con saliva y acarici� superficialmente la rajita de Susana, se
agach� y empez� a besar y acariciar la parte interior de sus muslos, sin dejar
de frotarle el co�o, consiguiendo ponerla definitivamente a tono. Fue acercando
su boca al conejito h�medo de su hermana, y lo roz� con la punta de la lengua.

Susana, que estaba tendida hacia arriba con los ojos cerrados y con las manos
estimulando sus pezones, intentaba evitar dar respingos ante el juego de lengua
que sent�a en su entrepierna. M�nica lam�a de abajo a arriba la raja de Susana,
sin introducir la lengua, haciendola morirse de ganas de tenerla dentro de una
vez, cosa que no se hizo esperar, con gran habilidad la lengua y labios de la
peque�a se encargaron del co�o mientras con las manos le acariciaba los muslos,
recordando la suavidad que tenian y que le encantaba.

Al poco rato empez� a usar su lengua en c�rculos sobre el cl�toris de Susana, e
introduc�a dos dedos dentro de su vagina.

- mmmm , asi..., sigue.....

Susana se encontraba en el cielo, su querida hermana no hacia nada imaginativo
ni cambiaba de posici�n, pero no hac�a falta m�s, sabia que iba a ser uno de
esos orgasmos lentos pero enormes, como los que se habia producido ella misma
pero de labios de M�nica el placer se multiplicaba por 10. M�nica tenia sus
manos ocupadas en Susana, pero aunque no pod�a darse placer a si misma le
bastaba con hacer disfrutar a su hermana mayor. Quer�a darle un orgasmo intenso.

Eso s�, de su vagina no paraba de manar su espeso flujo. Se introdujo la mano
izquierda bajo las bragas y empap� sus dedos todo lo que pudo. Se incorpor� a la
altura de Susana sin quitar la mano derecha del co�o de �sta, que empezaba a
sentir la llegada del cl�max, a�n con los ojos cerrados por lo que no se dio
cuenta del movimiento de M�nica, la cual introdujo dos dedos embadurnados de su
jugo en la boca abierta; los gemidos se cambiaron por chupeteos. Al rato cambi�
los dos dedos por su lengua y a la par empezaron a moverlas en c�rculos dentro
de la boca de la otra, como queriendo sentir todos los recovecos, como dos
hambrientas. Esto fue mucho para Susana, que se corri� salvajemente, durante un
largo rato, hasta volver en s� y reparar en la situaci�n: la cama estaba
totalmente deshecha, M�nica desmelenada y en bragas y ella empapando las s�banas
y a�n con las manos en sus pezones que no hab�a quitado en todo el rato, ten�a
incluso marcas en ellos, seguramente del momento del orgasmo. Y repar� tambi�n
en que se sent�a feliz y por otra parte satisfecha de haber descargado un deseo
que, cuando se masturbaba, intentaba aplacar pensando en otras personas, tanto
chicos como chicas pero nunca con quien en esas noches de autosatisfaccion
compart�a habitaci�n con ella; no aceptaba que la amaba, pero ahora hab�a dado
rienda suelta.



El objeto de su deseo tambi�n estaba feliz de haberle hecho correrse de esa
forma, y se lo mostraba sonriendo; se acercaron y entre risas empezaron a
juguetear y a retozar en la cama, acarici�ndose de vez en cuando. De esa forma
s� parec�an dos hermanas normales y corrientes, excepto por los besos en la boca
y algun que otro tocamiento. No ten�an otro plan mejor que volver a excitarse y
volver a hacerlo; cuando la calentura se empezaba a hacer notar, oyeron el
tel�fono; con m�s rabia que nerviosismo Susana se dirigi� a la cocina, y
tratando de no mostrar una respiraci�n agitada descolg�.



- Si?... bien, todo bien... s�, he bajado esta ma�ana ... en el sal�n viendo la
tele...



M�nica hab�a ido tambi�n a la cocina al ver que ser�a su madre la que llamaba,
ya que estaba impaciente por saber cuando volv�an, junt� su oreja al auricular,
bien, les quedaba algo m�s de una semana, ahora su madre empez� a soltar cosas
que ten�an que hacer o comprar, as� que a M�nica se le ocurr�o girar la cabeza
de Susana con la mano y darle un beso con lengua, mientras pensaba en el ataque
que les dar�a a sus padres si supieran lo que se estaba haciendo al otro lado
del tel�fono. Se puso en cuclillas y comez� a comerle el co�o de nuevo, Susana
como pudo sigui� hablando por el tel�fono hasta que para su alivio colg� y
empez� a gemir y a prestar su atenci�n al cosquilleo en su sexo.



- Vamos a la cama cielo, me tiemblan las rodillas - pidi� Susana.



M�nica obedeci� y no sin prisa imitaron la posici�n anterior pero tumbadas,
mientras se quitaba las braguitas. Una vez empapada la vulva de Susana de
saliva, empez� a acariciar el cl�toris con los dedos y a jugar con �l.



- �Te temblaban de gusto o de nervios? - quiso saber M�nica.



Susana relaj� su tensi�n sexual de un profundo suspiro para poder responder.



- T�a pero como se te ocurre hacer algo as�...

- Pues bien que me devolv�as el beso, adem�s, eso no es nada.

- ��Nada?? - pregunt� Susana - �Y qu� es para t� "algo"?

- Pues... masturbarme en el sal�n viendo la foto de mam� en la boda de Andr�s.



Susana ahora s� se sobresalt�, adem�s M�nica sonre�a como si fuera algo normal:
Durante unos segundos pens� en los cuadros que hab�a en el sal�n, no, no pod�a
ser otro, era uno del que a veces hab�an comentado a su madre que se hab�a
puesto muy guapa para aquella boda, hac�a seis meses; era verdad que ten�a buen
cuerpo y llevaba un vestido oscuro con escote que le sentaba espl�ndido, de cara
era normal, no como para decir que era guapa; bueno, ese d�a s� lo estaba,
despu�s de haber pasado por la peluquer�a. Era de esas madres que se cuidaban,
pero nunca se pod�a pasar por la mente de Susana algo como lo que acababa de
oir. M�nica ajena a estos pensamientos ten�a ya toda su lengua explorando las
paredes de su vagina.

Empezaba a pensar en levantarse y vestirse, cuando M�nica empez� a girar su
cuerpo en posici�n de 69; sin estar muy segura de lo que hac�a, Susana introdujo
su boca en la entrepierna de M�nica y empez� a lamer con ganas; el olor de
hembra joven de M�nica pod�a m�s que su voluntad; no obstante a pesar del
placer, Susana se sent�a inc�moda y encontraba la situaci�n violenta, pero
inexplicablemente esto era lo que m�s la encend�a. Se dedic� a aprovechar ese
cuerpo que su hermana le brindaba.



Los sexos de ambas ahogaban gemidos y exclamaciones de placer cada vez m�s
intensos. Las dos estaban ya en una nube. M�nica, habituada ya a llevar la
iniciativa, hizo adem�n de ponerse debajo, lo hicieron con cuidado ya que la
cama no era muy grande. As� M�nica se dedic� a magrear las nalgas de Susana; de
cuando en cuando se encargaba del ano de Susana, con leng�etazos que la mayor
exteriorizaba con estremecimientos y con abundante flujo que M�nica encontraba
delicioso. Las dos tenian bien manchada la cara ya de sus jugos.

M�nica se separ�, se puso de cara a Susana y lami� su cara y su boca recogiendo
su flujo; eso le daba reparo a Susana, pero la visi�n de su hermanita
relami�ndose y restreg�ndose el l�quido por las tetas le anim� a hacerlo, peg�
un par de lametones y le gust�. M�nica mientras no se hab�a despreocupado de la
vulva anhelante de Susana, y sigui� masturb�ndola movi�ndo r�pidamente dos dedos
por entre la rajita y con la palma de la mano estimulando el cl�toris, mientras
chupaba los pezones de Susana. �sta se estaba derritiendo, en esta posici�n era
estimulada y a la vez pod�a manosearle las tetas a su hermana. Un nuevo orgasmo
empezaba a partir de su sexo estremeci�ndola.



- Aaahhhhh, m�s r�pido M�nica, me estoy corriendo, aahhhhhh -



M�nica cumpl�a, con la boca chupaba un pez�n y con una mano pellizcaba el

otro, mat�ndola de placer.



- Siiiiii, asi, cielo, sigue... - Susana dese� que este momento fuera eterno,



el placer era total, a los pocos segundos se empez� a convulsionar en un gran
orgasmo mientras se aferraba a su hermana peque�a con fuerza.

M�nica no quer�a ser menos y nada m�s sacar los dedos de dentro de su hermana se
los introdujo ella. Ahora Susana le frotaba los pezones con los dedos, mientras
pensaba en el aguante que mostraba M�nica, o quiz� que no ten�a la misma
facilidad que ella para alcanzar el orgasmo. No hab�a duda de que era capaz de
tenerlos, la propia Susana estaba segura de haberle producido uno en su primer
encuentro, pero quiz� necesitaba m�s ayuda. Tumb� a M�nica boca arriba, y sin
quitarle las manos de los pechos empez� a lamerle el conejito, que estaba
realmente caliente y palpitante. Jug� con el cl�toris absorbi�ndolo, apret�ndolo
con la punta de la lengua. Mientras, se chup� tres dedos que fue metiendo
sucesivamente por la rajita, notando que su hermana empezaba a enloquecer de
gusto y a emitir ronroneos.



- Mmmmm, ahhh, ... lo estas haciendo muy bien, Susana, ... qu� gusto...



Despu�s de un largo rato as�, Susana cogi� las piernas de M�nica y las elev�
hasta tener su culo a su disposici�n; lo lubric� bien con saliva e intent� meter
un dedo; tras presionar unos instantes M�nica relaj� su orificio y exhal� un
suspiro placentero a la vez que el dedo se introduc�a en ella, Susana intent�
meter un segundo dedo que cost� a�n m�s. As�, volvi� a chuparla el cl�toris
mientras mov�a en c�rculos los dos dedos dentro del culito de M�nica o los met�a
y sacaba ligeramente. Besaba y lam�a sus muslos, su ombligo, su rajita; durante
un rato introdujo dos dedos de la mano libre en la vagina.

M�nica estaba gozando desbocadamente y empezaba a notar el orgasmo, aunque le
costaba llegar. A ratos Susana se incorporaba y la besaba con pasi�n, d�ndole a
probar sus propios jugos de nuevo.



- Vamos cielo, ... un poco m�s, me corro , mmmm.



M�nica necesitaba algo m�s. Susana de repente sac� sus dedos de dentro de ella,
y se levant� dej�ndola anhelante sobre la cama.



- Susana, qu� haces, no me hagas esto... -



M�nica empez� a masturbarse lo m�s r�pido que pudo, cuando se quiso dar cuenta
Susana entr� en la habitaci�n con algo de ropa en las manos, que r�pidamente
M�nica reconoci� que era de su madre, Susana cogi� un jersey y se lo puso a
M�nica en la cara.



- A ver si te ayuda esto, zorra, ... vamos ...



M�nica lo cogi� y empez� a oler profundamente el perfume que emanaba, al tiempo
que su vulva empez� a segregar gran cantidad de l�quido. Se estaba poniendo
realmente cachonda, por si eso fuera poco Susana hab�a empezado a deleitarla con
expertos movimientos de lengua en su conejito. Susana estir� un brazo y cogi�
algo de entre la ropa y se lo tendi�. Eran unas bragas de seda, color crema, las
palp�, sus pezones se endurecieron m�s a�n; se acarici� interponiendo las bragas
entre su mano y su piel. Sus poros se iban abriendo al contacto de la suave tela
mientras con la otra mano acariciaba el pelo de Susana y la atra�a m�s hacia s�.
Ahora cogi� el sujetador que se correspond�a con las bragas. Solo de palparlo su
sexo chorreaba, Susana notaba en su boca que hab�a acertado. M�nica se acarici�
tambi�n con esta prenda, se la llev� a la nariz, ol�a inconfundiblemente a
mujer. Las sensaciones la abrumaban y la encandilaban, en pocos segundos le
sobrevino un orgasmo tremendo, largo, que la llen� por completo, pero no solo de
placer sino de culpabilidad.



Cuando el placer iba escapando lentamente de su cuerpo record� que hab�a
pronunciado, y varias veces, el nombre de Julia, su madre, lo que no era nada
comparado con lo que hab�a hecho con su ropa interior. Pero Susana no mostraba
enfado ni mucho menos. M�nica se levant� y la bes� en la mejilla.



- Lo siento. Sabes que a quien quiero es a t�. - dijo M�nica.

- Lo s�, tranquila. Supongo que necesitabas un empujoncito. Yo solo queria que
te corrieras, y perdona por lo de zorra.

- Ah, qu� va, eso me puso a cien, Susana, no te preocupes. - dijo M�nica
mientras recog�a su ropa y se la empezaba a poner. - Venga, preparo la cena. -



La sesi�n de sexo l�sbico las hab�a dejado satisfechas, ya que se ducharon por
separado y tras ver televisi�n haciendose algunas caranto�as bastante comedidas
se fueron pronto a la cama a reparar las energ�as gastadas. Sin embargo, Susana
permanec�a despierta pensando en lo que se le hab�a ocurrido momentos antes.



(sigue en la parte III)

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