"El Despertar de Rosita (IV)"
El susto fue inmenso! Ante sus ojos y por encima de ella se
encontraba un hombre desconocido, enmascarado con una media que le deformaba el
rostro en forma siniestra, espantable, mismo que la miraba fijamente como
queriendo devorarla con esos ojos rojos y brillantes! La impresi�n fue tan
grande y abrupta que la nena qued� muda, sin poder articular palabra o sonido
alguno, s�lo una bocanada de aire ingres� por su peque�a boquita como un ahogado
suspiro. Su cuerpecito paralizado qued� quieto cual una roca mientras sus
asustados y muy abiertos ojos no pod�an apartarse de ese rostro amenazador.
Por la reacci�n tan inesperada de la ni�a el intruso
comprendi� que ahora la ten�a totalmente a su merced, sola, muda, desnuda,
impotente para pedir ayuda o defenderse, as� que el depredador ya no dudo un
s�lo instante m�s, todo estaba a su favor, el destino era su c�mplice y si por
la raz�n que fuera se encontraba envuelto en esa vivencia entonces quer�a decir
que se la merec�a y que ten�a todo el derecho de disfrutar .
Sin decir palabra, con su mano derecha, grande, sucia de
aceite, ruda y callosa por la diaria labor de su oficio el mec�nico tom�
firmemente a Rosita de la colita izquierda de su cabello que a�n reposaba sobre
la almohada, oblig�ndola lentamente a sentarse sobre la orilla de la cama. La
nenita se dej� guiar mansamente sin oponer resistencia alguna pues sab�a que
todo esfuerzo ser�a in�til, por lo que ya sentadita, cerr� sus piernitas
instintivamente en forma pudorosa, tal y como le hab�an ense�ado desde
peque�ita, y coloc� sus manitas a cada lado tomando fuertemente el extremo del
colch�n, aguardando en silencia sin poder imaginar con certeza lo que vendr�a.
Ya teni�ndola en esa posici�n el hombre la recorri� de arriba
abajo, su cuerpecito temblaba, los delicados piececillos cubiertos por las
delgadas calcetas reposaban sobre sus puntas torcidos un poco hacia dentro,
dejando traslucir los deditos delgados y delicados. Pero lo que de inmediato
llam� poderosamente su atenci�n fue el hecho de que los peque�os pezones de la
chiquilla a�n permanec�an erectos no obstante el susto, por lo que consider� que
a pesar de todo a�n se encontraba excitada. Buena se�al!
Efectivamente, por alguna extra�a raz�n Rosita estaba
verdaderamente excitada con todo aquello, antes por su pre�mbulo masturbatorio y
ahora ante la sorpresiva presencia de ese intruso que le hizo revivir lo visto
en el video porno, sintiendo que el destino ahora le deparaba la misma suerte de
las chicas observadas en la candente filmaci�n. Ella, una chiquita de s�lo 12
a�os estaba a punto de experimentar en carne propia todo aquello que tanto
anhelaba!
Fue entonces que desvi� la vista para observar la entrepierna
del sujeto. Ah� justo frente a ella y a s�lo unos cent�metros se encontr� con el
enorme mont�culo que sobresal�a del overall, el cual parec�a palpitar en
movimientos de arriba abajo por alguna extra�a fuerza interna, hipnotiz�ndola
por completo. En ese momento, sin soltarla, con la mano izquierda que a�n ten�a
libre el hombre procedi� a desabotonar su uniforme de trabajo a la altura de su
pene, bot�n tras bot�n. Al concluir con el tercero jal� de un lado y luego del
otro la tela abierta, dejando a la visa de la ni�a un calz�n de color azul
cielo, delgado, totalmente humedecido en la parte frontal donde la verga cual
ariete golpeaba sin cesar queriendo liberarse.
Hecho esto el tipo dirigi� ahora la otra mano hac�a la colita
derecha que pend�a de la cabecita de la ni�a, deleit�ndose con la caricia que
los suaves cabellos produc�an en sus rudas manasas, estruj�ndolos por algunos
instantes entre sus dedos d�ndose cuenta de que su peque�a presa no quitaba la
mirada del �rea de su verga, boquiabierta y expectante. Jam�s habr�a imaginado
que en su simplona vida tendr�a la oportunidad de vivir una experiencia como
esa, as� que estaba dispuesto a gozarla al m�ximo! Ya era hora de dejarse de
remilgos, as� que lentamente fue jalando de las colitas de la nena acercando su
carita directamente hacia su caliente pija!
CONTINUARA� ;-)